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I

Byun BaekHyun, nació teniendo el título del primogénito de la corona, príncipe y futuro rey de Glenbrook, su llegada fue la felicidad para todo el reino; ese día celebraron abriendo las puertas del palacio para que el pueblo los acompañara en su celebración con copas de licor, bailes y música en honor a su futuro gobernador.

El comprendió que nada sería igual cuando celebraron su cumpleaños número 5, pues tenía que comenzar con las lecciones para poder ser digno de llevar la corona en un futuro; los juguetes, salidas por el reino y amistades fueron cambiados por libros, clases en el palacio y mucha educación de por medio, pero por más que tratara de engañarse a sí mismo, sabía que muy en el fondo todo eso no era algo que deseaba, porque después de todo la emoción que sentía su papá a esa edad por guiar a todo un reino no era igual a lo que él sentía; lamentablemente muchas veces tuvo que suprimir sus deseos de decirle a sus padres que él no quería eso; él quería ser un niño normal, hacer las cosas que todos los niños hacen a su edad, pero no podía, porque él había nacido con un futuro predicho.

El tiempo fue avanzando y consigo también su forma de pensar, de alguna u otra manera su padre había logrado cambiar su propia ideología sobre el futuro, comprendió que no era alguien normal, sino que en su persona estaba la gran responsabilidad de todo un reino, así que decidió dejar de lado su infancia, niñez y adolescencia por su pueblo, y desde ese momento su primordialidad fue que su reino estuviera bien y que él se volviera el mejor rey que hubiera tenido Glenbrook. Su padre siempre le decía "Un rey no es el que manda a todo el reino, un verdadero rey es el que sirve y va de la mano con su gente", era su gran lema de vida.

Él solo quería asegurarse que Glenbrook quedara en buenas manos.

Cuando tenía quince años su padre lo llevó a su primera reunión con la realeza de otros reinos, fue una experiencia realmente fascinante conversar con reyes y príncipes, con los que tenía que tratar un acuerdo de paz en un futuro, y esa reunión se convirtió en la primera de muchas.

Y fue a sus dieciocho años cuando comprendió demasiadas cosas. Su padre fue un buen gobernador, quizás uno de los mejores, se ganó el respeto de todos y supo tomar buenas decisiones, pero después de todo, quizás BaekHyun hubiera preferido tener a un padre y no tener que conformarse con él rey de Glenbrook. Porque aún con su último respiro sólo le recordó que tenía que dejar un buen legado.

Después del fallecimiento del monarca, él pasó a ser quien llevaba la corona real; todo el pueblo lo felicitó en su coronación y así dieron la bienvenida al reinado de su alteza, el rey Byun BaekHyun.

Sus luchas fueron constantes y de mucho esfuerzo para convertirse en lo que hoy en día es; Glenbrook pasó de ser un pueblo común y normal, a volverse uno de los reinos más grandes del mundo; su economía es alta, sus producciones se convirtieron en una de los mejores; volviéndose así el reino con más exportaciones de alimentos y su gente estaba más que feliz y contenta, fuera del peligro.

Sin embargo, eso no era suficiente para llenar su felicidad, no podía explicarlo a ciencia cierta pero sentía un gran vacio cada vez que se miraba al espejo y sólo veía a su alteza y no a Byun BaekHyun, pero ese pensamiento cambió cuando lo conoció a él; ese chico que por motivos del destino tuvo que servirle aquel día.

Cada rey tiene un sirviente de confianza, que es el que se supone que jamás atentaria contra su vida; su padre le había signado a una sirvienta desde que comenzaron sus lecciones; era una mujer joven que con él tiempo fue volviéndose cada vez más anciana y justo aquel día esa mujer había decaído de salud; por ello su asistente mandó a un chico para servirle solo hasta que se mejore su sirvienta, pero cuando BaekHyun lo vio por primera vez hubo una conexion inexplicable, se sintió más seguro con ese joven apuesto, así que no dudo en volverlo su sirviente de confianza.

Park ChanYeol, ese era su nombre; un chico de pueblo y de familia pobre, era menor por cinco años, ya que Byun tenía veinticinco; siempre estaba con la mirada hacia abajo y cuando BaekHyun le decía algo, el chico solo se sonrojaba, dándole una pequeña sonrisa. Así pasaron, de miradas, roses y coqueteos, a hablarse informalmente, besos y sexo.

Mientras pasaba los meses, ChanYeol agarró más confianza, esa es la faceta que más amaba de su chico, pero seguía siento el chico tímido cuando se echaban en esta y se ponían a hablar sobre su día.

BaekHyun no sabría ponerle exactamente un nombre a su relación con ChanYeol, ante el mundo eran el rey y un simple sirviente, pero para ellos era distinto, era mucho más que simples amantes.

— Majestad, le prometo que no fui yo— BaekHyun rodó los ojos al escuchar lo mismo una y otra vez. Él estaba sentado en una pequeña tribuna, llevaba un traje de gala como siempre y su corona resplandecía por los rayos del sol.

— ¿y tu crees que yo voy a creer en tus simples palabras?— contraatacó manteniendo la calma.

— Yo jamás traicionaría a la corona.

— Tengo pruebas, hay imágenes tuyas saliendo del reino para dirigirte a las afueras y enviar la carta donde venderías a tu reino; prometiste servirle a la corona, yo confíe en ti, prometiste lealtad y no la cumpliste, ¿Qué debería hacer contigo Larry?

— Majestad, ellos me obligaron, yo no quería hacerlo— Larry estaba arrodillado con las manos atadas, el cuerpo debil y pidiendo clemencia.

— ¡Tu tenías la oportunidad de venir hacia mí, y te hubiera brindado mi ayuda! pero eligiste un lado ¿Verdad?— suspiró y sonrió al verlo— No veo a las personas que le diste la información, no las veo preocupados por ti. ¡Ni para faltar el respeto a la corona sirves! ¿No has podido elegir a alguien mejor?

— Su alteza; por favor, ruego clemencia.

— A mi no me importa tu vida en lo más mínimo, pero te voy a decir algo y lo voy a decir delante de todos los presentes— se levantó y miró hacia las personas de su reino que acudieron a ver la muerte del ex sargento— Yo soy Byun BaekHyun el monarca de Glenbrook y mientras la corona me pertenezca, no le va a pasar nada a este reino— toda su gente levantó las manos aplaudiendo felices mientras gritaban su nombre en alabanza, pues ellos sabían que el ex príncipe era lo mejor que le pudo pasar a Glenbrook. Fue el único que hizo de lo que hoy es uno de los mejores reinos.

— ¡Majestad, por favor!— Larry lloraba desconsoladamente, pues predecía su futuro y si no actuaba rápidamente a su favor no habría un futuro para él.

— Ah... Y antes de que te maten, quiero decirte que la carta que mandaste, jamás llegó a las manos de ese reino, esa carta está aquí conmigo— BaekHyun se dirigió a uno de sus sargentos y este le entregó un sobre—Leí cada palabra escrita aquí; como relatabas traicionar a Glenbrook e incluso lo que harías con el dinero que ibas a ganar al hacer esto; me da pena porque no podrás hacer nada de eso— el rey se paró frente a él y rompió la carta tirándole los pedazo en su cara— ahora vas a morir sin haber hecho realmente esa traición— se acercó a larry para susurrar en su oído— No te preocupes, no estarás solo por mucho tiempo; muy pronto verás al rey de exodus contigo en el infierno y ahora...— agarró su mejilla con fuerza hasta hacerle daño— muere maldito imbecil— se separó del traicionero y levantó la mano en señal para comenzar la ejecución.

Todo el reino vio como es que uno de los guardias del rey agarró una espada y atravesó el cuello de larry sin pestañear, haciendo que la cabeza del traidor rodara por todo el piso, soltando sangre por doquier.

— Esto va para las personas que quieren traicionar a la corona, no jueguen con sus vidas, nadie puede contra Byun BaekHyun.

Después de tener un día realmente agotador, lo único que quería hacer era tirarse en su cama y ser abrazado por su chico, pero eso sería luego, pues tenía que encargarse de algunos asuntos del reino.

Ser alteza real nunca estuvo entre sus sueños favoritos, pero si él no guiaba por el buen camino a todo Glenbrook ¿entonces quien lo haría?

Justo cuando estaba revisando los futuros contratos qué podrían beneficiar a Glenbrook tocaron la puerta de su despacho anunciando a alguien que quería verlo.

— Majestad ¿puedo entrar?— murmuró JongIn, su asistente y mano derecha.

— Claro que sí, ¿pasa algo?— JongIn ingresó e hizo una reverencia ante él, después dio unos pasos al frente para llamar su atención y lo logró pues el monarca lo miró a los ojos.

— No, solo llegó una nueva carta; esta vez es del reino Growl.

— No me importa, si quieres tírala a la basura— BaekHyun dejó de mirarlo para seguir haciendo sus cosas.

— Pero majestad, esto podría ser un crecimiento mucho más grande para Glenbrook, además ya va a llegar a los treinta y un matrimonio con el rey de Growl sería beneficiario para los dos reinos, si usted acep...

— No me interesa— recalcó con brusquedad— Sé que SeHun es uno de los mejores coronados pero yo no estoy interesado en él.

— Entonces... ¿Qué reino cree usted que es el más apropiado?

— No es necesario que sea un reino, yo voy a eligir a la persona con la quiero estar— ¿por qué todo el mundo quería que se casara con un rey? No lo va a negar, él también lo pensó en algún momento de su vida, pero ChanYeol llegó y cambió todo eso; sí que estaba bien jodido por él.

— Cómo usted diga majestad, pero ¿Por qué no lo considera primero?— su mano derecha se acercó y depositó amablemente la carta en su escritorio para después retroceder unos pasos hacia atrás mostrando su respeto.

— No me importa JongIn, se que quieres lo mejor para el reino y en verdad te agradezco por preocuparte por el futuro de Glenbrook, pero por primera vez, quiero tener la decisión libre sobre mí; yo quiero elegir a la persona con la voy a pasar el resto de mi vida.

— Tiene razón Majestad, lo siento por presionar demasiado.

— No te preocupes, ahora te puedes retirar.

BaekHyun siguió viendo las propuestas del tribunal para mejorar algunas leyes que predominaban en Glenbrook, pero su mirada no paraba de ir hacia la carta del reino de Growl; muchos de los monarcas sabían que Glenbrook se volvió uno de los mejores y eso fue gracias a BaekHyun, es por eso que últimamente le mandan cartas pidiéndole matrimonio para unir reinos, pero cada vez que recibe una nueva carta, en lo único que puede pensar es en ChanYeol, el sirviente no sabía sobre esto y no planeaba decirle porque no quería perderlo; no quería que se aleje de su lado, quiere ser egoísta con ChanYeol; él sabe perfectamente que sí el chico se entera de una futura boda real, ChanYeol va a cortar todos los lazos con él, entonces perdería a la única persona que se preocupa realmente por él y que lo mira con ojos de admiración, es por esa misma razón que BaekHyun quiere ser un buen rey, todo para que ChanYeol nunca pierda ese brillo de fascinación cada vez que lo ve; no puede soportar ser el que provocaría lágrimas en los hermosos ojos de su chico.

Una vez ChanYeol le comentó que estaba comprometido con una de sus mejores amigas, cuando lo escuchó por primera vez, fue cuando se dio cuanta que sus sentimientos hacia ChanYeol eran muy grandes; sintió tanta rabia y enojo; los celos se apoderaron de él, pero el chico le aseguró que no sentía nada de amor hacia Joy, que sólo la quería como una amiga o mejor dicho como una hermana, y solo se habían comprometido por la presión de sus padres; sus progenitores querían que estén juntos, porque según ellos veían amor entre los dos, pero ellos sabían perfectamente que no había nada más que una grandiosa amistad de años.

Tan solo imaginar a ChanYeol con otra persona era desagradable y asqueroso; jamás había sido tan posesivo con alguien, pero no pensaba compartirlo con nadie.

Trató de omitir el pensamiento de su mente que le decía que el chico no le pertenecía. Por ello se levantó de la silla y salió de su despacho para dirigirse a su habitación, al llegar allí se dio cuenta que no había nadie, así que solo se cambió y se puso a esperar a ChanYeol sabiendo que el chico normalmente se demoraba ya que se quedaba ayudando a limpiar junto con la servidumbre, aún cuando sabía que ese no era su trabajo; pasaron alrededor de una hora cuando se escuchó que alguien tocaba la puerta de sus aposentos.

Sabía que era él.

— Hola principito— murmuró en broma.

— ChanYeol llegaste, te extrañé mucho— lo dijo haciendo un pequeño puchero inconscientemente.

Un secreto entre cuatro paredes era lo que necesitaba para sentirse completamente vivo.


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