Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4


—¿Tienes hermanos?

—Si

—¿Tienes padre?

—No

—¿Tienes madre?

—Si

Contestaba las preguntas de Yoongi con monosílabos, ese era el acuerdo al que habían llegado ambos, el mayor le preguntaría lo que él quisiese con la condición que fueran preguntas que su respuesta fuera un si o un no. Así habían pasado un largo rato en el que Jimin escuchaba el corazón de Yoongi latir, pues Jimin se encontraba con su cabeza recostada en su pecho.

—¿Trabajas en una cafetería? —Jimin rió alto.

—No

—¿Trabajas en una librería?

—No

—¿Trabajas en una empresa?

—Si

—¿Trabajas en una empresa reconocida?

—Si

—¿Eres el típico secretario del jefe?

—Ja, ya quisiera. No.

—Me la pones díficil, pequeño ¿Sabes cuánto me costará saber quién eres?

—No pretendo que lo sepas.

Yoongi lo vió directo a los ojos, cosa que puso muy nervioso al menor, ver de reojo la mirada del pelinegro le hacía sentir como si este escudriñara su alma entera.

—¿Me has mentido en alguna de tus respuestas?

—Tal vez...

—pequeño... —sentenció

—No —esta vez fué jimin quien lo vió directo a sus ojos —¿Por qué me dices pequeño? Tengo nombre.

—Pues no me lo haz dicho.

—Prince. —Respondió como si aquello fuera algo obvio.

—Ambos sabemos que ese no es tu nombre. Dime un apodo al que pueda llamarte, uno que solamente yo pueda usar.

Jimin se quedó pensando, jamás le había permitido a ningún cliente llamarlo de otra manera que no fuera su apodo ya conocido en el club, pero... ¿Yoongi era un simple cliente? Si, pero al menos uno al que disfrutaba tener en su cama, uno que lo complacía y no solamente se preocupaba por su propio placer.

Yoongi estaba descubriendo cosas que ni él mismo sabía de sí mismo, por ejemplo y la primera era que nunca le había llamado la atención su mismo sexo, hasta que Shung, su amigo, lo invitó a aquél club. Al principio la idea de ir a un burdel para él era ridícula, pero al fin y al cabo su amigo lo convenció, pues por una parte él tenía razón al decir que necesitaba desestresarse y qué mejor forma de hacerlo que ver bailar a hermosas mujeres.

Entonces lo vió, en toda la noche no dejó de observar como el chico caminaba moviendo sensualmente sus caderas de un lado a otro, chocaron miradas por un par de segundos, pero aunque Jimin lo olvidó, Yoongi no pudo sacarlo de su mente el resto de los días.

—Minnie —dijo sonriendo.

—Minnie —repitió el mayor —. Me gusta.

El rozar de sus cuerpos desnudos encendieron nuevamente las llamas del deseo, Yoongi se colocó nuevamente entre las piernas del pelirosa haciendo de él el desastre más lindo que había visto...

De nuevo a su trabajo, está vez estaba mucho más concentrado, pero aún así muy ansioso al recordar que la noche anterior Yoongi se fué del club con la promesa de volver al día siguiente, eso le hacía ensanchar su sonrisa al saber que ese día lo vería de nuevo.

Empujaba el carrito de correos, ahora le tocaba cambiar de piso, así que se dirigió al elevador y al entrar presionó el botón de bajar. Normalmente su trabajo era en el último piso, en donde el trabajo era extrañamente más arduo que los otros. Las puertas se abrieron y por no estar acostumbrado a la rutina chocó a alguien con el carro.

—Lo siento mucho. —dijo sin más, marchandose avergonzado.

La gorra no le permitía ver casi nada, Aveces quería simplemente quitársela y descansar de esconder su rostro, pero eso conllevaba un pequeño riesgo que no quería correr. Estaba entregando las correspondencias cuando sintió vibrar el pequeño aparato de difusión general.

《Que raro》, Pensó.

Era muy pero muy extraño que ese aparatito diera señales de vida. Al entrar a la empresa ese pequeño celular servía para dar avisos de suma importancia a todos y cada uno de los trabajadores de la empresa, cuando eso pasaba, la empresa cerraba sus puertas y nada más se seguía la orden que dijera el mensaje.

Sacó el pequeño comunicador del bolsillo de su pantalón y leyó nervioso el contenido del aviso.

・✦▭▭▭✧◦✦◦✧▭▭▭✦・

Aviso importante

Reunión general de personal en diez minutos.

Lugar: Salón de reuniones.

Pdts: hacer uso de sus gafetes.

・✦▭▭▭✧◦✦◦✧▭▭▭✦・

A Park Jimin no le gustaba asistir a aquellas reuniones por obvias razones, pues en ellas era prohibido el uso de las gorras, pero no le quedaba de otra.
Cortó con su trabajo y rápidamente se dirigió al cuarto de correo, para dejar de lado el carrito y después apresurarse al salón.

Como siempre, se quedó de último junto a su amigo Nam, ambos preguntándose de qué se trataba todo eso. Unos minutos después en la gran plataforma que asemejaba una tarima apareció Shung, el dueño de la empresa.

—Muy buenos días a todos —empezó a hablar el hombre—. Últimamente he escuchado que andan ciertos rumores aquí en la empresa, de ellos he escuchado que yo he vendido mis acciones totales a un importante empresario. El día de hoy los he convocado para aclarar el asunto. Así es, he vendido la empresa a un muy buen amigo mío. Él tiene el poder y lo necesario para llevar esta empresa al máximo —tomó una pausa para ver con melancolía por última vez a los que había considerado compañeros de trabajo, no solo unos simples empleados—. Como ya sabrán, con este cambio se vienen muchos más que estarán al criterio de mi buen amigo que hoy está con nosotros y que a partir de hoy llevará el cargo de CEO de esta empresa, sin más que decir él les explicará más sobre como se estará llevando las normas y cambios. Dejo todo en manos de mi amigo de confianza, Min Yoongi.

Los aplausos se hicieron escuchar por todo el salón, los murmullos y también las risas alegres. Pero Jimin nada más escuchaba su corazón latir en su caja torácica, apuntó de salir de los nervios. Por una de las puertas lo vió entrar, justo como había entrado por primera vez a su habitación, solo que esta vez estaba serio e imperturbable, con una mirada de superioridad que con sólo ver a la multitud los hizo callar con un solo gesto, transmitía mucho poder, y Jimin en ese momento sintió sus piernas flaquear.

Namjoom disimuladamente pasó su brazo por la cintura del más bajo para evitar que este callera, él también había quedado muy impresionado al ver de quién se trataría su nuevo jefe.

Min estrechó la mano de su amigo quedando en medio de la plataforma y poder hablar.

—Buenos días. Cómo ya saben mi nombre no hay necesidad de presentación formal. Pueden decirme señor Min o jefe... Como ustedes prefieran...

Escuchar su voz lo desequilibró aún más, no podía levantar su cabeza, no llevaba su gorra y eso era demasiado riesgoso. Trató de ocultarse un poco más, solo mientras todo aquello acababa.

»A como dijo mi buen amigo Shung, habrán ciertos cambios, corte de personal y reglas nuevas —al decir esto todos se miraron asustados—. Haré una revisión de las personas más eficientes y solamente esas se quedarán, aparte habrán códigos de vestimenta y reglas que seguir. Esta primer semana será solo de prueba para que se adapten, el día de mañana se les notificará quienes seguirán en la empresa. Dicho esto, pueden retirarse.

—Jimin ¿Que harás? Ese es Min —dijo Nam.

—L-lo sé, no sé que hacer, yo... Dios esto tiene que ser una maldita broma —decía tartamudeando— ¿Y si me reconoce?

—No lo creo. En burlesque usas peluca y también antifaz, yo igual, así que creo que no corremos peligro alguno.

—Creo que lo mejor será que renuncie...

—¡Estás loco! Park ¿Que harás después? Te recuerdo que tu mamá no está en óptimas condiciones, que tu hermana necesita de ti... ¿Y Tú? —preguntó con mucho pesar—. En ese caso sería mucho mejor que renuncies a burlesque y no a este trabajo.

Jimin lo observó por un momento, su hyung tenía razón, no debía renunciar a su puesto.

Min se volteó y todos estaban empezando a salir del gran salón, pero se volteó nuevamente recordando algo importante.

—¿Quién es Kim Namjoom?

Nam volteó a verlo y Jimin rápidamente se volteó dando la espalda a Yoongi, el mayor levantó la mano pronunciando un firme "Yo" mientras Park se dedicaba a comerse las uñas del nerviosismo que atacaba su interior.

»Acompáñame, señor Kim.

Nam le dedicó una última mirada a Jimin antes de ir tras su nuevo jefe, Jimin por su parte caminó de nuevo hasta encerrarse en la pequeña habitación de los archivos y empezó a respirar erráticamente. Sus pulmones no lograban tener el suficiente oxigeno que necesitaba, de sus ojos acuosos empezaron a caer lágrimas sin siquiera ser conciente. Nunca en su vida se había sentido tan apresado, en estos momentos se sentía entre la espada y la pared.

¿Y si lo descubría?

No, nada más tenía que pasar desapercibido, hacer lo que justamente había hecho hasta ahora. O mejor aún, quizás y él estaría en la lista de despidos de la empresa, si así era le iba a ahorrar mucho, pero si no, tampoco trataría de huir. Seguiría siendo igual, el chico misterioso de gorra que entrega los correos.

—Necesito que me ayude a revisar todos los currículums de los trabajadores, Shung me dijo que usted es el más indicado para ayudarme con la tarea.

Nam suspiro tranquilo, pues eso le había confirmado que él no iba a ser despedido, y eso le daba una ventaja. Estar cerca del nuevo CEO de la empresa le daba muchas ventajas, por ejemplo, haría lo que fuera por mantener a Jimin como trabajador de ahí.

—Por supuesto señor Min, pero aquí faltan más archivos —dijo revisando la pila de carpetas.

—Ve a buscar el resto para que iniciemos entonces.

—De acuerdo.

Nam salió dejándolo sólo a él y a Shung, este último se encontraba en el rincón de la oficina jugando algún juego en su teléfono.

—Shung —llamó Yoongi, este asintió en señal de atención hacia sus palabras— ¿No les dijiste la verdadera razón por la que decidiste venderme tu empresa?

—No —dijo dejando de lado su teléfono y caminando hasta sentarse frente al escritorio— ¿Para que querrían saber que estoy muriendo?

Min Yoongi era un hombre duro, hasta consigo mismo, pero al ver el rostro triste y abatido de su mejor amigo le dió una punzada en su pecho.

—Lo siento mucho, amigo.

—Tranquilo, sé que manejaras mejor que yo esta empresa. —Dijo con una sonrisa sincera.

—Amigo, si tan solo hicieras las quimios...

—No —dijo cortando a Yoongi—. Quiero pasar los últimos días sabiendo que disfruté mi vida visitando lugares nuevos, no visitando hospital tras hospital mientras me veo morir cada día.

Yoongi asintió, pues aunque estaba triste porque tendría a su amigo por poco tiempo, sabía que él tenía razón y además de eso tenía todo el derecho a pasar sus últimos momentos disfrutando su vida.

—Comprendo. —Un silencio tenso se formó en la oficina hasta que el amigo de Yoongi lo rompió.

—¿Ya decidiste quién será tu asistente?

—Todavia no ¿A quién me recomiendas?

—Bueno... Hay muchos que desempeñan un buen trabajo, y con cualidades diferentes ¿Tú qué buscas?

Su amigo de años tomó un puñado de carpetas revisandolas y apartando a los mejores candidatos.

—Inteligencia, que pueda memorizar muy bien las cosas, que sepa llevar el manejo de archivos confidenciales, responsabilidad, puntualidad, estética...

Con cada descripción iba disminuyendo la cantidad de archivos hasta que solamente quedaron tres currículum frente a él.

—Uy hermano, me pones contra la espada y la pared. Te tengo tres buenos candidatos —dijo a la vez que aventaba las carpetas cerca de Yoongi.

El pelinegro tomó entre sus manos las carpetas y las abrió una por una leyendo los nombres.

—Choi SunHee, Kang Minho y Park Jimin. ¿Qué me dices de ellos, cuál es tu concepto?

—SunHee lleva un tiempo trabajando en la empresa, desde sus prácticas a los 18 años, ella era considerada superdotada por lo que sacó su carrera más rápido —decía relajado—. Kang Minho es el contador y administrador, el podría ayudarte muy bien a administrar el orden de las cuentas...

—Sabes que no quiero un ayudante —dijo Min—. Quiero alguien que siga órdenes, no que me las dé. Alguien que sepa ejecutar muy bien lo que se le ordena.

—Entonces tu mejor opción es Park Jimin.

—¿Qué me dices de él?

—No mucho, es reservado, no habla con nadie, no se distrae de su trabajo, cuando debe quedarse en la empresa para ordenar archivos no tiene problema en hacerlo y habla varios idiomas...

—¿A qué se dedica?

—Él es el chico que reparte los correos a los trabajadores. Es muy bueno, jamás se confunde, conoce a cada trabajador y cada mínimo detalle, me lo ha demostrado.

—¿Por qué nunca le diste un mejor puesto?

Yoongi estaba indignado, pues con las características que Shung le mencionaba, veía demaciado potencial en ese joven Park.

—Uno, porque no veía a nadie mejor que ocupara su puesto, el chico tiene demasiadas buenas cualidades a pesar que es demasiado tímido. Y dos, porque la vez que le ofrecí un mejor puesto prefirió dárselo a su amigo, Kim Namjoom.

—¿Kim? ¿Son pareja o algo así? —preguntó, sabiendo que se estaba escuchando demasiado ridículo preguntando por algo muy privado.

—Oh no, se tratan como hermanos ¿Por qué? ¿te gusta?

—No, siquiera le he visto la cara, aunque creo que es el chico de gorra con el que choqué esta mañana, empujaba el carrito de los correos. Se ve centrado. Trae a los tres mañana por la mañana.

—Esta bien.

Estaba sentado en su mesa de siempre, bebiendo un cóctel mientras los nervios de volver a verlo lo consumían. Se lamentaba. Porque está era la única manera que podría tener a Min Yoongi a su lado, mientras estuvieran en aquella empresa no podría saber quién realmente era, no podría enterarse de esa imagen de él.

Sus manos temblaban y en su estómago sintió un cosquilleo de nervios.

—Prince —escuchó a sus espaldas viendo a Nam detrás suyo—. Lo lamento —dijo tendiendo hacia sus manos una carta y yéndose de inmediato.

Con las manos temblorosas la abrió y le leyó la letra tan bonita que contenía.

"Mi príncipe, mi Minnie. Lamento no poder acompañarte hoy, estoy muy ocupado con algunas cosas en mi empresa, pero juro recompensarte por esto"

Yoongi

Suspiró con tristeza, suponía que las cosas serían así de ahora en adelante. Pero por una parte agradecía aquello, se sentía confundido y un poco mal. Por lo que sin avisar a nadie más que a Nam, se cambió y tomó sus cosas. Con ayuda del moreno salió para no ser visto, se fue del club directo a su casa en un taxi. Al llegar dejó caer su bolso y suspiró con un sentimiento extraño en la boca de su estómago. Tal vez decepción o tristeza por no ver a Yoongi y no poder estar entre sus brazos esa noche.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro