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Capítulo 20




El regreso a Exodia fue silencioso.

Baekhyun se sentía cansado tanto emocional como físicamente, por lo que simplemente se limitó a seguir a los demás y, de vez en cuando, corresponder las quisquillosas miraditas que Chanyeol le enviaba. Si bien, él no había dicho nada, pero todo su lenguaje corporal era suficiente como para que hasta el que menos le conocía viera que algo andaba mal con él, que estaba incómodo y que prefería mantener distancia a todo lo que pudiera significar contacto.

La poca energía que Baekhyun tenía se vio levemente engrandecida cuando Leo asomó la cabeza entre los Exodianos que esperaban su llegada. Pasar por otro portal solamente era la gota que le haría desmayarse, pero lo contuvo al ver su sonrisa y sus ganas de preguntarle si estaba bien. Recordó que tanto Leo como Jisoo tenían algo de discordia con él, así que le sorprendió que el pequeño corriera hacia donde estaba, pasando su mirada entre él y su señor favorito —Chanyeol— con la intención de saber su condición.

—¿Ya puedo quitarme esto? —La cansada y colérica voz de Minseok gruñó, sacando desde debajo de su vestido una fruta podrida que ya apestaba—. Necesito una ducha.

—Pueden descansar. La misión ha sido un éxito, es hora de un merecido descanso.

Baekhyun casi se sentía mareado ante el cambio de Jungsu. Con las pocas palabras que había cruzado con Jongin, sabía que el director había estado insoportable al punto de gritar y ponerse histérico por su secuestro, y poco vio de eso, pero ahora parecía el mismo de siempre e incluso más afectuoso de lo que debería con Baekhyun.

—¿Puedes llevarme a tu habitación? —pidió Baekhyun en voz baja sobre la oreja de Jongin.

Su amigo lo miró desganado, como de todos los lugares ese fuera al que menos quisiera ir pero, al ver sus ojos casi cerrándose y esa extraña aura negativa hacia el chico fuego, asintió.

—Chanyeol —indiscutiblemente la voz de Baekhyun se quebró, mitad por la fatiga y por el hecho de que, por el momento, tenía que pensar un poco y aclarar sus pensamientos—. ¿Puedes dejarme ir? Tengo una promesa con Jongin, hoy es noche de chicos.

Los labios de Chanyeol se inclinaron y sutilmente, Baekhyun pudo apreciar, intentó insistir.

—También soy un chico. ¿Puedo ir?

Con una pequeña sonrisa y acariciando instintivamente su cabello, Baekhyun se negó.

—No. Se lo prometí, o más bien te dije que se lo dijeras.

Chanyeol pasó sus ojos de un chico a otro y Baekhyun se preguntó mentalmente por qué no insistía más (conociéndolo como es) ya que, tan pronto la primera negación vino, accedió, mirando de más a un Jongin con la mirada en algún punto perdido por el bosque.

—Bueno, Baek. Entonces te veré dentro de unas horas, ¿sí?

Con la mano en el hombro de Jongin y un pequeño apretón, Baekhyun se despidió de Chanyeol con la mano, dándole indicaciones a Jongin de que ya podían irse. Su amigo, sin rechistar o decir nada, chasqueó los dedos y desaparecieron, dejando a un Chanyeol antes sonriente, con una línea recta en sus labios.

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Acostado en la cama, con la cabeza colgando del colchón después de una larga ducha, Baekhyun no podía hacer más que hablar.

—Estoy tan confundido —Baekhyun se sinceró. Tan pronto había puesto un pie fuera de la civilización, su verdadero yo salió—. No sé qué pensar o hacer a partir de ahora. No sé quién miente, todos parecen sospechosos frente a mis ojos y... —tomó una respiración, analizando las líneas sobre el techo y una que otra quemadura extraña sobre él—. No es como si pudiera preguntar.

Jongin se había mantenido callado todo el rato que Baekhyun se había estado explayando. El más bajo le había contado absolutamente todo lo que le habían dicho o demostrado, sobre lo relacionado con Chanyeol y su antiguo compañero, sobre su —posible— verdadera función, lo que esa chica llamada Sooyeon tenía con ese tal Jihoon y, claro, la extraña atracción entre esa chica y Minseok (como dato meramente innecesario).

—Puedes... —La voz de Jongin flojeó—. Puedes hacerlo, de hecho. Eres de esos que no piensan mucho antes de actuar, así que no entiendo el por qué lo haces ahora.

—¿Y si me mienten de nuevo? —gimió Baekhyun—. ¿Y si Chanyeol me miente?

—Lo sabrás. Ese chico es tan explícito cuando se trata de ti que hasta da miedo. Y creeme —suspiró Jongin—. No va a hacerte daño. Y te lo digo yo. Te puedo dar toda mi fortuna si es que lo hace conscientemente.

Unos segundos pasaron y ambos volvieron a la interminables imperfecciones del techo.

Ya había pasado unas horas, las suficiente como para haber dormido, aseado y hablado. Lo que simulaba ser un sol estaba en su puesta y Baekhyun no estaba seguro si era porque empezaba a anochecer o estaba amaneciendo. Fueron, por lo que Jongin le dijo, no más de tres días que estuvo en Dásos y se sintieron como meses. Tantas cosas sucedieron allí que era incapaz de recordar cada una debidamente, pero el sentimiento y la manera en que pegaron en él era inolvidable.

—Pero, Baekhyun... —Jongin se la había pasado suspirando todo el tiempo—. ¿Sinceramente lo quieres? Nuestras prioridades han estado cambiando y siento que nos estamos desviando demasiado. No deberías enamorarte tanto.

Baekhyun estaba sorprendido. Jongin nunca se metía en sus —nulas— relaciones o cuando le llegaba a gustar alguien. Mientras fuera alguien sin extremas dobles intenciones, su amigo le dejaba vagar con cualquier chico de por allí mientras llegara a su casa antes del amanecer. Y entiende, , que Park Chanyeol no es un chico común y que, de hecho, están en otro mundo. Pero su voz, en su voz había algo de angustia, como cuando alguien intenta advertirte sin querer sonar como tal.

—¿Por qué seguimos aquí, Baek? —prosiguió Jongin—. ¿Por qué no hemos regresado?

—Sabes que si pudiéramos...

—Y si pudiéramos... —Su amigo le interrumpió, levantando medio cuerpo para quedar de lado y mirar el perfil de Baekhyun—. Si tuviéramos la posibilidad y las herramientas para salir de aquí, ¿lo harías? Todo este problema, ese inminente final de Exodia no es nuestra responsabilidad. Ni siquiera pertenecemos aquí. En un inicio tú te quejabas de que yo estaba bien adaptado, pero ahora parece que tú eres el que no piensa que nuestro objetivo final es salir de aquí y volver al mundo ideal.

Para ese punto, el cuerpo de Jongin ya se había erguido por completo y se había quedado mirando a la pared pegada a su cama.

—A ellos les importa una mierda si mueres o no —añadió Jongin—. Tal vez eres importante vivo, pero una vez que mueras, no les pesará el perderte como persona, sino como su salida de esta guerra.

Poniéndose a la par, Baekhyun se extrañó de esa actitud.

—Antes dijiste que nuestras únicas salidas eran luchar o huir de aquí —murmuró Baekhyun, mirándolo fijamente—. No sabemos cómo salir. Incluso si lo pedimos amablemente, no nos dejarán ir. Además... Además no puedo dejar todo así como así.

—¿Extrañarías la situación? —preguntó su amigo con ironía.

—Claro que no.

Jongin suspiró.

—Hay personas que son importantes para mí ahora —confesó Baekhyun, bajando la mirada y jugando con sus dedos—. Y son parte de aquí.

—Mierda.

Jongin maldijo, dejando caer su cabeza contra la pared, golpeándose un par de veces hasta que Baekhyun colocó su mano contra la frente del chico para que no se hiciera daño. Un minuto entero tuvo que pasar para que las voces volvieran a oírse.

—¿Jongin? —Baekhyun preguntó despacio—. ¿Te has enojado?

—¿No siente que algo falta?

La cabeza de Jongin giró sin despegarse del contacto de la mano de Baekhyun. Al mirarlo a los ojos, algo cayó fuerte en su estómago, era difícil ver a Jongin tan pálido. Mirando alrededor, Baekhyun no logró entender lo oculto en esas palabras, nada cruzó por su mente y el tener esos baches de falta de comunicación con su mejor amigo no se sentía bien.

—Kyungsoo está muerto, Baekhyun. Ha muerto y ya nadie ni lo recuerda. ¿Cómo quieres que me sienta cuando eso puede pasarte a ti?

Baekhyun pudo ver una verdaderamente falsa y esfuerzo de sonrisa en sus labios.

—Y ya ves. —Jongin elevó la voz, mordiéndose los labios al punto de hacerse daño—. Incluso yo me atrevo a preocuparme por ti a causa de él.

Otros segundos pasaron.

—No homo, por cierto.

Como si eso verdaderamente fuera a aminorar el impacto de la declaración, Jongin se mantuvo sonriendo con una increíble aura de desesperanza a su alrededor.

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—Lo sabía. Sabía que olvidábamos algo.

Baekhyun se había quedado casi dormido después de dos horas en donde fueron atacados con preguntas y exposiciones de los atentados en Dásos. Al principio las preguntas que se le hicieron a él fueron básicas: el por qué había cruzado el portal, cómo había sobrevivido y si había algo de información que pudiera favorecer a Exodia. Hasta allí, Baekhyun contestó a todo eso —evitó hablar sobre Sooyeon invetándose unas cuantas cosas— y no hubo nada más que los demás quisieran saber.

Jungsu fue más proactivo con Minseok y Namjoon quienes contestaban con sinceridad y, cuando Baekhyun creyó que hablarían de Sooyeon en su lugar, ambos al parecer lo dejaron fuera. Si era algo bueno o no, no lo sabía, pero por dentro se sentía aliviado. Claro que para ellos fue revoltoso el explicar por qué desobedecieron y jugaron con sus vidas, pero fuera de eso, todo parecía caso cerrado.

Hasta que Yoongi habló.

—A todo esto, ¿dónde está Jungkook?

La reacción fue tan igual en todos: un ¡ah! saliendo de sus bocas y los ojos abiertos. Baekhyun se sentía bastante confundido. Él no recordaba haber visto a ese chico en Dásos, de hecho, y por lo que supo apenas, solamente EXO había sido enviado a ese lugar junto con el par de teleports de más.

—Ay, demonios. —Namjoon se apretó el tabique, parecía que todavía tenía la sensación de poseer una peluca por el movimiento de cabeza que hizo—. Olvidamos que enviarían a otro fuerza por la muerte de Kyungsoo. Bien hecho, perdimos al fuerza de EXO y ahora el de mi equipo. Se nos están acabando también.

—P-Pero nada dice que está muerto... —farfulló Baekhyun intentando intervenir. Apretando los labios, su mirada pasó a Jungsu—. ¿Idearemos un plan de rescate?

El director pasó de mirar algunos documentos impresos a Baekhyun. Sus anteojos cayeron pausadamente sobre su nariz y se los acomodó en su lugar con un simple movimiento facial.

—Está muerto.

—¿Qué?

Jungsu tomó su taza, dándole un cierre imprevisto a la junta y entonces caminó hacia afuera. Baekhyun lo vio casi con la boca abierta y sus pies se movieron solos, siguiéndolo por detrás. Junmyeon venía detrás de él con un rostro que no le había visto jamás, tampoco se veía tranquilo, pero parecía incapaz de preguntar algo.

—Pero no ha sido mucho tiempo, incluso menos del que yo...

—No es importante Baekhyun, me encargaré de eso después, por ahora asegurate de seguir practicando.

—¿Practicando el qué? —soltó molesto. Jungsu se detuvo—. Me han tenido aquí haciendo nada. ¡No hay ningún cambio!

—Y está mejor así —suspiró Jungsu—. Mejor así que un ataque imprevisto de nuevo, ¿no? Mejor así que ponerte en riesgo. —Con eso último, el director ni le dio oportunidad de decir algo más, ya que rápidamente cambió el tema y el único quien podía seguir con eso era Junmyeon.

Los labios de Baekhyun se movieron de arriba hacia abajo sin poder creerlo y sólo le quedó soltar un suspiro de exhalación cuando se dio la vuelta y, sin esperarlo, un cuerpo aterrizó justo frente a él.

—Yo —dijo aquella persona como saludo. Cuando Baekhyun se sobó la nariz por el golpe que se había llevado, subió la mirada encontrándose con los ojos de Kasper—. ¿Por qué esa cara?

Sin saber qué contestar, Baekhyun solamente negó con la cabeza. Kasper sonrió, pasando su brazo por los hombros de Baekhyun y acercándose a él lo más incómodo posible.

—Me gustaría hacer muchas cosas contigo, pero viendo que tienes una horda de guardaespaldas a tu alrededor no creo poder conseguir ni diez minutos a solas entre tú y yo. —Kasper susurró, haciendo que Baekhyun inclinara su rostro por las cosquillas que provocó en su oído—. Así que desde ya te digo adiós y que fue un honor conocer tu bonito rostro. Aunque probablemente nos veamos más tarde de todo modos, pero por si acaso. Ah, no le digas a Chanyeol que dije eso, me hará arder el trasero.

—¿Adiós? —Baekhyun se alejó un poco, logrando obtener una visión de todo su rostro—. ¿A dónde te vas?

Kasper se alejó de él. Su expresión se veía impenetrable y no importa cuánto era que por la cabeza de Baekhyun pasara el hecho de que Kasper tenía algo con Kyungsoo y que se veía bastante bien como para entrever que estuviera herido, simplemente las situaciones no encajaban con la actitud de todos allí dentro.

—Mejor dirás: a dónde nos vamos. —Kasper se cruzó de brazos y miró alrededor—. Tengo que hablar con tu amiguito Jongin. ¿Dónde está?

—¿Qué estás diciendo?

Kasper no lo miró de nuevo, seguía buscando con la mirada a cada uno de los Exodianos que salían lentamente de la sala de juntas. Cuando Baekhyun pudo ver a su amigo caminando lejos de todo el mundo, dirigiéndose en la dirección contraria, el más alto reaccionó igual, señalando a Jongin y yendo directo hacia él.

Sin consolar las preguntas acumulándose en su ser, a Baekhyun no le quedó más que renegar. Tampoco perdió de vista el momento que Kasper llegó a Jongin, tocándole el hombro y su amigo, como si hubiera visto a su peor enemigo, le envió una mirada fatal. Estuvo entre interferir o no porque podía ver cómo era que Jongin estaba a nada de soltar un golpe mientras que Kasper le insistía en algo y fue hasta que el último tocó al otro y poco después desaparecieron.

—¿Qué rayos ha sido eso? —Baekhyun se abrazó a sí mismo por lo hombros. Repentinamente se sentía más pesado.

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Encerrado en su habitación y sin ganas de hacer absolutamente nada, Baekhyun se sentía cada vez más solitario.

No podría definir el ir a Dásos como un trauma. Ni siquiera entró en la categoría de secuestro y por lo poco que había escuchado juraría que incluso Jongin pasó por más estrés que él. No estaba enfermo, se alimentaba bien, no peleó con Jongin, todo el mundo siguió con su curso habiendo más o menos gente, pero para ese lugar, no era importante.

Si las cosas seguían así, y nada de lo que había mencionado antes era producto de su actual estado, entonces no tuvo más que aceptar que sus emociones actualmente dependía mucho de Chanyeol.

Lo había estado evitando todo lo que podía. No era por el hecho del miedo —eso ya se había ido al pasar las horas—, era más bien para seguir aclarando de su mente, pero esa excusa ya estaba agotándose para él e incluso para el alto quien no entendía nada de la situación a su parecer. Aunque estuviera en su habitación con todo el tiempo del mundo y quería pensar sobre ello no llegaba a ninguna conclusión. No le ayudaba en lo absoluto y la constante falta de gente y cariño le dio por darle peor.

Cambió de pose en su cama, ahora estaba de lado con la mano debajo de la almohada y mirando directo hacia el cuarto de baño con la puerta abierta y la luz encendida. No había nada maravilloso que ver o pensar. Si Baekhyun se lo proponía podría llorar de la frustración por no entender nada o por sentimientos de inutilidad o cualquier otra cosa para simplemente zafarse de lo que le apretaba en el pecho.

Si pensaba que Chanyeol era bueno el dolor seguía allí. Si pensaba que era malo todavía habría dolor. No había escapatoria, pensar en el alto siempre le traía un tutifruti de horribles emociones. Él era un amor prohibido pero a la vez no, lo suyo no era imposible pero sí impredecible.

—Pero... —Baekhyun susurró, manteniendo la vista fija—. Pero no es como si fuera a pasar algo. Lo peor que podría suceder es que me queme al acercarme a él. Fuera de eso...

Abrazó más la almohada.

—Fuera de eso no hay nada. Incluso Jongin lo aprueba... dentro de lo que cabe. Chanyeol no sería capaz de... ¿uh? —Al sentir algo duro debajo de su mano, Baekhyun la movió para asegurarse de que no fuera algo más de la almohada, pero cuando algo le volvió a picar, se levantó, mirando con sorpresa debajo de su almohada—. ¿Qué es esto?

Había un feo sobre color beige pegado con cinta negra. El aspecto se veía sospechoso y Baekhyun se tomó varios segundo para tomarla, pero finalmente lo hizo. Vio alrededor de ella intentando averiguar si había un remitente pero estaba completamente en blanco, no había ni una firma ni un nombre, pero pudo sentir que dentro había una hoja.

Con cuidado quitó la cinta, había bastante de ella, como si la persona quien la hubiera sellado no hubiera querido que fuera abierta, pero al final logró abrirla sin estropearla tanto. Sin pensárselo dos veces tomó la arrugada hoja llena de tachones y borraduras, letras grandes y pequeñas e increíbles faltas de ortografía. Estuvo a punto de dejarla a un lado porque todo eso era tan extraño, pero cuando sus ojos se toparon entonces con la firma y la atacante manera de empezar, su corazón latió como un loco.

"Eres un bueno para nada Baekhyun"

Baekhyun apretó los labios y sus manos temblaron. El apretón en la hoja era demasiado fuerte.

"Bueno no. Si eres bueno para variaz cosas. Pero es que eres muy ruidozo y te juntas mucho con el señor Chanyeol, y eso no es bueno, porque el señor Chanyeol se vuelve tonto contigo y entonces los dos se quedan tontos y eso no es bueno. Así que mejor no hagas nada y quedate conmigo digo no es que me agrades ni nada me algun dia voy a crecer y entonces yo podre protegerte mejor. Juntos acabaremos con las hecks y entonces habra paz en Exodia.

Como sea yo solo queria decir lo ciento."

Vio cómo era que la última palabra estaba tachada y entonces más abajo continuó.

"Siento es con s. Me mentiste cabeza de nabo, ¡ya no vuelvo a escribirte nunca jamas!"

Baekhyun soltó una carcajada que terminó en un quejido.

"P.d: El señor Chanyeol te admira asi que mas vale que le hagas sentir orgulloso y a mi tambien porque en un futuro yo tomare su lugar asi que mirame tambien niño raro. Leo y yo seremos invencibles. Ya lo veras.

Con odio, Jisoo."


Esa última firma vino con el nombre de Jisoo, al parecer intentó hacer algo extravagante así como las grandes firmas de Jungsu, pero resultó una simple línea en medio de su nombre y un círculo alrededor.

Releyendo la última línea una, dos y tres veces, Baekhyun decidió no llorar. En realidad, no quería hacerlo por más que en su pecho hubiera un calor profundo. Algo nuevo creció en él y, aunque pudo aventarse sobre la cama y desahogarse sin parar como cualquier otro lo haría, en vez de eso fue como si una luz se hubiera encendido en su cerebro.

La respuesta a todas sus preguntas ya no importaba. Aunque las experiencias estuvieras naciendo en él, los recuerdos cayendo en su cabeza como cascada y voces recordándole todo lo que había tenido que hacer para sobrevivir, a Baekhyun no le importó.

Volvió a respirar un minuto después. Jisoo creció, cambió y confió en Baekhyun con lo poco que él pudo brindarle y Baekhyun no tenía por qué hacerse el sensible si estaba dispuesto a pasar por eso. Tal vez todo este tiempo fue un simple remolino hecho a diestra y siniestra, tal vez Sooyeon quería meterle ese miedo profundo para que dudara de sus pasos y tropezara en el intento.

Si lo quisieran muerto, Baekhyun ya no estaría allí. Si tan sólo lo estuvieran usando, Baekhyun no lo entiende porque ahora se siente mucho más fuerte que en un inicio. Si Chanyeol miente, si tan sólo ese chico compartiera con él un par de palabras engañosas de su boca, entonces no estaría justo allí.

Tocaron la puerta.

Baekhyun se limpió una lágrima que juró no dejar caer pero no pudo evitarlo.

—Lo siento por pasar así. Era sólo que no respondías y me preocupé...

Sentado de rodillas en la cama, Baekhyun apreció cómo era que la gran silueta de Chanyeol se quedaba justo en la entrada de la puerta sin saber si dar un paso hacia el frente o no. Chanyeol jugó con sus dedos, traía ropa suelta y parecía recién bañado. Su cabello estaba hacia abajo, sus ojos brillaban debido a la falta de luz en la habitación e incluso Baekhyun podía escuchar los leves sonidos de su respiración agitándose al verse casi acorralado por la mirada de Baekhyun.

—¿Cómo sabes mi contraseña? —preguntó Baekhyun tan suave que temió que Chanyeol no pudiera escucharle.

Sin embargo, sí lo había hecho.

—La adiviné. —Los ojos se Chanyeol barrieron el suelo—. Seis uno seis uno. Me la copiaste.

—Olvido fácilmente las cosas.

Chanyeol sonrió, asintiendo y rascándose la cabeza. Por un momento el ambiente se volvió denso, el alto se había puesto nervioso y Baekhyun estaba levantándose, guardando la carta nuevamente debajo de la almohada y poco a poco se acercó a Chanyeol.

El fuego lo siguió con los ojos y, cuando Baekhyun iba a medio camino, habló de nuevo.

—Bueno, si estás bien entonces creo que iré a dormir. —Chanyeol señaló la puerta y sus pies casi se tropiezan al intentar dar de reversa—. Si necesitas algo sólo tienes que decirmelo...

—Te necesito a ti.

Ante eso, la mano de Chanyeol se quedó sobre el picaporte y miró a Baekhyun con las cejas alzadas. Acalorado, Baekhyun se mordió los labios sin dejar de devolverle la mirada al otro quien se veía cada vez más confundido y casi alarmado cuando los pies de Baekhyun volvieron a moverse hacia el frente.

—Yo... —Chanyeol se quedó quieto—. No creo que eso sea bueno.

—¿Por qué? —Baekhyun no se detuvo.

—Necesitabas tiempo a solas —formuló Chanyeol. Su mano libre se apoyó en la pared, como si hubiera un agarre que pudiera salvarlo—. Y no querías que interfiriera. Tal vez no me lo dijistes pero yo... —Cuando Baekhyun estuvo justo frente a él, sobre el escalón que recibía el pequeño recibidor Baekhyun pudo detectar cómo su respiración se había contenido—. Baekhyun —imploró, sin estar al tanto de a qué.

—Chanyeol —respondió simplemente.

—¿Cómo está Jongin? ¿Su noche de chicos fue bien?

Ante esas sorpresivas preguntas, Baekhyun asintió.

—Qué bien —contestó el chico fuego sin más, perdiendo contra su boca al crear una sonrisa.

El silencio que vino después fue torturoso.

Baekhyun podía ver justo en el centro de las pupilas de Chanyeol quien parecía incapaz de desviar la mirada o girar el pomo y salir de allí. Era como si todo dependiera de los movimientos de Baekhyun y el calor en la habitación comenzó a incomodarlo, al punto de querer despojarse de sus ropas y entonces hacer algo productivo con eso. Sus labios se resecaron, las manos de Baekhyun sudaron y Chanyeol definitivamente necesitaba una botella de agua.

—¿Por qué no vienes aquí? —Baekhyun preguntó.

—Estoy bien.

—Estás volviéndote loco —argumentó, extendiendo su brazo lo suficiente como para llegar a rozar el rostro de Chanyeol con la punta de sus dedos—. Quieres tocarme.

Y eso no era una pregunta. Que Chanyeol sea tan expresivo y transparente no era un secreto, todo el mundo lo sabía y específicamente Baekhyun aun más.

Al decir eso, Chanyeol exhaló como si lo hubiera estado conteniendo todo el rato.

—La última vez... me pediste que me alejara de ti y que no querías verme. —Baekhyun expandió los ojos al escuchar eso—. Así que pensé... Incluso si cuando saliste de Dásos te abracé, yo... no quiero ser una molestia para ti. No sé qué hice mal o si te lastimé así que intento, por más que no quiera, mantener distancia.

Baekhyun apretó los puños a sus lados para luego frotarse la cara con las manos.

—Yo no te lo decía a ti, yo no te diría eso a ti, ¡yo...! —Su boca se obstaculizó. Había tanto que explicar con eso, tanto que relatar y preguntar y ni siquiera sabía por dónde empezar.

—Sí, bueno. —Al fin una extraña sonrisa se formó en la boca de Chanyeol—. Algo así dijiste cuando nos comunicamos por el intercomunicador, pero no sé si era sólo por el calor del momento.

—Maldita sea, Chanyeol. El día que te diga de nuevo que te alejes de mí, estaría jodidamente mintiendo.

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De entre todas las personas Kasper era el último hijo de puta que quería ver.

Jongin ya había tenido bastante con compartir el mismo aire con él, viéndolo tan natural como si no hubiera sido el culpable de que Kyungsoo tropezara y cayera. En su mirada no había ni una chispa de remordimiento y aunque Jongin ya le había soltado un par de golpes en la quijada, sabía que no era suficiente, y menos porque el otro simplemente no se defendía.

Y porque no era realmente lo que le afligía.

—Puedes seguir golpeándome todo lo que quieras, pero te aseguro que terminarás rompiéndote los nudillos antes de hacerme un daño real. —Kasper escupió, un revoltijo entre sangre y saliva. En el suelo, ese chico sonrió, indeciso sobre si levantarse de nuevo o no porque Jongin se veía más que dispuesto a darle una patada—. Anda, hazlo. Desquítate. Hazme todo lo que quieras, y cuando ya hayas acabado, entonces hablaremos sin rencores.

Jongin se apoyó en la pared, Kasper los había llevado a una extraña bodega muy por detrás del edificio Elemental y desconocía el cómo salir. Si lo supiera ya se hubiera ido hace minutos, pero parecía que la única forma de salir de allí era a pie ya que por más que quería no podía teletransportarse.

—Qué tal si mejor te mueres —declaró Jongin—. Tal vez eso me haga sentir mejor.

—Vaya. Amenaza de muerte, no creí que fueras tan hater. Y sin embargo, no tienes pruebas de nada.

—Tus simples palabras lo confirman —Jongin dio un par de pasos, mirando a Kasper desde arriba. Se decidió por quedarse en el suelo—. ¿Por qué otra cosa me dejarías golpearte así sin más?

Con una carcajada, Kasper se medio sentó y cerró los ojos un momento.

—¿Por qué te importa de todos modos? Sabía que eras jodidamente molesto y todavía incluso con él muerto estás en este estado. Daría lo que fuera para que simplemente no te hubieras entrometido.

—Disculpa, hola, ¡mataste a uno de tus compañeros!

—La última vez que recordé la escena, Kyungsoo fue quien se tropezó y cayó.

—No me dejaste ir a ayudarlo —gruñó—. ¡Me empujaste para que no pudiera ir por él!

—No. Lo que yo hice fue salvarte porque estaba cien por ciento asegurado de que no tendrías el tiempo suficiente para sacar a los dos de allí. No espero un gracias, pero de nada... —Kasper no pudo decir más, ya que Jongin le soltó una fuerte patada en el estómago haciendo que perdiera el aire—. Bestia.

Jongin llevó sus manos a la cabeza y gritó, dando vueltas en su lugar y con toda la intención de volver a golpearlo. Desearía que Kasper simplemente desapareciera, que obtuviera lo que merecía y que Jungsu lo castigara por la traición, pero no había pruebas. Así como él decía, no había nada sustancial que apoyara su argumento y eso simplemente lo frustraba más.

—¿Y qué fue lo que le dijiste? —preguntó al ver a Kasper más recuperado y poniéndose de pie—. ¿Qué le dijiste que le hizo detenerse y hacer ese tipo de rostro?

—¿A ti qué te importa?

Con un solo movimiento, Jongin tomó el cuello de la camisa de Kasper y lo apretó, acercándose a él y mirándolo con llamas en lo ojos. Como era de esperarse, Kasper no se inmutó.

—No, en serio, ¿por qué te importa? No importa por dónde lo vea, tú no tuviste la misma clase de sentimientos por Kyungsoo que los que él tuvo por ti. ¿Así que por qué sigues actuando de esa manera? Él me tiene a mí.

—¿Por qué mierda sabes de sentimientos? ¡Qué sabes tú!

—Yo amo a Kyungsoo. Él es mío.

Jongin rodó los ojos.

—Abusabas de él. ¡Le heriste y por tu maldita culpa ahora está muerto! ¡No necesité estar enamorado de él para sentirme como la mierda!

Con la respiración acelerada, Jongin simplemente empujó lejos a Kasper. Al fin de su boca salió algo referente a lo que pudo llegar a sentir y lo que en realidad siente. Por más que Kyungsoo fuera tan obvio, por más que cada sonrisa atacara justo en el corazón de Jongin al punto de volverlo incómodo, por más que todas las noches tenía que hacerse el dormido para no espantar a Kyungsoo quien solía verlo durante un largo rato o se osaba a incluso dormir en la cama de Jongin para despertarse una hora antes que él para no ser descubierto.

Por más que hubiera querido, no funcionaba. No lo amaba.

—Sólo quiero volver a casa... —murmuró sin pensar.

—Es exactamente por eso que te llamé aquí.

Totalmente irritado por escuchar la voz de Kasper, Jongin trató de mirarlo de nuevo.

—Yo también quiero volver a casa. —Kasper elevó el mentón y miró a Jongin como si tratara de penetrar en su mente para que lo escuchara adecuadamente y sin mentiras—. Y cómo hacerlo. Sé qué clase de portal tengo que armar para que cruce al mundo ideal, es decir, de donde venimos nosotros dos. Para eso se necesitan a dos teleport quienes junten sus poderes y podamos abrirlo el tiempo suficiente para escapar de aquí.

Con esa declaración, Jongin se quedó atónito. No sabía qué le sorprendió más, el hecho de que Kasper pareciera ser en realidad conocedor del mundo ideal o proveniente de ahí —incluso todas las pistas iban llenando los cajones vacíos de respuesta en Jongin— o que supiera la manera de salir. Su mirada pasó de asombro al escepticismo, pensar que todo una trampa no era descabellado. No confiaba en ese chico.

—No te preocupes, yo cruzaré primero así que no te estaría enviando a una trampa mortal o algo. —Kasper parecía totalmente sincero, incluso se veía cansado—. Ya no hay nada aquí que me importe, mi misión se ha cumplido y tengo que regresar antes de que el director ese se vuelva loco o algo. A fin de cuentas, si yo muero aquí, ya no hay más oportunidades para mi como para los demás.

—¿Oportunidades? —preguntó. Ahora se veía interesado—. ¿Qué quieres decir?

—Puedes llevar a Baekhyun contigo y entonces todo estará hecho. Se olvidarán de Exodia con el paso de los años y volverían a sus vidas normales —contestó Kasper sin hacerle caso a sus preguntas—. Este viaje es ilegal, tienen una chance de un millón en que se pueda repetir, así que si yo fuera ustedes no me lo pensaría dos veces. Jungsu definitivamente no dejaría ir a lo que mantiene vivo a su querido hermanito.

Jongin se quedó totalmente mudo. La información que recibía era tan cruda, importante y era su pase de salida. Lo único que lo había mantenido allí, luchando y defendiendo, ahora se encontraba frente a sus narices.

—Mañana a esta misma hora en este lugar. Te espero con o sin Baekhyun, es tu decisión. Es real, lo juro por lo que quieras, y no tienes que preguntarme el por qué los estoy sacando de aquí porque tengo mis razones. Yo entré por cuenta propia y ustedes fueron obligados, pero nuestro destino será el mismo si nos quedamos aquí más tiempo.

Con las manos en los bolsillos y adolorido, Kasper caminó hacia la puerta de metal, metió una clave de acceso y la abrió. Ladeó su cabeza hacia atrás y Jongin pudo ver otra molesta sonrisa en su boca, pero una luz de alivio cruzó sus ojos, aunque para Jongin, seguía viéndose como un loco.

—Sólo espero que cuando crucemos no te metas en mis asuntos de nuevo, porque si eso ocurre —Kasper soltó una carcajada, pero perdió la sonrisa en menos de un segundo para volver a mirarlo—, no habrá poder que te proteja, imbécil.

Sin más, se fue.

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Entre la desesperación y la torpeza, Baekhyun no estaba seguro qué era lo que le afectaba más.

Los besos siempre habían sido pan comido. Baekhyun tenía una experiencia con ello y Chanyeol era fácil de aceptar y enseñarse a sí mismo cuándo debería mover sus labios, de qué forma y en qué punto meter su lengua sin incitar a que quiera comérselo o chuparle la cara como si fuera un perro. Como hombres, ambos podían excitarse fácilmente con toques debajo de la camisa, sus entrepiernas juntas y atacando justo en uno que otro punto que se conocían mutuamente y reafirmaban que era el débil.

Baekhyun sabía qué hacer con su mano. Si lo había hecho antes consigo mismo no había problema al hacerlo con otra persona, y definitivamente no hubo resistencia más que el hecho de que Chanyeol parecía demasiado primerizo en ser tocado que él no podía evitar sonrojarse más de la cuenta al tener el cuerpo entero de Chanyeol sobre él con la cabeza escondida en el cuello de Baekhyun mientras gemía quedo pero seguido, dejando cada pequeño sonido muy cerca del oído del más bajo lo que sólo le provocaba espasmos.

—Eres un bebé gigante —Baekhyun jadeó sin detener el movimiento, sintiendo cómo era que instintivamente Chanyeol movía sus caderas de arriba hacia abajo sin dejarle ver un poco del espectáculo visual—. Sal de allí y déjame verte —pidió, deteniéndose de pronto cosa que a Chanyeol no le agradó para nada, ya que gruñó—. No me estés gruñendo.

Mareado, Chanyeol separó su cara de la almohada dejando algo ensalivado el cuello de Baekhyun que ya contaba con ciertas marcas. Su flequillo tapaba la mitad de su rostro y apenas era capaz de sostenerse con los brazos.

—Dijiste que ya lo habías hecho —susurró Baekhyun, reanudando el movimiento y haciendo un trabajo en ambos sexos, dándose ese pequeño placer que tanto necesitaba. Él tampoco tenía el valor de mirarlo a los ojos, pero era suficiente ver cómo estaba excesivamente rojo.

—No es lo mismo.

Fue lo único coherente que Chanyeol pudo decir en el momento que su cuerpo cayó de nuevo sobre la cama, cerrando sus ojos y absorbiendo el posiblemente nada glorioso sudor de Baekhyun, pero el alto lo hacía como si fuera la fragancia que más desease en todo el mundo.

Baekhyun casi chilló porque aunque todo era muy vergonzoso nunca creyó que Park Chanyeol pudiera tener ese lado tan sensible (aunque el pene siempre te hace sensible, Byun, se diría a sí mismo), pero él tomando el control de la situación iba más allá de su imaginación. Tenía la opción de seguir así, correrse juntos y dormir, porque estaba seguro de que el alto no resistiría una ronda completa después porque era muy entrada la mañana y ambos habían sufrido de insomnio. Pero ahora que estaban juntos Baekhyun juraría que podrían dormir como bebés, pero la adrenalina corrió por su cuerpo, el simple pensamiento de llevarlo más allá le hacía hervir de más.

—Chanyeol —Baekhyun tuvo que colocar su mano libre en el hombro del fuego ya que lo estaba jodidamente aplastando y éste se veía a punto de llegar—. D-Detente, quiero probar algo más, deja de moverte tanto, mi mano se siente increíblemente ultrajada.

El alto volvió a gruñir, casi incapaz de detenerse, pero cuando Baekhyun apretó allí abajo no hizo más que soltar un chillido y enderezarse, quedando de rodillas sobre Baekhyun. Una de las manos de Chanyeol fue a su propio rostro y se cubrió todo lo que pudo, pero se obligó a sí mismo a mirar a Baekhyun.

—Duele —murmuró Chanyeol, refiriéndose a su erección.

Baekhyun estuvo a punto de aventarse sobre él e invertir las posiciones y terminar con la tortura, pero aquel deseo que había estado reprimiendo por un largo rato le ganó a sus movimientos instintivos y se tomó un par de segundo para respirar y alargar la experiencia.

—Si tuvieras que elegir entre... —Las mejillas de Baekhyun se sonrojaron incluso más de lo que ya estaban—. Entre mi boca y mi...

Se detuvo, ni siquiera podía decirlo.

—¿Trasero? —Chanyeol le completó sin previo aviso, lo que hizo que Baekhyun soltara un chillido.

—¡¿Cómo lo sabes?!

—Estoy seguro de que vi una referencia así en alguno de tus extraños libros... Pero no tengo ni idea de cómo rayos esto pueda entrar en... Ay no. —Chanyeol levantó la mirada hacia Baekhyun de manera alarmada—. ¡Te voy a partir en dos! ¡Ni siquiera se te ocurra!

La boca de Baekhyun se movió de manera extraña y se cruzó de brazos.

—Pero... —puchereó, su respiración seguía agitada—. Q-Quiero hacerlo. Dije que perdería m-mi virginidad así que si tiene que ser por allí primero entonces... está bien siempre y cuando no muera en el intento.

—¡¿Puedes morir?!

—¡Era un decir!

Chanyeol se veía todavía completamente indispuesto, Baekhyun casi podía ver signos de interrogación en su cabeza porque no tenía una idea física o visual de cómo era que eso se llevaba a cabo. Lo único que tenía a la mano fueron esos libros que no ayudaban mucho por la falta de detalles y roles de género. Pasó de nuevo su mirada desde su miembro a donde se suponía que debía meterla y volvió a estremecerse.

—No quiero lastimarte —dijo Chanyeol.

—No lo harás. Si no me gusta, pararemos. —Baekhyun atrajo de nuevo a Chanyeol, tomándolo por el brazo para que volviera a colocarse sobre él—. Además, en un futuro te haré lo mismo y podré vengarme —rió.

Algo estupefacto por esa declaración que iba a ser cumplida y era bastante verdadera, Chanyeol no tuvo tiempo ni de tomar una nueva bocanada de aire ya que Baekhyun lo empujó de nuevo hacia él y lo besó.

No fue muy difícil volver al estado en que estaban antes, en poco menos de dos minutos ambos ya gemían, sintiéndose el uno con el otro. Usando sus conocimientos en base a una cantidad de porno, películas eróticas, libros sobre sexo homosexual y consejos de amigos; Baekhyun instruyó a Chanyeol para que comenzara a tocarlo, acariciando sus muslos y besándolos —asegurándose primero de dejarle en claro que estaba completamente limpio, Chanyeol todavía dudaba con eso, pero poco después el placer lo cegó por completo— y entonces, cuando llegó al punto que más miedo les daba a ambos, lo tomaron con calma.

Por suerte, aún y siendo un desastre, Baekhyun recordó que en su maleta había artefactos de buena utilidad como condones y lubricante, todavía rememoriza cómo fue que en sus primeros días en Exodia Chanyeol había indagado en sus cosas, descubriendo y preguntando para qué eran y finalmente Baekhyun podría responderle con certeza.

Aunque le costó encontrarlo pudo dar con el lubricante en una esquina debajo de su cama, Baekhyun se preguntó si debería darle uso al artefacto que vibra para mayor rapidez, pero cuando vio que —bajo sus instrucciones previas— Chanyeol se veía tomando parte del líquido preseminal para colocarlo sobre el agujero de Baekhyun y uno de sus dedos ya estaba a medio camino, no le dio más que para soltar una exhalación.

Por un momento Baekhyun se quedó estático, el pánico lo abordó como una avalancha en menos de un segundo mientras sostenía sus piernas en su pecho, mirando a la nada.

—¿Estás bien? —Le preguntó Chanyeol, algo tímido al abrir el lubricante mientras lo echaba en sus dedos y sobre Baekhyun.

—N-No me hables, haz tu trabajo —respondió de manera robótica mientras que en su cabeza (aunque no dolía) se lanzaba porras sobre lo fuerte que era y que no iba a doler. No va a doler. No va a doler—. Poco a poco.

Chanyeol parpadeó algo confundido, y durante un minuto entero se dignó por indagar con un solo dedo. Se sentía extraño cómo era que en su trasero entrara algo ajeno, incluso se sentía viscoso y con el paso del tiempo Baekhyun lo veía como algo indiscreto. Sin embargo, ese dolor en el estómago poco le duró porque con un chasquido, Chanyeol hizo que Baekhyun bajara un poco las piernas de su pecho, todavía permitiéndole el acceso dentro de él, pero se las arregló para acostarse de una manera que todavía pudiera tocarlo dentro y tener a Baekhyun más cerca, sus bocas juntas y con los ojos mirándose uno al otro.

—¡Espera! —Baekhyun gimió, alarmado porque todo se volvió otra vez terriblemente vergonzoso—. No tienes por qué verme, esto es algo que se tiene que...

—Pero es aburrido si no te veo y eso de tener tus piernas como barrera no me gusta. Quiero asegurarme de que estés bien y que lo estés disfrutando.

—No voy a disfrutarlo tan pronto —Baekhyun se tapó el rostro con ambos brazos.

Chanyeol se detuvo un momento, pero siguió poco después.

—Entonces puedo aprender algo mientras esto dure. No quiero que te duela para nada. —Con otro movimiento, Chanyeol se enderezó mejor, quedando entre las piernas de Baekhyun con un dedo dentro de él.

—¿Uh?

—Hace poco me preguntaste si prefería la boca o... —Chanyeol se detuvo adrede, pero fue suficiente para que Baekhyun entendiera y para que se diera cuenta de que, aunque Chanyeol era un despistado de mierda, sabía a lo que se refería como el inteligente bastardo que era—. Supongo que puedo ponerlo en mi boca sin problema. Sólo te pido que si quieres hacer pis, me digas antes de que, bueno... —Se encogió en hombros.

Baekhyun estaba muriéndose.

—¡¡Park Chanyeol deja de decir esa clase de...ugh!!

Cuando Chanyeol lamió, el aire se le fue del cuerpo. El pequeño gemido que sacó sólo hizo que los ojos de Chanyeol se oscurecieran y que supiera a voces mudas de que estaba haciendo lo correcto. Fue suave al principio, debido al virginal acto —por qué mierda, sí, a Baekhyun nunca se la habían chupado en su vida—, Baekhyun estaba sensible al experimentar cómo una lengua lo recorría como podía, tratando de abarcar cada espacio.

El miedo se fue y finalmente Baekhyun dejó escapar más y más ruidos. La sensación en su pene se juntó con el dedo que poco a poco se movía con más libertad dentro de él, ya no se sintió incómodo, todo iba subiendo de nivel y su cuerpo simplemente podía responder con temblores.

Mirar a Chanyeol ahora mismo con esas intenciones siniestras de degustarlo era lo que provocaba en Baekhyun lo peor de sí. El cruce de miradas que vino después, como si el fuego estuviera pidiendo permiso para tratar de hacerlo, fue su pase a la muerte segura. Cuando bajó completo por toda su extensión lo único que pudo hacer fue gemir y agarrarle el cabello. Baekhyun no estaba seguro si Chanyeol lo hacía bien o no, pero le gustaba, mucho, y estaba a nada de sentir su clímax.

¡Auch! —se quejó Baekhyun y Chanyeol se separó de él rápidamente, su boca salivaba y sus ojos se convirtieron momentáneamente en unos llenos de preocupación. Baekhyun tartamudeó, pero una pequeña risa vino después y le acarició el cabello—. S-Sólo no muerdas, aleja tus dientes lo más posible...

Con un asentimiento y ya más tranquilo, Chanyeol volvió a lo suyo, haciendo jadear a Baekhyun. Todo iba mejor hasta que Baekhyun se dio cuenta de que otro dedo se escabullía por su trasero y ese sí que lo resintió un poco más. Ni con el lubricante se sentía mejor, la sensación de ardor le llegó, pero no tan fuerte como pensó que sería. Hizo una mueca de dolor y agradeció que Chanyeol estuviera ocupado como para verla.

Respiró con fuerza e intentó relajarse. Por suerte, por lo menos para ese punto, el placer era mucho más fuerte en su sexo que el dolor punzante allá abajo así que simplemente esperó a que Chanyeol encontrara lo que tuviera que encontrar. Baekhyun tampoco sabía si eso podría ser posible, espera que , pero hasta el momento no llegaba a sentir más que algo de cosquillas no lo suficientemente potente como para hacerle gemir o sentir algo nuevo.

Al percibir el movimiento, Baekhyun se dio cuenta que Chanyeol simplemente extendía sus dedos dentro y se movía de esa manera, sin sacarlos, así que con voz suave le pidió que intentara moverse de adentro hacia afuera, tal vez así darían mejor con su punto.

Ah.

Finalmente algo dentro de Baekhyun se retorció, creándole una excéntrica corriente eléctrica desde la punta de los dedos hasta la nuca, le erizó la piel y su rostro se pintó de un rojo vivo. Incluso Chanyeol encontró la diferencia, por lo que se separó con los labios hinchados y miró a Baekhyun con una sonrisa.

—¿Es allí?

—N-No lo sé, yo creo que...

—Intentemos otra vez. —Sin darle momento de decir algo más, el movimiento en la mano de Chanyeol fue rápido, golpeando duro justo en ese esponjoso bulto lo que solamente hizo a Baekhyun retorcerse, incluso gritarle a Chanyeol que se detuviera porque la sensación lo golpeó tan fuerte que sus piernas temblaron—. Así que de eso es de lo que hablabas —Chanyeol se mordió los labios. Se veía tan necesitado, incluso respiraba por la boca—. ¿Se siente bien?

—No preguntes eso —Baekhyun casi lo golpea.

—Pero quiero saber.

Baekhyun, ya con la respiración algo más tranquila, asintió. Chanyeol, algo así como orgulloso de su descubrimiento, estuvo a nada de intentar meter otro dedo, pero Baekhyun lo detuvo.

—Está bien, ya está bien, simplemente mételo —pidió Baekhyun—. Por favor.

Ahora quien entró en pánico fue Chanyeol, convirtiéndose en un gigante temeroso sin saber qué mover primero o cómo colocarse.

—Rayos, así, simplemente... —Baekhyun lo atrajo, tomándolo por los hombros y apretando las caderas de Chanyeol con los muslos—. Hazlo.

—¿Seguro que estás listo? S-Sólo han sido dos dedos.

—Tus dedos son terrible y magnificamente enormes. Puedo lidiar con lo que sigue.

Chanyeol lo miró a los ojos, Baekhyun sonrió intentando que la preocupación del más alto desapareciera de su rostro y paso a paso lo logró cuando vio que incluso el chico fuego ya no podía soportarlo demasiado.

El cuerpo de Chanyeol era caliente, más de lo que un humano, las manos de Baekhyun estaban rojas por el contacto pero poco le importó. Alineándose, Chanyeol se preparó y finalmente —besando suavemente la frente de Baekhyun— comenzó a penetrarlo, tratando de que fuera lento y seguro. El fuego se aseguró de que la mueca de dolor de Baekhyun desapareciera, dejando besos sobre su rostro y cuello, una de sus manos tocando a Baekhyun así como él mismo le había enseñado.

Totalmente dentro, Baekhyun preferiría que no se moviera para nada porque con cualquier ajetreo se le saltarían las lágrimas, pero lo contuvo como todo el hombre que era y se dejó mimar por un Chanyeol quien, decididamente, no se movería hasta que el rostro de Baekhyun dejara de estar fruncido y que de su boca saliera la indicación de que podría seguir.

—Puedes moverte —informó Baekhyun dos minutos enteros después.

Con eso, el primer movimiento fue tan brutal para ambos quienes sentían eso por primera vez. El gemido que Chanyeol soltó solamente incitó más a Baekhyun, emocionándose y gustándole cómo era que ese chico hacía ciertas expresiones que solamente él podía ver en esa ocasión.

Baekhyun. —Chanyeol dejó caer de nuevo la cabeza a un lado de la de Baekhyun, escondiendo su rostro pero sin dejar de mover gradualmente las caderas—. Se siente tan bien.

Baekhyun podría vivir con ello. En verdad no le importaría quedar allí, hacerlo todos los días, ver cómo es que un Chanyeol tímido pero a la vez tan proactivo se dedica específicamente a él, a darle todo lo que se merece y lo que su corazón —que latía con insistencia— pudiera brindar. Era una lástima que no pudiera escuchar el latido de Chanyeol, porque estaba seguro que eso simplemente le haría gemir mucho más fuerte.

Por suerte, el dolor y el ardor desaparecieron mientras el tiempo pasaba y, con sigilosos movimientos, Chanyeol logró dar una y otra vez hacia la próstata de Baekhyun, haciéndolo gemir como nunca pensó que lo haría, tan vulnerable y sinvergüenza que no le importaba ya si alguien los escuchaba o lo que fuera. Su cuerpo entero temblando, su virgindad yéndose por el desagüe y un rostro tan hermoso frente a él que era incapaz de apartar la mirada.

Ese momento era perfecto. Y si era con Chanyeol, nada podría ser mejor.

---


—Lo siento.

Baekhyun apretó los labios y miró fijamente a Chanyeol quien se veía increíblemente sudoroso, sonrojado y en una posición bastante significativa, de rodillas sobre la cama —desnudo, buen punto— y con las manos sobre su regazo.

—Puedo perdonarte, pero debe ser terriblemente vergonzoso para ti.

Chanyeol parpadeó.

—¿Acaso el más rápido no es el mejor? —El fuego se rascó la nuca—. Lamento que no hayas... ¿Cómo se decía?

—Terminado. Eyaculado. Liberado. Tenido un orgasmo —Baekhyun lo atacó con todos esos sinónimos y Chanyeol se encogía como un pequeño cachorro regañado. El chico se mordió los labios y la máscara molesta no le duró mucho, una carcajada salió de su boca—. Acabaste en seis minutos. Por lo menos no es un triste récord de tres.

—Era mi primera vez haciendo esto.

—Ha sido poco prometedor. Quién diría que eras un precoz.

Los ojos de Chanyeol mostraron confusión y, antes de que pudiera preguntar, Baekhyun le ganó a Chanyeol la palabra.

¿Qué es eso? —Baekhyun le arremedó. Chanyeol puchereó y siseó algunas cosas, pero Baekhyun simplemente se acercó y le revolvió el pelo—. Está bien, es normal por ahora. Sólo espero que no ocurra seguido. Sería bastante malo si eso siguiera así.

Chanyeol se tumbó en el colchón algo agotado, Baekhyun gateó hasta su lado y se dejó caer.

—Por eso la próxima vez tú irás abajo.

Tragando duro, Chanyeol se tapó sin pensar su trasero, pero viendo la fiel mirada de Baekhyun, supo que no tenía opción.

—Supongo que mientras seas tú está bien.

---


Despertar a Baekhyun con un suave movimiento de manos siempre significaba que sería un gran día, que estaría de buen humor y habría corazones voladores por todos lados. Sin embargo, si lo despertaban con un golpe en el estómago producto de un codazo a diestra y siniestra, sólo podía significar que sería un día de mierda dado especialmente por Kim Jongin.

—¡¿Qué...?! —Su amigo le tapó la boca tan pronto iba a comenzar a quejarse. Sus ojos todavía seguían algo nublados y lagañosos, viendo hacia la ventana, simplemente podía ver que todavía había luz por lo que debería seguir durmiendo—. ¿Jongin?

Jongin no habló verbalmente, se comunicó con él con los ojos y le pidió que se levantara. Confundido, Baekhyun quitó con cuidado el brazo de Chanyeol que lo rodeaba —por suerte se había puesto su pijama después de que Chanyeol se había encargado de su falta de clímax— y se levantó, mirando a Jongin como si se hubiera vuelto loco.

Su amigo tomó una mochila que tenía cerca y comenzó a meter algunas cosas. Con las cejas alzadas y todavía medio dormido, Baekhyun lo siguió por toda la habitación.

—¿Qué pasa? —susurró—. Oye.

Jongin se volteó hacia él, cerrando la mochila. Le dio un pequeño vistazo a Chanyeol quien seguía profundamente dormido y entonces tocó la mano de Baekhyun.

Las ganas de vomitar llegaron a su garganta y con eso se dio cuenta que Jongin los había teletransportado a algún sitio.

—Mierda. —Tumbándose en el el suelo por el mareo, Baekhyun cerró los ojos para que todo dejara de dar vueltas.

—Vaya, buena decisión, Kim Jongin.

Al escuchar esa voz, Baekhyun se sorprendió. El lugar parecía viejo y olvidado, era completamente hecho de piedra, había moho en todas las esquinas y grietas. No era un sitio muy grande, parecía más una bodega, pero la puerta se veía bastante reforzada e incluso llegó a pensar que era algo así como una prisión.

Todavía desorientado, y más por el hecho de ver cómo era que Kasper y Jongin hablaban sobre algo, Baekhyun se puso de pie con miles de preguntas. No obstante, cuando su boca se abrió, vio cómo era que un gran portal se extendía por toda la pared. Eran colores verdosos, se veía completamente hipnotizante, pero el simple hecho de ver un portal de nuevo después de todo lo que había pasado le hacía dudar.

—Kim Jongin —casi gritó Baekhyun cuando con el primer llamado su amigo no contestó—. ¿Qué está sucediendo aquí?

Jongin dejó de mirar a Kasper y se dirigió a él no sin antes ver su reloj.

—Es hora de irnos, Baekhyun. Ya he recogido tus cosas, la mayor parte de ellas que son importantes.

—Ah, espera... —Baekhyun levantó la mano—. ¿Irnos? ¿Irnos a dónde?

—Eh, no le contaste. —Kasper se rió desde una esquina. Comía una manzana con total tranquilidad mientras que en su hombro también había una mochila totalmente llena—. Interesante. Quedan cinco minutos, apúrense o los dejo.

—Jongin —Baekhyun volvió a llamarlo, tomándolo por el brazo y susurrando—. ¿Qué mierda? ¿Por qué estamos frente a un portal en medio del día?

—Finalmente lo encontré Baekhyun. Al fin podremos salir de aquí. —Su amigo se veía algo emocionado e impacientado.

—¿Q-Qué quieres decir?

—La manera de volver al mundo ideal está aquí. Tenemos nada de tiempo para cruzarlo antes de que se den cuenta. Esto es ilegal Baekhyun, tenemos que irnos ahora. Si pasamos por aquí Jungsu ya no podrá mantenernos y juro por mi madre que si es necesario no subirme otra vez a un avión en mi vida para evitar esto, lo haré. —Jongin revisó un par de cosas en su mochila y después sonrió, tomando a su amigo por los hombros—. Nos libraremos de Exodia, de todo este mundo al fin. No más peligro ni muerte Baek, lo hemos logrado.

Estaba completamente sin palabras.

—Nos quedan cuatro minutos. Cuando quede uno voy a cruzar, allá ustedes si lo hacen —advirtió Kasper con una mirada más fija, algo molesto por retrasar su plan.

Jongin asintió y tomó la mano de Baekhyun para acercarlos al portal.

—Vamos, Baek...

—Espera. —Sin moverse de su lugar, Baekhyun no se atrevía a dar un paso más. Su corazón latía bastante rápido, Jongin se veía completamente extasiado—. ¿Por qué...? ¿Cómo es que...? Jongin...

—Te lo explicaré en casa, Baekhyun. Por ahora tenemos que cruzar, ya es hora...

—¡No! —Ante esa contestación tan fuerte, Jongin se sorprendió—. Yo no... puedo irme así, Jongin. Todavía hay muchas cosas... Hay tantas cosas que faltan.

Al escuchar eso, el atisbo de felicidad de Jongin se vio opacado, su boca hizo una línea recta y sus ojos perdieron el brillo del inicio. Hace mucho no tenía un contacto visual tan cara a cara, los ojos de ambos se veían perdidos y alborotados, como si las acciones del contrario no tuvieran nada que ver con su naturaleza.

—Baekhyun. —Con una voz grave, Jongin casi tartamudeó—. ¿Qué dices?

—No iré... No... No puedo irme.

Un poco más brusco, Jongin apretó los hombros de Baekhyun y respiró con fuerza.

—¿Por qué? Es nuestro plan. Era lo único que teníamos que buscar para salir finalmente de aquí. Y está frente a ti, Baekhyun.

Mirando con desconfianza hacia el portal y de paso a un Kasper ocupado viendo su reloj, Baekhyun volvió a negar. No. Aún no era tiempo, todavía quedaban tantas cosas que hacer, tantas preguntas que debían ser respondidas y finalmente había empezado algo con Chanyeol. No podía dejarlo así sin más, él había decidido permanecer al lado del chico fuego, de ayudar a Exodia, de descubrir lo que realmente sucedía en ese lugar.

Iba a cumplir los sueños de Jisoo.

—No puedes irte, Jongin, no... No podemos —Baekhyun tocó sus manos con delicadeza.

¿Qué?

—Esto no ha acabado Jongin, Exodia sigue en peligro.

—¡Ha acabado para nosotros!

El grito resonó en las cuatro paredes, haciendo eco y casi provocándole un agudo dolor en los oídos de Baekhyun. Sintió algo formándose en su garganta, sus labios temblaron y pudo ver a través de los ojos de Jongin qué tan desesperado se veía. Lo entendía, pero sus pies no se movían, su cuerpo entero le exigía quedarse.

—No hay opción Baekhyun, hay que irnos. —Jongin lo empujó cerca de portal, pero Baekhyun forcejeó todo lo que pudo y se alejó de él para que no lo aventara así nomás—. ¡Byun Baekhyun!

—¡No iré Jongin!

—Si te quedas aquí puedes morir. ¿Acaso no lo entiendes? ¡Esto no se trata de un juego!

—¡Ya sé! —La voz de Baekhyun se cortó al gritar—. Lo sé. ¡No soy estúpido! ¡Sé que estoy en peligro pero...! ¡Pero sé que si estás aquí podemos superarlo!

—¡Baekhyun!

—¡Una vez dijiste que no podías irte sin mí de aquí! —le dijo, poco le importó si ya estaba llorando o no—. ¡Por qué haces esto cuando yo no estoy listo! ¡No puedo irme ahora! Hay... Tengo... Hay gente que es importante aquí, no podemos sólo dejarlos sin nada, ¡se supone que soy el único que puede...!

—No quiero perderte a ti también, ¡¿de acuerdo?!

Baekhyun se calló de inmediato cuando vio los ojos rojos de Jongin, su rostro transformándose en una bolsa de nervios agitados. Nunca se habían gritado así en su vida, sus peleas nunca habían llegado a más que disculpas sin importancia.

—No puedo quedarme aquí siendo incapaz de dormir por todo lo que ha sucedido. —La voz de Jongin sonaba igual de rota—. ¡No puedo estar en esa habitación y sentirme culpable todos los días de mi puta vida! ¡Nunca voy a superar el hecho de que alguien ha muerto por mí culpa!

—¡No fue tu culpa!

—¡Le rompí el corazón! —gritó Jongin totalmente descontrolado. Se tomó un par de segundo y se tragó el nudo en su garganta—. Y eso no se puede arreglar.

Kasper, quien prefería quedar ajeno a todo, simplemente avisó que el tiempo había pasado y que atravesaría el portal. Se despidió sin importarle la situación y lo cruzó, dejando un minuto para que las cosas se resuelvan. El silencio fue eterno en la cabeza de Baekhyun, pero sólo pasaron diez segundos hasta que su mochila fue arrojada al suelo, cerca de sus pies.

—Me iré —decidió Jongin.

Baekhyun apenas podía ver bien, sus ojos estaban nublados y las lágrimas se acumulaban.

—No te vayas... —Fue lo único que Baekhyun pudo murmurar sin sollozar.

—Te quiero Baekhyun —confesó Jongin, finalmente mirándolo a los ojos—. Te quiero mucho.

—J-Jongin... —Baekhyun sollozó, dando un pequeño paso hacia el frente.

Simplemente negando con la cabeza, Jongin dudó entre acercarse por última vez a Baekhyun o no, pero sólo tomó su mano, dándole un apretón de consuelo.

—No mueras.

Y, con eso, su mejor amigo soltó su mano, dejándola caer a un lado de su cuerpo.

Todo pareció ir en cámara lenta, los pasos de Jongin hacia atrás, la decepción en su expresión y las pocas ganas de seguir. Fue una última mirada lo que le tendió Jongin y entonces, a tan sólo diez segundos de que se cerrara, desapareció, dejando a un solitario Baekhyun quien cayó al suelo.

—No sólo le has roto el corazón a Kyungsoo, hijo de puta —susurró débilmente hacia la nada.

Su mejor amigo lo había abandonado.

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(_) Gracias por la infinita espera (_)

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