Capítulo 6
Cuando Chanyeol le dijo que tenía algo que mostrarle, Baekhyun creyó que debería ser alguna cosa importante. Han sido dos días, dos días desde que el alto le enseñó 'el lugar' al cual han acudido durante todo ese tiempo sin hacer absolutamente nada más que jugar. Y son juegos que no le despiertan ninguna emoción a Baekhyun.
Es decir, no quiere ser grosero, ¿pero a quién realmente le va a interesar ver cómo dos chicos en sus veintes juegan al ajedrez? Aún no lo comprende del todo, está sentado frente a un tablero mirando a Chanyeol y a ese otro chico con telequinesis —quien, a parte, ni se molesta en mover un dedo ya que hace su magia y lo mueve con el cerebro— entonces, solamente habían llegado a una puerta que estaba al final del pasillo en el segundo piso de ese lugar de porquería.
—Luhan, es injusto —Chanyeol gimió mientras intentaba mover una pieza, pero se acobardaba en el instante. Llevaba diez minutos, diez minutos con un maldito movimiento—. Mira, no podemos jugar bien si estás leyendo mi mente, ¿de acuerdo? Estoy seguro de que sabes cuál movimiento haré incluso antes de que yo lo sepa.
El chico con el cabello dorado lo miró a través de su flequillo y frunció los labios. Chanyeol simplemente se le quedó mirando a los ojos, como si estuvieran comunicándose de una manera un tanto extraña.
—Sí, que yo sea un inútil en esto no significa que no quiera que sea justo —dijo el más alto unos pocos segundos después. Baekhyun, sentado frente a ellos dos con la barbilla postrada en su palma, se extrañó ante eso—. Ya, ya. De acuerdo, entonces hoy no apostaremos las donas. Pero aún me debes un par de pedazos de galletas, ¿de acuerdo?
Luhan simplemente asintió y procedió a comerse a uno de los caballos de Chanyeol. Éste, claramente, protestó ante eso.
Baekhyun echó un fuerte suspiro mientras que es su cabeza seguía reproduciéndose un qué está pasando aquí. Después de atravesar el infierno que era de área Ceniza jamás creyó que detrás de una de esas puertas se encontraría con una linda habitación pintada de un extravagante verde. No era muy grande, pero suficiente como parecer un salón de clases o un lugar de lectura. Había bastantes libros en los estantes, otros escritos pegados en las paredes y un montón más de post-its de colores entre azul y amarillo que contrastaban con la habitación. Aunque hubiera un desastre de ruido allá afuera, éste no traspasaba la pared y Baekhyun podía escuchar casi el latido de su propio corazón allí adentro a menos que él o Chanyeol hablaran.
Era un juego sumamente aburrido. Todavía recuerda cómo era que le reñía a su hermano una y otra vez de que el ajedrez podía destruir tu cabeza, no obstante, su hermano mayor simplemente se reía, ajustaba sus lentes y le decía algo como «el ajedrez no es simplemente un juego para la mente, es una táctica para la vida e incluso una guía para tu corazón Baekhyun» y de verdad que, hasta la fecha, él todavía veía todo eso como simplemente piezas que pueden ser reemplazables y olvidadas sin ninguna suficiencia en general.
Por otro lado, ese chico Luhan, era un tanto misterioso. Le había quedado muy en claro que no podía hablar y más cuando Chanyeol tenía algún asunto que atender en el teléfono y se quedaban ambos allí, sentados casi uno enfrente del otro, mirándose. Por algún motivo, la mirada del rubio no le incomodaba del todo, pero la cosa era la forma en que sus ojos querían penetrar su cabeza tan duramente. Era casi hipnotizante. Aun así, Luhan era agradable ya que solía regalarles un poco de té hecho en un pequeño lugar de snacks dentro de allí mismo y normalmente compartía de su comida con él, así que no había ningún problema.
Más bien, tal vez sí había algo. Era esa acción entre ambos chicos, las miradas profundas como si la comunicación fuera a través de sus orbes.
—¿Te lee la mente de verdad? —Sin embargo, no pudo evitar no preguntar.
Chanyeol ladeó su cabeza hacia él y le sonrió como siempre: cálido y lleno de felicidad. Sus ojos se achicaron por la mueca y el alto carraspeó después de sorber su nariz y mover una de sus piezas.
—No exactamente —respondió, volviendo a juego y mirando fijamente el tablero—. Es algo más ligado a que Luhan conoce a la perfección el lenguaje corporal. Aquí solemos decirles a los de su tipo que 'dejen de leernos la mente' por decirlo de una manera coloquial. En realidad, él es capaz de saber qué estado de ánimo tengo encima con tan sólo ver mis movimientos y eso lo asocia con todo lo demás. Es un tanto difícil de explicar, eh —Luhan hizo que su reina cambiara de un lugar a otro—. En otros términos sería algo como... ¿el aura? Ya sabes, lo colores alrededor tuyo, los de su área son capaces de verlos. Por eso son de gran ayuda a la hora de detectar Hecks, ellas suelen dejar un rastro.
Baekhyun de verdad trató de escuchar con atención, pero todo seguía siendo confuso. A lo que él sabía, la telequinesis se limitaba a mover las cosas nada más, pero ese tal Luhan tenía bastantes habilidades más de las que podría imaginar.
—¿Y cuál es la mía? —esta vez miró directamente a Luhan. Cuando el rubio lo miró de vuelta, aclaró—. Mi aura. Mi colorsito. ¿Tienen alguna gama de colores o algo así?
Luhan lo miró directamente en silencio como si fuera un animal en un zoológico. Pasó su mirada entonces hacia Chanyeol a quien silenciosamente le preguntó algo como '¿Y a éste qué le pasa?' pero entonces Baekhyun prefirió ignorar ese leve insulto y esperó pacientemente por su respuesta. De todas maneras, no había mucho más que hacer allí.
—De hecho los hay —Chanyeol se encogió en hombros—. ¿Ves esa lona de allá? ¿La que está pegada en la pared a un lado de esa puerta? Si la extiendes mejor podrás ver una gran gama de colores con su significado. Luhan normalmente es muy organizado —finalizó, moviendo otra pieza.
Decidiéndose por indagar más en las profundidades de Exodia y no quedarse a mirar un aburrido juego de ajedrez, Baekhyun se levantó de un brinco y se encaminó hacia el lugar indicado. No le tomó más de veinte pasos llegar hacia allí, sus ojos estaban fijos en esa lona blanca que estaba medio enroscada. Con su derecha, se decidió por extenderla ampliamente y, cuando apenas tocó la tela, ésta se abrió en picada.
Lo que lo recibió fue una gran gama de colores en cuadros con unas cuantas palabras a los lados. Parecían como esas muestras de pintura que daban en los supermercados. Era fenomenal, por lo menos había más de treinta tipos de colores diferentes, muchos estaban revueltos creando más y más tonalidades que Baekhyun jamás se había imaginado en su vida.
Se concentró entonces primero con los colores básicos, el rojo predominaba y en su cita decía que significaba lucha. Sus ojos visitaron los otros colores: el azul decía que era soledad —extraño, a su parecer— el verde era templanza y el amarillo felicidad. Baekhyun a veces asentía o negaba, su perspectiva de los colores cambiaba cada vez que veía y releía cada uno de ellos. Era totalmente fascinante cómo era que los del área de telequinesis tenían esa gran habilidad.
Sus dedos pasaron hacia los siguientes colores, llegando entonces al naranja y leyó con escepticismo su significado de miedo. Luego, vino el morado con la inscripción de mentiras. No se puso a pensar mucho en ellos, ya que después de él venía el negro y lo que leyó le erizó la piel. 'Va a morir' eran las letras que venía después. No era una emoción ni una estado de ánimo, eran esas simples palabras tan frías que, en su imaginación, pudo entonces pensar si es que Luhan era capaz de saber cuando alguien estaba en peligro o que, en definitiva, iba a morir pasara lo que pasara. Cuando el color blanco llegó a él leyó con insistencia en palabras mayúsculas 'Heck'.
—Entonces ese es su color —susurró para sí mismo. De verdad sería de gran ayuda que todos pudieran saber eso, así entonces podrían saber cuándo una Heck está en su área.
—Estoy devastado.
Con un pequeño brinco, Baekhyun dejó de tocar la lona y miró hacia su lado. Sus ojos captaron a una persona desconocida, quien jadeaba mientras se sostenía a sí mismo sobre el hombro de Baekhyun. Éste se quedó medio estático y parpadeó seguidamente mientras daba un vistazo a los otros dos de atrás quienes mantenía sus ojos en el juego.
—¿Quién eres...?
—Oh —el chico levantó repentinamente la cabeza y miró con sus oscuros ojos hacia Baekhyun. Estaban relativamente cerca, sus rostros apenas a unos centímetros de distancia. Estaba sudado y su cabello negro pegado a la frente—. Ah, hola —sonrió, como si no supiera que su sonrisa era encantadora—. ¿Eres nuevo aquí? Mi nombre es Kasper.
Kasper. Vaya nombre más raro.
—Ugh, algo así.
—Ya veo —finalmente, el chico se alejó—. Lamento haber entrado así como así, pero estaba cansado de que los chicos anduvieran atacándome sin piedad —abrió sus brazos y dejó que Baekhyun mirara su camiseta gris llena de pintura de varios colores—. Juro que sus golpes duelen más que teletransportarme cuando no debería, así que valió la pena.
Tardó unos segundos en pensar lo que sucedía, pero terminó por hacerlo: ese chico Kasper es un teleport y parecía haber estado entrenando. Lo sabía porque se había encontrado con Jongin ayer y éste también estaba totalmente cansado mientras se quejaba de la dura tarea que tenía como teleport y que ni siquiera estaba del todo recuperado por los golpes.
Por otro lado, el chico era atractivo y parecía como si lo supiera. Aunque extrañamente no supiera que su rostro tenía un extraño y placentero beneficio a los ojos de Baekhyun, éste seguía jadeando y mirándolo como si quisiera comérselo. Qué.
—Bueno —Baekhyun tuvo que carraspear para volver en sí—. Que bien por ti. Por lo menos haces algo productivo, yo estoy encerrado aquí con un par de tipos que se la viven jugando...
Sus palabras fueron casi bruscamente interrumpidas en el momento que Chanyeol ya estaba a su lado, arrastrándolo hacia atrás de él y casi empujándolo para que se alejara del otro. Los pies de Baekhyun se tambalearon por el jaloneo, pero logró estabilizarse justo para ver una extraña faceta de Chanyeol quien se mostraba serio y mirando directamente hacia ese tal Kasper quien solamente sonrió con gracia.
—Tranquilo, llamita —Kasper apretó los labios y levantó las manos aún en un toque divertido—. ¿Por qué la repentina interrupción?
—¿Qué crees que haces aquí? —la ronques en la voz de Chanyeol era palpable.
—Simplemente me escapé del entrenamiento. Donghae ha estado siendo un poco duro con todos nosotros.
—No debes entrar aquí y lo sabes —Chanyeol casi gruñó. Sus puños estaban apretándose a sus lados—. Desaparece.
—Ay, por favor —Kasper miró un momento hacia atrás, directamente hacia él. No obstante, Chanyeol se relamió los labios y bloqueó la mirada—. ¿Qué? No haré nada.
Baekhyun ladeó su cabeza y estuvo a punto de caminar hacia ellos y decir algo en su defensa, pero una pequeña pulsión le hizo retroceder. Su cuerpo se paralizó de repente y de un momento a otro fue nuevamente arrastrado —sin nada que lo sostuviera— hacia atrás a la derecha, quedando entonces a un lado de un Luhan de pie y con los brazos hacia atrás.
—¿Qué...?
Luhan lo acalló con un simple movimiento de cabeza. Baekhyun no tuvo otra opción más que fruncir el ceño y mirar en dirección hacia Kasper y Chanyeol quienes seguían viéndose sin ninguna pizca de compañerismo entre ellos. De verdad era una faceta muy, muy diferente del alto, precisamente se veía más maduro y enojado y por algún motivo no le gustó para nada verlo así.
—Entonces vuelve al entrenamiento. A menos que quieras que le hable al jefe Donghae para que te lleve con él.
—De acuerdo, de acuerdo —Kasper terminó por suspirar. Sus ojos se encontraron nuevamente con los de Baekhyun y sonrió manteniendo la gracia en él—. Sólo que te doy un consejo, Chanyeol.
El alto lo miró. Kasper se relamió los labios y palmeó con suficiencia el hombro de Chanyeol.
—Cuidado con las manos, no vayas a matarlo. Como la otra vez.
Y hubo furia, y tal vez algo de humo literalmente saliendo de la cabeza de Chanyeol, pero todo terminó en un guiño mientras que la energía del lugar se desestabilizaba un poco. Tuvo un pequeño dolor de cabeza, pero se disipó tan solo unos segundos después, precisamente al mismo tiempo que parecía que Chanyeol se tranquilizaba y volvía a la normalidad.
—Beige.
Baekhyun escuchó a su lado y sus ojos se abrieron para mirar a un sereno Luhan.
—Hablaste —murmuró con lentitud, saboreando cada una de las palabras.
Luhan le miró de vuelta y negó con la cabeza. Baekhyun juntó el entrecejo. Definitivamente alguien había hablado y estaba seguro que no era ni su voz, ni la de Chanyeol o de algún otro teleport colado en la sala. La cercanía de la voz había sido a su lado, física y el único allí era Luhan.
—Lo hiciste —instó—. ¡Dijiste beige! ¡Yo te escuché!
El rubio volvió a negar con la cabeza, pero no se veía confundido. Era como si simplemente no tuviera ganas de explicar nada y simplemente señaló a Chanyeol. Por un momento aún de aturdimiento, Baekhyun parpadeó e intentó asociar lo que había escuchado. Fue entonces cuando lo captó y buscó la palabra beige en la lona.
—Odio... —leyó tan pronto lo encontró—. ¿Chanyeol tiene un aura de odio?
Luhan no respondió, simplemente se le quedó mirando al morocho quien todavía estaba tensionado.
---
Un par de horas después, Chanyeol estaba como nuevo. Baekhyun no podía ver las auras, pero estaba seguro que el alto ya tenía una color amarilla por toda la extensión de su cuerpo. Finalmente había dejado de jugar, se habían despedido de Luhan —Baekhyun todavía le susurraba al otro que aceptara que hablaba, que le había escuchado, pero éste nunca le hizo caso— así que se tuvo que rendir ante eso.
Salieron de la habitación y fue entonces cuando comenzó a aprender de un entrenamiento de verdad por lo menos en el área de Ceniza: Chanyeol se había deshecho de su sudadera y se había quedado en una camisa negra sin mangas mientras se alineaba con lo otros fuego para iniciar el entrenamiento. Baekhyun se quedó al ras de la escalera calculadamente alejado del peligro y simplemente se dedicó a mirar cómo comenzaban a lanzar bolas de fuego de un lado a otro.
Allí se encontraba Ryeowook, con su pequeño cuerpo, pero gritando como si fuera un hombre grande. Su voz retumbaba en toda la habitación mientras que todos los chicos de allí se ponían en posición para hacer todo lo que ordenara. Pudo observar entonces a Chanyeol, quien había hecho pareja con otro chico un poco más bajo que él —qué va, que todos eran más bajos que él— para hacer movimientos y lucha cuerpo a cuerpo. Por lo que aprendía mientras el jefe de la sección fuego hablaba, era que, aunque un fuego casi nunca pelea cuerpo a cuerpo con una Heck, era de verdad necesario saber lo básico en caso de que se necesitara.
Los chicos se mantuvieron luchando por una media hora, y entonces el entrenamiento procedió a usar bolsas llenas de paja o algo así para simular ser Hecks. Tenían que apuntar, decir su divertido parloteo o esa mierda que decían antes de quemarlas vivas, y entonces lo hacían. Honestamente, Baekhyun diría que todos los hombres allí parecían saber lo que hacía y que conocían lo necesario para proceder y sobrevivir; pero nadie lo hacía como Chanyeol.
Era simplemente curioso. Había momento en que Chanyeol se reía tan fuerte cuando otro fallaba patéticamente y tenía que tragarse las sonrisas cuando Ryeowook lo regañaba por inoportuno o infantil. Aun así, Chanyeol continuaba disculpándose una y otra vez siendo entonces como un perrito pidiendo perdón. Lo que contrastaba con eso era el modo en que, después de las risas y tonterías, Chanyeol era perfecto para el trabajo.
Apuntaba y daba directo hacia la falsa Heck, podía hacer la bola de fuego del tamaña que pedía el instructor y aventarla con la potencia requerida. Todo estaba bien y era entonces cuando veía cómo Ryeowook tenía que tragarse sus palabras porque no había un regaño que mereciera.
Había veces, cuando Chanyeol daba en el punto exacto y pasaba, que compartía su línea visual con Baekhyun y él se obligaba a sí mismo a hacer los pulgares hacia arriba en señal de apoyo. Por un momento lo hacía por el hecho de que no quería dejar que el chico se diera cuenta de su media indiferencia, pero en realidad, con el paso de las horas, le llegó a realmente interesar el cómo era que los fuegos luchaban y precisamente lo cool que lucía Chanyeol lleno de sudor y su puntería.
—Muy bien bastardos, es todo por hoy, ya pueden irse.
Baekhyun escuchó eso tres horas después, cuando todos los chicos estaban más que cansado y sudados. El ambiente no estaba tan diferente: hacía un calor horrible dentro, Baekhyun sentía su cuerpo pegajoso y estaba medio desorientado por la falta de agua.
—Vamos a los dormitorios —una voz llegó a él y apenas se dio cuenta que era Chanyeol mientras le tendía una botella de agua a medio tomar. Su sonrisa estaba presente y una toalla estaba envuelta en sus hombros—. Está amaneciendo, es mejor irnos antes de que salga el sol.
Baekhyun no chistó ni nada, de hecho casi agradeció el agua y el que por fin salieran de allí.
Luego de despedirse de los chicos, ambos se encaminaron hacia el área Elemental de los dormitorios. Baekhyun caminaba con los ojos perdidos hacia el frente mientras que en su cabeza se reproducían los acontecimientos de su tiempo allí. La verdad, todavía no puede evitarlo. Exodia es un mundo demasiado fantasioso como para ser real, las circunstancias seguían siendo muy ajenas a su propia realidad y ante sus ojos no podía ser verdad. Era como si su cerebro estuviera meramente negando esa verdad.
—Mierda.
Baekhyun se detuvo en su lugar cuando escuchó eso venir de Chanyeol. La botella en su mano estaba vacía y se había cambiado de camisa antes de salir del área de Ceniza. Chanyeol levantó las cejas por su acción y siguió sonriendo hacia él.
—¿Ya la aprendiste? —Baekhyun suspiró, continuando con su caminata. Cuando llegó a un lado de Chanyeol, éste caminó igualmente.
—Es un poco curiosa —contestó con una risilla—. Todavía no estoy seguro en qué contexto utilizarla.
—No precisamente del modo en que la acabas de utilizar. No es algo así como una palabra con la que puedas iniciar una conversación.
Chanyeol asintió y tarareó en respuesta.
—¿Y qué hay de más? —Baekhyun lo miró confundido—. Quiero decir, de tu mundo. Dijiste que había un montón de cosas que nosotros no conocíamos. ¿Qué más de maravilloso hay en tu mundo que aquí no puede haber?
Baekhyun se relamió los labios. Recordó vagamente esa corta conversación que tuvo con Chanyeol en donde le explicaba a grandes rasgos las diferencias entre los sexos y la palabra mierda. Mentiría si dijera que no fue difícil: tratar de explicarle a un chico de casi su misma edad debería ser tranquilo, pero por algún motivo le parecía un tanto vergonzoso.
—Mhm —miró un momento hacia el suelo—. Bueno, hay un montón de cosas de hecho. Pero, de verdad no sé qué explicarte.
—Jaladita.
—¿Qué?
Baekhyun volvió a detenerse de imprevisto y lo miró sorprendido.
—Ah, escuché que dijiste eso, ¿en algún momento? —se tocó la barbilla y miró hacia arriba—. ¿Algo que nosotros nunca habíamos hecho o algo así? Recuerdo que estabas muy indignado. Ah —se detuvo de nuevo cuando lo miró un par de metros detrás de él.
Baekhyun se mordió el labio y carraspeó seguidamente. Oh, esto no era bueno.
—No es nada —se excusó—. Sólo algo... que no tiene mucha ciencia. Te lo explicaré luego, mejor vayámonos a descansar —caminó otra vez con un paso más rápido, pasando por mucho a Chanyeol.
—¿Me lo explicarás en la habitación?
—¡No! —Baekhyun casi chilló y le apuntó con el dedo—. ¡No! —repitió de nuevo con torpeza.
—Ah, anda, quiero saberlo —insistió el otro, corriendo a su lado. Ya estaban en la puerta de su edificio y Baekhyun prácticamente se la cerró en la cara. No obstante, Chanyeol no se rindió y la abrió en el momento justo para alcanzarlo en el elevador. Cuando las puertas se cerraron, el alto lo codeó—. ¿Tan malo es? Cuando le pregunté a Jungsu sobre a lo que te referías se puso todo nervioso y casi tiró su café. Se negó a contarme.
Baekhyun soltó un suave suspiro. Bien, no es un tema tabú y mucho menos uno del que no haya hablado con alguien antes, por Dios. Incluso hablaba de esas cosas con Jongin a veces cuando no había tema de conversación y no había ningún problema, pero eso era porque los dos conocían el término y la verdad, para que Chanyeol lo entienda, debería de saber todos los antecedentes tantos fisiológicos y funcionales.
—Puedo explicarlo, sí —Baekhyun miró con odio hacia el número tres que apenas demostraba que estaban en ese piso—. Pero... con palabras es un poco...
—¿Entonces por qué no me lo demuestras?
—¡Yah! —gritó sin ni siquiera darse cuenta. Sintió un extraño rubor en sus mejillas y agradeció el hecho de que el ascensor haya llegado a su piso y salió de allí lo antes posible. El gigante a su lado todavía estaba pegado a él—. Park Chanyeol, estoy a punto de soltarte un golpe, por favor.
Llegaron frente a sus puertas y Baekhyun comenzó a poner su contraseña rápidamente. Por otro lado, Chanyeol simplemente se le quedó mirando con los labios fruncidos y la duda en su rostro.
—Pero se supone que estabas dispuesto a explicar todo —se quejó en un tono infantil.
—Estoy cansado. El ajedrez y mirarte entrenar me dejaron frito —ironizó cuando logró abrir su puerta. Por un momento quería entrar, pero extrañamente se quedó con medio cuerpo fuera y sus ojos miraron el tierno rostro insatisfecho de su vecino—. Mira, se supone que tu hermano me dijo que no podía decir nada, ¿bien?
Chanyeol volvió a pucherear y escondió sus manos en lo bolsillos mientras se mecía de un lado a otro.
—Él no está aquí.
—Parece que tienes cinco años y no quiero darte una piruleta.
—Soy demasiado curioso. No podré dormir.
—Creeme, es mejor que no lo sepas —Baekhyun pasó el peso de un pie a otro.
—Hagamos un trato entonces —como si el niño de hace dos segundos hubiera desaparecido, Chanyeol se mostró firme ante él con los brazos cruzados—. Yo te doy algo que te va a encantar y tú me cuentas qué es eso de la jaladita.
Baekhyun achicó los ojos hacia él.
—¿Qué cosa puedes tú darme a mí? —bufó—. Mejor hay que...
—Seguro extrañas tu maleta, ¿no? —Las palabras de Chanyeol llamaron su atención y el idiota se dio cuenta de eso. Chanyeol sonrió con más grandeza y señaló su propia habitación—. Las rescaté del basurero, debes estar agradecido. Seguramente debe haber algo que querías de allí. Si te las doy, ¿me contarás?
Bien, era un intercambio muy tentador. En su maleta había cosas que extrañaría con grandeza, de hecho, quería ver si ese tipo de cosas seguían allí. Se relamió los labios, pero su firmeza seguía allí.
—¿No se supone que eso me pertenece a mí? ¿Por qué lo estás usando para chantajearme?
—Jungsu dijo que era preferible que no las tuvieras —Chanyeol sonrió con grandeza—. Me dijo que las tirara pero no lo hice. No puedo dartelas así como así, de hecho.
—Pero él no está aquí... —sus palabras fueron haciéndose más suaves y dio por hecho que estaba atrapado. Las pestañas de Chanyeol aletearon hacia él con un toque de 'te tengo' y Baekhyun no pudo hacer más que maldecir—. Hijo de puta.
Chanyeol se rió.
—Estoy seguro que eso es una mala palabra en tu mundo, ¿verdad? A menos que signifique que soy un genio o algo por el estilo.
Baekhyun se mordió los labios y no pudo evitar la risa que se coló entre ellos.
—Iré por las maletas —Chanyeol le guiñó el ojo y apuntó hacia atrás—. Tú por mientras prepara tu... magnífica explicación de la jaladita.
Sin más, Chanyeol se apuró en acceder a su propia habitación dejando la puerta semi-abierta. Baekhyun resopló.
—No sabes malditamente lo que dices.
De todos modos, dejó la suya de igual manera.
---
Chanyeol llegó a su habitación diez minutos después con su maleta y mochila en un brazo mientras que el otro cargaba con una vasija llena de snacks nada nutritivos. Había una extraña mezcla entre palomitas y chocolate, pero de todos modos Baekhyun lo aceptó con los ojos brillosos porque hace mucho no veía algo así. Antes de que llegara había aprovechado para darse una ducha de tan sólo tres minutos, así que tenía el cabello mojado y una sudadera color verde puesta con pantalones cortos. Chanyeol no estaba tan diferente: su cabello también estaba recién bañado y una camiseta negra con las palabras «you know» en ellas.
Cuando su atención fue dirigida hacia la maleta, casi se abalanzó sobre ella, pero Chanyeol lo alejó tan pronto quiso llegar a sus cosas.
—No —dijo, poniéndoselas detrás de su espalda—. Primero tienes que explicarme.
—¿Por qué eres tan malditamente terco? —hizo una mueca cruzándose de brazos—. ¡No es como si fuera a estafarte o algo!
—Te traje chatarra y tus maletas, ¿por qué eres tan sensible?
Baekhyun simplemente rodó los ojos e hizo que ambos se sentaran en el suelo. Chanyeol abrió una bolsa y tomó una papa para llevársela a la boca. Se la tendió a Baekhyun para que tomara una y éste le agradeció.
—Mira, ¿qué tal si mientras te voy contando yo abro mi maleta y veo mis cosas? —propuso con la boca llena.
Chanyeol achicó los ojos con una mirada de escepticismo.
—¿Puedo creer en que no vas a huir por la ventana o algo?
—¿Crees que soy un volador? ¿Cómo sobreviviré a seis pisos?
El alto asintió.
—Es verdad, bueno —sacó detrás de sí la maleta y se la tendió a Baekhyun—. Es mejor que empieces a hablar.
Baekhyun no comprendía por qué tanta necesidad de saber lo que eso significaba, de verdad que no veía la necesidad. Sin embargo, los ojos de Chanyeol siempre se mantenían firmes sobre él con ese toque esperanzador. Echando un suspiro, Baekhyun tomó el cierre de la maleta y comenzó a abrirla intentado no tener contacto visual con Chanyeol por el tema que iban a hablar.
—Verás —la verdad sí que era difícil—. En mi mundo... las personas a veces tienen necesidad un tanto más allá que la comida, el baño o la sociedad. Son cosas fisiológicas del cuerpo que aparecen en una edad predeterminada —abrió finalmente su maleta y se encontró con todas sus cosas allí—. Ya sabes, te había dicho que nosotros los hombres, a diferencia de las mujeres, tenemos un...
—Un pene, sí —Chanyeol lo completó con seguridad.
Baekhyun lo miró durante unos segundos, el chico seguía comiendo como si sus palabras fueran la historia más maravillosa para escuchar. Para no mirarlo más, comenzó a sacar sus cosas con cuidado y muy despacio. Algunas colocándolas en la cama y otras a un lado de él, en el suelo.
—Sí, eso. Pues mira, que hay veces que la cosa en cuestión se para o simplemente ves algo que te gusta mucho y... —levantó un poco su cabeza. Obviamente Chanyeol no estaba entendiendo nada, ni siquiera él se entendería en sí mismo—. A veces, necesitamos... —oh qué vergonzoso— ¿jalarla para satisfacernos?
Chanyeol se quedó en blanco.
—¿Me estás preguntando?
—No, no —Baekhyun echó un fuerte y estresante suspiro. Bien, nada de hablar con palabras bonitas, es mejor dejarlo salir todo ya—. Mira, que tú tienes un pene, sí, esa cosa que cuelga entre tus piernas. Pues, a veces, esta se pone erecta porque te calientas por algo o alguien. Entonces, si la llegas a tocar, pues se siente bien y entonces la tocas más y más y la comienzas a jalar hasta que esté lo suficientemente bien para entonces poder eyacular y terminar acá bien genial. Se le dice masturbación, eh, sí.
Sus palabras habían salido rápido y sin pudor y, cuando sentía sus mejillas totalmente rojas, podía ver a un pensativo Chanyeol quien aún se veía reacio a saber totalmente de lo que estaba hablando.
—Es verdad, a veces está erguida —Baekhyun dejó de sacar su ropa y miró al otro con un poco de sorpresa—. Quiero decir, a veces me levanto y lo está. Pero nunca la he tocado en sí, pero no mentiría si dijera que a veces las sábanas lo rozan y es agradable. Aunque, bueno, normalmente se calma con la ducha.
El cuello de Baekhyun estaba totalmente rojo. Incluso podía sentir cómo las gotas que caían de su cabello se deshacían por el ardor en su rostro.
—Entonces —Chanyeol recargó su espalda en la cama y extendió sus piernas. Tenía puesto un pantalón chandal y, para la gracia o desgracia de Baekhyun, su miembro era perceptible dentro de ellos—. Entonces cuando se levante de nuevo, entonces yo puedo tocarla. Espera, ¿cómo se levanta? ¿O puedo tocarla desde ya? —y, de un momento a otro, Chanyeol tarareó y metió desvergonzadamente sus mano en los pantalones.
Oh por Dios.
—¿Qué estás haciendo? —Baekhyun alejó instintivamente su cuerpo mientras veía a Chanyeol tocándose a sí mismo—. ¡Chanyeol!
—¿Una jaladita?
—¡Y-Yo no, quiero decir, lo sé, pero- pero no se supone que la hagas cuando hay personas alrededor!
Chanyeol no se detuvo, simplemente apartó la mirada de él y miró hacia el frente continuando con el movimiento. El alto susurraba algunas cuantas cosas imperceptibles para Baekhyun y él, malditamente, no podía apartar la mirada del todo del alto. Su respiración se aceleró un poco y la sudadera era demasiado caliente en ese momento.
—Mhm —Chanyeol articuló—. Se siente extraño.
—¡Basta! —Baekhyun le gritó—. ¡En serio, basta!
Chanyeol ladeó su cabeza hacia él y tuvieron que pasar diez segundo más para que se detuviera, y durante esos diez endemoniados segundos el hijo de puta seguía moviendo su mano y mirándolo directamente a él. Baekhyun, obviamente, no se salvó del todo. Tuvo una punzada en su vientre que le recorrió toda la espina dorsal, mandándole una señal a su maldita entrepierna de «oye amigo, eso luce sexy». Por suerte, Chanyeol finalmente se detuvo, pero eso no quitó el hecho de que Baekhyun tuviera esos efectos en él.
Sacando la mano de sus pantalones, Chanyeol simplemente se le quedó mirando a su semi-erección como si fuera la cosa más nueva y magnífica que haya visto nunca. Parecía estudiarla y Baekhyun se sentía totalmente provocado, la simple situación de que el otro no entendiera lo vergonzoso de la situación le hacía sentir de una manera un poco más expectante. Casi como si pudiera sacar algo de allí.
—Oh, tú tienes una también —inquirió.
Baekhyun abrió sus ojos cuando Chanyeol se acercó súbitamente hacia su entrepierna. Antes de poder hacer algo, Chanyeol colocó su dedo a través de la tela.
—¿Puedo tocarla? —preguntó, con sus malditos ojos de cachorro, y Baekhyun estaba tan jodido como la mierda.
—¡Fuera!
No obstante, su superyó actuó en razón y casi pateó a Chanyeol fuera. Se levantó con rapidez y casi corrió hacia el baño lo más alejado posible de él. Se encerró con un portazo y contó hasta diez para que su respiración pudiera calmarse. Se obligó a sí mismo a olvidar ese rostro de Chanyeol, ese poquisimo toque y la maldita calentura del momento.
Por Dios, no era precisamente un puberto quien se excitaba con todo, pero es que no era todo, era ese maldito idiota y su exhibicionismo.
Se quedó dentro unos buenos cinco minutos hasta que todo en él se hubiera calmado. Sus hormonas se estabilizaron y su piel recobró su color original. Con una fuerte respiración, Baekhyun carraspeó y tomó con seguridad el pomo de la puerta para salir y volver a enfrentar a ese idiota ignorante. Cuando estaba seguro de que tenía que decir alguna u otra cosa sobre el tema, cuando se encontró a Chanyeol inmerso en un libro toda palabra se le fue de su boca.
El chico sólo se dio cuenta de su existencia allí hasta que estuvo a tan solo un metro de él.
—Oh —Chanyeol bajó el libro. Su rostro estaba sereno y podía ver una suave pizca de lamento—. Lo siento. No pensé que eso te incomodaría, yo estaba simplemente sorprendido. No volverá a pasar —dijo con una voz normal.
Baekhyun se relamió los labios y simplemente se limitó a asentir. Se frotó los ojos y señaló el libro entre sus manos.
—¿Qué haces con eso?
—Ah, perdona, lo vi entre tus cosas —respondió. Sus cejas estaban fruncidas mientras que veía con curiosidad el objeto, ¡como si nunca hubiera tocado su maldito pene con el dedo...! Ya. Tenía que calmarse—. Vi la portada y era un poco pintoresca. ¿Qué clase de libro es este?
Baekhyun tuvo que ladear su rostro para identificar el libro. Se dio cuenta que era uno de los libros que había robado de la estantería de su extraño hermano. La verdad, no es una persona de lectura, pero pensaba que tal vez en el avión iba a aburrirse por tantas horas de vuelo o durante los momento que tuviera para leer —que probablemente sería nunca— y debido a eso echó un par de libros juveniles.
Era un libro llamado Nada, todavía no se explica por qué tuvo que meter ese. De hecho, recuerda que su hermano le había contado gran parte de la historia entre las comidas y, aunque no era un fan del todo, podía decir que era un libro con temas existenciales y joviales de la actualidad.
—Drama juvenil, cosas de la vida, tabúes—enlistó con pereza mientras se ponía de rodillas y volvía a sacar más cosas de su maleta—. Una vida de algunos chicos y chicas con sus problemas en la escuela y esas cosas.
—Chicas —murmuró Chanyeol con lentitud—. Ah, ¿una Heck algo así como buena?
—No una Heck, una simple chica. Alguien como tú pero solamente que con pechos y una vagina, tal vez. Lo que te había dicho —se encogió en hombros. Cuando metió sus manos de nuevo en la maleta, sacó otro libro—. Ah, otra novela. ¿Por qué agarro cosas tan idiotas? Ten —le aventó otro—. Éste está más llevado al romance. De hecho, si los lees puedas entender a lo que significa el amor. Tal vez, o por lo menos de una manera a como la sociedad lo transmite.
Chanyeol lo tomó con entusiasmo y lo analizó.
—¿Boy meets boy? —preguntó con curiosidad y con un acento extraño—. Qué cosas tan extrañas hay en tu mundo.
—Dirás qué cosas tan extraña escoge mi hermano para leer —chistó—. Allí donde lo ves se jacta de ser un intelectual y listo de mierda, pero en realidad es un chico demasiado soñador a quien le gusta la onda de Crepúsculo. Creo que incluso llegué a ver el de 50 Sombras de Grey en su estantería.
—No tengo idea de lo que estás hablando.
Baekhyun exhaló.
—Es mejor que no lo sepas.
Chanyeol se quedó en silencio durante unos momentos. Durante ese tiempo, Baekhyun se dio a la tarea de seguir arreglando sus cosas.
En su maleta tenía claramente su ropa para las dos semanas fuera, pero sí que había metido mucho más. Entre cosas de limpieza personal hasta juegos de mesa, Baekhyun había preparado todo lo necesario bajo cualquier circunstancia —lastima que no trajo su, no sé, máquina del tiempo para no montarse en ese avión y terminar en este mundito. Continuó sacando y sacando, hasta que, en un gran bonche de ropa, saltaron hacia la cama un trío de objetos que le hicieron medio avergonzarse otra vez.
Para su —ya casi siempre— mala suerte, Chanyeol logró divisar los objetos.
—¿Qué es eso?
—Nada. No... —antes de que Baekhyun pudiera volver a esconderlos en la maleta, Chanyeol los tomó y se separó de Baekhyun para observarlos.
—Como si no tuvieras nada puesto. Las satisfacción a la hora del sexo —leyó—. Protección garantizada.
—¡Park Chanyeol! ¡Es mejor que me des eso ahora! —Baekhyun se acercó para quitárselo de nuevo, pero Chanyeol pudo levantarse y recorrer la habitación mientras miraba cada uno de los objetos—. ¡Hey!
—¿Condones? —Baekhyun casi lo alcanza, pero Chanyeol levantó sus brazos—. ¿Para qué sirve esto? —sus ojos pasaron hacia la pequeña botella en su otra mano—. ¿Lubricante sabor a mora? ¿Es esto un condimento para lo comida o algo así?
Baekhyun se sentía realmente expuesto. Su rostro volvió a enrojecer y maldijo el momento en que se dejó persuadir por Jongin para que se viniera completamente preparado. Bien, claro que sus planes eran perder su molesta virginidad en algunos de los clubes del país, pero no era como si quisiera que todo el mundo se enterara tampoco. Y menos un chico quien no entiende ni una mierda de lo que se trata.
—¿Y qué es este pequeño aparatito?
—¡Quieres morir de verdad! ¡Detente allí mismo!
Chanyeol saltó aquí y allá, abrió incluso el lubricante y lo olió. Baekhyun lo seguía como podía, a veces tomándolo de la camisa, otras veces del elástico de sus pantalones y a veces lograba alcanzar sus brazos. Hubo un momento en el que el idiota tropezó con la maleta en el suelo, dejándose caer en él y entonces llevándose consigo a un Baekhyun enganchado.
Con un brazo de Chanyeol tomado por arriba, y el otro escondido entre ambos cuerpos, Baekhyun estuvo a punto de golpearlo de no ser porque, al parecer y sin querer, Chanyeol había activado ese pequeño aparatito de pilas haciendo que la vibración llegara a ambos en sus zonas individuales sacándoles entonces un suave gemido a los dos.
Baekhyun se alarmó y levantó la mirada hacia Chanyeol quien tenía igualmente —y finalmente— un rostro ligado a la vergüenza. Básicamente la mano de Chanyeol estaba atrapada entre ambos y para poder sacarla necesitaba que Baekhyun se levantara de su lugar, pero estaba totalmente tieso. Dejó —sin ninguna esperanza de no avergonzarse más a sí mismo— escapar otro jadeo porque se sentía bien y podía y le importó una mierda las buenas políticas del lugar.
Jungsu no está aquí.
No obstante, fue cuando la mano de Chanyeol intentó tocar su rostro cuando el ardor recorrió los nervios sensibles de él y tuvo que separarse por el dolor. Baekhyun gritó, haciendo su cuerpo hacia atrás mientras gemía por el ardor en su mejilla y apenas se dio cuenta que tenía una leve quemadura en sus pantalones cortos en donde había estado entonces la manos de Chanyeol junto con el aparato.
Oh, joder, pensó. Me pudo haber frito mi maldito pene.
—Creo que es mejor que me vaya —un minuto después, cuando el único sonido que había en la habitación era del aparato, Chanyeol tomó la iniciativa de hablar—. Lamento haberte quemado, de nuevo. No se supone que... yo no pienso cuando... ah —parecía totalmente torpe en ese instante—. Baekhyun, perdón. Tomaré prestados tus libros, gracias. Eh... nos vemos mañana.
Sin realmente más, Chanyeol caminó a tropiezos hacia la puerta y la cerró tan pronto pudo.
Baekhyun se quedó en el suelo, maldiciendo su maldita vida de mala suerte, y el jodido golpeteo en su corazón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro