Capítulo 5
—No llores, Baekhyun.
—P-Pero e-es que tú...
Decirle a Baekhyun que no llorara cuando estaba a punto sólo era algo más como 'Llora, llora todo lo que puedas y arruínate el rostro'. Jongin lo miró desde la cama de la enfermería con un rostro aburrido como siempre y mínimamente eso le dejaba en claro a Baekhyun que el chico no se iba a morir del todo —otra vez— porque tenía ese rostro.
Cuando pensó que todo había sido un desastre simplemente fue peor. Al parecer sí que todo EXO se encontraba bien, pero la definición de bien de Jungsu eran algunos huesos rotos y grandes heridas con sangre sobre ellos. Era como si el simple hecho de seguir respirando fuera un incentivo de que estaban perfectamente. Sin embargo, nuevamente su mente se fue por el inodoro porque había olvidado de una cierta especie de chicos quienes podían curar a los demás, por lo que los huesos rotos y otras heridas eran sanados en pocos minutos.
Había ido a la sala de junta —que se convirtió igualmente en una enfermería— y al primero a quien corrió fue hacia Jongin tendido en la cama con vendas en los brazos y un ojo hinchado. Por lo que supo Jongin no entendió la definición de 'Escóndete y no hagas ningún ruido' por la de 'Se un blanco perfecto para atacar'. Jongin apenas había escapado con suerte por su teleport, si no, ya estaría desaparecido de ese mundito.
—¿Cómo es que aguantaste doce horas vivo? —le preguntó mientras lo golpeaba por séptima vez en sus heridas—. ¿Simplemente te teletransportaste aquí y allá?
—Como si eso fuera tan fácil —Jongin gruñó—. ¡No es algo que pueda hacer así como así! Tengo que concentrarme para no acabar muriendo en el intento. Tampoco es como si al teletransportarme esté como nuevo cada vez, claro que no, pierdo las fuerzas gradualmente.
—Y más si llevas gente contigo.
Baekhyun miró hacia Jungsu quien estaba con los brazos cruzados y una bendita en la mejilla. El hombre miraba firmemente hacia Jongin quien ante las palabras se inhibió un poco. Baekhyun levantó una ceja.
—¿Llevas a alguien?
—Los teleport solamente pueden llevar a una persona con él en sus viajes —aclaró Jungsu mientras miraba alrededor de la habitación en donde había más camas con personas en ellas— y eso claramente es una carga más en su energía. Jongin decidió hacerse las del héroe y llevar a varios heridos a un lugar seguro durante los ataques. Hizo más de treinta viajes y es excedente para un novato como él, además del agotamiento del poder recibió varios golpes de las Hecks. Es sorprendente que no esté muerto.
Baekhyun miró a Jongin con un rostro sorprendido. En realidad, Jongin jamás hacía nada por nadie (excepto aquella vez que conoció a Baekhyun), incluso era difícil que el niño rico le pasara la tarea de inglés —asignatura que solamente se le daba bien— Jongin prefería ver cómo los demás se hundían en su hoyo de miseria. Escuchando eso simplemente no se lo creyó, pero al mirar el rostro medio avergonzado de Jongin se dio cuenta que era de verdad.
—¿Qué querías que hiciera? Estaban agonizando sobre el suelo —Jongin carraspeó y gimió cuando intentó moverse y su cuerpo dolió—. Ah, ¿por qué no me curan? Siento que me estoy muriendo aquí.
—Es tu castigo —dijo Jungsu.
—¿Eh?
—Los teleport no pueden estar de buen samaritanos, ellos son los encargados de proteger a las personas de su equipo y de hacer un escape cuando sea necesario.
—Ah, ¿y puedes decirme cuándo se me dijo eso a mí?
—Lo habría hecho —Jungsu no tenía ninguna expresión en particular— si no te hubieras escapado al baño y traído una Heck contigo. ¿Sabes el peligro en que nos metiste? Tuviste suerte de que la Hecks era de un nivel bajo, sino, todos hubiéramos muerto y Exodia hubiera llegado a su fin.
—¿Y ahora resulta que su mundito depende de mí? —Jongin estaba molestándose.
Baekhyun se mordió los labios.
—No —continuó el director. Después, pasó de mirar a Jongin a mirarlo a él—. Pero sí de Baekhyun.
De nuevo puso los ojos en blanco, pero poco después comenzó a reírse como un enfermo. Cuando se dio cuenta que nadie rió con él, carraspeó y luego paró. ¿De él? ¿Cómo puede depender de él? Baekhyun ni siquiera es capaz de cuidar a un hámster porque se le olvida alimentarlo ¿y piensan que es capaz de cuidar a todo Exodia?
—¿Qué intentan decirme? —pasó la mirada por todos los presentes—. ¿Que yo qué?
—Es solamente una teoría —Jungsu se acercó a él con pasos suaves, aparentando ser más viejo de lo que en realidad era. Cuando llegó a su lado, el director lo analizó un poco para después pasar su mirada hacia Chanyeol, pero aún hablándole a Baekhyun—. Puedes ser el indicado. ¿Sabes algo al respecto? —eso último fue hacia el alto.
Chanyeol miró durante unos segundos a su hermano y después suspiró encogiéndose en hombros. Baekhyun achicó la mirada hacia él, parecía aún un poco aturdido por lo de antes, incluso tal vez más molesto con un aura pensativa.
—Han sido dos días —Chanyeol apretó los labios e intentó relajarse—. No creo que debamos apresurarnos en nuestras decisiones.
Jungsu simplemente asintió con la cabeza y se encogió en hombros sin pedir más como respuesta.
—Por hoy todo ha terminado —habló un poco más alto para que se escuchara en la casa—. Descansen, que mañana empezamos a calcular nuestros errores para no cometerlos de nuevo. Es todo.
---
Cuando Baekhyun cayó en su habitación se dio cuenta de que estaba realmente cansado. Todos los sucesos de ese día —aunque escasos para él por desmayarse— se impregnaron en su mente y le dieron esa sensación de frustración que no le dejaba descansar como debía. Pensando, se dio cuenta que su posibilidad de por lo menos intentar salir de ese mundo estaba muy lejos de su capacidad, por lo que no tenía otra opción más que quedarse y ver poco a poco cómo era Jungsu podía hacerlo.
Por otro lado, Jongin obviamente no ayudaba en nada ya que se mantenía lastimándose y su última preocupación era ver cómo Baekhyun podía sacarlos de allí, era como si Jongin ya se hubiera acostumbrado a estar allí, ese imbécil.
—¿Exactamente qué voy a hacer yo? —gimió para sí mismo mientras se abrazaba a la almohada—. Salvar al mundo, claro —riéndose amargamente, Baekhyun cerró los ojos para quedarse dormido.
--
Durante las siguientes cuarenta y ocho horas los encuentros entre todos los chicos eran meramente para ver los daños causados por la llegada de las Hecks. Al parecer el daño no fue mucho mayor que las veces pasadas, pero continuaba siendo preocupante. Un par de chicos fuego habían muerto y otros tantos teleport igualmente, esas eran las cifras más habladas y al parecer las más importantes. Todo parecía una clase aburrida de estadística, por lo que Baekhyun mantenía su atención hacia afuera del edificio, concentrándose en cómo era que el lugar parecía como nuevo.
Ya no había desastres, cuerpos o destrucción. Todo estaba como cuando llegó y era asombroso cómo las personas actuaban normalmente. Desde su lugar podía ver ese lugar de cristal y vio cómo una docena de personas parecía entrenar allí. Por el suelo, había gente jugando con los poderes que eran posibles en sus manos, como efecto de concentración mientras miraban un libro al caminar, o como si estuvieran repasando qué clase de forma hacer con su respectivo poder.
En el cielo, los voladores iba de aquí para allá, patrullando más que nada. Aunque —en su mundo— llevaba cuatro día allí, todo seguía siendo tan fantasioso que hasta J. K. Rowling se sentiría amenazada por tanta belleza, una magia de verdad.
—Baekhyun —a su lado, la voz penetró en sus oídos. Claramente lo escuchó, pero prefería seguir mirando hacia afuera—. Eh, Baekhyun. Es hora de irnos, todo esto ya acabó.
Volteó hacia Chanyeol, encontrándose allí con su enorme sonrisa, una libreta de apuntes bajo el brazo y su atuendo un tanto extraño. Baekhyun no estaba seguro si ese chico intentaba parecerse a algún diseñador de modas o si simplemente agarra lo que encuentra de su talla y se lo pone.
—¿Ir a dónde? —preguntó estoicamente. Todos en la sala ya se estaban yendo.
—Te enseñaré un poco de mi poder.
—Creo que viendo cómo matas a las Hecks y con tus manos llenas de fuego es suficiente.
—Oh, vamos. Eso es sólo la parte desagradable —lo tomó la la muñeca y lo levantó con fuerza—. Además, como eres luz necesitas saber un poco de todos los poderes de aquí, ya que quieras o no pueden ser de gran ayuda para ti, incluso tú los complementas un poco.
En los pasillos, Chanyeol continuó parloteando sobre cómo era que los luz tenía ciertas características medio divergentes así como las precauciones que debe tomar en caso de qué o cuándo y la verdad eso sólo volvió a saturar a Baekhyun haciendo sus oídos sordos.
No se explicaba del todo cuándo fue que ese chico dejó de estar molesto con él, de un momento a otro ya estaba sonriendo de nuevo y soltando brillitos de emoción al verlo. Normalmente Baekhyun solamente mantenía una mirada neutral y lo escuchaba, escuchaba todo lo que tenía que decir porque prefería eso a romperle el corazón y volver a ese momento incómodo con él. Porque, a ciencia cierta, a parte de Jongin —quien se la pasaba desaparecido la mayor parte del tiempo, literal y metafóricamente hablando— el chico era el único de allí quien ponía un esfuerzo en ser algo así como su guía o acompañante para entender completamente todo lo que pasaba allí. Baekhyun casi podría decir que el otro le estaba coqueteando abiertamente, pero incluyendo el hecho de que allí todos eran unos vírgenes sin motivo, realmente no se llegaba a explicar cuáles eran las verdaderas intenciones de Chanyeol.
—Muy bien, aquí estamos —después de unos diez minutos de caminata, había llegado a ese lugar que se veía podrido y quemado y que, la verdad, tampoco olía demasiado bien. Baekhyun hizo cara de asco y el alto se dio cuenta de ello, por lo que solamente se rió entre dientes—. Bueno, no es tan maravilloso como te comenté, pero cuando te acostumbras el olor se hace uno contigo. A parte, no es como si tuviéramos opción, quiero decir, nosotros los fuego, estamos destinado a estar apartados y qué mejor un lugar en donde no le hacemos daño a nadie —con un pequeño empujón, Chanyeol abrió la puerta.
Definitivamente la frase 'no juzgues a un libro por su portada' no aplicaba aquí. El lugar estaba igual de feo por dentro y por fuera, parecía ser un salón de fiestas, aunque el suelo ya era completamente hecho de tierra y lo único que le quedaba de 'fiesta' eran esas escaleras majestuosas con adornos un tanto exóticos. Eran como esos salones en donde el novio bajaba por una escalera y la novia por la otra para así encontrarse entonces en el centro. Las ventanas estaban destruidas, el techo casi cayéndose encima de ellos y Baekhyun juraba que ese olor era una fusión entre carne quemada y popo de caballo.
Dentro pudo ver a por lo menos media docena de persona haciendo sus cosas, también. Todos parecían ser chicos de la edad, sacando fuego de sus manos, combatiendo unos contra otros y riendose porque 'uy, fallaste amigo'. Chanyeol sonrió a su lado, cruzándose de brazos mientras observaba a unos corretear a otros.
—¡¿Pueden parar?! —alguien gritó desde arriba, y eso hizo que todo el mundo se detuviera.
—Oh, aquí vamos —suspiró Chanyeol si apartar esa sonrisa.
Miró en la dirección donde todo lo hacían y se encontró con un chico un tanto... pequeño. Es decir, su voz no iba con su cuerpo, de hecho si a Baekhyun le hubiera gritado directamente se hubiera reído en su cara porque parecía más niño que nada. Bajó las escaleras con pereza, sus dos manos hacia atrás mientras que sus botas militares retumbaban por todo el lugar. Su camiseta sin mangas dejaba mostrar unos brazos no tan musculosos y su altura era incluso más pequeña que la de Baekhyun.
No obstante, todo el mundo allí parecía un poco cohibido y temeroso. Menos Chanyeol, claramente, Chanyeol nunca mostraba nada.
—Bien, sigan jugando idiotas —el hombre habló en el momento que llegó al suelo—. Veamos si se divierten igual cuando una de esas Hecks les quiera arrancar la cabeza, veamos si se divierten tanto como aquí.
Todos los chicos en el lugar parecieron repentinamente incómodos unos con otros mientras se inclinaban lentamente hacia ese pequeño hombre.
—Ese es Ryeowook —le informó—. Es el jefe de la sección fuego desde hace muchos años. Por más pequeño que se vea, tiene casi treinta. Trata de no cruzarte mucho en su camino si no quieres problemas, de verdad —Chanyeol suspiró con pereza, como si estuviera recordando sucesos que no quisiera.
—Parece como si tuvieras mucha experiencia en ello —sonrió hacia él.
Chanyeol gimió.
—Ni me lo recuerdes. A ese tipo le encanta hacernos correr por todo Exodia, como si eso fuera de gran ayuda a la hora de combatir contra las Hecks.
—¿No les ayuda en, no sé, huir cuando una Hecks se acerca?
Una sonrisa petulante nació en los labios de Chanyeol mientras que, repentinamente, acunó su rostro en sus manos mientras lo apretaba.
—Ella son las que huyen de nosotros, Baekhyun.
Sin realmente nada con qué responder ante eso, Baekhyun sintió un poco la sensación de las manos de Chanyeol. Era ásperas y un poco callosas, sus dedos eran gruesos aunque le provocaba algo así como calidez. Una calidez que se volvió con el paso de los segundos más fuerte, al punto de hacerle chillar en dolor.
—¡Yah! —gritó, golpeándolo para que lo soltara.
Chanyeol soltó un pequeño 'Oh' de sorpresa, alejando sus manos de él de inmediato. Baekhyun se tocó el área dolida y le ardió en el momento.
—Lo siento mucho Baekhyun —sonaba realmente preocupado. Parecía como si quisiera acercarse, pero sus propios pies se lo impedía—. No sé qué pasó, eso normalmente no ocurre, yo-
—Aquí —de un momento a otro Ryeowook entró a escena, llegando con una bolsa de hielo para tendersela a Baekhyun. Éste la tomó sin chistar y sintió un gran alivio en el momento que se la puso en los cachetes. El jefe de los fuego se cruzó los brazos y achicó los ojos en dirección a Chanyeol—. ¿Acaso tienes doce años? ¿Cómo es que no puedes controlar el calor de tu cuerpo? Pensé que ya habíamos superado esa etapa, Park Chanyeol.
Chanyeol momentáneamente se quedó sin palabras, incluso Baekhyun sintió un poco de pena por él, parecía un pequeño cachorro pateado. Se mordió los labios y rascó apresuradamente su cabeza.
—Lo siento de verdad, ni siquiera lo supe. Juro que no me había pasado antes, yo...
—Olvídalo Park Chanyeol. Es mejor que no vuelva a suceder, no estamos para pequeñas 'equivocaciones' que pueden costarle la vida a alguien y mucho menos a un luz.
Vaya, incluso eso para Baekhyun fue un poco rudo. Por más que ese tipo lo haga por su seguridad, estaba de más gritarle al pobre chico delante de todo el mundo. Sí que le dolió la quemadura, pero fue como en esas veces que te quemas con el sartén y ya está. Por otro lado, Chanyeol simplemente volvió a morderse los labios y bajó la cabeza con un poco de vergüenza.
Ryeowook no hizo nada más, simplemente rodó los ojos y se perdió entre los demás estudiantes. Dado al nuevo humor de Chanyeol, Baekhyun se sintió un poco culpable y con un tanto de remordimiento, no era un fan de ver cómo las otras personas salían lastimadas.
—Bueno, veamos el lado positivo —intentó sonar casual y evitar por todos los motivos que el otro viera su intento de reconfortar. Chanyeol apenas levantó la cabeza—. No tendré que preocuparme porque me salga barba, todos los folículos están quemados —se rió tontamente, Chanyeol aún no parecía convencido—. Mira, te digo que a mí me sale, pero no como a un hombre le gustaría, ¿sabes? Me sale por el lado derecho, pero el izquierdo se queda calvo como si fuera un loco que no sabe cómo rasurarse correctamente.
Chanyeol se dedicó a mirar un poco más, y luego suspiró.
—¿Te sigue doliendo?
—No, en lo absoluto —contestó rápidamente.
—Eres algo así como muy malo mintiendo —y, ante todo pronóstico, Chanyeol sonrió con suavidad. Baekhyun sintió un peso menos de encima—. Lamento eso de nuevo. No sé por qué mi cuerpo se calentó de más —se movió un poco y señaló hacia arriba—. Vamos, hay algo que quiero mostrarte.
Baekhyun sabía, sabía que no debía pervertir ese simple comentario.
Oh, pero sus hormonas.
--
Junmyeon sintió una fuerte incomodidad en su cuerpo.
Aunque él fuera el encargado del área Laguna —que de por sí ya era mucho trabajo— todavía tenía un montón de cosas que hacer con el papeleo de las otras unidades. Si bien, después del desastroso domingo pasado aún quedan por restaurar al cien por ciento el área de la biblioteca así como parte del edificio de Vida en donde Yixing le recuerda una y otra vez que debe ser arreglado ya que los chicos no se llegan a concentrar en sus estudios por los constantes jugueteos de los voladores.
No es que Junmyeon no se lleve bien con los voladores, más bien es que él simplemente no tolera que una persona esté de aquí para allá sintiéndose la gran cosa por poder volar. Usualmente logra detener a los chicos que se la pasan haciendo eso, jactándose de su poder y haciendo a los demás menos.
Es por eso que no se sorprendió cuando un cierto rubio llegó con el rostro enfadado, goteando y con una cara de indignación infinita.
—Estoy ocupado.
—No me importa —bufó Yifan, metiéndose en la oficina donde Junmyeon suele trabajar. Su rostro era impasible y sus ojos miraban fijamente hacia el aparato que tenía en frente mientras sigue tecleando—. ¿Era necesario hacer eso? ¿Crees que somos mosquitos a los cuales les puedes echar agua para que dejen de volar?
Después de un tecleo, Junmyeon se encogió en hombros.
—Estabas distrayendo a los chicos. Ellos me pidieron que te tranquilizara y así lo hice —lo miró durante un momento sin dejar de mover sus manos—. Y, como sabes tú más que nadie, las palabras no funcionan con ustedes. No les importa en lo absoluto lo que yo tengo que decir, así que debo tomar esas medidas drásticas.
El cabello de Yifan se le pegaba al rostro, su camiseta se transparentó por lo que Junmyeon podía ver fijamente cómo sus músculos se impregnaban allí y extrañamente volvió a sentir eso. Por más enojado o fastidiado que estuviera con Yifan, por algún motivo había algo que le hacía retroceder. No lo pudo encontrar en libros, ni tampoco a los otros chicos ya que ninguno de ellos había pasado por eso, así que entonces él tuvo que definirlo por sí mismo como una punzada estremecedora.
Había momentos, como ahora, cuando Yifan lo miraba fijamente y se relamía los labios. Momentos en donde había un pulcro silencio, el par de ojos mirándose intensamente y antes ningún músculo moviéndose. Y su respiración se aceleraba, su boca se secaba y su concentración desaparecía por completo y Junmyeon no lo entendía. No importa cuántas veces haya acudido con Yixing para que lo revisara, no había nada malo con su cuerpo y de todos modos había una reacción desconocida para todo el mundo.
—¿Qué? —Yifan preguntó unos minutos después, probablemente el rubio ya sabía lo que pensaba.
—Lo que hiciste aquella vez, no —se detuvo unos momentos, sintió algo parecido a la vergüenza recorrer su cuello—. Lo que me hiciste aquella vez cuando estábamos saliendo del comedor.
Yifan parecía demasiado tranquilo, aunque lo que Junmyeon no sabía del todo era que el alto apretaba fuertemente el sillón donde se había sentado. Dado a que Junmyeon en realidad no preguntó nada, el rubio no respondió, simplemente alzó las cejas hasta que el menor soltó un sonoro suspiro.
—¿Qué fue eso? —finalmente soltó.
Yifan desvió la mirada y carraspeó en el momento.
—No lo sé. Simplemente vi que tenías comida allí y te la quité. Mis manos estaban ocupadas, ya sabes, dado a que me hiciste cargar las bolsas para preparar el entrenamiento de los voladores.
Durante un segundo, Junmyeon se tocó los labios.
—Extrañamente —miró de nuevo hacia la pantalla y medio cerró los ojos al mirar las cifras de Exodia—. Se sintió bien.
—Agradable, ¿cierto? —Yifan interrumpió, su voz sonó un poco más curioso mientras se impulsaba hacia el frente y se acercaba al menor. Junmyeon lo miró acercarse sin ningún reacción en específico, hasta que su silla giratoria fue volteada terminando con un Yifan frente a él, chorreando todavía por el agua que le había aventando hace unos minutos y una mirada de pura curiosidad—. Lo descubrí apenas contigo, ese día —continuó—. Colocar nuestros labios juntos suena demasiado extraño, ¿no? Pero fue raro, incluso diría que placentero. Si tuviera que asociarlo con algo sería como si hubiera probado mi comida favorita.
Junmyeon se cruzó de brazos, su mente aún un poco revuelta.
—Por algún motivo no creo que eso haya sido correcto.
—¿Por qué? ¿Dónde lo dice?
—Sólo —se quedó un momento sin palabras—. Es algo que ni siquiera podemos explicar, ¿bien? Además, por algún motivo creo que eso es algo así como... ¿íntimo? Y se supone que si te odio, ni siquiera debería de gustarme el hablar contigo.
Yifan prefirió utilizar su cuerpo de nuevo, así que se acercó y juntó sus labios.
Ambos estaban en esa posición un tanto extraña, los labios simplemente unidos y sus ojos abiertos. Ambos parecían estar racionalizando lo que estaban haciendo, como si intentaran entender algo que nunca hubieran sentido jamás. Era básicamente para ellos una experiencia nueva, supieron que sus labios eran suaves juntos y que, si los movían, un cosquilleo satisfactorio llegaba a ellos.
El más alto se separó y se extrañó cuando vio las mejillas de Junmyeon un poco ruborizadas, pero ninguno de los dos sabía el por qué.
—Por algún motivo se siente tan familiar —Yifan se hizo hacia atrás con un suspiro.
Junmyeon solamente se relamió los labios y cerró los ojos intentando tranquilizarse.
—No lo hagas de nuevo —siguió mirando la pantalla, por el calor del momento ya ni siquiera sabía lo que había hecho—. Es problemático —con el rabillo del ojo volvió a mirarlo, y Yifan ya estaba torciendo su camiseta—. ¡Hey! ¡No mojes el suelo, idiota!
—Tú me mojaste —se excusó.
—Aun así, ugh —soltó un gemido de desesperación cuando intentó llegar a Yifan, pero éste ya estaba flotando en el aire, suspendido y acostado como si hubiera algo debajo de él. Estaba demasiado arriba, casi tocando el techo—. Sabes que con apretar un maldito botón puedo hacer que tú y todos tus amiguitos caigan en picada hacia el suelo, ¿no?
—Entonces hazlo —contestó de modo cantarín—. Sólo si estás allí para sostenerme.
Junmyeon bufó, soltando una fuerte cantidad de agua directo al rostro de ese chico.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro