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Capítulo 1

Vacaciones.

Esa palabra hacía sonreír a cualquiera quien hubiera estado estudiando durante seis meses sin parar. Seis meses llenos de cálculos y ecuaciones interminables. Seis meses de cortejos y encuentros nada satisfactorios. Seis meses de pura adrenalina sobre si iba a sobrevivir para los próximos parciales o si iba a ser capaz de levantarse al día siguiente después de toda una madrugada de repasos.

Baekhyun casi lloró en el momento que el hedor a aeropuerto chocó contra su rostro y visualizó a cientos de personas de muchas nacionalidades diferentes en el aeropuerto de Incheon. Sostuvo su maleta con fuerza, como un chico orgulloso de sus hallazgos —que en su caso es escapar finalmente de ese país suicida por lo menos unas semanas— para gozar de unas bien merecidas vacaciones de verano.

Caminó todo el recorrido hasta la tienda de panqués en donde se iba a encontrar con su insufrible amigo Kim Jongin. El chico se había perdido ayer en una fiesta por lo que a Baekhyun le preocupaba que no llegara a tiempo, pero al mismo tiempo no le importó del todo. Si Jongin no llegaba él se iría entonces solo, nada iba a interponerse entre sus vacaciones y él. Sin embargo, para bien y para mal, Jongin estaba prácticamente recostado sobre un extintor fosforescente con un par de maletas junto con su mochila que lo sostenía de no caer de lleno contra el suelo. Baekhyun resopló.

—Ve, ve, que te lo dije —golpeó la parte posterior de la cabeza del moreno y éste gimió—. ¿Qué ser humano goza de ir a una fiesta unas horas antes de partir en un vuelo de casi doce horas? No quiero desmayos en mi glorioso viaje, Kim.

—Estaré bien —apenas y pudo escuchar de parte de él. Se removió el modo en que un ojo salió de entre sus brazos, parecía como si cualquier pequeña luz lo fuera a dejar ciego—. Y si no me equivoco, Byun, este glorioso viaje lo pegué yo y te traigo solamente porque necesito compañía.

Baekhyun ronroneó horrorosamente y dio algunos golpecitos en la cabeza de Jongin.

—¿Y quién es el mejor amigo del mundo, eh?

—Yo. Por supuesto.

—Así es —Baekhyun lo abrazó y Jongin casi le golpea en la nariz para que lo soltara—. ¿Qué sería de mi sin mi querido amigo millonario que ya no sabe en qué gastar el dinero de sus padres?

—Estarías en un trabajo de medio tiempo para sobrevivir la semana —contestó Jongin.

—Probablemente. Por eso eres la cosita más bonita que se ha cruzado en mi camino.

Jongin se enderezó por completo —con los ojos aún hinchados y las ojeras prominentes— y miró con completa aburrición a Baekhyun. El más bajo estaba demasiado emocionado, era la primera vez que saldría del país, o más bien, del continente. Finalmente iría a Estados Unidos para poder ser libre de inclinaciones y de hablarle formalmente a todo el mundo. Además, serían Los Ángeles, ¡Los Ángeles! Todavía recuerda, una semana atrás, cuando Jongin le pidió ir con él en su viaje ya que sería muy aburrido ir solo además de que terminó con su milésima novia y necesitaba tiempo de chicos.

Baekhyun lo hubiera besado allí mismo de no ser porque Kim Jongin es heterosexual —cosa que a Baekhyun en realidad no le importa, mucho mejor, así nada de sentimientos de por medio— y, también, porque sabe lo molesto que se pone el otro sobre los intentos de Baekhyun de convertirlo en un bi-curioso. En fin, Jongin era como una piedra con la mente cerrada sólo en chicas y no había nada que se pudiera hacer al respecto.

Contra otros problemas, la familia de Baekhyun realmente no podía darse muchos lujos ya que apenas viven con un salario mínimo de sus dos padres y un hermano casado que no aporta nada a ellos. En pocas palabras, con Baekhyun siendo llevado al viaje hay un ganar-ganar para todo el mundo ya que; uno, sus padres tienen más comida y silencio en la casa; dos, Kim Jongin no estará solo; tres, Baekhyun finalmente podrá ser libre en todos los aspectos posibles aunque sea un tiempo limitado.

—Deja de sonreír así —su amigo bostezó mientras estaban en el área de revisión—. La gente creerá que estás ocultado algo. Pareces un loco que intenta parecer normal.

—Pero es que, ¡oh por Dios! —Baekhyun chilló cuando fue obligado a pasar por el detector de metales—. ¡Sólo había visto estás cosas en la TV! ¡Oh! ¿Puedo tocar eso? —se inclinó para señalar el detector manual en las manos de un guardia quien lo miró con el rostro más fastidiado del mundo.

Jongin, completamente avergonzado, tomó a Baekhyun del cuello de la camisa para que se enderezara.

—Son las seis de la mañana —gruñó mientras lo arrastraba hacia más adelante y comenzó a recoger las cosas de los recipientes de plástico—. Nadie, nadie puede estar contento a esta hora y menos en un lunes. No quiero que nos tachen de terroristas, así que deja de chulearte con los guardias.

—Pero Jonginnie —Baekhyun puchereó mientras se colocaba el cinto que había dejado antes—. ¡Nos vamos a los Estados Unidos! —procedió a danzar una especie de baile entre la danza de la lluvia y Sherlock de Shinee.

Era consciente de que atraía la mirada de las demás personas, pero poco le importó. Sin más que decir, Jongin simplemente lo continuó guiando, aguantando cada movimiento y estupidez que fluía del cuerpo de su amigo. Terminaron con la revisión de un modo un poco tenso: Baekhyun, siendo completamente nuevo en eso de los aeropuertos, no sabía que no podía llevar embases de más de quién sabe cuántos mililitros por lo que le quitaron todos sus productos de limpieza, algo de crema y mucho más. El chico casi se echa a llorar, pero con una sutil mirada de un fornido guardia acalló todo grito y terminó por ceder su berrinche.

—Era caro —aún después de una hora de esperar, Baekhyun seguía quejándose—. Fue un regalo. Por Dios, era malditamente una marca cara. No puedo creer que ellos simplemente lo hayan aventado al bote de la basura.

Jongin pasó la página de la revista que había comprado antes y no le contestó. Baekhyun prácticamente estaba inclinado sobre él para tener un poco de su atención, pero el moreno se abstenía a hacerle caso y Baekhyun se preguntaba una y otra vez si Jongin ha de estarse arrepintiendo de haberlo traído con él.

—Velo de esta forma —intentó razonar mientras carraspeaba—. Si no me hubieras traído contigo, te hubieras traído a cualquier otra tonta desaliñada que simplemente quiere cogerte por tu hermosa carita.

—Mínimo hubiera tenido un poco de diversión carnal —Jongin lo miró durante unos segundos y después suspiró—. Y tú, eres más como mi diversión psicológica. Nada te sale bien y me gusta ver tu sufrimiento.

Baekhyun volvió hacia él con un rostro ofendido.

—Yo soy muy especial —lo señaló con el dedo—. Un poco torpe, lo acepto. Pero muy poquito.

—Si no estás cayéndote, estás siendo secuestrado por un pervertido que cree que tienes quince años. Si no estás ahogándote con una gomita, estás siendo confundido con una chica. Si no estás siendo atropellado por un coche, estás atropellando gente con tu -que en realidad es mi- coche. Puedo seguir si quieres.

—Olvídalo —espetó con una mueca—. ¡Son sólo accidentes!

—Hace unos minutos tocaste la entrepierna de uno de los guardias.

—¡Pensé que era su arma!

Jongin estaba por quejarse de nuevo, pero la voz por las bocinas anunció el viaje directo a Los Ángeles en el que iba a abordar. Baekhyun se levantó como un resorte, tomó su mochila e inmediatamente hizo que el otro se levantar para correr hacia la línea de abordaje. Y no era sólo que iba a viajar, sino que la familia de Jongin se aseguró de que tuvieran asientos en primera clase para ir un cien por ciento cómodos. Era el paraíso.

Después de entregar su boleto y visa, ambos chicos fueron guiados por las aeromozas hasta sus asientos.

—¡Pido la ventana, pido la ventana! —en el momento que llegaron a un par de asiento uno del lado del otro con un espacio suficiente como para dos personas, televisiones portátiles y menú para las comidas, Baekhyun sentía que ya estaba rozando el cielo—. ¡Jongin, mira, mira!

—Sí, Baekhyun, es el carrito que lleva el equipaje al avión —contestó el otro de forma cansada.

—¿Realmente son tan rápidos como en las películas? —Baekhyun dejó la mochila a un lado y se sentó—. Ya sabes, son los que usan para perseguir el avión y evitar que el amor de tu vida desaparezca.

—No lo sé, Baekhyun. Normalmente veo hacia el frente.

—Amargado —achicó los ojos hacia él. Jongin ya estaba casi completamente acostado y cerró los ojos.

Baekhyun parecía un niño pequeño listo para vivir la mejor adrenalina de su vida y no podía estar más emocionado en el momento que les pidieron abrocharse el cinturón de seguridad mientras que el avión comenzaba a moverse para alinear su salida.

Las sobrecargo empezaron sus explicaciones sobre cómo utilizar las bolsas de aire y otros mecanismos de seguridad y Baekhyun siguió las instrucciones, incluso preguntó un par de cosas que hicieron que todo el mundo se sorprendiera un poco porque, normalmente, nadie tomaba en cuenta a las pobres mujeres y hombres que explicaban eso una y otra vez en cada vuelo.

A su lado, Jongin ya parecía en el séptimo sueño y Baekhyun no tuvo otra opción más que recargar su cabeza en el asiento y sintió un poco de mareo en el momento que el avión comenzó a ir mucho más rápido y las luces se apagaron. Cerró los ojos y la sensación fue un poco fuerte. Más de lo que imaginó. Buscó ciegamente algo de qué sostenerse y encontró lo que parecía ser la mano de Jongin y la apretó con todas sus fuerzas.

Abrió uno de sus ojos para mirar la ventanilla y claramente vio cómo era que el avión subía y subía pasando las nubes mientras que una leve turbulencia movía todo el lugar. Volvió a cerrar los ojos ya que la migraña comenzó a carcomerle el cerebro.

—Jongin —llamó a su amigo en un tono suave. Prefería mil veces distraerse—. ¿Jongin? —volvió a llamarlo y sintió un leve apretó en su mano.

—¿Mhm?

—¿Es normal que esto no deje de moverse? —preguntó en un tono neutro—. ¿Por qué cada vez hay más turbulencia? —su voz temblaba junto con los arrebatos del avión.

Con los ojos cerrados, no podía mirar a su amigo, pero simplemente sintió un apretón mucho más fuerte.

—Pasará —después de unos segundos, respondió—. Siempre pasa.

—Pero-

De un momento a otro, como si se tratara de una montaña rusa, Baekhyun sintió su corazón en la garganta una vez que su cuerpo —firmemente agarrado al asiento— se fue hacia abajo. Sus cuerpos se inclinaron y la respiración de Baekhyun apenas y podía estar estable. Estaban cayendo, el avión en picada y su boca seca apenas y podía abrirse.

—¡Jongin!

—¡Mierda!

No necesitó otro comentario, esa fue la respuesta que lo intranquilizó por completo. Definitivamente iban hacia abajo, las luces comenzaban a parpadear y los sonidos de emergencia se activaron tan pronto la gravedad azotó contra ellos. Baekhyun sudaba frío, su mano completamente aplastada contra la de Jongin mientras que las lágrimas se formaban en sus ojos. No podía incluso gritar, todo fue tan repentino que no podía conocer del todo la situación. Escuchó cómo las máscaras salían de sus compartimentos y a ciegas intentó agarrar la que le correspondía, pero no encontró nada.

Intentó abrir los ojos de nuevo y, cuando apenas lo logró, lo lamentó en el momento que se topó con tierra detrás de la ventana a tan sólo unos metros de distancia.

Sería su fin.

—¡Vamos a morir!

¿Por qué nadie estaba gritando?

Porque definitivamente, cuando tuvo la opción y su voz volvió, soltó un grito tan desgarrador que juró le dañó la garganta. ¿Así iba a acabar todo? ¿En serio? ¿Su mala suerte siempre iba a atormentarlo así? Gimió, soltando un par de lágrimas esperando que toda esa pesadilla terminara. Su cuerpo tambaleándose, un Jongin jadeando a su lado y un par de vidas a punto de acabar hasta que una luz —incluso con los ojos cerrados— los envolvió por completo y, como si nada estuviera ocurriendo, el usual 'tulun' del avión estabilizándose junto con el foco apagado de los cinturones retumbó en todo el avión.

—¿Se encuentran bien?

Baekhyun no fue capaz de abrir los ojos. Su cuerpo temblaba como si estuvieran a menos veinte grados mientras que cualquier rastro de azúcar en su cuerpo se había esfumado. A su lado, pudo sentir de alguna manera la mano de Jongin y cómo éste extrañamente se relajó un poco. Intuyó que su amigo ya había abierto los ojos ya que respondió.

¿Qué?

—Sus rostros están un poco pálidos, señores. Su amigo parece estar a punto de vomitar, ¿quiere una bolsa de emergencia?

En ese momento Baekhyun se armó de valor y abrió los ojos. Frente a él, estaba un gran espacio totalmente limpio, la ventana mostraba un hermoso azul del cielo sobre el aire y todo el mundo ya había dejado sus asientos para irse al bar del avión, los baños o a ver una serie. Por otro lado, su rostro era de película: labios agrietados, lágrimas acumuladas en sus ojos y una tez grisácea amoldada en todo su rostro. Jongin no parecía muy diferente.

—Disculpa —murmuró Jongin como si no pudiera creérselo—. Acabamos de tener una muy, muy mortal turbulencia mientras caíamos muchos pies sobre el suelo y usted me está no- ¡¿nos está preguntando si estamos bien?!

El joven frente a él lo miró como si se hubiera vuelto loco.

—Señor —el asistente de vuelo enarcó una ceja—. Nuestro vuelo despegó perfectamente, no entiendo de lo que está hablando.

—Mire mi rostro —apenas y pudo decir Baekhyun. Le sorprendía que aún tuviera su voz—. ¿Realmente cree que estamos mintiendo?

El hombre se enderezó en su lugar y cruzó mirada con su compañero de vuelo. Parecía realmente confundido e indeciso. Espera un momento, ¿qué no era un chica?

—Tal vez —el hombre volvió a hablar—. Tal vez fueron los nervios. Hay personas quienes suelen tener alucinaciones antes de despegar por el miedo. Pero, señores, les aseguro que todo está bien —le susurró algo a su compañero y éste asintió mientras desaparecía por la puerta—. Primero voy a darles un poco de refresco para que puedan volver a tener energía, definitivamente se ven un poco mal.

Baekhyun encontró la mirada de Jongin y se veía casi tan horrible como él creía que se veía. El sudor empapado en su flequillo y su cuerpo aún temblando por los sucesos. Baekhyun no iba a dejar ir la mano de su amigo, jodidamente nunca.

—Por favor, tomen esto primero —el joven sirvió un par de bebidas en los vasos y se los tendió a cada uno—. Tienen que tranquilizarse señores. Ya mandé a mi compañero a traer unas pastillas para bajar el estrés acumulado. No se preocupen, les aseguro que todo estará bien.

Con eso último, el aeromozo simplemente les tendió una mirada con empatía, pero no fue suficiente para calmarlos. ¡¿Qué mierda estaba pasando allí?! Cuando el chico dejó su sección, inmediatamente sintió cómo Jongin se volteaba estrepitosamente hacia él con los ojos completamente abiertos.

—Tú también lo sentiste, ¿no? —Baekhyun simplemente asintió—. ¿Qué está pasando?

Baekhyun parpadeó un par de veces para poder volver a hablar. Nunca había tenido la boca tan seca, tuvo que beber de la Coca para recobrar un poco la compostura.

—¿Estás seguro de que no estamos muertos? —preguntó—. ¿Qué si morimos y estamos ahora mismo en nuestra fase de negación en donde recreamos lo que se supone tenía que pasar?

—¿Eso tiene sentido?

—¿Tienes alguna otra puta idea?

Jongin se mordió los labios e inspeccionó a todos los demás pasajeros quienes estaban totalmente tranquilos. Incluso algunos le enviaban miradas de confusión y curiosidad. El moreno se acomodó en su asiento volviendo la mirada hacia Baekhyun.

—¿Pesadilla colectiva? —su amigo intentó y Baekhyun simplemente gimió.

—No creo que eso sea posible... —simplemente no comprendió lo que estaba sucediendo. Hace apenas unos minutos estaban rozando la total muerte cayendo de lleno contra el suelo—. Yah —Baekhyun le llamó y se relamió los labios mientras intentaba recordar—. ¿Viste... viste esa luz?

—¿Qué luz? —su amigo frunció el ceño—. Lo único que sentí fue como si mi cuerpo se saliera de lugar. Como si simplemente me hubiera trasladado a otro sitio y terminé aquí, como si nada hubiera pasado. Fue extraño.

Baekhyun se quedó momentáneamente en silencio y dio otro sorbo a su bebida. ¿Jongin no sintió la luz? Juraba había sido la iluminación más intensa que jamás haya visto. Incluso pensó que era esa luz que te guiaba al camino de tu muerte. Su alrededor estaba tan tranquilo que casi ofendía a Baekhyun.

—Oh —Jongin abrió los ojos—. ¿Y si fue una premonición?

Baekhyun iba a quejarse porque no era nada inteligente, pero pensó un poco. ¿Sería posible?

—Pero... ¿los dos?

—Es verdad —el moreno suspiró y se acomodó mejor en su asiento.

Por más que pensaba no encontraba una explicación lógica. Aún siente los espasmos de la adrenalina corriendo por su cuerpo, es como si algo se hubiera metido dentro de él y que lentamente se impregnaba de tal manera que se sentía cansado. Terriblemente cansado y somnoliento. De un momento a otro, sus pensamientos fueron interrumpidos por el cansancio y su única oportunidad de comunicación fue un apretón de manos con su amigo.

Baekhyun —escuchó a la lejanía—. ¿Por qué mierda me siento tan cansa...?

No escuchó más. Cayó profundamente.


---

Caballeros, hemos llegado al lugar del destino, agradezco su preferencia con la aerolínea Korean Air y espero el vuelo haya sido de su agrado. Les recomendamos ir con orden hacia la salida y no olviden sus cosas en los gabinetes de arriba. Este ha sido Choi Siwon, su piloto y amigo confiable. Muchas gracias.

El mareo post-sueño le pegó muy duro. La migraña aún seguía adueñándose de su cerebro y apenas fue capaz de saber lo que había escuchado. Se irguió en su lugar y lo primero que vio fue la ventanilla en donde se veía claramente que el avión ya estaba en tierra. Inmediatamente abrió los ojos dejando todo el sueño detrás y comenzó a mover violentamente el cuerpo de Jongin para que despertara tardando no más de diez segundos para hacerlo.

—¿Qué, Baekhyun?

—Hemos llegado —informó más en un tono de pregunta que de afirmación. Volteó hacia su amigo con el rostro escéptico.

—¿Qué estupideces estás diciendo?

—Señores, es hora de bajar del avión —ambos voltearon encontrándose con el aeromozo con una sonrisa suave en los labios—. Pueden tomar sus cosas y seguir el camino indicado hacia delante. Sus maletas serán recogidas a fuera después de pasar el túnel. Gracias por su elección de aerolínea.

—No —Jongin cerró los ojos y se apretó las sienes—. ¿Hemos llegado ya?

—Así es, señor.

—¡Pero es un vuelo de doce horas!

—Durmieron todo el camino, señores.

Baekhyun y Jongin se miraron mucho más confundidos que antes. Al ver que nadie se movía, el asistente de vuelo se apresuró a casi levantarlos de su asiento y encaminarlos hacia la salida llevando consigo las mochilas que había dejado en el compartimento de arriba. Al frente, se encontraron con el piloto del avión junto a otros dos del staff quienes se inclinaron cordialmente frente a ellos.

—¡Disfruten su estadía! —fue lo último que escuchó de parte del piloto antes de que ambos chicos fueran enviados por el túnel.

Se arrastraron a regañadientes sobre el suelo y miraron el extenso túnel que les tocaba recorrer. Era grande, parecía como si estuvieran dentro de un enorme gusano. Normalmente Baekhyun sería ruidoso y estaría emocionado, pero aún tenía una extraña sensación de que algo estaba ocurriendo.

—Hagamos como si nada hubiera ocurrido —repentinamente sintió la voz de su amigo cerca de él—. Si le damos más vueltas al asunto nos volveremos locos. ¿Qué si pensamos que el avión iba a estrellarse? ¿Qué si dormimos por doce horas seguidas? Finalmente hemos llegado y todo se ve muy normal para mí —Jongin lo puso así, todo fácil sobre la mesa como si no fuera la gran cosa.

—Va —Baekhyun sonrió mientras se mordía los labios. No iban a lograr nada si estaban en pánico—. Tú simplemente estabas demasiado crudo para saber lo que ocurría a tu alrededor y por eso sentiste todo eso, y yo puede que le tenga pavor a viajar en avión y por eso todo el alboroto.

Jongin asintió satisfecho con la explicación algo lógica. Tenía sentido.

Aunque todo uso de razón volvió a desmoronarse cuando llegaron al final del túnel y lo que plácidamente se encontraron fue un terreno completamente verde —vegetación sustanciada y hermosa a la vez— los pasajeros que iban con ellos se habían volteado hacia la derecha en donde sus maletas estaban apiladas. Baekhyun parpadeó varias veces intentado explicarse porque los gloriosos Los Ángeles se veían como una gran extensión de terrero en algún lugar de Alemania en vez de edificios exóticos y estructuras de súper estrellas.

A los lejos, Baekhyun pudo detectar a puros hombres en espera de la llegada de otros hombres. Carteles con nombres y mensajes de bienvenida. Vestimentas un poco extrañas y algo únicas, parecía una gran fiesta de colores y barbas.

—Jongin —Baekhyun lloriqueó de nuevo—. Dime que estás viendo lo mismo que yo.

—¿Verde y señores? —Baekhyun asintió—. Entonces sí. Baekhyun, ¿qué mierda te fumaste esta vez? ¿Qué mierda nos fumamos para volvernos repentinamente tan locos?

—Lo más que me he fumado fue un cigarrillo en la secundaria y terminé con una alergia terrible. Así que nada de fumarme cosas.

Baekhyun —pronunció su amigo severamente—. De verdad. ¿Por qué estamos en el país de las maravillas?

—Yo lo veo algo más como Narnia.

—La gente lo define algo así como más parecido a Hogwarts.

Los hombros de Baekhyun se crisparon en el momento que una voz no reconocida había murmurado eso entre sus cabezas. Volteó con lentitud, encontrándose con un chico más o menos de su edad con ojos tranquilos y sonrisa serena. Tenía el cabello color negro y un traje no tan formal, pero a fin de cuentas se veía caro, con clase y mucho estilo.

—¿Quién...?

Antes de que Baekhyun pudiera preguntar, el chico pasó sobre los dos dejando un espacio entre ellos. En su espalda tenía un maletín con correas que lo sostenían mientras que cargaba en su cinturón algo así como un extraño recipiente que podría ser confundido con un embase para líquido. Con una mirada penetradora, el otro asintió hacia ellos —especialmente hacia Baekhyun, lo cual le hizo sentir incómodo— y chasqueó los dedos soltando un grito casi eufórico.

—Mi nombre es Park Chanyeol —les guiñó el ojo.

Jongin y Baekhyun volvieron a cruzar miradas y definitivamente su mirada era de 'corre y no mires atrás' mientras que la de Jongin era la de 'quedémonos y a ver qué pasa'. Jongin ganó.

—¿No recogerán su equipaje? —ese tal Chanyeol tarareó mientras se erguía sobre su cuerpo y levantaba una maleta color plata—. Pueden agarrar sus pertenencias o simplemente dejarlas. De todos modos les daremos lo necesario en Exodia —el chico sorbió su nariz y caminó hacia en donde había un montón de personas esperando a otros—. Estaré con el director allí, apúrense.

—¿Nos equivocamos de vuelo? —Jongin preguntó.

—Definitivamente.

—Pero, ¿cómo mierda? —su amigo miró de nuevo alrededor, parecía analizar todo un poco más—. Estoy seguro que estábamos en el correcto, Baek. Además, ¿cómo es posible que de un avión salgamos a un área verde en donde parece que hay picnics constantemente y aparte una gran gama de edificios alrededor? ¿Y qué mierda es eso de Exodia?

Totalmente Baekhyun no tenía una respuesta para aquello. Es decir, debería estar completamente fastidiado ya que no se encontraba en los fabulosos Los Ángeles y no veía ninguna diversión cerca.

—¿Deberíamos preguntar en Informes?

—¿Y dónde es eso? ¿Allí, entre el lago ese y los árboles de manzanas?

Baekhyun comenzó a impacientarse y frunció el ceño hacia su amigo.

—¿Por qué me estás hablando como si esto fuera mi culpa? —preguntó con molestia. Su rostro estaba un poco rojo.

—Porque eres sinónimo de problemas.

—¡¿Y qué hice yo?! ¡¿Sentarme en el estúpido avión y querer salir del país?!

—¡Olvídalo! —Jongin comenzó gritando, pero terminó con la mano en la frente—. Ya, está bien. Lo siento. Es sólo que no sé lo que está sucediendo. Mira, le llamaré a papá —Jongin sacó su teléfono del bolsillo— tal vez él sepa en dónde... —se detuvo.

—¿Jongin?

—No hay señal —elevó el aparato hacia un lado y el otro—. Nada.

Baekhyun suspiró sonoramente. ¿En qué se habían metido? Claramente esos no eran Los Ángeles o cualquier lugar en el mundo que conociera. Parecía algo así como un paraíso, pero eso le inquietaba de sobremanera. Por otro lado, mientras que Jongin se trepaba en uno que otro árbol para conseguir señal, miró hacia donde que había ido ese extraño chico llamado Chanyeol. Como había dicho, estaba esperando a alguien —¿a ellos?— y hablaba amenamente con un hombre un poco más mayor. Ladeó su cabeza viendo que ese hombre tenía en su letrero el nombre de Park Chanyeol junto con una frase de 'y los otros'.

Sin querer, cruzó miradas con el chico raro y éste le sonrió. Baekhyun se forzó a hacer lo mismo.

—No hay nada, Baek —Jongin trotó hasta llegar a su lado—. Ni siquiera mis datos funcionan. ¿Baek?

—Parece... que nos están esperando —murmuró con los brazos cruzados.

—¿Qué? ¿Quién?

—Park Chanyeol.

—¿Ese chico raro? —Jongin miró hacia su dirección—. ¿A nosotros? ¿Por qué? Oh...

Chanyeol tenía ahora su completa atención hacia ellos mientras hacía señas con su reloj señalando algo como 'eh, ustedes dos, apúrense que no tenemos todo el día' por lo que Baekhyun simplemente volvió a mirar a Jongin sin ninguna pizca de lo que sucedía.

—Tal vez —de un momento a otro, Jongin saltó con los ojos abiertos y señaló a Baekhyun—. ¿Crees que mi padre haya tramado todo esto para llevarnos a algo así como un raro y aislado curso de verano para controlarnos y así dejar de holgazanear?

Baekhyun se volteó hacia él con la boca abierta.

—¿Tú crees?

—¡Sí! —Jongin maldijo—. Aaah, ese viejo ha estado riñéndome toda la vida para que me porte mejor. Probablemente él planeó todo esto para llevarnos a un lugar como este en donde no hay raramente chicas y unos extraños humanos señalándonos en el camino.

Baekhyun asintió. Pero, espera, qué-

—¡¿Qué?! —Baekhyun gritó atrayendo la atención de varias personas—. ¿Me estás diciendo que me arrastraste contigo a un estúpido curso de verano, Kim Jongin?

—Ah, no lo sé —Jongin caminó hacia el área en donde estaban todas las maletas, tomó su par y las de Baekhyun para entregárselas—. Pero ese tipo parece conocernos de verdad y estoy harto de ver cómo nos envía corazones y guiños. Probablemente sea un conocido de mi padre, ya lo veremos en el camino —sin más, el moreno arrastró a su mejor amigo hacia donde estaban esos dos extraños mirándolos profundamente.

—Um —murmuró Baekhyun al encontrarse cara a cara con esos dos—. ¿Quiénes son ustedes?

—Deben estar muy confundidos —el hombre mayor respondió. No parecía, de hecho, tan mayor. Tal vez estaba en lo treinta y tantos—. Primero que nada, vamos a ponernos en camino hacia Exodia. Cuando lleguemos les explicaré el por qué están aquí, así que no se preocupen. Están a salvo, no somos gente mala.

—No vendemos órganos —el tal Chanyeol secundó con un aura divertida—. Pero no puedo asegurarles que van a salir con vida de aquí.

—A la mierda, yo me voy —Baekhyun se dio media vuelta, sin embargo, su brazo fue tomado por Chanyeol.

—Ah, vamos Baekhyun. No temas, están aquí para aprender y ayudarnos en nuestra lucha contra las Hecks —la sonrisa de comercial de ese chico sí que era persuasiva.

¿Cómo demonios sabía su nombre?

—Encaminémonos —en un tono más sereno, el otro hombre direccionó su camino—. Por cierto, mi nombre es Park Jungsu, el director y co-fundador de Exodia

—A mi me suena muy profesional y de negocios —escuchó cómo Jongin le susurraba en el oído—. Siento como si estos tipos estuvieran enrollados con mi padre de algún modo laboral.

Baekhyun hizo una mueca mientras seguía al par de personas.

—¿Realmente estamos siguiendo a dos extraños por un sendero hacia la montaña?

—Igual y descubrimos el secreto de la montaña.

Baekhyun golpeó el estómago de Jongin y éste gimió.

—Sólo espero puedas resolver toda esta mierda y llevarnos a Los Ángeles o no vuelvo a hablarte en mi vida.

—No te preocupes, Baek —Jongin suspiró aún acariciándose el estómago en donde había sido golpeado. Miró con aburrimiento hacia el frente dándose cuenta de todo el camino que tenía que recorrer y después volvió a gemir en desacuerdo—. Desearía estar malditamente ya arriba-

Y, de un momento a otro, Jongin desapareció.

De-sa-pa-re-ció.

—¿Qué-?

Luego —repentinamente de nuevo— el cuerpo de Jongin volvió a aparecer frente a él de una manera casi mágica con los ojos completamente abiertos, y estático. El moreno había desaparecido y aparecido frente a sus ojos en menos de cinco segundos. Ambos se miraron entre sí con la boca seca. Jongin parecía realmente asustado y mareado al punto de sostenerse fuertemente contra Baekhyun mientras parecía aguantar las ganas de vomitar.

—Oh, parece que ha descubierto su poder —volviendo la mirada hacia un demasiado alto Chanyeol, Baekhyun enarcó las cejas—. Teletransportación, muy bien. Nos hacían falta varios de esos —terminó con una sonrisa.

—Bueno, parece que no pueden aguantar tanta confusión —el Director dio un paso al frente sonriendo casi tan grandemente como Chanyeol sólo que con un aura más liviana y paternal—. Bienvenidos a Exodia —señaló el edificio detrás de él— el lugar en donde los residentes aprenden a controlar los dones dados por la naturaleza y a maniobrar con ellos en la vida diaria. Ustedes han sido elegidos al azar para unirse a nuestros estudiantes y así poder luchar contra nuestra eterna guerra contra las Hecks, nuestro peor enemigo. Lo que han presenciado ahora mismo, es la demostración del don dado a Kim Jongin que es la teletransportación. Felicidades, señor Kim. Por otro lado, usted, señor Byun, aún está por descubrir los grandes secretos que su cuerpo tiene retenidos.

Si Baekhyun pudiera elegir un momento de su vida para volver, definitivamentesería en el momento que aceptó ese estúpido viaje con Kim Jongin.

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