Viendo tranquilamente hacia mi balcón, adoraba contemplar aquel paisaje. Sentía que cada golpe de aire en mi cara hacia que mis ansias de recordar aumentaran, me sentia mal y no entendía el motivo, hasta llegué pensar que fue una mala idea el intentar recuperar mis recuerdos perdidos.

-Quiero ir a la playa.- Susurre sin querer, y escuchando como la puerta se abría de golpe, observe como Ringo-san junto a Hyuga-san aparecían como si fueran mis hadas madrinas. 

-¡Al fin concordamos en algo! -Dijo Ringo-san con una sonrisa, ambos se encontraban usando ropa de playa. 

Sintiendo que no seria una dia tranquilo, solté un suspiro.  Ya me estaba arrepintiendo de haber pensado en voz alta. 

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Mirando un tanto incomoda como la mayoría se encontraba abajo de sus sombrillas para no quemarse y siendo una de las pocas que se encontraba jugando con el agua...extrañaba a mi hermana. 

-¡Hikari, no te quedes tanto tiempo bajo el sol! -Mirando como Camus me observaba con el ceño fruncido, asenti. 

Sintiendo que mis ganas de jugar se desvanecían, sentí como algo era colocado en mi cabeza.

-¡Listo! -Mirando como Otoya me sonreia al colocarme un gran sombrero, le correspondí la sonrisa.- ¡Vamos a jugar, Syo! 

Mirando como Syo corria hacia nosotros con una pelota, sali del agua y seguí a Otoya. 

-¡Vamos! -Lanzando la pelota hacia nosotros, me adelante para golpearlo. Y asi iniciamos nuestra partida, de quien se le cayera la pelota invitaba los helados entre nosotros tres. 

-¡Cuidado Otoya! -Grite al ver como el pelirrojo corria hacia la pelota sin fijarse que ahí se encontraban unos flotadores. 

-¿Qué? -Sin darle tiempo de detenerse, este se tropezó con los flotadores. Corrí asustada hacia el.

-¿Estas bien, Otoya?  -Mirando como los flotadores cayeron encima de el, este solo comenzo a reírse mientras se levantaba. Junto a Syo lo ayudamos a levantarse. 

-¡Otoya, ten mas cuidado! -Grito Tokiya desde su sombrilla, se veía preocupado. Otoya solo se rió.

-Lo siento.- Contesto este aun riendo.- Supongo que perdí.- Dijo mientras tomaba la pelota. Tanto Syo como yo nos miramos. 

-No te preocupes, Otoya.-Rodeándolo por el cuello, Syo le dio un leve golpe en el brazo.- Mejor vamos todos por un helado, ¿que dices, Hikari? 

-¡Si, suena genial! -Dije contenta. Tanto como Syo como Otoya me miraron con ternura. 

Tomando la mano Syo como si fuera una niña pequeña, Otoya tomo mi otra mano y los tres comenzamos a caminar. 

-¿A donde creen que van? - Siendo detenidos por la voz de Masato. Los tres nos giramos a ver a todos los idols, estos se encontraban viéndonos con el ceño fruncido. 

-¡Vamos por unos helados! -Dije aun sostenida de las manos de Syo y Otoya.- Ya regresamos. 

Y corriendo hacia los puestos, Otoya y Syo se colocaron sus disfraces. Yo me encargue de comprar nuestros helados, y caminando contentos hacia la playa observe como un pequeño se encontraba llorando.

-¿Hikari? -Camine sin decirles nada hacia el pequeño, este se asusto pero no huyo.

-¿Estas perdido? -Pregunte mientras me colocaba de cunclillas, este asintio.- ¿Quieres que te ayude a buscar a tus padres? -Este asintio de nuevo. Le di mi helado al pequeño, el cual lo acepto y comenzo a comérselo.- Chicos, ya vuelvo. -Y sin dejar que me siguieran, tome al pequeño en mis brazos y comenzamos a correr. 

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-¿Por que huiste de ellos? -Me pregunto el pequeño aun comiendo el helado.

-No lo sé, fue algo que hice sin pensar.- Dije mientras lo bajaba de mis brazos, este me tomo la mano y continuamos caminando.- La verdad tengo muchas cosas en la cabeza...pero eso no importa ahora, primero tenemos que encontrar tus padres. 

-Gracias, por ayudarme.- Observando como sus mejillas se sonrojaban, me limite a sonreír.- Por cierto me llamo Keiji, Katsuki Keiji. 

-Es un placer Keiji, puedes llamarme Hikari.- Este asintio con una sonrisa. Continuando nuestro camino, y viendo por todos lados en busca de los padres de Keiji no había rastro de estos.

Notando como el sol se comenzaba a esconder, estaba preocupada por los chicos ya que lo mas seguro es que estarían buscándome. 

-¿Crees que me hayan dejado...? -Sacándome de mis pensamientos, agache mi mirada para ver como Keiji comenzaba a tallarse su ojos llenos de lagrimas. Me detuve y me puso de cunclillas. 

-¿Dejarte? Eso nunca pasara, eres alguien importante para tus padres asi que nunca pensaran en dejarte.- Dije mientras le limpiaba las lagrimas, sentí un dolor en el pecho al verlo llorando.-  Así que nunca digas que te dejaron ¿Okey? 

Levantándome, estaba mas motivada en encontrar a sus familiares pero justo antes de que diera un paso mas, ambos comenzamos a escuchar como alguien gritaba desesperado. 

-¿Hermano? -Susurro esté, para comenzar a correr hacia la dirección de los gritos. Siguiéndolo, comencé a correr atrás de el.

Keiji apresuro el paso al ver una figura a lo lejos, al parecer era su hermano mayor. Al acercarme note que se trataba de Aoki. 

-¡Hikari-chan! -Exclamo sorprendido al verme. Yo le respondí con una sonrisa.- Muchas gracias por ayudar a mi hermano, eres increíble.- Dijo este mientras tomaba en brazos a Keiji, el cual había comenzado a llorar.- Bueno, nos tenemos que ir. De nuevo, muchas gracias por ayudar a Keiji. 

-No te preocupes, Aoki-kun.- Respondí al ver como este comenzaba a caminar. Keiji sin mirarme movió su mano en forma de despedida, yo le respondí el gesto a pesar de que no veía. 

Quedándome sola, el dolor del pecho que antes había sentido regresaba y  una extraña sensación de llamar a mi hermana apareció de pronto en mi cabeza.

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Corrí apresurada hacia unas mesitas, el sol ya se había escondido por completo y poco a poco las linternas comenzaron alumbrar mi camino. Tome mi celular, y seleccionando el contacto de mi hermano, la llame.

Sentía que la espera era eterna, y cuando al fin tomo la llamada un extraño nudo en la garganta se apareció. 

-"¿Hermana?" -Al escuchar su voz, unas lagrimas traicioneras comenzaron a resbalar por mis mejillas. -"¡Hermana! ¿sucede algo?" 

-No te preocupes, no paso nada.-Dije mientras intentaba tranquilizarme, pero no podía.- Solo queria escucharte, ¿como estas? Siento mucho no poder ir a visitarte. 

-"Me encuentro bien, han pasado muchas cosas en la escuela, de verdad me alegro haber regresado a mi antigua escuela" - Solo escuchándola, las lagrimas no cesaban.- "Hermana, ¿por que no vienes un dia de estos?  En verdad quiero contarte todo, pero es mejor en persona. Tengo muchas ganas que tu tambien me cuentes lo que ah pasado en tu tiempo en el curso Maestro."

-Claro, nos vemos pronto.- Cortando la llamada antes de que ella pudiera despedirse, me sentia extraña. Las lagrimas no dejaban de caer y el dolor en el pecho no se detenia. 

-¡Hikari! -Sintiendo una mano sobre mi hombro, me exalte y me gire. Se trataba de Natsuki y Reiji, siendo Natsuki quien se encontraba mas cerca me lance a el y lo rodee por la cintura, y llore sin consuelo. No sabia que me estaba pasando, pero necesitaba llorar y por alguna razón sentia que con el podía hacerlo.

-¿Hikari-chan? -Sentí como Reiji se aproximo a nosotros y me tomo del hombro.- ¿Que sucedio? ¿Alguien te hizo algo? -negué con la cabeza, note como Reiji intentaba separarme de Natsuki, pero me aferre. 

-Sera mejor que llamemos a los demás.- Dijo Reiji finalmente. Natsuki comenzo a darme palmaditas en la espalda, y acariciar mi cabeza. 

-Tranquila, Hikari-chan, tranquila.- Aun aferrado a el, me di cuenta que era la única que aun se encontraba en traje de baño, pero por alguna razón no me importo. 

En unos minutos, los demás llegaron. Y al igual que Reiji intentaron separarme de Natsuki, pero de la misma manera me aferre. 

-¿Nos vamos a casa, Hikari-chan? - Pregunto Natsuki, mientras me tomaba por lo hombros. Yo asenti, y camine al mismo paso que el.- Si te pasa algo, recuerda que siempre puedes contar con nosotros, neh.- Mirándolo, por alguna razón su sonrisa me tranquilizo.

-Muchas gracias, Nat-chan.- Apoyándome en el, mis lagrimas poco a poco desaparecieron. Sentí como este me ponía su chaqueta encima de mis hombros, y abrazándome me apego a el de nuevo.

-De nada, Hi-chan.- Sintiendo como apretaba su agarre,  no se si habrá sido mi imaginación pero note como una lagrima resbalo por su mejilla.

Continuara...