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Capítulo 12




Yuri se le volvió a aparecer dos días después (o cuarenta y ocho horas, como quieran tomarlo).

Todo estaba normal en su día a día hasta que de un momento a otro sintió algo en su espalda. Al principio, pensó que era producto de dormir tanto en el sofá —porque sí, después de ese único día con Chanyeol el par de sanguijuelas volvieron a unirseles— así que todo lo resumió en un simple dolor pasajero.

No obstante, cuando debió ir a su habitación para poder cambiarse de ropa ya que la anterior casi se le quemó toda por un pequeño incidente en el área Ceniza, la vio. Él simplemente estaba quitándose su camisa cuando extrañamente no pudo, y fue entonces en el momento que sus ojos se encontraron con el espejo y entonces, con los de ella.

Obviamente se asustó. Que algo se te aparezca de repente cuando estás solo y en la oscuridad, sigue siendo el cliché más usual en las películas de terror. Y vaya que le afectó.

Había caído al suelo con su camisa aún entre sus manos, tapándose inconscientemente su torso más por ese fallido intento de esconderse detrás de la tela que nada. Manejó su trasero para poder separarse lo más posible del ente y la miró aún con ojos temblorosos pegado a la pared mientras que ella se había posicionado cerca de su cama con un rostro un tanto preocupado.

—No te haré daño —dijo ella poco después.

—Pero eres una Heck.

—¡Una buena! —La chica le apuntó con su dedo, como si con eso pudiera especificar con claridad su identidad.

No. Baekhyun no iba a confiar en eso totalmente. La última vez que vio a una Heck tan cerca fue cuando Jongin trajo deliberadamente a una a una sala y era casi igual de linda que Yuri, pero detrás de esa inocencia se encontraba un ser macabro y mortal, por lo que terminó por negar con la cabeza mientras se arrastraba lo más posible junto a la puerta.

—¡De verdad! —Yuri apareció de pronto frente a él, hincada en el suelo para poder conectar sus ojos. Baekhyun dio un pequeño brinco hacia atrás—. Si te hubiera querido hacer daño ya lo habría hecho. Sabes que las Hecks son unas hambrientas —cruzándose de brazos, Yuri reprochó.

Al fin de pie, y siendo obligado a alejarse lo más posible de ella, Baekhyun la miró atento. Podría ser muy estúpido a veces, pero por lo menos podía detectar el peligro. Y esa chica no lo parecía. Aun así tenía un montón de preguntas que hacerle ya que había desechado toda posibilidad de que esa chica solo se apareciera en el edificio de Los Ángeles.

—¿Qué quieres de mí? —preguntó—. ¿Cómo llegaste aquí?

—Te seguí. Ah, y de ti no hay algo en específico que quiera, pero ya que puedes verme desearía algo de compañía —Yuri se encogió en hombros y miró alrededor de la habitación. Estaba sonriendo, como si estuviera maravillada con los objetos de la habitación—. Oh, tu habitación es realmente genial. Cuando estaba en Dásos mi habitación era del tamaño de tu baño. Mi posición no era ni buena ni mala, pero las otras chicas eran tenebrosas. —La chica sacudió sus hombros, como si un escalofrío hubiera llegado a ella.

Achicando sus ojos, Baekhyun le miró de arriba hacia abajo.

—¿Dásos?

—Ah, allí es donde viven las Hecks. El lugar donde planean sus ataques, ¡oh!, como aquí, Exodia.

Baekhyun asintió. Entonces las Hecks no venían de la nada, tenía un lugar en donde vivir y todo. Por un momento se sintió aventurero, quería sacar toda la información posible de esa chica. Tal vez ni siquiera lo Exodianos supieran lo que ella decía tan abiertamente.

—Y entonces... ¿Por qué estás aquí? —Baekhyun alcanzó una silla y se sentó en ella, todavía tomando distancia—. ¿Y qué ocurre exactamente con tu poder o lo que sea?

Yuri lo miró algo decepcionada al principio, como si no le gustaran tantas preguntas, pero un momento después se encogió en hombros como si prefiriera hablar sobre eso a que Baekhyun la ignorara. La chica se aventó a la cama y abrazó una almohada.

—Bueno, no hay mucho que decir. Durante un ataque un par de años atrás me cansé de no tener una explicación sobre el por qué hacíamos esto. Nuestra reina nunca nos lo explicó claramente y, en serio, de verdad que no hay una razón aparente. Sea lo que sea, decidí revelarme un poco, pero no fue importante para nadie, por lo que me escondí e hice uso de mi poder para no ser descubierta. Duré tanto con el poder activo que ya no pude regresar a mi figura normal, por lo que he vivido todo este tiempo así. La única manera de volver a mi estado natural es yendo a Dásos de nuevo.

—¿Y no quieres ir?

—¡Claro que no! —Yuri lo miró con indignación—. Sí, estoy muy sola y toda la cosa, pero es mucho más cálido acá y no quiero ser forzada a luchar contra los Exodianos si ellos no me hicieron nada.

La chica reflejaba mucha sinceridad en sus ojos y la barrera que Baekhyun había puesto ante ella se estaba abriendo. No quería confiar del todo, aún podría ser una emboscada, pero no entendía —si fuera así— qué ganaban las Hecks haciéndolo. De todas maneras, los poderes que Yuri tenían eran la capacidad de hacerse invisible y teletransportarse, nada dañino. O eso esperaba.

—¿Así que simplemente vas a quedarte aquí y listo? —preguntó—. ¿Qué clase de vida es esa?

—Mucha más honorable que estar asesinando gente —Yuri contestó firmemente.

—Tal vez puedo comprender eso, pero...

Sin poder terminar la oración, ambos se estremecieron cuando la puerta de la habitación fue abierta. Yuri no desapareció, parecía totalmente convencida de que no sería vista. Baekhyun pensó lo mismo y simplemente se limitó a mirar por el recibidor y detectar al canalla que sabía su contraseña de la habitación.

—Baekhyun, Baekhyun, Baekhyun —identificó la voz apresurada de Jongin mientras se deshacía de sus zapatos rápidamente. Parecía en un estado de pánico, como aquella vez que se lío con dos chicas que resultaron ser hermanas o cuando decidió regalar su auto a un extraño y su padre estaba por desheredarlo. Esos ojos brillosos y boca retorcida estaba encaminándose hacia él—. Por la mierda Baekhyun, no sé qué carajos acaba de... —se detuvo un momento y analizó el medio cuerpo desnudo de Baekhyun, pero eso no fue importante, ya que inmediatamente sus ojos llegaron hacia la chica en la cama—. ¿Hola?

Los ojos de Baekhyun se agrandaron.

—¡¿Puedes verme?!

—¡¿Puedes verla?!

Jongin se quedó en silencio por dos segundos, como intentando saber lo que estaba sucediendo, pero antes de que el otro pudiera decir algo se teletransportó detrás de Baekhyun, empujando a su amigo hacia un rincón y sacando de su cinturón un pequeño puñal. Su mirada cambió rápidamente, sus ojos sanguinarios se activaron.

—¿Por qué está esta cosa aquí? —apuntó hacia ella—. ¿Cómo entraste?

Yuri se había quedado sin palabras, parecía incluso más contenta que asustada.

—¿De verdad puedes verme tú también? —sonrió y ambos chicos sintieron un golpeteo en sus corazones. Era bonita después de todo.

Negando con la cabeza, Jongin volvió en sí.

—¿Qué haces Baekhyun? Llama a Chanyeol ahora mismo para que se deshaga de ella.

Baekhyun se levantó levemente aturdido.

—Verás... es una larga historia, pero estoy algo seguro de que no es peligrosa —le susurró cerca, mientras miraba cómo era que Yuri rebotaba en la cama mientras murmuraba varias cosas como qué tan genial era tener más amigos—. No pueden verla. Los demás Exodianos no la ven y por lo que me dice, la verdad no creo que quiera hacer daño.

—Baekhyun —Jongin gruñó entre dientes—. Es una Heck.

—¡Pero una buena Heck! —insistió Yuri.

—Una buena Heck —secundó Baekhyun. Por un momento sus ojos se cruzaron con los titubeantes de Jongin, pero simplemente le hizo su usual cara de confía en mí (la cual nunca funcionaba, pero por lo menos lo intentaba)—. Conservemosla un poco más. De verdad estoy muy curioso, tal vez ella sea la clave para poder terminar la lucha con las Hecks.

—No creo que esto sea buena idea.

—Oh, por favor, si algo ocurre simplemente nos teletransportamos.

Aunque ella puede teletransportarse también, le faltó decir. En realidad no quería empeorar las cosas, que Jongin decidiera bajar el puñal y escuchar atentamente lo que Baekhyun decía ya era un logro. Cuando al fin se sentó en otra de las sillas, y mientras Baekhyun le contaba con detalle el cómo se encontró con ella y lo sucedido en sí, se sintió aliviado. Por lo menos la carga no estaba toda sobre sus hombros y si algo ocurría por lo menos ya no sería considerado un loco.

—Así que —Jongin se cruzó de brazos hacia ella y la analizó—. No eres una fantasma, eres una Heck que huyó de no sé dónde...

—Dásos —completó Yuri con felicidad.

Jongin achicó sus ojos.

—De Dásos y quiere vivir pacíficamente aquí...

—Como una buena Heck —lo volvió a interrumpir.

—Buena Heck —Jongin bufó—. Como si eso fuera posible.

Yuri hizo un mohín y posó sus ojos en Baekhyun.

—Él no me agrada —le sentenció de pronto—. Es como si quisiera matarme con la mirada.

Baekhyun palmeó la espalda de Jongin.

—Vamos hombre, no la mires con tanto odio.

—Entiendeme, estamos frente a una Heck que dice ser buena y la única prueba que tenemos sobre eso es que no nos ha atacado... por ahora.

Jongin se detuvo y la miró fijamente.

—No sé, Baekhyun, no estoy convencido.

Era comprensible. Baekhyun gimió por el dolor de cabeza que le estaba dando y dejó caer su cabeza en el hombro de Jongin mientras miraba con los ojos semi abiertos como éste jugaba con su puñal, como si le estuviera advirtiendo silenciosamente a la chica que estaba preparado para usarlo de ser necesario. Por otro lado, Yuri parecía de lo más perdida en la situación, importándole poco la poca aprobación de Jongin.

—Pero... —tras unos minutos de silencio, Yuri miró detenidamente hacia ellos y una pequeña sonrisa atravesó su rostro—. ¿Por qué se ven tan lindos juntos? ¡Ah! —la chica se rió maliciosamente mirándolos con esos famosos ojitos—. ¿Acaso ustedes son una pareja? ¿Así como en los cuentos de hadas?

Eso le sorprendió a Baekhyun y también a Jongin. No por el hecho de que creyera que tenían algo, eso era cosa de todos los días cuando estaban pegados el uno con el otro en la universidad, si no era que la chica lo relacionara con cuentos de hadas.

—¿Cómo sabes sobre los cuentos? —preguntó Jongin.

—Ah, a veces me meto en la gran biblioteca de su director. ¡Tiene un montón de libros geniales!

Baekhyun y Jongin se miraron un momento y la misma pregunto surcó por su mente. ¿Por qué tendrían libros del mundo ideal aquí?

—¡Oh! —Yuri llamó su atención—. ¡Ah! Hoy sirven carne para la comida, ¡muero de hambre! Iré a comer, ¡nos vemos luego!

Sin más, y así de pronto, Yuri desapareció de la habitación.

—Oh, genial. También se teletransporta. Eso no es bueno —Jongin miró a Baekhyun—. En serio me da muy mala espina.

Baekhyun ya ni siquiera quería discutir sobre eso. Se sentía cansado y hambriento, apenas y recordó que no traía puesto nada encima y se recriminó a sí mismo por andar desnudo en la habitación.

—Como sea. ¿A qué venías? —Baekhyun sacó una camisa del closet y se la fue colocando.

Por un momento, mientras sus ojos estaban oscuros dentro de la ropa, todo se silenció y Baekhyun creyó que su amigo había huido, pero cuando volvió a mirar hacia su lugar allí estaba: preocupado, medio confundido, pero más que nada estaba perdido. Y cuando Kim Jongin se perdía en sus pensamientos, algo andaba mal con él.

—¿Jongin? —soltó en un tono preocupado.

—Mira —el moreno carraspeó y lo miró—. Yo no hice nada, ¿bien? Ni siquiera sé si fue real o producto de mi imaginación, pero todo parecía demasiado vivencial, así que yo creo que sí lo fue, aunque aún cabe la posibilidad de que...

—Me estás asustando, sólo dilo.

Jongin estuvo a punto de decirlo, pero su garganta se cerró, Baekhyun pudo ver eso. Enarcando las cejas, Baekhyun exigió que continuara.

—Kyungsoo me besó.

—¿Qué?

—Entre sueños. Yo estaba acostado en mi cama y de pronto, ¡pum! Algo cayó arriba de mi. Y esta vez no fue un accidente, sentí cómo era que sus manos buscaron mi rostro. No sé qué mierda sucede con él, pero me preocupa, ¿sabes? Estaba llorando. Podía sentirlo. El chico lo hacía y yo de verdad que no sabía qué hacer, así que solamente fingí dormir. Pero entonces de verdad no pude dormir, Baekhyun, creo que Kyungsoo está siendo acosado por alguien. En serio. ¿Recuerdas esa vez en la secundaria cuando ese chico gordo intentaba acosarte sexualmente y nunca me lo dijiste pero de alguna manera yo lo sentía? Pues es exactamente lo mismo. Y no sé qué cosa tiene que ver una con la otra, pero siento algo. Y no es bueno.

Dos cosas. Baekhyun pudo percatarse de dos cosas. Primero, cuando Jongin hablaba así de rápido sin tomar una respiración en el proceso, la cosa era importante. Segundo, como su mejor amigo que era y fiel persona para molestar con cada cosa, Baekhyun podía deducir muchas opciones. Por un lado se sintió celoso porque, desde que conoció a Jongin, él era su persona favorita. Jongin cuidaba de Baekhyun y solamente de Baekhyun, no había nadie más que le preocupara.

Aún con eso en mente y algo revolviéndole el estómago, algo más le ganó a la sensación de celos. No había un nombre exclusivo, pero era algo así como cuando le daba la sensación de «me estoy dando cuenta de algo que Jongin ignora, pero no diré nada para no joderlo tanto».

—¿Y por qué fingiste dormir? —preguntó algo extrañado—. La última vez que un hombre intentó besarte ese fui yo, y no me fue muy bien que digamos —Baekhyun se tocó el estómago, recordando ese golpe que Jongin le había dado.

Los besos en cualquier lado eran permitidos menos en los labios, esa era una regla básica de su relación amistosa. Y Baekhyun no tenía nada en contra ella, la verdad. Por lo menos él podía besar el trasero de Jongin y no importaba.

Jongin iba a responder, pero su boca se cerró. Pensó durante unos segundos.

—Ya te lo dije, algo pasa con él. Quiero ayudarlo —se revolvió el pelo y se dejó tumbar en la cama—. Pero es extraño. Cuando desperté él me saludó como si no hubiera hecho nada y yo me sentí algo así como cuando... No, la verdad nunca me ha pasado. Pero estaba curioso. Algo enfadado.

—¿Enfadado? —Baekhyun daba empujoncitos hacia él.

—Sí —Jongin miró hacia el techo—. Es porque no me cuenta mucho, ¿sabes? Si hizo eso tiene una razón, y detrás de esa razón hay una muy macabra. Y quiero saber. Pero él no me deja —suspiró.

Baekhyun desconocía por completo el cómo esos dos estaban llevando su relación de compañeros, pero su intuición al chisme solamente lo dejaba guiarse por un camino, pero se obligó a sí mismo a evitarlo. Jongin estaba serio, en verdad le constaba. Así que era mejor no meterse demasiado, que las cosas se arreglen entre ellos. Él ya tenía sus propios problemas con su no-oficial compañero de habitación.

Chanyeol. Se había olvidado de él. Se supone que solamente iría a cambiarse, pero ya llevaba allí más de treinta minutos.

—¿Y por qué no le preguntas directamente, así como lo haces siempre? —le sugirió a Jongin de manera casual—. Así como lo haces conmigo, quiero decir. Nunca te vas por las ramas, pero ahora parece que le estás dando prioridad a tus pensamientos y haces las cosas más grandes en tu cabeza. El Jongin que yo conozco no es así de lioso, más bien, ese Jongin odia a las personas que se arman una batalla interna en vez de exteriorizarla.

Jongin pareció digerir lentamente cada palabra dada por Baekhyun.

—Verdad. ¿Por qué me estoy liando tanto? —preguntó Jongin casi en un susurro sin despegar la mirada del techo.

Baekhyun asintió, alejándose hacia la puerta y colocándose los zapatos. Por un segundo una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Baekhyun, una leve imagen en su cabeza de un posible e imaginario Jongin enamorándose de un Kyungsoo, pero inmediatamente deshizo esos pensamientos. Su amigo no era así, por más que quisiera negarlo Jongin de verdad era heterosexual, aunque bueno, la probabilidad de convivir con tanto hombre puede torcer un poco las tuercas en su cabeza, pero aun así, Jongin era fuerte ante eso. A fin de cuentas, una persona es lo que es y punto.

Jongin era un amigo fiel. Así como pasó con él durante la secundaria, Jongin se encariñó con Baekhyun y lo salvó, así probablemente ahora esté experimentando la misma cosa con Kyungsoo.

Con los zapatos ya puestos, Baekhyun estaba por despedirse, pero Jongin ya no estaba.

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Baekhyun corrió con todas sus fuerzas a través de los edificios.

Su respiración estaba agitada y su camisa de botones apenas y resistía con uno solo. Sus piernas dolían como el demonio, era como si la adrenalina todavía no hubiera llegado a ellas para poder excederse. Apenas pudo esquivar una gran viga de metal que cayó a centímetros de su cuerpo y, cuando una Heck lo miró con los labios rojos y una fuerza electrizante en sus manos, supo de inmediato que tenía que escapar de allí.

Sus piernas automáticamente se dirigieron al área Ceniza con la intención de poder tomar un arma y defenderse con eso. Sus poderes apenas y se hacían presentes, aunque sí que había mejorado: la interminable lucha de luces entre él y Jisoo se hacía día a día más potente, ya no requería mucho esfuerzo y todo se tornaba fácil. Aún con eso, lo más que podía hacer era cegar un poco a las personas y correr como alma que se la lleva el diablo. Lo secundario era sin duda lo más difícil porque, aunque tuviera la capacidad de correr grandes distancia, nada se comparaba con el hecho de saltar troncos caídos, evitar los vidrios cayendo de los edificios y hacer oídos sordos a las personas quienes eran asesinadas en el proceso.

Empujó con fuerza las grandes puertas del lugar y las cerró de inmediato. Se detuvo un momento en la puerta para respirar y sacarse el sudor, y entonces trotó hacia las esquinas del lugar en donde los fuego dejaban alguna que otra arma que pudiera utilizar.

—¿Un bate de béisbol? —murmuró medio enojado cuando fue lo único que pudo encontrar—. ¡¿Qué es lo que haré exactamente con eso?!

¿Qué es un bate de béisbol?

Baekhyun maldijo sin tener tiempo de responderle a la persona en su oído, y escondió su cuerpo detrás de una repisa de objetos cuando escuchó las puertas abrirse. Por los simples murmullos y sonidos, Baekhyun sabía que se trataba de una Hecks viendo por los alrededores. Sostuvo su boca y prefirió no respirar antes de ser encontrado.

Vio sus posibilidades de huida. Había una puerta trasera y también tenía la escalera izquierda para subir al piso de arriba y pedir ayuda. Miró con temor a la Heck acercándose por donde él estaba y se arrastró en silencio hacia atrás, tomando por mejor opción subir al segundo piso. Con un gran impulso se levantó y comenzó a correr.

Se cayó en el primer escalón.

Para variar, aparte de tener un fuerte dolor en la espinilla, el bate hizo su usual sonido al dejarse caer lo cual solamente hizo que llamara la atención de la Heck y —más el plus de que lo olía, literalmente— entonces se dijo a sí mismo que allí era su fin, que no podía dar más.

¿Qué haces allí sentado? ¡Sal corriendo!

Correr. Esa era una de las palabras que más habían utilizado todas las personas que alguna vez lo instruyeron. Lo que le enseñaban a morir era el poder huir en vez de luchar y eso aunque podía estar de acuerdo, lastimaba algo su masculinidad. ¿Por qué huir de una linda chica? Pero entonces se respondía a sí mismo con 'son bestias salvajes, tienes perdón'.

A fin de cuentas, hizo lo que le pidieron, corrió. Las escaleras eran gigantescas y casi interminables, pero cuando vio del otro lado cómo la Heck había tomado marcha por las escaleras del lado izquierdo —dejando su escoba, la maldita quería hacerselas de competencia— apuró el paso como nunca jamás lo había hecho.

—¡Expliquenme de nuevo por qué estoy solo! —gritó hacia el auricular, moviéndose hacia arriba para llegar lo antes posible a la puerta del segundo piso antes que la Heck—. ¡¿Por qué en mi maldita primera lucha?!

Chanyeol tiene diarrea.

Baekhyun chilló, balanceando su cuerpo de atrás hacia delante cuando estuvo a punto de tropezarse de nuevo.

Y vómito. Y un resfriado, y fiebre —añadió otra persona.

—¡Me importa una mierda, traigan su sucio trasero aquí conmigo!

No revelen mis síntomas —La voz de Chanyeol se quejó—. Es vergonzoso. Buena suerte Baekhyun, trata de no morir.

Chanyeollie, ¿estás rozadito? —Yixing preguntó inocentemente—. Tengo una pomada que es buenisima para...

Cuando Baekhyun vio que de plano la Heck ya estaba arriba esperándolo con lo brazos abiertos, dejó de escuchar, dio media vuelta y corrió mejor hacia abajo. Sin poder ver bien, y con el bate de béisbol entre las piernas, terminó cayendo, rebotando por cada escalón y buscando patéticamente su fin. Lo último que supo de sí mismo fue que su cuello probablemente estaba roto, un par de costillas incrustadas en los pulmones y menos del porcentaje adecuado de sangre en su cuerpo.

Ay, qué pena, se murió.

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Cuando le quitaron de encima esos horribles lentes y volvió a la realidad, podía ver a toda una bola de gente murmurando cosas y cosas que no le favorecían en nada. Por una parte, estaba el ejemplar grupito de la manada de Yifan quienes simplemente miraban con fastidio la pantalla sobre sus cabezas, a su lado, estaba Kyungsoo totalmente perdido e incluso Sehun quien estaba cayendo por el sueño. Después estaban los que se partían de risa en el suelo, conformados por Minseok, Jongdae, Tao, Jongin y Junmyeon; y al final los que se compadecían de él: Yixing, Luhan y podría decir que Chanyeol, pero ese chico estaba en la cama, reposando y con una gran dosis de medicamento en su cuerpo.

—El simulacro fracasó —anunció un chico cualquiera quien manejaba los controles.

—No me digas, genio —Baekhyun contrarrestó.

—¿Por qué te enojas con él? —Jongin se sostuvo del cuerpo de Minseok para no volver a caer al suelo y siseó a los otros quienes todavía parecían estar a punto de carcajearse. Con una sutil amenaza de «no se rían porque si se rien me voy a reir y esto nunca acabará» Jongin carraspeó de nuevo e intentó mirarlo fielmente—. Vamos, Baekhyun. Ha sido sólo tu vigesima cuarta vez, aún puedes mejorar. Sólo trata de que por lo menos, si vas a morir, no lo causes tú mismo.

—¡¿Viste cómo sus pantalones salieron volando en el proceso?! —Minseok no pudo contenerlo más y Jongin tampoco, volvieron a reírse como una manada de hienas y Baekhyun iba a cortar cabezas.

Simulación. Parecía que Exodia no solamente era un lugar mágico, hermoso y poderosamente destructivo, sino que su tecnología era lo suficientemente avanzada como para poder tener una sala de entrenamientos de simulación en el área Mens —de los telequinéticos— en donde se podían someter los Exodianos a pruebas creadas para cada quien en su rama. Era fascinante, o por lo menos eso pensó hasta que ingresó en ella para poder prepararse mejor y entonces falló una y otra vez.

En su defensa, ¿cómo demonios querían que alguien como él fuera solo en la realidad? Si se suponía que todos los de EXO estarían allí para protegerlo, ¿entonces por qué someterse a eso? Ah, pero entonces salía ese maravilloso —y molesto, muy molesto— director y sus palabras muy oficiales y agradables al oído diciendo como «es por precaución. Nunca se sabe qué puede ocurrir». Por lo menos se hubiera sentido mejor si no hubiera sido el único jodido, pero cuando vio que incluso Jisoo pudo controlar la situación, todo se derrumbó. El niño lo había mirado con tanta arrogancia que no pudo soportarlo, ese día Jisoo le había ganado.

Ah, y para rematarlo, no podía siquiera quejarse con Chanyeol y decirle cuán molestos eran todos mientras se acurrucaba en su pecho porque ese gigante había conseguido obtener un virus con un nombre bastante extraño que era muy contagioso, y debido a eso estaba confinado en su habitación, en cuarentena y apenas una vía de comunicación abierta.

Allí, de hecho, fue cuando descubrió que los del área de Vida podían lidiar con cuerpos despedazados y miembros fuera de lugar, pero no tenían nada fuera de lo común para enfermedades. Por eso era que Leo no se recuperaba y también el hecho de que Chanyeol estuviera K.O incluso hasta la batalla contra las Hecks que sería dentro de unas horas. El plan era esconderlo, de hecho ya hasta tenían preparado la sedación debido a que ese chico sí que era testarudo y no iba a dejarse, por lo que no había ningún problema con eso.

—Es todo por hoy, descansen ya que dentro de poco lucharemos —Jungsu se levantó de su silla y cerró la carpeta en sus manos. Discutió algunas cosas con Shindong y después se retiró sin ni siquiera darle una pequeña mirada a Baekhyun.

Molesto, él simplemente se dedicó a bajar de la plataforma de ensayo y caminó un poco tambaleante hacia Jongin para poder dejarse caer sobre él y que lo transportara hacia su habitación —y para golpearlo también.

—Estoy agotado —se quejó mientras apretaba con fuerza a Jongin—. Morido.

Jongin hizo una mueca.

—Muerto.

—Morido.

—Morido bien muerto.

—¿Qué tan fuerte fue ese imaginario golpe en la cabeza? —Jongin colocó su mano sobre la cabeza de Baekhyun y le acarició—. ¿Estás bien?

—Sólo quiero dormir —resopló, su voz se amortiguó debido a que tenía la cara pegada al pecho de Jongin. De entre todas las cosas lo más que se sentía era avergonzado. Abrió sus ojos por un momento y dejó descansar a su nariz, observando hacia un lado—. Kyungsoo nos está mirando.

El cuerpo de Jongin se tensó un poco debido a la mención.

—No le regreses la mirada.

—¿Eh? —Baekhyun levantó su rostro sin despegarse y se sostuvo con la barbilla para mirar a Jongin directamente—. ¿Por qué?

—Sólo no lo hagas —Jongin pareció perder cualquier gracia de hace minutos.

Tch. Como quieras.

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—Más que yo saben que Chanyeol está en cuarentena.

Baekhyun se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

—Lo sé —Jisoo se encogió en hombros.

—La sabemos —contestó Leo, entrando de todos modos.

No tenía ni un poco de fuerzas como para discutir, así que simplemente rodó los ojos y miró con insistencia la puerta frente a él que tenía un cartel diciendo: "Peligro." Con un suave suspiro, se guió de nuevo hacia dentro y miró durante un minuto completo cómo esos dos niños se instalaban perfectamente en su habitación con sus pijamas ya puestas.

—Voy a dormir en el sillón —escuchó cómo era que Leo le decía a Jisoo—. Me gusta el sillón.

—Pero todavía te sientes mal, ¿por qué vas a dormir allí?

—No cabemos los tres en la cama de todos modos —Leo se encogió en hombros—. ¡De verdad me gusta el sillón! Tiene mi tamaño perfecto. Además, el señor Baekhyun habla dormido y asusta.

—Podemos entonces simplemente mandar a Baekhyun al sillón.

—Yah —Baekhyun se apretó el puente de la nariz—. ¿Por qué me siguen haciendo esto? Tienen su propia habitación.

Jisoo se giró hacia él con su usual semblante de 'yo mando aquí' y se acercó a él como si fuera más alto.

—Nuestro Leo no se siente bien y dormirá en la cama —señaló el mueble.

Baekhyun soltó una carcajada y bajó su rostro hacia él.

—¿Quién te crees para decir qué hacer en mi habitación? ¡Simplemente váyanse!

—¿Qué quién soy? ¡Soy tu maestro!

—¡Maestro mi trasero! ¡Lo único que me has enseñado es cómo maltratar a un ser humano, pequeña sanguijuela!

Jisoo dio un par de pasos al frente con el rostro rojo y enfadado.

—¡¿Qué?! ¡¿A quién le dices pequeño, chico inútil?!

—¡¿Inutil?! ¡Mocoso sabelotodo!

Leo se puso ambas manos en los oídos y gimió.

—¡Por lo menos yo soy un sabelotodo y no un sabelonada! ¡Vas a morir tan pronto salgas solo en una batalla real!

—¡¿Ah?! ¡Pero si por lo menos yo he visto y lidiado con una Heck en vivo! ¡Tú has vivido de simulacros!

Leo apretó los ojos y algo de sudor frío recorrió su cabello.

—¡Por lo menos yo puedo con un simple simulacro!

—¡Yo podría sin tan sólo tú me enseñaras cómo hacer luz en vez de molestarme todo el tiempo!

—¡Basta! —La voz de Leo inundó la habitación y calló de inmediato a los dos.

Baekhyun estuvo a punto de voltearse y decirle que no se metiera, pero vio cómo era que el pequeño tenía las manos en la cabeza como si ésta le doliera mucho. Estaba pálido y sudaba, el rostro de Baekhyun se llenó de pronto de preocupación y Jisoo prácticamente dejó en el olvido a Baekhyun para acercarse a él.

Sus ojos se veía temerosos y se inclinó para tocar el rostro de Leo.

—¿Estás bien? —Jisoo le preguntó—. ¿Duele mucho?

Leo abrió los ojos unos segundos después e hizo un puchero en reproche hacia los dos.

—Sólo dejen de pelear y durmamos. Por favor.

—¿Seguro que no quieres ir a Vida? —Baekhyun le preguntó.

—Sólo necesito dormir.

Baekhyun y Jisoo cruzaron miradas por una última vez, pero por una extraña razón, ese sentimiento de competencia se vio frustrado por uno de intranquilidad.

--

Baekhyun terminó durmiendo en el piso.

Ya era entrado el día —noche, eso— y no podía dormir. Había bastantes cosas en su cabeza, además de que el suelo no era muy cómodo por más que haya acomodado varias mantas abajo. El sillón no era una opción tampoco, era mucho más incómodo, por lo menos en el suelo podía estirarse todo lo que quisiera. Arriba, podía escuchar los suaves sonidos de los otros dos niños dormidos e hizo un mohín. Todavía no ponía la suficiente fuerza para poder ser un mayor respetable y eso le daba jaqueca.

Se volteó, acomodándose de lado y terminando con la mirada debajo de la cama. Se veía medio oscuro, un tanto no recomendable. Cuando era pequeño nunca le tuvo miedo a los monstruos debajo de su cama, le temía más a los monstruos que estaban afuera en las calles y recordaba vagamente cómo era que su padre le contaba historias que lograron calmarlo o esos momentos que su madre le decía que era un niño fuerte que podía contra todos.

Se sintió solo. Tal vez por la nostalgia de esos días o porque extrañaba relativamente a sus padres —o más bien los momento que tuvo con ellos de pequeño.

Estiró su mano hacia dentro, como esperando a que algo lo jalara y se lo llevara a lo más profundo de sus sueños. Cuando sintió que nada estaba allí para llevárselo, estuvo a punto de rendirse y volver intentar dormir, pero entonces sintió un pequeño objeto. Se estiró un poco más, metiendo algo de su cuerpo por debajo de la cama y fue entonces cuando, al reconocer la cosa que estaba tocando, lo recordó.

Sin pensarlo dos veces ingresó por completo debajo de la cama y se arrastró hasta lo más profundo. Aunque un poco de luz entraba de entre las cortinas, no era lo suficiente como para ver del todo, pero pudo guiarse con el tacto.

No sabía cómo funcionaba, por lo que lo primero que probó fue toser un poco dentro del vaso para ver si tenía una respuesta. En sus horas normales en la tierra, serían como las dos de la mañana, por lo que no esperaba que Chanyeol le respondiera, pero quería intentarlo. Apenas y había podido hablar con él en los últimos cuatro días y ya lo extrañaba bastante.

—¿Hay alguien allí? —cantó dentro del vaso en un susurro, no quería despertar al par—. ¿Hay alguien allí?

No hubo respuesta. Baekhyun suspiró, sintiéndose algo decepcionado.

—¿Hay alguien allí? —lo intentó por última vez, sólo por si acaso, pero tampoco hubo respuesta.

Sin nada más que hacer, miró hacia la madera. Incluso si apenas fueron algo más de dos meses desde que está allí, Baekhyun lo sintió como siglos desde la última vez que estuvo debajo de su cama. Incluso había olvidado esos rasguños. Todavía no podía verlos del todo, pero dado a que no tenía nada más que hacer y la curiosidad le ganó, entonces tocó las líneas intentando sentir alguna de las letras.

Achicó los ojos para tener un poco más de claridad, pero sus manos eran las que hacían verdaderamente el trabajo. La primera letra que sintió —y estaba eufórico por haberla descubierto— fue una N. Baekhyun acarició con suavidad la superficie e intentó no despegar los dedos para no perderse y seguir con la siguiente letra. Era una O.

No.

Supo que era la palabra No debido a que el espacio de la N con la O era mucho más reducido que con el de la otra letra, pero de todos modos lo dejó al beneficio de la duda. Sus dedos siguieron con lentitud y pudo sentir lo que entonces era una C. Ya sea una palabra nueva, o la continuación del 'No...', Baekhyun siguió.

La que siguió fue otra O. Luego una N, una F y una I. Para cuando descubrió la E se dio cuenta que la palabra era "Confíes". Se sintió algo intranquilo ante la selección de palabras, pero por un momento era como si necesitara saber qué más decía dado a que el mensaje no terminaba allí y la siguiente palabra que descubrió fue un "En".

No confíes en...

Baekhyun estuvo por sentir la siguiente letra, la verdad detrás de esos rasguños que juraba habían sido hechos con las uñas. No obstante, antes de que sus dedos pudieran percibir algo más, un sonido hizo que se asustara, haciendo que sus manos perdieran el ritmo.

¿Hola?

Y olvidó todo. A la mierda la necesidad de curiosidad, ahora mismo lo más que necesitó fue entonces a Chanyeol. Porque esa era su voz y le estaba hablando a través de ese vaso.

—¿Hola? ¿Chanyeol? —respondió tan pronto encontró el vaso de nuevo.

Baekhyun pudo casi imaginar cómo una leve sonrisa se formaba en los labios del alto.

Hola Baek, ¿cómo estás? ¿Qué haces allí abajo? Oh, no. Dejame adivinar. ¿Jisoo?

—¿Tú qué crees? —Baekhyun bufó, pero terminó con una sonrisilla.

Se sentía como una quinceañera acostada de panza contra el colchón y los dedos enroscados en su cable telefónico mientras hablaba con su crush.

Supongo que sí —se rió un poco, pero un tosido interrumpió. Incluso su voz sonaba algo rasposa—. Siento que Jisoo te moleste, aunque creo que es raro que aún esté allí incluso si yo no estoy. Creo que le agradas, de una manera muy bizarra, pero lo haces.

—¿Te estás escuchando? ¿La medicina te pegó fuerte? Por favor, él me odia.

—No... Yo creo que le gustas. Es raro que hable con otros chicos.

Baekhyun rodó los ojos. En verdad que no quería seguir hablando de ese pequeño demonio.

—Como sea —he ahí su frase para cortar todo—. ¿Cómo te sientes? ¿Crees que vas mejorando?

Bueno, hoy no me quería morir por el dolor, así que... yo creo que sí, estoy mejor.

—Mhm —Baekhyun se frotó los pies—. ¿Y qué haces despierto?

Ah, Yixing viene a revisarme cada tres horas para cambiarme las mantas y darme la medicina. Se acaba de ir.

—¿Entonces no escuchaste el... Lo que sea que sea esto? ¿El vaso?

¿Me hablaste? No, no lo hice. Simplemente lo vi cerca y por algún motivo sentí las ganas de tentar a ver si lo escuchabas. Aunque bueno, en general se escucha muy fuerte. Te he extrañado.

Baekhyun tuvo que apretar los labios para no chillar ante la emoción. No tenía ni una almohada cerca donde amortiguar el grito.

—Yo también te extraño —dijo y, oh Dios mío, estaba a punto de romperse la cabeza contra la madera.

Hubo un ameno silencio de entendimiento entre los dos, como si ambos fueran dos inexpertos en su primer amor, y jodidamente casi que lo era, primero que nada porque Chanyeol jamás había hecho nada de eso; y por el otro, él nunca había sido tan cursi ni tampoco había sentido tantas cosas juntas con ninguna otra persona que no fuera Chanyeol.

Me alegra.

Baekhyun sentía sus mejillas encendidas y casi soltaba risitas nerviosas como 'jujuju' o 'jejeje' y todas podrían sonar muy mal.

¿Y cómo te sientes después del simulacro?

Un suspiró acabó un poco con la felicidad de Baekhyun.

—Mi máxima duración fue de diez minutos.

Eso es bueno, más de lo que esperaba.

—Hey.

Chanyeol se rió.

Quiero decir —Chanyeol pareció removerse un poco en su cama—, si tú solo duras diez minutos, ya es ganancia. Sería bastante raro que algún día vayas solo a alguna pelea, siempre habrá alguien acompañándote ya que eres muy importante y la prioridad. Además, no tienes algún poder como los demás, así que es normal. Si los otros chicos no tuvieran los suyos, estarían casi igual de perdidos que tú.

—Pero Jisoo...

Jisoo es pequeño y escurridizo, por eso no lo detectan. También, el simulacro se apega mucho a la realidad y Jisoo todavía es muy pequeño como para ser olido por las Hecks.

Baekhyun ya no podía discutir contra eso. Poniendo las cosas así, Chanyeol tenía razón. Su experiencia y poder no se podían comparar con nadie allí por el hecho de la simple naturaleza.

Hablar con Chanyeol fue una buena opción, ya estaba de mucho mejor humor y se sintió incluso más relajado.

—Gracias —le dijo—. No sabes cuántas ganas tengo de abrazarte ahora mismo.

Hubo un momento de silencio y Chanyeol suspiró.

No sabes cuántas ganas tengo yo de besarte ahora mismo.

Baekhyun se sorprendió ante la inesperada respuesta, pero de todos modos una magnífica sonrisa se apoderó de su rostro.

—¡Entonces duerme! Para que puedas recuperarte y venir aquí. Es tarde y el entrenamiento me dejó frito.

No pudo verlo, pero Baekhyun juraba poder sentir a Chanyeol asintiendo hacia el vaso.

—Muy bien. Entonces nos vemos luego. Duerme ahora gigantón.

Bueno días, Baekhyun.

Baekhyun chistó.

—Buenos días.

Y aunque no hubiera un botón para colgar, Baekhyun hizo como si lo hubiera y dejó el vaso hacia un lado. Tenía una sonrisa estúpida en la cara y en su mente había situaciones imaginarias donde fantaseaba con Chanyeol. Todo era felicidad y añoranza en sus sueños, hasta que una voz rompió su burbuja de esperanza.

—¡Leo!

Su cabeza se golpeó contra la madera y gimió por el dolor.

—¡Leo! ¡Leo! ¡¿Qué pasa?!

Con una mano sobre su cabeza y con la otra intentando arrastrarse hacia afuera para ver qué demonios sucedía, Baekhyun apenas pudo salir de debajo de la cama cuando Jisoo lo había tomado de la ropa, levantándolo y arrastrándolo hacia el baño. Sus piernas estaban un poco desbalanceadas y continuaba algo mareado por el golpe, pero logró enfocar su vista en el momento justo que la luz del baño lo golpeó y vio cómo era que Leo estaba sobre el suelo desmayado.

—¿Qué? —preguntó confundido—. ¡¿Qué?! ¡¿Qué sucedió?! —se agachó y tocó con suavidad la frente de Leo. Estaba ardiendo.

—No sé —la voz de Jisoo llegó a él, pero no era como la dura de siempre, ahora sí sonaba y lucía como un pequeño de diez años con el rostro preocupado y ojos llorosos—. ¡Sólo quería ir al baño y lo encontré aquí! ¡No sé qué tiene! ¡Él no se recupera, no puede hacerlo! —los gritos de Jisoo eran cada vez más fuertes y chillones, como si poco a poco estuviera explotando. Las manos de Jisoo estaban en su propio rostro, pasando por sus ojos y cabello en señal de frustración—. ¡Qué pasa si está muerto! ¡Es el único que me queda! ¡No puede morir! ¡No sé qué hacer ya!

Y de pronto, estalló en llanto.

Por medio minuto, Baekhyun no estuvo seguro de qué hacer, pero entonces reaccionó como cualquier persona lo haría. Tomó a Leo con suavidad y lo colocó en su hombro para cargarlo y entonces, dejando a un lado todos los rencores y sentimientos infantiles, abrazó —como pudo— por medio segundo a Jisoo e hizo que lo mirara a los ojos.

—Estará bien —le dijo con la voz más calmada que podía. Jisoo parecía incapaz de controlar las lágrimas—. Él estará bien, ¿de acuerdo? Hay que llevarlo con Yixing. No te preocupes, todo estará bien.

Jisoo no dijo nada, solamente asintió. El menor hizo lo posible para poder abrir las puertas y cuando ambos estuvieron en el pasillo, por un momento Jisoo pareció congelado, como si tuviera miedo de seguir adelante.

Baekhyun se dio cuenta que se había adelantado, así que dio un par de pasos hacia atrás y le tomó la mano.

—Vamos —pidió—. Leo te necesita. También eres lo único para él así que no lo dejes solo, ¿bien?

Jisoo miró por un momento sus manos entrelazadas con vergüenza, pero luego apretó la mano de Baekhyun junto con la de él y asintió con fuerza, haciendo que cualquier rastro de lágrimas en sus mejillas desapareciera.

—Bien.

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