Capítulo 19
Sooyeon gimió en el momento su dedo se astilló, deteniendo su trabajo manual y metiendose el dedo en su boca. Su cuerpo se encontraba exhausto, ni siquiera había sido una hora desde que empezó a trabajar y estaba lista para dejar todo y volver a la cama.
Sus ojos dieron hacia la ventana, fijándose en cómo era que Dásos se encontraba en un punto intermedio, sin mucho movimiento, o eso creyó hasta que escuchó voces y voces viniendo desde la parte posterior de su choza, confundiéndola. Se levantó con un suspiro, esperaba que fuera Yuri con el dichoso chico, no obstante, tan rápido como identificó las voces, fue suficiente como para que todas sus extremidades se tensaran y entonces, el pánico recorriendo todo su cuerpo.
—No es como que me encante estar aquí, de todos modos. —Sooyeon abrió los ojos y casi tropieza en el momento que se escabulló hacia la ventana siguiente, por donde podía ver mejor ese recorrido principal. Sacó poco a poco su cabeza, intentando no hacer ningún ruido que la delatase y, al ver a todo ese conjunto de Hecks alrededor de esas especiales, maldijo—. La Casa Blanca necesita descansar de nosotras un poco y nunca nos hace daño el pasearnos por Dásos, somos las dueñas, además.
—Oh no... —Sooyeon apretó los dientes—. No, no, no —miró hacia la puerta, esperando a que mágicamente ese par que se había ido minutos antes regresara lo antes posible.
—También ha habido un extraño cambio de energía en Dásos. Es como si hubiera algo fuera de lugar —continuó la chica afuera, quien ya estaba pasando por arriba de la cabeza de Sooyeon detrás de la pared—. Debemos investigar qué sucede. Ya se han enviado varias chicas al punto muerto por si acaso. Y... —De un momento a otro la mujer se detuvo, justo enfrente de la ventana.
Sooyeon trató de ni siquiera respirar.
—Y, ¿por qué no? Debería darle una visita a mi hermanita.
—Demonios —Sooyeon pataleó en el aire—. Krystal.
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Baekhyun estaba entre llorar, enojarse o reírse a carcajadas.
—Cállate, estúpido —granzó con fuerza Minseok mientras lo alejaba lo más posible de la puerta. Trató de que Baekhyun se metiera en uno de los cubículos, pero éste estaba demasiado estupefacto con su lucha interna de emociones—. Me caes bien, no es que te odie, pero ya pasé un mal rato usando este vestido, así que es mejor que te calles y que no hagas ni un sólo ruido hasta que Namjoon se asegure de que esté libre el área —le informó deprisa, en un susurro, mientras callaba su boca con la palma de la mano.
Recapitulando: Baekhyun estaba en Dásos, se había entregado a la boca del lobo él mismo al seguir a toda una horda de Hecks. Tuvo que depender de Yuri a quien, si le soltaba la mano, entonces podría darse por muerto. Y entonces, llegó Sooyeon, una ex princesa de la Casa Blanca, ese lugar resplandeciente que está en la punta de toda esa vegetación y estructuración hacia arriba. Pudo convencerla —en realidad Yuri lo hizo— de que era buena gente y entonces podría ayudarlo a salir de allí sin que nadie se diera cuenta. Pero luego, cuando esa bruja se enteró de que era el compañero de Chanyeol, firmó la acta de 'te odio mucho por ser amigo de mi enemigo' y el pequeño secreto de Baekhyun estaba en la cuerda floja, rematando con el hecho de que había sacado a la luz cosas que no debió hacer en relación a Chanyeol y su pasado. En conflicto, Baekhyun tuvo que airearse, confundido por el secreto de su corazón, chantajeó a Yuri para que le echara esos polvos mágicos que le hacía durar poco tiempo cubierto, sin la necesidad de tocarla. Entonces, fue al baño y se limpió el rostro, y luego...
—Oh por Dios.
—¡Deja de repetir eso! —regañó Minseok por quinta vez, ahora con un pequeño golpe en la espinilla de regalo.
El chico ligeramente más alto y con una cabellera castaña hasta la cintura, así como unos increíbles pechos macizos al punto de que Baekhyun sintió ganas de tocarlos; miró hacia atrás, cruzando los ojos con Luhan quien continuó la mirada hacia Namjoon, inmerso en una peluca color rosa.
—Es la única que quedaba. —Namjoon se lamentó.
—No es momento para eso, Namjoon. ¿Está libre? ¿Esa Heck se fue?
—No. Parece como si estuviera esperando a alguien —Namjoon miró hacia Baekhyun, totalmente empotrado sobre la pared—. Creo que a él.
Algo más lúcido, y sin un intento suicida para reírse a carcajadas y llamar la atención, intentó hablar, pero Minseok estaba siendo cansinamente sobreprotector.
—No, Baekhyun. No sabes lo que hemos sufrido para entrar aquí y finalmente encontrarte. Han sido horas, tuvimos que sufrir el hecho de ver a esas monstruo sin ropa, ¡no puedo olvidarlo! —gimió Minseok, intentando pasar el cabello falso hacia atrás.
No creo que haya sido tan malo, pensó él, al ver cómo las mejillas de Minseok estaban intensamente rojas y su respiración bastante acelerada. Y estaba seguro de que no era por el simple hecho de estar en la base enemiga, no.
—Ugh —Baekhyun removió un poco la sudada mano del chico hielo, y logró airear su boca—. ¿Cómo rayos sabían que estaba aquí?
—Más acción, menos palabras muchacho. —Con un asentimiento, Minseok lo tomó de la ropa, sacándolo del cubículo para llegar frente al espejo del lugar—. Tenemos menos de treinta minutos para salir de aquí o nunca lo haremos. El grupo A está esperando fuera de los portales, cualquiera estará bien, ¿verdad Namjoon?
Con una mirada pícara, como si estuviera totalmente inmerso en el personaje, Namjoon se volteó hacia él, moviendo su falso cabello rosa de aquí para allá y aleteando sus pestañas. Todos sintieron un escalofrío, ese chico simplemente asintió.
—Hace minutos les informé que habíamos encontrado al luz, así que están listos. Si es necesario entrar, lo harán, Jungsu se escuchaba terriblemente frustrado —suspiró, Baekhyun casi lo podía ver como una colegiala enamorada—. Como sea. ¿Mato a la Heck esa? Se ve algo tonta —dijo, mirando por una rendija de la puerta abierta.
—¡No puedes! —gritó Baekhyun, mucho más alto de lo que debería ya que inmediatamente Minseok volvió a tlaquearlo, cerrándole la boca. Con murmullos y jadeos, Baekhyun intentó liberarse de nuevo. Tenía que explicarles la situación—. ¡No puedo alejarme de ella! ¡Si no la toco en menos de dos minutos las Hecks me olerán y entonces los muertos seremos nosotros!
—Para empezar. —Minseok bufó, limpiándose la saliva de Baekhyun en su vestido—. ¿Cómo es que estás con ella? ¿Por qué estás defendiendo a ese monstruo?
—Mejor pregúntale cómo es que sigue vivo. —Zitao, con su melena rubia, achicó los ojos hacia él.
—Bueno, nosotros lo estamos y sólo mírenos. —El hielo se frotó el rostro, frustrado—. No hay tiempo para esto. Debemos salir de aquí y no podemos desperdiciar el poder de Zitao ya que servirá sólo una vez porque luego, tan pronto acabe ese corto minuto, ellas se enterarán de todo.
Baekhyun se mordió los labios y casi refunfuña porque no lo escuchaban. Le quedaban tal vez sólo segundos para que su olor saliera a la luz y ese cuarteto de bastardos estaban discutiendo el cómo salir en vez de preocuparse por los daños colaterales. Estaba harto de sufrirlos.
—¡Baekhee! —Desde afuera, la voz de Yuri se escuchó de pronto, haciendo que todos allí sostuvieran el aliento—. ¡Tienes que acabar ya! ¿Acaso te dio diarrea? ¡No queda mucho tiempo!
Divididos en pares, los Exodianos se pusieron dos de un lado de la pared izquierda y los otros en la derecha, dividiéndose justamente para atacar en el momento preciso. Baekhyun iba a hiperventilar, no quería que Yuri saliera lastimada por esos chicos y todo estaba pasando demasiado rápido como para pensar justamente.
—Tú la tomas y yo le rompo el cuello —ordenó Minseok, con la voz sumamente baja y haciendo señas para que le entendieran—. Si es necesario, Namjoon, y la cosa se pone fea, toma a Baekhyun y teletransportate cerca de la salida tres. Allí es donde están Jungsu y Chanyeol, sólo quedaría superar a las posibles Hecks de la barrera.
—¡Espera! ¡Ella es una Heck buena...!
Y, antes de que pudiera decir algo más o evitar el ataque, un cuerpo más alto y estruendoso entró en los baños, desubicando a los chicos allí, quedándose fríos porque la chica frente a él —quien claramente no era Yuri—, le importó una mierda los demás y solamente señaló a Baekhyun.
—¡Byun Baekhyun, o mueves tu trasero o yo te obligo a hacerlo, tienes que irte de aquí antes de que la reina pise un pie fuera del castillo!
Estupefacto, Baekhyun no hizo más que mantener los ojos abiertos y la boca seca, sin saber lo que ocurriría después o si, de plano, podría considerar a Sooyeon muerta por ser un peligroso testigo. Detrás, Yuri entró de igual manera, abriéndose camino entre todos para llegar a Baekhyun y tocarlo, justo cuatro segundos antes de que su olor se expandiera.
—Oh, que camaradas tan bonitas. —Yuri sonrió, nerviosa, apretando con ganas la mano de Baekhyun—. ¿De qué sección son?
Como si esas palabras hubieran traído a la vida la visión periférica de Sooyeon, sin previo aviso, la chica empujó sus manos hacia ellos, haciendo que todos volaran hacia atrás, golpeándose contra las paredes y gimiendo, mientras que sus cuerpos caían al suelo.
—Heck demoníaca —siseó Minseok, dando inicio a una posible lucha, pero entonces, Baekhyun se le fue encima (trayéndose a Yuri con él) para calmarlo y evitar que una avalancha de poderes se adueñara del lugar—. ¡¿Qué demonios estás haciendo?!
—¡Todos somos del mismo bando, así que dejen de luchar! —sentenció, mirando con rudeza hacia Sooyeon quien ya estaba lista a propinar su segundo golpe—. ¡Todos quieren que yo salga de aquí, pues bueno, entonces trabajemos juntos para lograr eso!
—¡Mentiras! ¡¿Ya te lavaron el cerebro?!
—¡Claro que no, si estoy vivo, es por ellas!
—¡Sólo quieren engordarte para luego comerte!
—¡Antes muerto que gordo! —gruñó—. ¡Deja de gritar, maldita sea, nos descubrirán!
Entre forcejeos y gritos, Minseok y Baekhyun simplemente siguieron, luchando una guerra sin motivo mientras que los demás se quedaban allí. Sooyeon, enojada y con la línea de la paciencia al borde desde que Baekhyun puso un pie en su casa, hizo otro movimiento, separándolos.
—¿Pueden dejar de perder el tiempo? Si vienen por este espécimen raro, ¡lárguense ahora antes de que sea demasiado tarde!
Minseok bufó, casi enfurecido porque una horrible Heck le estaba dando órdenes, pero entonces, sintió cómo la palma de Zitao se colocó en su pecho, para que se calmara. Tanto Namjoon como Luhan tenían esa misma mirada en sus ojos.
—Oye, tú, yo te conozco. —Zitao se inclinó hacia ella, y Sooyeon estaba a punto de golpearlo. Un segundo después, el chico tiempo abrió los ojos y la señaló como si fuera un gran hallazgo—. ¡Woah! ¡Espera! ¿Acaso tu no eres Jessica? ¿La gran famosa Jessica Jung, dueña de mis ojos y tan fría como la nieve, pero que con una simple mirada cálida es capaz de derretir tu corazón? ¿Eres ella?
—T-Tú, esa frase, cómo... —Y, definitivamente, el cambio drástico del comportamiento agresivo de Sooyeon se calmó, casi como si hubiera sido un tranquilizante.
—¿Jessica Jung? —preguntó Namjoon, ahora completamente interesado—. ¿La que nos iba a ayudar? ¿La que estaba con Jihoon?
—Sí —afirmó Tao, todavía algo curioso—. Jihoon hablaba de ella, la famosa buena Heck, por más que esa frase suene tan imposible.
Baekhyun vio cómo era que la cabeza de Sooyeon bajaba y bajaba, dejando de lado su faceta violenta y demostrando una profunda tristeza. Yuri y Baekhyun cruzaron miradas por un momento y la primera simplemente se encogió en hombros, con eso fue suficiente para saber que no tenía ni idea. Volviendo a ellos, leyó la atmósfera, y casi se sintió a él mismo pasando por una avalancha de recuerdos.
—Creí que estaba muerta —intervino Minseok, poniéndose de pie todavía dudoso—. ¿Por qué estás tan seguro de que es ella?
—La vi hace años, cuando por primera vez Jihoon la mostró a nosotros. Eramos pocos, probablemente tú no lo viste en persona, sólo oíste de ella. —Zitao suspiró, cruzándose de brazos—. Ya sabes, no quería a nadie peligroso quien pudiera intentar matarla, por lo que me juntó a mi, a Yixing, a Chanyeol y a Jimin, en ese tiempo. Pero qué raro, Chanyeol definitivamente dijo que había muerto. Se lo aseguró, directamente, al director.
Todos se quedaron en silencio por un segundo. Luhan dio un par de pasos hacia el frente para poder mirarla mejor.
—La frase de antes era la que siempre usaba Jihoon para describirla, por algún motivo me hacía vomitar —continuó el chico tiempo—. Después del plan de estos dos, y la posible alianza, no nos cabía duda de que era confiable pero... —rascó su barbilla—. ¿Qué es lo que sucedió realmente? ¿Por qué estás viva?
—Antes de este encuentro emotivo —Minseok bufó—, contesta esto. No podemos simplemente hablar con una Heck así como así, me siento sucio, así que responde, tú. —Se acercó más, casi encarando la cabellera cabizbaja de la chica. Algo escéptico, pero al final fuerte, Minseok obligó a Sooyeon a levantar la cabeza, tomándola del mentón. Nunca nadie creyó que eso podría suceder—. ¿Realmente eres buena? ¿De verdad ayudaste a Baekhyun sin dobles intenciones?
Baekhyun desconocía a esa persona. La mirada que Sooyeon le tendía no era ni quejica ni indiferente, era totalmente, si pudiera llamarlo así, pura y deprimente. Sintió como si su pecho se estrujara y repentinamente quisiera protegerla.
—¡N-No me mires con esa cara y responde! —gritó Minseok, totalmente colorado y tocado como Baekhyun, en un mecanismo de defensa al sentir cosas frente a una linda chica triste. Definitivamente lo catalogaría en la sección heterosexual, sí—. ¿Sinceramente apoyaste a Jihoon?
Con un exitoso intento de no tartamudear frente a ella, Minseok la miró fijamente y ella hizo lo mismo. Poco a poco, la mujer se relajó, convirtiendo su rostro en una roca al punto como Baekhyun la conoció y, entonces, respondió:
—Primero, no vuelvas a decir su nombre en vano —gruñó ella, alertando al chico hielo—. Y —suspiró—. Sí. Soy bueno, creo, supongo. El hecho de que no estuvieran en el suelo con cada hueso roto les dice algo, ¿no?
—Definitivamente es ella, ese sarcasmo era legendario —rió Zitao.
Minseok calló a Zitao con una simple mirada y luego pasó a mirar a Luhan.
—¿Qué tal? ¿Qué dice su aura?
Luhan se quedó mirándola un rato. Era frustrante esa tensión silenciosa, esperando a que descubriera sus sentimientos, pero para ponerla así, el color de las Hecks siempre era blanco y para poder ver algo a través de ese, necesitaba tiempo. Luego, el tiempo suficiente después, el chico con cabellera negra trenzada y falsa, subió su pulgar, aclarando que decía la verdad, alejando el color morado (mentiras) inexistente de las mentes de todos.
Todos suspiraron de alivio.
—Bien —Minseok gruñó de nuevo, como si no estuviera totalmente satisfecho. Luego, sin motivo alguno, su voz se tornó extrañamente suave—. Entonces, ¿vas a ayudarnos? Estando aquí, ¿vas a volver a retar a la Casa Blanca? Si se enteran, podrían degollarte... —Tras un momento, Minseok apretó los labios algo alterado y negó—. ¡No es como si yo estuviera preocupado, pfff, claro que no! ¡De una cosa horrible como ustedes!
Una vena en la frente de Sooyeon pulsó, así como sus dientes rechinaron.
—Nadie te preguntó, imbécil, ¿ya vas a soltarme? Tu horrible cara exodiana me quema los ojos.
—¡Qué te pasa! —chilló Minseok, finalmente soltándola.
—¡Bueno! —Baekhyun se puso delante de ellos dos, tratando de sonreír mientras que muy dentro quería simplemente irse a un rincón y llorar porque estaban en una situación de riesgo, ya habían perdido bastante tiempo y parecía ser el único en cuenta de eso—. Cuál es el plan, ¿mhm?
Después de una intensa guerra de miradas de odio entre Minseok y Sooyeon, voltearon hacia él, casi al mismo tiempo.
—¡Sacarte de aquí, por supuesto! —dijeron al unísono.
—Eso es obvio. Pero, ¿cómo vamos a hacer eso? —cuestionó, sintiendo el enfado en todo su cuerpo, pero sin perder la sonrisa.
Sooyeon rechistó, dio grandes zancadas hasta la puerta y echó un ojo por el lugar. Su pie se movía de arriba hacia abajo y miró su pequeño reloj atado a la muñeca.
—Si tu plan es simplemente teletransportarse con el de la peluca rosa y luego utilizar el minuto de Zitao para correr lo posible hacia la salida, están bastante confiados, apestosos.
—¡No es necesario el insulto! —Se quejó Minseok.
Ignorándolo, Sooyeon rodó los ojos.
—Tienen la maldita suerte de que la reina y las princesas quisieran dar un pequeño paseito por Dásos hoy. Así que, si de verdad quieren salir todos con vida, y usar apropiadamente sus poderes, tienen que hacer todo lo que yo les diga. Tan pronto la reina pise el suelo, como dije, lo sabrá todo. Todavía no tenemos a las otras Hecks arriba de nosotros, así que no lo ha hecho aún y, si no me equivoco, esa mujer no cambió su rutina —miró su reloj de nuevo, ajustando un temporizador—. Lo hará justo a las noventa y seis horas, lo que quiere decir en cinco minutos. Así que ve preparándote chico rosa, que la carga de todos nosotros será fea, y con el cambio de altura, será mucho más horrible.
—¿Cambio de altura? —Baekhyun enarcó una ceja—. ¿Qué no vamos hacia una de las puertas?
Sooyeon se rió sin motivo, terminando su rostro divertido en una mueca arrogante. Como que todavía tenía pegado sus brotes de princesita.
—No vamos a ir a ese lugar, con su estúpido plan, les dije —dijo lentamente, pasando la mirada hacia cada uno de ellos. Antes de que Minseok se le fuera encima de nuevo, la chica colocó un dedo en sus labios y sonrió—. O, si quieren hacerlo, adelante, pero ni crean que yo y Yuri iremos con ustedes. Es un acto suicida, ¿no recuerdan la primera vez que lo hicieron, idiotas?
Todos allí, excepto Baekhyun y las chicas, se hundieron en hombros ante el recuerdo. No lo sabía.
—Así que vamos a cambiar el plan y aprovecharemos las circunstancias. Mi hermana es terca, así que me buscará hasta encontrarme, y no quiero que lo haga cuando esté con ustedes ni mucho menos en su bonita habitación. Cuando me encuentre, quiero que se de cuenta de que estoy muerta.
—¿Qué...?
—Así que vámonos. —Sooyeon no le dejó ni terminar, atrayendo a todos para que se acercaran a Namjoon y lo tocaran—. Piensa en cosas bonitas, y ni se te ocurra irte a una de las puertas, ¿bien?
—Pero entonces, ¿a dónde debemos ir? —cuestionó Namjoon algo asustado por la audacia de la chica.
Sooyeon enarcó la cejas y, luego, apuntó hacia arriba.
—A la Casa Blanca.
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Jongin ni siquiera se inmutó cuando algo frío tocó su mejilla, pero tuvo que levantar la cabeza para finalmente mirar a esa persona quien le había estado molestando como un loco.
—¿Quieres algo de agua?
Con sus simples ojos, Jongin ya había rechazado la comida, la toalla, la junta y los caramelos contrabandeados que Chanyeol le tendía, preguntándole una y otra vez si quería algo o si lo necesitaba. No había tenido ni fuerzas ni ganas para decirle con la boca un "No, no quiera nada. Ya te puedes ir." Por lo que siempre recurría a negar una y otra vez con la cabeza.
Pero era insistente. Jodidamente.
Así que sin más, le quitó la botella de las manos y Jongin no entendió si Chanyeol lo tomó como un "Sí, ven y siéntate" ya que lo hizo, sin preguntar, sin que Jongin tuviera realmente ánimos para convivir con una criatura como ellos. No obstante, después de darle un sorbo a la botella y sin dejar de mirar el perfil de Chanyeol quien perdía su mirada hacia la nada, sabía que quería preguntarle algo.
—¿Qué? —preguntó casi en un ahogo, había tomado un sorbo bastante grande al punto de taparle la garganta.
Chanyeol lo miró lo que fue un microsegundo sin voltear el rostro. El más alto se acomodó en su lugar sosteniendo su cuerpo con las palmas de sus manos mientras que dejaba a sus piernas libres sobre el aire, haciéndolas volar.
—¿Crees que esté bien?
Jongin podía imaginar un montón de cosas refiriéndose a ese tal "esté", pero en su mente, así como probablemente en la de Chanyeol, solamente se le podía venir alguien a la cabeza. El único sujeto por el que estaba haciendo todo eso, lo único que todavía lo aferraba a la cordura para continuar en pie.
Baekhyun.
—Minseok avisó que lo encontraron —dijo. Sintió algo de incomodidad, por algún momento era como si Chanyeol fuera tan sólo un niño quien necesitaba escuchar que su mascota estaba bien y a salvo—. Puede ser idiota, muy torpe y sobre todo demasiado confiado; pero es bastante fuerte. Ni una vez lo he visto enfermo, o que se quede en cama por algo —sonrió, nostálgico—. Es valiente, a su manera, pero lo es.
Chanyeol tarareó, no de manera feliz, pero fue una respuesta.
Jongin ni siquiera quería pensar en él (aunque definitivamente ahora todo se trata de él). Lo último que le faltaba era que le metieran en la cabeza que Baekhyun no lo lograría, o algo por el estilo.
Estaban en la puerta número tres, la primera opción por donde el grupo B debe intentar escapar. Sólo estaba Jungsu y Chanyeol con él, sobre una pequeña planicie amontonada. Como era de esperarse, el director estaba justo cerca de la puerta, a un lado del portal de colores entre azulados y verdosos por donde deberán cruzar en menos de veinte minutos.
Las últimas noticias que supo fue que Minseok había encontrado a Baekhyun sano y salvo, y mentiría si dijera que no sintió un peso menos en sus hombros. Su seguridad todavía no estaba al cien, pero por lo menos estaba allí, de carne y hueso y caminando bien. No había querido ni ver el rostro de Jungsu cuando les informó porque, de entrada, estaba todavía completamente furioso y tan sólo un paso en falso de ese director y su puño terminaría en su rostro. Segundo, ese hombre parecía ponerse histérico cada vez que el tiempo pasaba, al punto de que Chanyeol tuvo que huir de él y sus gritos, al no poder comunicarse con el grupo B.
—¡Te he preguntado el por qué no están aquí, no si ya van a llegar! —Hubo un momento de silencio, Jongin pude ver a penas cómo era que Jungsu respiraba con fuerza—. ¡No tenemos tiempo para que me digas "en un segundo le explico todo"! ¡Kim Minseok, los quiera aquí ya! ¡¿Hola?! ¡¡Kim Minseok!!
A Jongin ni siquiera le preocupó. Estaba haciendo un show por nada. Cuando escuchó la conversación, Minseok parecía estable, y bien, no había problemas con regresar. Además, conociendo a Baekhyun, probablemente ahorita estuviera en un estado de shock o demasiado frustrado como para moverse adecuadamente, así que definitivamente su amigo necesitaba tiempo.
El suficiente.
—Mierda... —gimió, revolviendo su cabello con las manos, tratando de olvidar las escenas pasadas.
El cuerpo frío, la sangre, la sonrisa de Kasper, todo.
—Él me odia, ¿no es así? —La voz de Chanyeol interrumpió su crisis.
Jongin enarcó las cejas ante eso.
—¿Eh? ¿Tu hermano? No lo creo, en realidad yo creo que es bastante sobreprotector contigo...
—No. —Jongin vio cómo era que Chanyeol iba a sonreír, una pequeñísima sonrisa que pudiera transmitir pero, tan pronto Chanyeol lo miró, se detuvo. No sonrió en lo absoluto—. Baekhyun... —aclaró poco después en un susurro.
Algo dentro de Jongin se removió, las cosquillas en su estómago poco a poco se transformaron en golpes secos. Estaba lo suficientemente hecho mierda como para pensar en algo. Apretó los dientes, intentó calmarse antes de soltar algo fuerte, que llegue a una pelea porque, sí, joder, tenía tantas ganas de golpear a alguien y ese hombre, aunque alto y fornido, se veía débil ahora. Dispuesto a dejarse golpear hasta que la saciedad de venganza y locura saliera por completo de su cuerpo.
Porque alguien acababa de morir.
Kyungsoo, alguien quien estuvo con Chanyeol desde pequeños, eso estaba seguro.
¿Y el hijo de puta se preocupa ahora por su relación con Baekhyun?
—Eres igual —siseó, tomando la botella de agua de nuevo para darle un gran sorbo. Chanyeol lo miró sorprendido por sus acciones—. No te importa. No te importa nadie más que Baekhyun. Tú, solamente.... —su voz se elevó un poco más en esa última oración, pero se detuvo a sí mismo.
Y lo entendió.
Por lo menos Chanyeol se preocupaba por alguien sinceramente. Alguien estaba dispuesto a cuidar de Baekhyun a parte de él.
Él ya no era necesario.
Negó con la cabeza. No. No iba a ponerse a pensar en eso ahora. Era irrelevante, totalmente ajeno a todo lo que estaba pasando. Esos pensamientos se habían extinguido hace años, al punto que quedaron fuertemente olvidados en lo más profundo.
"Pero no extintos." Alguna vez le dijo Baekhyun a Jongin, a eso de los trece años durante el receso, cuando Jongin olvidó su billetera y tuvo que, avergonzadamente, comer de la comida casera de Baekhyun. "¿Qué tal si me los cuentas, te apoyas en mí y entonces te ayudo a cargar la mitad del peso?"
Volvió a llevar sus manos hacia la cabeza y gimió cuando sus labios temblaron. Parpadeó con insistencia cuando las lágrimas pulsaron contra sus párpados, amenazando con querer salir.
Se sintió completamente expuesto, pero no tuvo que preocuparse mucho. Un Exodiano no tenía ni idea de lo que esto se sentía, no habían pasado por eso por lo que no podían ni mínimamente empatizar con un humano. Así que, por más que sus hombros temblaron y, de la nada, una maldición ocultado un sollozo escapó de sus labios, no lo detuvo.
—No te odia, ¡por supuesto!
Le dio respuesta su pregunta en un modo más escandaloso y patético de que se esperaba de sí mismo. En su cabeza todavía estaba Baekhyun, vagando en sus memoria y haciéndolo un desastre sentimentalista. Y luego, estaba esa nueva persona, una de la que apenas empezó a preocuparse, alguien que no le dio ni la oportunidad de extender su mano y tomarla; alguien a quien dejó a la deriva, por el simple hecho de no saber reaccionar a tiempo.
—Por favor, ese idiota te adora, ¿en qué mierda estás pensando para llegar a esa conclusión? —Jongin sonrió, con lágrimas en los ojos, pero no le importó.
Esperó pacientemente a que Chanyeol hiciera lo mismo, copiara su sonrisa y entonces todo sería felicidad.
Pero eso nunca pasó. Chanyeol se mantuvo quieto, mirándolo fijamente como si tratara de ver a través de sus ojos.
—Estás sonriendo pero... —Chanyeol parpadeó con lentitud—, no se ve como si fuera correcto, ¿no?
La enorme sonrisa de Jongin caía poco a poco, bajando sus defensas y creando cuestiones en su cabeza. Cuando quedó serio, Chanyeol volvió a hablar, pero ahora, la mano de Chanyeol se posó en su cabeza.
—Lamento lo de Kyungsoo.
Primero.
—No deberías estar triste, pero si quieres estarlo por ahora, está bien.
Segundo.
—Porque Baekhyun se podrá igual si te ve así, y yo no quiero verlo así.
Tercero.
—Así que si quieres, yo puedo escucharte.
Sin esperarlo —ambos— Jongin soltó una carcajada genuina, que vino justo después de un shock temporal.
—Eres tan raro. Ustedes son tal para cual, definitivamente.
Chanyeol preguntó a qué se refería con eso, pero Jongin lo ignoró, mirando hacia delante, donde podía ver cómo era que Jungsu se jalaba los pelos por la desesperación. Pensó un momento, algo más calmado, sin llorar. Porque para él, Kyungsoo había sido una amistad fallida que terminó dramáticamente injusto. Rompió el corazón del chico, no lo ayudó y terminó muriendo frente a sus ojos.
En Exodia, parecía que solamente cada quién tenía a un alguien especial. Jongin llegó a esa pobre conclusión sin argumentos, sin pruebas, simplemente cruzó por su cabeza.
—¡¿Qué quieres decir con que...?! ¡Minseok!
Tanto Jongin como Chanyeol miraron hacia Jungsu, y luego entre ellos. Como si fuera puro instinto, tocaron su intercomunicador y escucharon atentamente lo que pasaba.
—A Namjoon se le explotó un melón y no podemos salir así —escuchó la voz del chico hielo, quien se reía más de la cuenta—. ¡Pero no te preocupes, estaremos fuera antes de la hora fija...! ¿Qué? —Parecía como si alguien más estuviera hablando con él y se desconectó un momento, antes de que Jungsu volviera a gritarle—. Director, parece que no saldremos con ustedes, ¡así que ya pueden volver, que les vaya bien!
—¡Qué rayos estás diciendo, Kim Minseok!
—¡Ah, ya, pueden esperarnos en el primer portal que llegamos para salir de Exodia, los veremos allí! ¡Le explicaremos luego, ugh, tenemos que colgar, no hay tiempo que perder! ¡De verdad nos veremos allí!
Jungsu estaba por explotar. Nunca lo había visto así.
—¡¡Más vale que traigan a Byun Baekhyun o les juro que serán comida para las Hecks!!
—¡Lo llevaremos, Jungsu, al lugar que les dije! ¡Adiós!
—E-Espera. —Ese fue Chanyeol, quien entró en la conversación—. ¿E-Está bien Baekhyun? ¿Puedes ponerlo en contacto tan sólo un segundo?
Hubo un extraño sonido detrás de su oreja, y fue hasta que Chanyeol y Jongin compartieran otra mirada que por fin pudieron escuchar su voz.
—¡Es vergonzoso...! —Se escuchó a lo lejos, parecía que Baekhyun se rehusaba a hablar—. ¡No quiero, no sé qué decir, yo...! —Su voz se hacía cada vez más fuerte y luego su amigo carraspeó. Jongin podría leer a kilómetros que estaba sumamente nervioso—. ¡H-H-Hola Chanyeol, mira yo...!
—Baekhyun —suspiró el alto, en un tono de alivio—. Estás bien...
—Ugh, y-yo LO SIENTO TANTO PERDÓNAME POR DECIRTE ESO, NO ERA PARA TÍ, ERA PARA LA MOLESTADEYURIQUIENNODEJABADEINTERRUMPIRNUETROENCUENTROCANDENTEYOENREALIDAD... —De un momento a otro, Baekhyun estaba vomitando demasiada información que nadie pudo entenderlo, ni siquiera un experimentado Jongin.
Tuvo que quitarle el intercomunicador por el bien de sus oídos.
—Está demasiado bien, ese tonto —frunció el ceño, masajeando su cabeza.
Pudo apreciar cómo era que Chanyeol seguía inmerso en el intercomunicador, escuchando su voz, palabra por palabra aunque se le entendiese poco lo que quería llegar a decir. No importaba qué tan alto hablara o si de plano ya se había quedado sordo, el chico fuego nunca dejó de asentir con la cabeza y murmurar varios "Sí, está bien, sí, sí, está bien" aunque Baekhyun no se detuviera ni un momento esperando respuesta.
Llegó un momento, Jongin creyó, que ya se había despedido porque tenía que poner en marcha el plan, y fue suficiente un último "Cuídate mucho" de parte del alto para que por fin los ruidos dejaran de salir del aparato y, al parecer, Chanyeol tuviera una actitud más optimista.
—¿Estás feliz? —preguntó más en un tono juzgador, que sinceramente.
Chanyeol asintió felizmente, pero luego, miró a Jongin aplacando cada rastro de emoción.
—Ah, pero yo sé que tú no te sientes bien así que me mantendré al margen para que...
—Olvídalo —Jongin soltó una exhalación, alejándose del acantilado (que en realidad era un roca muy grande donde podía sentarte) y se estiró—. Ahora mismo, lo único que deseo es que Baekhyun esté aquí, haciendo sus tonterías a salvo. Es mi prioridad, y supongo que la tuya también así que es mejor ponernos en marcha e ir hacia donde nos dijeron.
—Oh, sí —se levantó también, sacando todo el polvo en sus pantalones. Jongin comenzó a caminar, saltando de la roca y yendo donde Jungsu para futuras instrucciones—. ¡Ah! ¡Oye!
—¿Ahora qué...¡uh!?
De pronto su cuerpo se vio en vuelto incómodamente por los brazos de Chanyeol, abrazándolo y dándole tensas y robóticas palmaditas en la espalda. Cuando se alejaron, Chanyeol se veía decidido y Jongin, Jongin quería golpearlo de nuevo.
—Tienes tres segundos para explicarte.
—Ah, bueno, Baekhyun me dijo: YMÁSVALEQUELESDESUNABRAZOAJONGINDEMIPARTEPORQUEYOSÉQUEESEHIJODESUPUTA...
—Oye, mierda, más despacio.
Chanyeol se disculpó de nuevo y simplemente se encogió en hombros.
—Sólo dijo que te abrazara de su parte y que, cuando volvieran, podrían tener un noche de chicos como antes —Chanyeol dijo eso en voz ronca, mirando a Jongin con un ceño fruncido empezando a formarse—. ¿Qué significa eso?
Jongin lo miró incrédulamente, porque el harto cambio de emociones lo golpeaba de un lado a otro.
—No te atrevas a celar a Baekhyun conmigo, yo lo vi primero.
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Tal vez Baekhyun se excedió un poco con su plática hacia Chanyeol ya que, en ese preciso momento en que colgó, Sooyeon lo miraba de manera penetrante, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo.
Porque lo había olvidado. Las conversaciones con Sooyeon lo golpearon justo que el intercomunicador perdió la conexión y todo le vino encima casi como si fuera un peso de fierro puro. Incluso se sintió hipócrita, porque tan sólo colgó, su sonrisa boba se vino abajo.
—Lo escuchaste, ¿no? —le dijo ella, mientras caminaba hacia donde estaban los demás, pero se tomó justo la molestia de susurrarle—: Jungsu estaba totalmente desesperado para que salieras con vida, ¿por qué será?
Eso definitivamente le erizó la piel al punto de matar cada emoción feliz que había conseguido antes.
—¿Entonces cuál es el plan?
Baekhyun se acercó poco después hacia los demás, con el cuerpo algo decaído. Miró hacia Namjoon, quien se encontraba en el suelo totalmente exhausto por llevar a todo un puñado de gente de una.
—Es, relativamente, fácil. Siempre y cuando no hagan alguna tontería que nos delate, todo saldrá bien. Lo único que hay que hacer es llegar a la habitación de Krystal, abrir su portal ilegal e ir directamente hacia donde están sus compañeros. Es todo.
—Sí. Muy fácil, claro. —Minseok tomó una respiración. Baekhyun jamás lo había visto tan enojado—. Ahora, ¿me puedes explicar cómo es que llegaremos hasta allá arriba, ¡si no hay escaleras!?
—Sí, ese puede ser un problema.
Sus ojos se fueron hacia arriba, tratando de ver todo el panorama que era la Casa Blanca.
Sinceramente, Baekhyun se la había imaginado exactamente como aquella estructura gigantesca en Estados Unidos, con sus miles adornos y cosas hechas con oro y plata para reafirmar que ahí se encontraba el presidente de la nación más poderosa del mundo. Sin embargo, y aunque él nunca la hubiera visitado, no era nada igual ni por fuera, ni por dentro.
Se parecía bastante a un castillo. Bueno, no, era un castillo. No obstante, en vez de tener todas esas escaleras que te llevan a oscuras habitaciones o pasadizos casi como laberintos, no había absolutamente nada —por lo menos en ese primer piso donde estaban— ya que todo lo que se veía eran pisos, así como si estuvieras dentro de un centro comercial mirando hacia arriba, identificando cada sección que había, pero allí era bastante alto, contó hasta diez y todavía faltaba más por mirar. Lo que sí le hizo justicia a su nombre, fue que todo allí era sumamente blanco, estaba pulcro como si alguien se encargara de limpiar las veinticuatro horas para que cada esquina resplandeciera.
—Dejen de quejarse, agradezcan que no hay nadie aquí. —Sooyeon rodó los ojos y miró alrededor, mordiéndose los labios.
—¿Y entonces qué? ¿Cuál es tu grandioso plan, uh? —Minseok se acercó un par de pasos hacia ella, tratando de verse dominante—. ¿Acaso es una trampa? ¿Nos trajiste aquí a sabiendas de todo?
Baekhyun gimió, porque ya era como la cuarta vez que esos dos se acercaban tanto con la intención de molerse a golpes, y el tiempo corría. A su lado, Zitao miró su reloj, algo impacientado de igual manera.
—¿Crees que si fuera así me hubiera tomado tantas molestias? Creeme que si grito ahora mismo que hay una puñado de exodianos en Dásos y suelto el agarre de Yuri, están muertos. ¿Por qué no puedes entender eso?
—¡Estoy preguntando que por qué rayos nos trajiste aquí si no hay cómo subir!
—¡Oye amigo, estamos en Dásos, no en Exodia. Nosotras estamos un poco más avanzadas que ustedes ya que tenemos las escobas! ¿Por qué caminar cuando se tiene una de ellas?
Minseok abrió la boca para rechistar, pero ese último comentario había sido un K.O hacia los hombres. Con los dientes apretados, no hizo más que suspirar con fuerza y alejarse de ella, murmurando cosas inentendibles.
—Bien, ya que la chusma se fue...
—¡Oí eso! —gritó Minseok.
—No me importa.
Baekhyun quería ahorcar gente.
—Bien, es hora de que me dejen hablar. Conozco este lugar como la palma de mi mano, sé dónde conseguir escobas para subir e igual sé que tanto yo como el morocho este —señaló, refiriéndose a Luhan y su peluca— somos telequinesis, así que será más sencillo. Hay una bodega en donde podemos sacar un par de ellas, no todos pueden tener una porque se darían cuenta de eso. Así que yo y el trenzado este seremos los encargados de llevarlos uno por uno allá arriba.
—¿Y qué hay de nosotros? —preguntó Baekhyun, levantando su mano junto con la de Yuri.
—¿Y por qué Luhan? —interrumpió un imprudente Minseok.
Sooyeon miró las manos entrelazados y se maldijo porque lo había olvidado. Baekhyun esperó a que una idea viniera a su cabeza, porque definitivamente tres personas en una escoba era mucho peso.
—No lo es —dijo Sooyeon.
—¡De nuevo estás en mis pensamientos! —chilló.
Sooyeon negó con la cabeza.
—Serán los último, entonces. Si yo y ese tal Luhan nos unimos para poder levantarlos con la escoba, funcionará. Y es precisamente por eso que Luhan y yo seremos los encargados de transportarlos —miró a Minseok—, así controlaremos mejor la escoba con nuestros poderes. Digo, yo tengo experiencia, pero su espécimen está bastante retrasado como para comprender un artefacto tan avanzado como este —aleteó sus pestañas, como si lo que acababa de decir no era un insulto hacia su sexo.
—De acuerdo, chicos, pero avancemos rápido. Tenemos menos de diez minutos. —Zitao se mordió los labios y se acomodó extrañamente esa cosa debajo de su ropa—. La fruta se está pudriendo.
—¿Chicos? ¿Por qué chicos? Si somos diferentes, debería haber otra palabra. Mejor digámonos chicas.
—No hay tiempo para esto, Yuri.
Sin más preámbulos, Sooyeon les dijo que esperaran en ese lugar y que no se movieran de allí, ya que la bodega no estaba lejos y solamente ella iría para no hacer mucho escándalo o dejar evidencia. Aunque la estructura era redonda, la mujer supo exactamente en qué curva había una puerta que estaba bastante escondida. Literal que ni siquiera se veía nada más, casi se sentía en un psiquiátrico donde están rodeados de cuatro paredes blancas y acolchonadas.
—Siento que estamos olvidando algo —murmuró Namjoon, algo más aliviado. Por lo menos los colores habían vuelto a su rostro.
Minseok, sentando casi en la orilla como un pequeño niño enojado y regañado, chistó.
—No hay nada. Baekhyun está con nosotros, es lo único que importa por ahora. Y el hecho de que salgamos vivos de aquí claro.
—De verdad siento que algo falta —insistió el rubio, tocándose la cabeza.
—Deja de decir eso, Namjoon. No hay instrucciones de Jungsu, Baekhyun está aquí, nuestro objetivo es salir. ¿Qué más faltaría?
El chico frunció el ceño, pero al final se encogió en hombros.
—Es verdad, creo que ya estoy delirando.
—Llevamos casi veinticuatro horas sin comer o dormir, ¿qué esperabas?
Baekhyun abrió los ojos ante eso y, fue en ese momento, que de verdad se dio cuenta de su estado. Por más animosos que se vieran, en un decir, sus rostros estaban casi grises, las ojeras pesadas bajo sus ojos y tampoco olían a flores. Se preguntó vagamente cómo había sido que llegaron allí, qué cosas hicieron para encontrarlo entre otros cuestionamientos que solamente se iba acumulando, llenando su cabeza y frustrándolo.
A fin de cuentas, todos hacían eso por él.
—¿Qué dijo por último Jungsu? —preguntó Tao, justo treinta segundos después.
—Me echó la bronca, por supuesto. ¿Cómo rayos voy a decirle que me encontré con Jessica Jung y gracias a ella estamos escapando de una manera más segura y a escondidas? Él casi nos quería matar cuando se enteró que una Heck vagaba por Exodia y mucho más el hecho de que habláramos con ella, o más bien, que Jihoon lo hiciera.
—Uh —soltó Baekhyun sin pensar—. Esa historia..., ¿cómo era?
Minseok se frotó los ojos, aplazando torturosamente el tiempo.
—Bueno, es como la escuchaste. ¿Qué más necesitas saber? ¿Qué acaso Chanyeol no te lo había contado ya?
—Jungsu obligó a Chanyeol a cerrar su boca, idiota. —Zitao interfirió, bostezando—. Por supuesto que este chico del mundo ideal no va a saber nada, lleva en Exodia pocos domingos. El director estaba tan paranoico con que eso de la Heck que casi amenazó a todo el mundo con no volver a tocar el tema o hacer algo parecido. —Con una extraña mirada de consideración, como si fuera un maestro confiable con quien pudieras consultar tus inquietudes, Zitao le tendió la mano mentalmente—. Si tienes alguna pregunta es ahora o nunca. Siento que si hablamos de esto en Exodia, Jungsu es capaz de haber puesto micrófonos en todos lados para darse cuenta.
Un momento en silencio, y echándole un ojo por donde Sooyeon se había ido, Baekhyun decidió hacerlo.
—¿Quién es Jihoon?
—Era —corrigió Zitao—. Joo Jihoon. Era un chico del mundo ideal, como tú, también llegó algo tarde. Bueno, si a los ocho o nueve años es considerado tarde porque, ya sabes, se supone que todos llegamos cuando somos unas cositas apestosas. De todas maneras yo no lo sé, no recuerdo bien, probablemente esto lo sé por chismes o algo así.
Baekhyun parpadeó, asintiendo para que prosiguiera.
—Está muerto —siguió el pelirosa, como si fuera insignificante—. Y era el compañero de Chanyeol.
Una sensación nada agradable de frialdad se apoderó de toda la espalda de Baekhyun, haciendo que sus pelos se erizaron por completo. Incluso su respiración fue irregular y por un momento sus ojos perdieron el enfoque, pero no pudo caer más ya que con el nombramiento de Chanyeol, necesitaba prestar atención a lo que estaba diciendo el chico tiempo.
—Eran unidos, claro está, porque era su compañero después de todo. Chanyeol lo adoraba, no lo sé, es como yo con el espagueti. —Zitao miró hacia arriba, como recordando ese platillo—. Aun así, poco a poco Jihoon comenzó a alejarse de Chanyeol, incluso durante las peleas contra las Hecks y eso era malo. De entrada, porque siendo un luz era débil y, segundo, porque un fuego y su compañero no pueden estar muy alejados, por lo que sé. Tal vez Jihoon no lo sentía ni nada, pero Chanyeol cada vez se ponía más violento y enfermo cada que Jihoon no estaba a su lado.
Baekhyun pensó durante un momento todos esos momentos juntos. Esos en donde Chanyeol desesperadamente lo necesitaba a él a su lado, esos en donde no podía dejar de tocarlo o cuando no media el espacio personal y se metía con él hasta por las narices.
—Exodia es un misterio, incluso para nosotros. —El chico tiempo se frotó el rostro y miró su reloj—. Hay una docena de chicos fuego aquí, contando al líder. Muy pocos han tenido a un luz a su lado, pero Chanyeol siempre ha sido como ese principito que debe tener a su compañero cueste lo que cueste.
—De allí por qué Jungsu tan estresado. Si Baekhyun muere, sólo quedaría Leo, y sigue siendo bastante joven. Y de aquí a que otro luz maduro llegue, será difícil. —Minseok intervino.
—Pues hubo momentos en Exodia cuando había varios chicos luz, pero fueron muriendo. Cada día se veían peor, como si su existencia fuera succionada. —Zitao se rió. Baekhyun no lo hizo. Las palabras de Sooyeon vinieron a su mente—. Todavía recuerdo cuando Jimin estaba vivo. Originalmente acompañaría a Chanyeol después de Jihoon, pero él insistía en quedarse con Yoongi, aunque fuera un malnacido.
Ahora, la plática con Yoongi interfirió en su mente.
—Te estás alejando mucho del tema. Creo que Baekhyun quiere vomitar —infirió Minseok.
Definitivamente una discurso de cómo su poder es inútil y cómo es que los iguales a él mueren tan fácilmente no le convenía para nada.
—Bueno, bueno, lo siento. En pocas palabras, hubo un momento en donde Chanyeol siguió a Jihoon y lo vio con Jessica. Al principio fue extremadamente dudoso, pero confiaba demasiado en Jihoon como para decir algo. Todo iba bien, pocos de nosotros también la conocimos y la idea de llevarnos bien y terminar con esta guerra pintaba perfecto, pero todo cambió cuando Jungsu se enteró. No sabemos qué ocurrió con exactitud, pero de un momento a otro la misión de Chanyeol era matar a todo lo relacionado con ella. Probablemente su hermano le dijo algo que prendió su llama y tuvo que matar a Jessica e incluso a Jihoon por eso.
—Pero eso no quedó claro. —De nuevo Minseok—. Nosotros sabíamos que Chanyeol estaba demasiado junto con Jihoon como para hacerlo. Nosotros, entre los exodianos, nunca vamos matándonos porque somos del mismo equipo. Matar a tu compañero por supuesto que no entra en nuestros fines, nunca. Si hay que matar a alguien, son a las Hecks.
—Y allí es donde entra Jessica Jung. Chanyeol debió matarla, eso había pasado, así que no me explico qué sucedió. Él definitivamente le dijo a Jungsu que estaba muerta.
—Sin embargo, ella llegó arrastrándose tranquilamente de vuelta Dásos. —Sin esperarlo, ahora fue Yuri quien intervino. Durante toda la charla se había quedado escuchando atentamente—. Tampoco sé mucho sobre eso, lo que sí sé es que en cuanto llegó aquí estaba casi muerta. Casi no respiraba, estaba mal, oí por allí. Tan pronto lo hizo, fue desterrada de la Casa Blanca.
—La única manera de ir de Exodia a Dásos es un portal. No hay de otra. Si Chanyeol intentó matarla, ¿acaso habrá escapado a último minuto?
Hubo un silencio, todo el mundo tenía bastantes teorías en su cabeza.
—Chanyeol asesinó a Jihoon e intentó matar a Sooyeon. Ella escapó hacia Dásos y fue desterrada, eso es todo —remarcó Yuri. Su mirada ahora parecía algo molesta—. Sus fuego son asesinos y ya está. No nos debemos acercar a ellos. No hay por qué preguntar cuando ella ya dijo que eso fue lo que sucedió.
Minseok miró a la chica y soltó una pequeña carcajada sin gracia.
—Hay que expandir las perspectivas, Heck. Hay veces que las cosas no son como tú crees, en realidad no nos importa lo que suceda con personas como tú, pero yo podría apostar mi comida de dos días enteros a favor de que Jessica Jung está exagerando las cosas. A fin de cuentas, quería salvar su propio trasero y por algo fue perdonada.
—Sooyeon no es así —gruñó ella.
—Nunca terminamos de conocernos a nosotros mismos y lo que somos capaces de hacer. Veme aquí ahora, jamás pensé que pudiera estar cerca de una Heck sin temer cada segundo que estoy con ella.
Yuri simplemente desvió la mirada.
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Sumar dos más dos.
Eso es lo que Baekhyun hacía en su cabeza, tratando de idear la verdad detrás de todo lo que había escuchado. Inclusive si todavía las cosas no estaban claras, lo que repercutían con un fuerte boong en su cabeza era el hecho de que un oscuro pasado estaba siendo revelado, y eso afectaba intensamente en su tranquilidad.
Era algo bastante triste. Estaban arrebatándole a Baekhyun gramo a gramo esa confianza que había construido en todo su tiempo en esos mundos. Perdía la capacidad de asentir sin preguntas, de asegurar que estaría bien a un lado de Chanyeol, que en realidad lo que ambos sentían entre ellos fuera verdadero. Aunque todavía había esperanzas a las cuales aferrarse, sólo se convertían en una carga más para su pesado corazón.
¿Qué pasa si todo es una actuación?
¿Qué si de verdad al único que están afectando es a Baekhyun?
Y su mente volvió a demostrarle toda aquella ignorancia e inocencia que Chanyeol mostraba ante él.
En realidad, no podía asegurar nada. No conocía a Chanyeol. No completamente.
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Para Baekhyun pasaron horas, pero para todos los demás, fueron sólo cinco minutos.
Sooyeon había llegado algo agitada, casi trotando con un par de escobas cada una en diferente mano. Tenían tan sólo cinco minutos y todavía debían llevar a cada uno de ellos hacia el sexto piso, donde Sooyeon les había informado que era la habitación de su hermana.
—Tan pronto cuando lleguen allí los necesito listos para cruzar el portal. ¿Quién de ustedes sabe cómo usarlo? —preguntó Sooyeon, dividiendo su voz para un lado preguntar aquello y por el otro le informaba lo básico a Luhan para usar la escoba—. Sólo no juegues con ella y mantén la mirada fija en tu objetivo. Si caes, creeme que nadie volverá por ti.
Al final, Minseok fue quien victoriosamente dijo que él sabía sobre portales y cómo iniciarlos, así como poder decidir el destino de él. Ahora quedaban cuatro minutos, Sooyeon llevaba consigo a Minseok detrás de su espalda a regañadientes y Luhan a Zitao. El último demostró tener un enorme miedo a las alturas, por lo que abrazaba a Luhan como si su vida dependiera de ello y hubo momentos —mayormente en el despegue— que casi caían por inclinarse demasiado hacia un lado.
Con dos cabezazos fue suficiente para que Luhan noqueara parcialmente a Zitao mientras se elevaban y, cuando llegaron a un lado, el mareado Zitao saltó detrás de la barda del sexto piso, cayendo al pasillo de cara. Por otro lado, Minseok y Sooyeon tenía un viaje más ameno, aunque incómodo. El chico no sabía dónde colocar las manos y ella se rehusaba a que la tocara, así que tenía que sostener de detrás de la escoba para no caerse y destrozarse el cráneo. Llegaron bien y poco después Luhan volvió al suelo, recogiendo a Namjoon.
Con tres minutos en su tiempo, ahora sólo faltaba que Yuri y Baekhyun subieran. Luhan se había quedado arriba y Sooyeon bajó: ella controlaría las escoba desde abajo y Luhan desde arriba, así podrían tener un buen balance para que no cayeran.
—¿Te has subido a una de éstas? —Baekhyun le preguntó a Yuri cuando ya estaban montados.
—Siempre fue mi sueño hacerlo —respondió ella, algo emocionada.
Sin saber si debería temer por su vida o emocionarse, Baekhyun aseguró ambas manos sobre la madera. Yuri lo tenía agarrado de los codos, tocando su piel para no perder la conexión. Con un cruce de miradas, Luhan y Sooyeon se encargaron de guiarlos. En pocos segundos, ya se estaban elevando, Baekhyun chillaba y gritaba cientos de cosas para que tuvieran cuidado.
—Haz silencio o los desconcentrarás y caeremos —gruñó Yuri en su oído.
Con la boca sellada por la amenaza, Baekhyun se dignó a entre cerrar los ojos un momento y pensar en cosas positivas. Subieron, la sensación era como ir viajando por un elevador a una velocidad más rápida de lo normal. Sintió ese pequeño dolor en su cabeza, pero terminó tan pronto la escoba se movió de un lado a otro, informando que ya habían llegado al sexto piso.
Cuando tocó tierra de nuevo, agradeció y casi besó el suelo.
—¡Tenemos dos minutos! —Sooyeon gritó, mientras subía y caía casi profesionalmente a un lado de él, en mucho menor tiempo—. ¡Más vale tengas todo listo señor cerebrito helado!
Abriéndose paso, Sooyeon guió a Baekhyun y Yuri hacia la habitación de Krystal, pasando por una puerta curva.
Si le preguntaran, esa habitación se veía tan igual como a cualquiera de una chica joven. Ahí sí había colores, tenía un sentido hacia el rojo, parecía casi una obsesión. Aunque ese cuarto fuera como seis veces el tamaño de la de Baekhyun en Exodia, era demasiado grande como para realmente disfrutarla. Cuadros pintados a mano, varias sofás, una pequeña cocina: había todo lo necesario para vivir allí sin necesidad de salir.
—No toquen nada. Krystal es una obsesa de la limpieza también, si ve algo fuera de lugar, sabrá que indagaron. —Sooyeon se dirigió hacia una puerta de lado de la pequeña cocina, no sin antes detenerse en una mesita de noche, tomando algo de un cajón. Luego, simplemente caminó. Baekhyun la siguió, dándose cuenta de que era un closet. Un enorme closet sin nada más que vestidos blancos—. Un minuto exodiano, ¿por qué no te veo haciendo nada?
—Porque ya está listo —Minseok rodó los ojos—. Sólo necesito... ¡ya está!
Hasta la fecha, Baekhyun no comprende cómo es que un portal se crea. No sabe ni los instrumentos u objetos básicos para crearlo. Parecía magia, era magia. Lo único que vio fue una gama de colores ahora entre anaranjados y amarillentos, rodando sobre una de las paredes de la habitación. Eran tan grande como para que una persona mórbida entrara y su poder de succión hacía que sus ropas se agitaran y su cabello se despeinaran. Incluso a Zitao se le fue la peluca.
Cuarenta y cinco segundos.
—Es hora de irnos —dijo Minseok, mirando específicamente a los exodianos—. Hasta nunca, fea.
Sooyeon bufó.
—¿Ese es tu mejor insulto? Un gracias vendrían bien.
Treinta segundos.
—Espera, ¿ellas no vendrán con nosotros? —preguntó Baekhyun, pero su voz se estaba haciendo cada vez más opacada por el fuerte sonido del portal.
Ya nadie podía escuchar nada, sus ojos picaban ante el aire estampándose contra su rostro. Parecía casi como un tornado, ya casi era imposible el mantenerse en pie sin ser succionados ante el portal. Con una señal, el chico hielo simplemente apuntó hacia el portal, dando inicio a su huida.
Veinte segundos.
Baekhyun miró hacia un lado, su mano todavía estaba sobre la de Yuri, pero cuando miró a ese par de mujeres estaban susurrándose cosas. Con un asentimiento, Yuri indagó en su bolsillo y sacó un pequeño frasco color verde limón y se lo tendió a Sooyeon.
Namjoon pasó por el portal. Zitao le siguió.
Diez segundos.
Con una última mirada, Baekhyun pudo ver cómo Sooyeon se agachaba hacia un lado, como si estuviera escribiendo algo en el suelo. Yuri conectó con su mirada y ella le sonrío con ternura y un guiño en el ojo. Con el poco tiempo, y esa despedida, Baekhyun no sabía cuál era el próximo paso a dar.
"Apúrate." Leyó los labios de Yuri, empujándolo.
Cinco segundos.
Otro empuje llegó y, tan pronto sintió su mano suelta y el sudor frío, su cuerpo cayó dentro del portal, despegándose finalmente de Yuri. El viaje, como ya lo esperaba, fue horrendo.
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Las manecillas del reloj de Jongin llegaron a cero y su corazón latió con fuerza cuando no había nada pasando por el portal. Ya estaba dispuesto a maldecir, golpear a Jungsu y correr de nuevo hacia Dásos.
—Sabía que no era posible. —Jungsu estaba histérico, su cabello totalmente alborotado—. ¡Ellos deben estar en el portal de la puerta de...!
No obstante, antes de que pudiera decir algo más, un cuerpo atravesó el portal de manera brusca. Ante sus ojos, vio cómo era que Minseok caía de plano sobre el cuerpo de Jungsu, gimiendo. Luego, otra persona llegó, siendo Namjoon y posteriormente Zitao. Todos estaban llegado, Jongin se había despegado del suelo para estar más cerca e indiscutiblemente le importó un total de cero que ellos hubieran pasado, a quien de verdad esperaba todavía no cruzaba y no podía darse el lujo ni de parpadear.
Ninguno de ellos sabe por qué o cómo fue que lograron encontrar un portal capaz de llevarlos hasta el portal anterior al punto muerto. Si tan sólo los exodianos fueran capaz de hacer eso, se hubieran evitado la molestia de cruzarlo, pero se suponía que no podías regresar así como así. Incluso retornar fuera de Dásos era horrible, nada comparado con cruzar el punto muerto, pero les costó el ir a donde se les había dicho.
El berrinche de Jongdae fue legendario también.
—Odio esto —pudo escuchar la voz de Minseok, agotado—. Jamás volveré a hacerlo, rayos.
Chanyeol lo miró directamente y Jongin estaba seguro de que iba a preguntar dónde estaba Baekhyun, pero no fue necesario, ya que tan pronto sus labios estaban por abrirse, su cuerpo atravesó el portal, cayendo agraciadamente sobre el de Chanyeol, quien parecía estar listo para recibirlo en cualquier momento.
Al fin, Jongin podía respirar con más normalidad.
En el suelo, el tembloroso cuerpo de Baekhyun estaba sin energía, su respiración agitada y por más que intentara moverse, estaba exhausto, así como todos.
Con las pocas fuerzas que le quedaban, su amigo levantó la mirada y abrió uno de sus ojos, encontrándose con los de un Chanyeol extrañamente sofocado. Y cuando Jongin juró que su encuentro sería dramático y cursi, no esperó que Baekhyun balbuceara, se impulsara hacia atrás y viera a Chanyeol como si le hubiera hecho algo indecente. No obstante, parecía que el alto no supo leer esas señales, porque su único y primitiva reacción fue tomar a Baekhyun por la caderas y volverlo a juntar a su cuerpo, para darle un abrazo.
—Volviste —susurró Chanyeol—. Al fin te tengo conmigo.
Jongin leyó, en los ojos de Baekhyun, que algo iba mal.
Porque Baekhyun no tenía una sonrisa boba y soñadora como siempre. Ni siquiera le devolvió el abrazo.
Tenía miedo.
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