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Capítulo 7




—No es posible que te guste una persona en menos de dos semanas, ¿verdad?

Jongin se estaba poniendo el chaleco que se le había sido otorgado como teleport hace unos días cuando Baekhyun le preguntó. Ambos estaban en la habitación del primero preparándose para la llegada de las Hecks de esa semana. Normalmente Baekhyun debería estar con Jungsu dadas las circunstancias, pero antes de eso tenía que tranquilizarse un poco por el miedo que tenía por el ataque y la intranquilidad personal.

Su amigo lo miró con los ojos aburridos, aunque con un pequeño toque de 'te estoy juzgando'.

—De gustar, sí —le respondió su amigo—. Quiero decir, puedes sentir atracción por alguien en tan solo unas horas o días. A veces es tan fuerte que no puedes evitarlo. Pero, ya sabes, es de un modo físico, no realmente algo ligado a sentimientos amorosos.

Baekhyun tamborileró los dedos en el escritorio que pertenecía a Kyungsoo mientras que una de sus uñas era vilmente carcomida con sus dientes. Cerró los ojos y se pasó la mano por ellos. Jongin tenía razón, es decir, no es como si no le hubiera pasado antes. O tal vez fue solamente la situación. Por favor, estaban en un maldito mundo llamado Exodia y su única preocupación debería ser salir de allí cuanto antes o por lo menos no ser asesinado por una de las brujas. No debería estar preocupándose por un chico que, a grandes rasgos, era un idiota.

—¿A quién te quieres ligar?

Baekhyun bufó ante la directa pregunta de Jongin.

—Nada de ligar, fue una simple pregunta.

—Claro, como si no te conociera —Jongin terminó de ponerse su traje y colocó sus manos en las caderas mirando directamente hacia Baekhyun—. Yo ya sabía que amarías el hecho de estar en un lugar lleno de chicos atractivos e inocentes.

—¿Y eso qué, imbécil? —le riñó—. Yo no soy quien parece haberse ya acostumbrado a estar aquí como si lo hubieras estado desde hace años. Pareces incluso feliz y emocionado de salir a luchar o algo así.

Jongin simplemente se encogió en hombros y se miró en el espejo para arreglarse el cabello.

—Si tenemos que quedarnos aquí por lo menos deberíamos saber cómo salir y, para eso Baek, ten por seguro que no ayudará en nada quedarse sentado e intentar ligarse a alguno de los chicos. Tenemos que luchar, ya sea para acabar con las Hecks y salir del mundito legalmente, o poder encontrar una forma de salir ilegalmente y, para eso, necesitamos conocer Exodia.

—Ellos nos pusieron aquí en contra de nuestra libertad. Y yo no me estoy ligando a nadie.

—Muy bien, sigue así, llama a tu abogado y sácanos de aquí entonces —Baekhyun le levantó el dedo de enmedio y Jongin sonrió—. ¿Qué quieres que haga Baekhyun? ¿Echarme a llorar? Es mejor terminar con esto cuanto antes.

No tuvo nada que refutar ante eso, Jongin tenía toda la razón.

Durante la semana anterior, habían lidiando nuevamente con las Hecks y fue un poco menos horrible que la primera vez. Ahora, Baekhyun casi estaba en cautiverio durante esas horas en un lugar subterráneo dentro de la oficina de Jungsu. Normalmente Chanyeol era quien se quedaba con él, pero a veces intercambiaba lugares con otro fuego de nombre Taehyung quien era muy parlanchín e inclusive se parecía mucho a Baekhyun en varios aspectos. Mentiría si dijera que no se divertía con él, pero de vez en cuando su cerebro se desconectaba de Taehyung contándole sobre cómo las manzanas eran la fruta más deliciosa del lugar para entonces mirar hacia la un extremo de la habitación, esperando a que Chanyeol pasara por esa puerta.

Esos apenas eran pequeños indicios de un diminuto interés, cosa que Baekhyun no aceptaba del todo ya que, aunque Taehyung fuera un fuego igual de poderoso, en realidad confiaba más en Chanyeol. A fin de cuentas, cuando el más alto regresaba con la ropa manchado de negro, salpicadura de sangre ajena y uno que otro rasguño en el rostro, Baekhyun se sentía mejor, respiraba con tranquilidad y por algún motivo podía permitirle a su cuerpo descansar.

Era precisamente molesto ya que no le gustaba depender de alguien y mucho menos de un chico quien le preguntaba cada lapso de horas sobre sus aventuras con sus 'jaladitas' y el cómo se había sorprendido tanto de que su pene pudiera hacerse más grande. Más. Había recalcado, tomando su regla y demostrándole a ciencia cierta qué tanta era la diferencia. Ante eso, Baekhyun estaba metido en una encrucijada ya que normalmente tenía dos reacciones: en una lo golpeaba y le decía que se callara porque no era necesaria tanta información, y luego estaba la otra, con la que jugaba un poco con él, aleteaba sus pestañas y decía cosas en doble sentido, cosa que Chanyeol nunca entendía y por lo cual no valía la pena intentar.

—De todos modos, puedo entender la parte del estrés —Jongin suspiró, mirándose por última vez en el espejo antes de mirar en dirección hacia Baekhyun—. Es difícil no poder hablar normalmente con chicos de tu edad sobre chicas ya que, normalmente, se asustan y piensan en las Hecks.

Baekhyun enarcó las cejas ante eso y se acomodó en la cama.

—Oh —murmuró, achicando sus ojos y soltando una media sonrisa—. ¿Tan difícil la has llevado sin ver chicas por allí?

—¿Por qué crees que salgo a luchar con tanta emoción? —Jongin negó con la cabeza—. Puedo decir que sí, esos monstruos son letales, pero te juro que son las criaturas más hermosas que he visto en mi vida.

—Eso hasta que te arrancan la cabeza.

—No son su aspecto natural.

Baekhyun y Jongin brincaron en sus lugares cuando escucharon esa voz. Provenía desde una esquina de la habitación y ambos juraban que nadie había pasado por la puerta que estaba justo delante de sus narices. No obstante, cuando volteó, de verdad no se alarmó demasiado.

Kyungsoo cerró el pequeño libro que tenía en las manos y ancló sus lentes sobre el puente de su nariz.

—Las Hecks son eso que les decimos, monstruos. Su aspecto puede variar y no entendemos el por qué utilizan un cuerpo humano parecido al nuestro, tal vez querían parecer inofensivas en su momento. Aun así, no se dejen engañar —miró un momento a cada uno— no son buenas. Así que deberías dejar de hacer eso que haces —esta vez se refirió específicamente a Jongin.

—¿Qué haces? —le preguntó.

Jongin miró a Kyungsoo con una mueca en los labios y rodó los ojos.

—Nada —sentenció—. Sólo intento hablar con ellas.

—¿Intentas hablar con ellas? ¿Para qué?

—Mira, es que son una bellezas y lo sabes. No me siento demasiado a gusto al ver cómo una bola de chicos matan a tantas señoritas. —continuó, antes de que Kyungsoo volviera a recordarle que son malvadas— que no son lo que aparentan, pero no pasa nada si lo intento. Es algo que ustedes nunca han hecho, ¿no? —Kyungsoo desvió la mirada.

Baekhyun miró de manera expectante a ese par de chicos, y más precisamente a Kyungsoo. Por el poco tiempo que lo conocía —y por lo que Jongin le había contado— el chico era en su mayoría una persona tranquila y sin mucha expresión que mostrar. Aunque todo eso solamente era una fachada, ya que a la hora de combate Baekhyun podía jurar que era la persona quien más mataba a las Hecks y se convertía en un torbellino peligroso en persona. De todos modos, eso no le quitaba el hecho de que seguía siendo un chico de Exodia y eso involucraba todas las situaciones en donde Jongin utilizaba un lenguaje vulgar y no le entendía, o cuando Jongin parecía sentirse sofocado al no hablar de chicas, chicas y chicas; y Kyungsoo, con su poco conocimiento de ellas, simplemente lo miraba con más preocupación.

—Faltan pocos minutos —informó Kyungsoo, cambiando inmediatamente de tema—. Es hora de irnos. Baekhyun, tú también.

—Ah, sí —asintió mientras se ponía de pie y miraba por última vez toda la habitación. Comenzaron a caminar hacia la salida y Baekhyun sinceramente aún tenía esa pequeña sensación de curiosidad—. Por cierto, Kyungsoo —llamó su atención después de que cerraran el ascensor—. ¿Cómo llegaste a la habitación?

Kyungsoo parpadeó.

—Siempre estuve allí.

Baekhyun no supo qué decir ante eso, solamente volteó hacia un Jongin totalmente concentrado en ver cómo los números del ascensor retrocedían y fue entonces cuando sintió algo de pesar en su pecho.

No supo identificar qué era.

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La pelea inició como era esperado y Baekhyun, como un hombre que era, se sintió inútil cuando su única función era quedarse quieto y no hacer ruido.

Honestamente, aunque se hubiera quejado de que Jongin estaba adaptándose demasiado bien al nuevo lugar, en realidad él desearía poder hacerlo también. Tal vez no de una manera oficial, pero por lo menos intentar ser parte de algo y descubrir por qué es tan importante para Exodia. No obstante, al final, se quedó en su lugar totalmente solo. Hoy parecía ser una semana en donde se necesitaba a la gente más posible para luchar y, como había dicho Jungsu hace un par de horas atrás «Baekhyun ya es lo suficientemente maduro como para quedarse solo y, si algo ocurre, saber gritar o esconderse por sí solo» y Baekhyun no supo qué refutar ante eso, tampoco sabía si era un alabo o qué.

—No me queda más que hablar conmigo mismo —se dijo tres horas después.

Estaba echado en el sofá de la habitación, no era ni muy grande ni pequeña, pero era cómoda aunque un tanto ansiosa: no había ventanas y lo único que podía escuchar eran golpes, gritos y una que otra caída de polvo del techo por tanto movimiento.

En ese momento se lamentaba el no haberse traído algunos de los mangas que había empacado en su maleta o incluso traerse el iPad de Jongin para jugar en las aplicaciones —por lo menos ese lugar tenía recepción para jugar— y no quedarse simplemente mirando a la nada, esperando a que ese tormento terminara. Se volteó en su lugar, intentando cerrar los ojos para dormir un poco. En realidad todavía incluso no podía adaptarse del todo al cambio de horario, odiaba de sobre manera tener que dormir cuando la luz está su plenitud.

Para la octava hora de combate, Baekhyun ya se estaba pudriendo en el sofá. Jongin vino a visitarlo un par de veces para descansar junto a él mientras lograba quitarse rastros de piel y sangre humana. Baekhyun había hecho una mueca ante él pidiéndole firmemente que no se acercara porque daba asco y Jongin, como el buen amigo que era, procedió a abrazarlo con mucha pasión terminando con un Baekhyun con manchas rojas y olor a putrefacción en su arruinada camiseta.

Fue hasta la novena cuando estaba volviéndose loco encerrado en esas cuatro paredes cuando escuchó un ruido provenir desde la puerta. Su cuerpo que había tensando en el momento que pequeños pasos y susurros llegaron a sus oídos e inmediatamente su corazón latió con mucha fuerza. Se levantó del sofá, separándose inconscientemente hacia la esquina de la habitación para encontrar un lugar donde esconderse de ser requerido. En su bolsillo tenía el teléfono móvil que le había entregado Jungsu para cualquier emergencia y lo apretó con su mano derecha sobre el pantalón.

Debe ser aquí. —Baekhyun casi suspiró cuando escuchó una voz masculina, pero de todos modos procedió a colarse debajo del escritorio por si las dudas. Su garganta estaba seca y sintió frío en el momento que el pomo de la puerta se movió de un lado a otro—. ¿Sabes la clave? Yo no sé la clave —Baekhyun escuchaba con temor—. ¡Ah, bueno, entonces murámonos y listo! ¡Por qué me traes a un lugar si no sabes la clave!

Tal vez Baekhyun se estaba volviendo loco o sólo era el miedo quien le distorsionaba el sonido, pero podría jurar que esa voz era de un niño pequeño. O tal vez de un chico con la voz demasiado aguda. Pero apostaba todo hacia la primera opción, por lo que asomó su cabeza sobre el escritorio mientras seguía escuchando la conversación.

—¿Hola? ¿Hay alguien allí? —Esa persona tocó la puerta—. El señor Chanyeol nos dijo que debería ser aquí, pero está tonto y se olvidó de darnos la clave. ¿Podría abrirnos? No queremos ser comidos por las Hecks. —Baekhyun levantó una ceja en el preciso momento que ya había salido de su escondite y se estaba acercando a la puerta.

Si esos niños conocían a Chanyeol deberían ser seguros, ¿no? Baekhyun titubeó frente a la puerta, preguntándose una y otra vez si no era todo una trampa de las Hecks y estaba por poner su vida en riesgo.

—¿Quiénes son ustedes? —cuestionó.

Me llamo Jisoo —contestó desde afuera— y estoy con mi amigo Leo. Las Hecks encontraron nuestro escondite y el señor Chanyeol nos dijo que debíamos ir con usted para que no nos comieran. Pero, como dije, está tonto y se olvidó de darnos la clave de la puerta.

—Perdón pero... ¿cómo puedo saber que en verdad no son unas Hecks haciendo la voz linda y pequeña para arrancarme el corazón o algo?

Los niños parecieron quedarse en silencio un momento, Baekhyun incluso creyó que había acertado y ya estaba corriendo de nuevo a esconderse, pero entonces el niño detrás suspiró al punto de que Baekhyun lo escuchó y volvió a pegar el oído a ella.

Bueno, si nos deja aquí un poco más vamos a morir. Lo tendrá en su consciencia.

Baekhyun parpadeó un par de veces, aún con esa voz infantil, ese niño parecía tener un vocabulario muy avanzado. De verdad que ni siquiera debería estar pensando en abrir la puerta, pero los argumento aunque no estaban fundamentados, eran muy convincentes. Podría ser un grandísimo idiota, pero de verdad le alarmó eso de morir y comer, por lo que con mucha lentitud —y preparado para la muerte por si las dudas— abrió la puerta desde adentro.

Su cuerpo se relajó cuando su ojo izquierdo se encontró efectivamente con un par de niños vestidos de gris. Uno de ellos, el que parecía tener alrededor de ocho años con el cabello corto y ojos color verde, lo miró con un rostro sereno como si por dentro le estuviera juzgando muy duramente. Por otro lado, había un niño más pequeño con el cabello más castaño de alrededor de seis años quien parecía un poco más distraído, ni siquiera lo miraba en sí.

—¿Podemos entrar? —preguntó el niño mayor—. Dentro de un par de minutos las Hecks encontrarán nuestro olor y nos buscarán por aquí. Yo que usted nos dejaba pasar, cerrar la puerta y hacer que este lugar se esconda por sí sólo desde afuera —el niño parecía todo un general dando una orden—. Ah, por favor.

Con el ceño confundido, Baekhyun abrió un poco más la puerta para que pasaran y ambos pequeños no dudaron en hacerlo. La cerró un par de segundos después de que ambos niños se instalarán en el sofá con las piernas volando sobre el asiento y sus cuerpos quietos mirando hacia la nada.

—¿Acaso ustedes dos son luz? —infirió. Por las pequeñas pistas que dieron y por su vago conocimiento de sí mismo y sus poderes, fue lo primero que se le cruzó por la cabeza.

Jisoo, el niño más grande, volteó su cabeza hacia él y asintió con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Sí, somos los que quedamos.

—¿Quedaron?

—De camino aquí éramos cinco. —Ahora fue el niño más pequeño quien continuó la conversación un poco más confiado. Ambos tenían sus rostros demasiado tranquilos como si fuera un simple día de campo y no estuvieran en una guerra fatal—. Pero las Hecks se llevaron a Jerry, Ken y Sungjong. Se los devoraron tan rápido como si fueran chocolates —inquirió en un tono casi expectante, como si estuviera contando su historieta favorita—. Casi nos mataban también, pero entonces el señor Chanyeol llegó y la mató. Nos dijo que buscáramos a otro señor con cara bonita y sonrisa encantadora. Pero hasta el momento no lo hemos encontrado.

Jisoo le dio un pequeño codazo al menor.

—Ay, ¿por qué me pegas?

—¡Él es el niño bonito con sonrisa encantadora! —le regañó, cruzándose de brazos—. A ver, señor, sonría por favor —se lo pidió muy seriamente.

Baekhyun todavía encontraba demasiado hilarante la situación y no podía unir las ideas. Todavía intentaba superar el hecho de que otros tres niños pequeños fueron comidos por las Hecks. Se mordió los labios durante un momento y procedió a sonreír incómodamente mientras que su mente aún trabajaba con rapidez.

—Um, yo creo que el señor Junmyeon tiene sonrisa más bonita. —Leo se cruzó de brazos.

—Pero el señor Junmyeon es aterrador.

—Sólo porque le temes al agua.

—Yo creo que el señor Yixing también tiene bonita sonrisa.

—Eh, chicos —Baekhyun carraspeó. Ambos niños lo miraron fijamente—. ¿Qué es lo que exactamente está sucediendo aquí?

Jisoo achicó los ojos hacia él.

—Ya le dije señor, el otro señor alto nos dijo que...

—Eh, sí, eso lo sé pero...

—Y las Hecks mataron a nuestro compañeros luz. A todos los que quedaban —continuó Jisoo—. Y usted señor, junto con nosotros, somos los últimos que quedamos.

Los ojos de Baekhyun se abrieron al escuchar eso mientras que su voz titubeaba. ¿Sólo ellos tres? ¿Solamente? Antes de que pudiera decir algo más, el sonido de la puerta siendo accesada se escuchó y el trío de luz literalmente brincó el sofá y se escondió detrás de él. Como un deja vú, Baekhyun volvió a sentir a su sistema respiratorio funcionar adecuadamente cuando Chanyeol atravesó la puerta con la respiración agitada, sudor en todo su cuerpo y preocupación en sus ojos. El corazón de Baekhyun rebotó en su pecho.

Por un momento identificó que éste quería decir algo en el momento que sus ojos se cruzaron, pero cuando el par de cabecitas más pequeñas aparecieron detrás del sofá Chanyeol soltó un suspiro para volver a inhalar con tranquilidad. Después de unos segundos de recuperación, Chanyeol sonrió.

—Parece que los has conocido. —Su voz apenas era audible, parecía como si hubiera estado gritando demasiado que ya estaba gastada y más rasposa de lo normal—. Ellos son Jisoo y Leo, yo los llamo mocosos descontrolados del mal que vienen del infierno, pero es mejor llamarlos por su nombre. Es bueno que se conozcan desde ya porque, a partir de ahora, Baekhyun —Chanyeol relamió sus labios—. Son tus maestros.

Baekhyun miró a Chanyeol y después pasó a Jisoo y a Leo quienes, con una pequeña sonrisa, activaron sus poderes en las manos y las unieron, cegándolo por un momento.

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No estaba muy seguro del por qué, dentro de él, se sentía levemente sofocado. Es decir, no es como si ese lugar no estuviera lleno de sorpresas ya, pero la cuestión ahora era ver cómo era que Chanyeol mantenía una conversación tranquila y amena con ese par de niños como si fueran mini genios enjaulados en esos cuerpesitos.

Después de la declaración de Chanyeol, Baekhyun se había quedado sentado en el sofá y dejado que el otro tuviera que hacer sus cosas o lo que sea con esos niños. Por un momento su conversación pasó de Hecks a comida para luego seguir con los horarios de lo entrenamientos y finalmente el cómo era que el señor sonrisa encantadora podría ayudarles en algo cuando en realidad era muy cobarde. Ante eso, Chanyeol se había reído fuertemente, aplaudiendo como una foca loca y no importaba cuánto era que Baekhyun postraba su mirada en la de él, el alto no lograba captar sus finas maneras de decirle que se callara la boca si no quería recibir un golpe.

—Disculpen —pronunció en un tono neutral. Sus ojos miraban a ese trío dinámico riéndose aquí y allá y la sangre de Baekhyun hirvió porque, de no ser por esos mocosos, Chanyeol ya hubiera volteado hacia él prestándole toda la atención—. Disculpen —no hubo algún cambio—. ¡Park Chanyeol!

—¿Uh? —el alto levantó la cabeza y sonrió hacia él mientras cerraba un poco los ojos cuando Leo se le coló por la espalda y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Por otro lado, Jisoo se mantuvo sentado a su lado, cambiando su sonrisa a una línea recta cuando Baekhyun gritó—. ¿Qué pasa Baekhyun?

—¿No deberías estar matando brujas o algo así?

Chanyeol hizo una extraña mueca en su rostro y acarició con fraternidad los brazos del pequeño Leo quien se mantenía abrazándolo por la espalda. Los ojos de Baekhyun por un momento se cruzaron con los de ese niño y éste frunció el ceño hacia él, apretando el agarre con el alto. La boca de Baekhyun se crispó ante eso. ¿Qué necesidad había de abrazarlo tanto? El tiempo no estaba tan frío como para abrazar a ese idiota caliente.

—He estado haciéndolo por horas —suspiró—. Falta menos de una hora para que todo termine y ya casi no quedan Hecks por aquí. Sólo falta esperar la llamada de Jungsu para poder subir a tierra firme y ver los daños. Además —Chanyeol despeinó el corto cabello de Jisoo—, necesito quedarme con ellos. Su guarida ha sido destruida y necesitamos encontrarles un lugar donde quedarse mientras restauramos otra en un lugar diferente.

—¡Sí! —Leo le secundó—. ¡Tal vez podamos quedarnos donde el señor Chanyeol!

Chanyeol se rió.

—Por mí no hay problema, pero eso lo tendrá que decidir Jungsu.

—¿No tienes problema? —Baekhyun se cruzó de brazos—. ¿Qué hay de mí?

—¿Tú qué? —Jisoo preguntó en un tono casi neutro, pero había algo implícito en sus palabras.

Ahora sí que lo miró feo, ese niño le estaba molestando un poco. Parecía que cuando se trataba de Chanyeol todo parecía felicidad y entusiasmo, pero cuando se dirigían a él parecía un Grinch de primera. De todos modos Baekhyun le sostuvo la mirada y no cayó ante el disgusto de ese niño.

—Soy mayor que tú. Mucho mayor —Baekhyun sentenció con voz molesta—. Ten un poco de modales y háblame con formalidades... Niño.

—Y yo tengo mucha más experiencia. —Jisoo no se quedó atrás. Chanyeol y Leo parecían expectantes de una pequeña pelea verbal—. Así que, bueno, si quieres que te siga hablando de usted, entonces llámame maestro. Que a fin de cuenta es lo que seré para ti.

—¡Tú...!

—¡Bueno! —Chanyeol casi se catapultó hacia arriba, llevándose a Leo junto con él. El niño procedió a colocarse sobre los hombros de Chanyeol mientras que éste lo cargaba con si fuera una gran bola de nada—. Por ahora no veremos cómo es que ustedes dos le darán clases a Baekhyun sobre la luz, lo primero que tenemos que esperar es a que todo termine allí afuera. ¡Le daré una pequeña llamada a Jungsu para ver cómo van las cosas!

Con esas últimas palabras, Chanyeol se aventuró por sacar su móvil y perderse en alguna otra de las habitación en el lugar. Leo se fue con él, un poco más del lado de no querer escuchar más peleas y entonces la habitación se sumió a una profunda tensión que se formó en tiempo record. Normalmente debería pasar algo de tiempo antes de que le cayera mal alguien o decidiera que no se relacionaría con esa persona, pero ese niño parecía tener un don de la terquedad escrita en toda su cara.

—Seamos claros, Byun. —Ante eso, las cejas de Baekhyun se alzaron y bufó—. No me agradas. El señor Chanyeol no tiene porqué perder su tiempo en un luz como tú que, a tu ruca edad, no la ha desarrollado.

El rostro de Baekhyun ya estaba rojo de la ira, pero intentó bajar esas ganas de estrangular a ese escuálido niño. Se estaba buscando unas buenas nalgadas para entonces proceder a la esquina del castigo. O por lo menos eso era lo que su madre le había enseñado.

—Estamos de acuerdo en que no nos agradamos —Baekhyun rodó los ojos.

—Y estoy totalmente ofendido de que, sólo por ser joven, no me hayan elegido para ser parte de EXO cuando claramente soy más funcional que tú.

—¿Qué no tenías ocho o algo así? —Jisoo negó con la cabeza—. Ah, pues lo aparentas —Baekhyun sabía que estaba diciendo todo eso de un modo demasiado infantil, pero era casi inevitable. ¿Con qué podía meterse entonces? Ese niño podría destruirlo en un segundo con el simple hecho de mencionar su falta de conocimiento y poder.

Jisoo no pareció ni un poco afectado por eso.

—Como sea —el niño suspiró—. Mantente alerta, Byun. Yo haré todo lo posible para que Chanyeol me pertenezca. No me importa qué tan amigos sean, él será mi aliado fuego y tú puedes, no sé, traernos bocadillos cuando lo pidamos.

Jamás en su vida nadie le había dicho qué hacer o con quién meterse y ese niño le estaba tocando la yugular. Ni siquiera le permitía a Jongin hablarle así por más amigos que fueran y, sinceramente, le valía si ese niño tenía ocho o diez años, todavía podía ir y golpearle hasta escucharlo pedir perdón. Y no es que no lo hubiera hecho antes, porque todavía recuerda esa vez que su prima le había pedido cubrirla por dos horas en una primaria mientras ella hacía un mandado y terminó siendo el intento de víctima de un niño bully a quien, sin vergüenza alguna, le rompió accidentalmente la nariz mientras estaban en educación física.

Baekhyun había sido el héroe de muchos. Eso mismo le daba agallas para entrar en combate con una criatura de uno y treinta centímetros de altura. Relamiéndose los labios, Baekhyun se inclinó en el sofá con aura de superioridad y se acercó al menor.

—Yo voy a hacer lo que yo quiera con Chanyeol —le dijo, un poco más doble sentido que nada, pero por suerte ese niño no lo comprendía del todo. Baekhyun ya no estaba seguro de que si su enojo era por el hecho de que habían apuñalado su ego o por otra cosa como la pertenencia de un cierto gigante, pero tenía que contrarrestar costara lo que costara—. Y tú, niño, no puedes exigirme nada. Nuestros dormitorios están uno enfrente del otro y él siempre está conmigo, además... —Jisoo le dio una bofetada. Con un rostro llena de indignación, Baekhyun llevó su derecha al rostro donde lo golpeó—. ¡Ah! ¡Qué pasa conti...! —con una sonrisa maliciosa en los labios, Jisoo simplemente parpadeó y se dio un pequeño pellizco a sí mismo en su mejilla—. ¿Qué...?

—No tiene por qué ser tan malo conmigo, si no quiere llamarme maestro yo entenderé —dijo Jisoo en un tono más aniñado, el rostro triste y un puchero en los labios. Hubo un cambio de ciento ochenta grados en él y Baekhyun estaba sumamente confundido.

—¿Eh?

—Baekhyun.

Sus ojos se abrieron y su cuello casi se rompe al mirar a Chanyeol desde la puerta donde se había ido. Su rostro estaba serio y Leo, arriba de él, parecía saber toda la verdad sobre la situación pero parecía no querer decir nada. Tuvieron que pasar cinco segundos para que Baekhyun se diera cuenta de las intenciones de ese pequeño diablo cuando comenzó a acariciarse su propia mejilla donde, supuestamente, Baekhyun le había lastimado.

—Señor Chanyeol —Jisoo puchereó hacia él, levantándose del sofá y yendo hacia sus piernas—. El señor Baekhyun me pellizcó la mejilla.

Chanyeol miró a Jisoo durante unos momentos antes de pasar a mirar directo hacia Baekhyun. Su mirada no fue ni buena ni mala, de hecho, ni siquiera podía explicar lo que intentaba transmitir. Como pequeña pista, tal vez el alto le estaba preguntando qué había pasado, pero Baekhyun seguía totalmente sorprendido y medio fascinado por las habilidades teatrales de ese niño.

—Y-Yo no hice nada —titubeó, señalando a Jisoo y elevando un poco más la voz—. ¡Lo tenía planeado! ¡Yo ni siquiera lo toqué, de hecho él fue quien me golpeó a mí! —señaló su mejilla, la cual probablemente ya ni estaba roja.

—Él lo hizo. —Jisoo volvió a gemir, ocultando su rostro en los pantalones de Chanyeol.

Baekhyun estuvo por volver a defenderse, pero Chanyeol cortó sus palabras.

—Basta con esto —el tono era de regaño—. Baekhyun, si de verdad lo golpeaste deberías disculparte. Él será tu maestro y es mejor que se lleven bien. Y, Jisoo —Chanyeol movió su pierna para hacer que el niño lo mirara—. Como si no te conociera —levantó una ceja—. Es muy probable que tú lo hayas provocado. Así que también discúlpate.

—¡Yo no lo golpeé!

—¡Yo no lo provoqué!

Por un momento ambos se miraron con furia entre sus ojos, y Chanyeol suspiró.

—No sean malcriados. Jungsu dijo que está limpio afuera, es hora de irnos. Si no se disculpan el uno con el otro, voy a encerrarlos aquí.

Baekhyun estaba a punto de comportarse como un niño, seguir renegando y llorar porque él no había hecho nada. Chanyeol estaba siendo injusto con él. Por otro lado, Leo toqueteó el cabello de Chanyeol para llamar su atención y el alto levantó la vista para escucharlo.

—Tengo hambre —murmuró—. Y probablemente Jisoo hyung también. Además, hyung está triste porque Ken hyung murió y era su mejor amigo. Aunque no quiera aceptarlo.

Jisoo no dijo nada cuando todas las miradas se posaron en él, simplemente se cruzó de brazos y miró en otra dirección.

Inevitablemente, Baekhyun sintió pena por él.

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Lo primero que Baekhyun percibió a la hora de salir fueron docenas de chicos totalmente cansados.

Sorpresivamente el lugar no estaba tan destruido como antes, pero sí tenía sus ventanas rotas y paredes agrietadas. Chanyeol se había llevado consigo a Leo y Jisoo a un lugar en donde estaba Jungsu para que pudiera administrar a los sobrevivientes y le pidió que se adelantara hacia el edificio Elemental, lugar en donde ahora se habían reunido todos los demás. Por lo que supo, se encontrarían en el comedor de ese lugar para después poder ir y finalmente descansar en sus dormitorios.

Cuando estaba despidiéndose de Chanyeol, Jisoo no dejaba de mirarlo. En ese momento se vería más como un niño que nada, por algún motivo Baekhyun creyó que el chico lo estaba viendo a él sólo para no ver toda la destrucción o restos de cuerpos por el lugar. Si para él todavía es difícil siendo un adulto, no imaginaba lo que es para ellos. Aunque bueno, esos dos pequeños llevan mucho más tiempo que él allí. No obstante, su cuerpo perdía la empatía cuando el ojiverde le sacaba la lengua y rodaba los ojos hacia él, aferrándose a Chanyeol como si fuera capaz de quitárselo.

Chanyeol había decidido decir adiós despeinándole el cabello, cosa que Baekhyun casi luchó porque le había hecho todo un alboroto. Cuando pudo apartar las manos del alto con un gruñido, éste simplemente se había reído con cansancio y se alejó. Baekhyun tuvo que carraspear para hacer que sus pies se movieran hacia la dirección contraria, dejando de ver la espalda de Chanyeol con preocupación ya que había una profunda herida que lograba traspasar sus ropas. Apenas se había dado cuenta.

—Hey, Baekhyun. —El chico detuvo sus pasos y miró hacia todos lados buscando esa voz. Lo único que encontró eran un par de chicos más alejados sosteniéndose el uno con el otro para poder caminar y un chico del área de Curación arreglando una herida en el hombro de otro chico, pero nadie lo suficientemente cerca como para escucharlo así—. Aquí arriba.

Ante eso, los ojos de Baekhyun se encontraron con la noche apenas poniéndose y posteriormente con un gran árbol. Trepado en ese árbol, se encontraba el chico que había visto hace unos días en el cuartel Ceniza. Un chico de cabello oscuro y peinado de lado. Cuando se encontró con su sonrisa y desapareció, recordó firmemente que era Kasper, el chico teleport.

Mantuvo sus manos metidas en los bolsillos incluso en el momento que Kasper reapareció a un lado de él. Sentía un poco de incertidumbre ya que, por cómo era que Chanyeol había reaccionado la vez pasada, no estaba seguro si debería entablar una conversación con él.

—Hola —contestó lentamente.

—¿Vas a algún lado? —Kasper soltó una pequeña risa, como si se hubiera dado cuenta de su encrucijada. Baekhyun asintió—. Vamos, no voy a comerte. Si es por lo de la vez pasada, Chanyeol simplemente tiene algunos problemas conmigo y mi... honestidad. Al chico no le gusta ver el lado malo de las cosas y, a veces, es necesario recalcárselo porque es idiota.

Por algún motivo, Baekhyun sintió un poco de molestia ante el comentario. ¿Cuántas personas ya le habían dicho idiota a Chanyeol? Bien, puede que él haya sido una de ellas, pero tenía sus razones. Últimamente todo el mundo parecía tener algo con Chanyeol y eso le molestaba de alguna forma.

—Puede ser despistado —argumentó un tanto con la voz enojada—, pero creo que sabe lo que hace.

—Oh, ¿estás defendiéndolo? —Kasper se rió—. Lo siento, Baekhyun, pero no has estado lo suficiente en este lugar para poder opinar sobre el tema.

De acuerdo, ¿es que ese día todo el mundo estaba en su contra también o qué? Primero Jongin diciéndole que no estaba aportando nada, luego ese par de niños del demonio queriendo dejarle bien en claro que era un inútil y ahora ese teleport. Hoy sin duda había sido un día de mierda, ni siquiera ya tenía con qué refutar ante tanto ataque.

Sin decir nada, Baekhyun simplemente siguió caminando, aportándole poco que su hombro golpeara el de Kasper en el proceso.

—¿Recuerdas lo que le dije a Chanyeol esa vez? —el otro continuó, elevando la voz para que lo escuchara. Baekhyun no se detuvo—. Le dije que tuviera cuidado para que no te matara, como la otra vez. ¿Sabes lo que eso significa? No estás a salvo con él.

—¿Y eso qué tiene que ver contigo? —Baekhyun ladeó un poco su cuerpo para contestar, pero siguió caminando.

—Nada, pero estoy seguro de que tú lo que menos deseas es morir, ¿no?

—No sé por qué me dices esto.

—¿No querías salir de aquí? —Kasper tuvo que gritar para que su voz llegara a Baekhyun. Ya estaba lo suficientemente alejado, pero con esa declaración sus pasos se detuvieron y miró directamente hacia el pelinegro. Su rostro aún tenía una mueca divertida, pero su semblante era serio. Parecía hablar de verdad—. Si tú deseas eso, yo puedo ayudarte a hacerlo. Volver al mundo de donde vienes y olvidarte por completo de Exodia y todas tus responsabilidades.

Baekhyun apretó los labios y éstos temblaron en el proceso.

—Tengo que irme —continuó—, pero si cambias de opinión y dejas de un lado tu faceta de protegido-por-Chanyeol y te vales por ti mismo, podrás irte de aquí sin mirar atrás y sin remordimiento. Mientras antes lo decidas mejor porque, bueno —se encogió en hombros— menos enlaces sentimentales con las personas.

Por un momento ese pensamiento vino a él. La posibilidad de salir de allí lo antes posible lo tentaba mucho, pero ese chico se veía todo menos confiable.

—Ah, y... —Kasper lo miró de arriba hacia abajo, incomodándolo—. Incluso si buscas un poco de diversión, ya sabes, en otras cuestiones como, no sé, tener sexo —Baekhyun abrió sus ojos y sintió sus mejillas arder ante eso—.  Puedes buscarme. Ya sabes dónde que mi dormitorio, número ciento seis.

—T-Tú cómo sabes...

—¿Cómo es que sé sobre eso? —el chico levantó la cejas y le guiñó el ojo—. Si tienes curiosidad deberías venir a visitarme algún día de estos días. Te esperaré con los brazos abiertos.

Y, antes de que pudiera decir cualquier otra cosa, desapareció.

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