59
El segundo piso era de mal gusto, el terciopelo rojo, el print de piel de animal... o la piel de animal, le causaban una incomodidad inigualable, como si estuviera entrando al guardarropa de alguna estrella infantil de los años 2000. Los ventanales dejaban ver la ciudad oscura pero repleta de luces y las lámparas tenían formas femeninas y apenas iluminaban, era un gran espacio con sillones y una mesa blanca en la esquina y una barra que iba de pared a pared con montones de bebidas alcohólicas que nunca había visto antes. En el centro había una especia de plataforma y poco más.
El ambiente era pesado y lo hizo sostener a Jeonghan con tanta fuerza que pudo haberlo lastimado, aun así el omega no se quejó solo continuó caminando hasta que los obligaron a tomar asiento, y solo allí una puerta se abrió, dejando pasar a un par de hombre que Jihoon había visto montones de veces antes. Y detrás de ellos chicas, lindas, jóvenes, y...Reconoció a una de ellas.
—Supongo que las estúpidas omegas nunca pueden quedarse calladas.— Murmuró Jeonghan encogiéndose en la esquina, junto con Jihoon.
Uno de los hombres se acercó y extendió su mano hacia Jeonghan, sin embargo Jihoon sostuvo al omega y lo jaló a su lado, interponiéndose entré ellos. Respiró profundo intentando no sentirse intimidado y apretó los dientes. La situación era mala, el hombre que estaba cerca era enorme, y no estaba solo, los demás parecían dispuestos a ayudarlo en cualquier situación. ¿en qué carajos se había metido?
—El omega es...— a chica habló siendo interrumpida.
—Puedo reconocer a un omega y a un estúpido mono.— Dijo el hombre con agresividad mirándolos desde arriba. —¿Qué se supone que hace un mono con un omega? ¿y en especial un omega hombre?
—No tenemos que darte explicaciones.— Aclaró Jihoon tragándose su miedo. Miró a su jefe y se convenció de que no era tan idiota como para pasar al ámbito ilegal. O quizás sí. —¿Qué es lo que quieren?
El lobo lo observó por varios segundos desde arriba, su pesada mirada en cada poro de Jihoon. Cuando el hombre se apartó sentándose en una de las pocas sillas en la barra Jihoon pudo ponerse de pie, pero mantuvo a Jeonghan sentado. Las demás personas comenzaron a esparcirse un poco sirviendo bebidas y sentándose en los sillones rojos. Su jefe se mantuvo de pie, quieto como una roca.
—¿Qué esperas para irte?— Preguntó el hombre a su jefe quien dio un pequeño salto y asintió huyendo del lugar. Jihoon tragó. —Así que realmente hay omegas hombres... Ponte de pie, omega.
La orden llegó a Jeonghan y este se encogió sobre su lugar negándose a mirarlo.
—No vas a ordenarme...— Murmuró Jeonghan. —Jihoon...
Jihoon lo tomó de la mano, sintiendo su miedo y dejando que Jeonghan sintiera el suyo. Estaba bien, ambos tenían miedo, y encontrarían una forma de salir, aquellos lobos no podían meterse con ellos... no legalmente.
—¿Qué es lo que quieren? — Miró al hombre y decidió cambiar sus palabras. —De hecho, no nos importa, nos iremos de aquí.
El hombre sacó un cigarrillo y lo colocó en sus labios, y eso fue suficiente, Jihoon tomó a Jeonghan dispuesto a salir, ellos no podían evitárselo de la forma legal, y deseaba que fueran personas al margen de la ley que amaban su país. En cuanto estuvo a punto de llegar a la puerta un hombre se colocó enfrente y otro lo sostuvo del brazo jalándolo lejos de Jeonghan, no escuchó el grito del omega, pero supo que hubo uno porque sus ojos lo vieron en el momento exacto, la boca de Jeonghan se abrió tanto como sus ojos, y justo despues recibió el golpe.
Todos sus sentidos se apagaron por un eterno segundo, y cuando volvieron estuvo a punto de caer, pero puso sostenerse antes de tocar al suelo, y despues otro golpe. Uno nuevo llegó justo en sus costillas y apenas pudo levantar los brazos para evitar que uno impactara en su rostro. Años atrás le hubieran dado una paliza hasta el punto de dejarlo en el suelo, moribundo, pero ahora no, Jihoon había pasado años ejercitando su cuerpo convencido de que eso supliría al sexo en su salud... porque decían que el sexo era necesario y saludable. Una mierda que ahora era tonta y perfecta a la vez.
Detuvo el siguiente golpe y lanzó uno él, se hubiera reído en otra situación, porque el lobo que recibió su puño no esperaba encontrar fuerza en él, por lo que su cabeza hizo un movimiento gracioso y lo alejó por fin. Fue como una pelota.
—Basta. Mono. Ven aquí.— Ordenó el hombre y Jihoon decidió ignorarlo buscando a Jeonghan, alguien lo estaba sosteniendo.
Dio un solo paso y alguien lo atrapó detrás. Los lobos no tenían decencia. Cuando Jihoon levantó el rostro se preparó para el golpe. Nunca llegó, lo sentaron frente al tipo en la barra y este lo miró con interés. Tomó un cigarrillo y se lo ofreció.
—¡Suéltame, carajo!— Escuchó a Jeonghan gritar y giró hacia él, aun lo sostenían, las chicas alrededor intentaban acomodarle el cabello y la ropa, como si importara.
Miró de regreso al lobo y le arrebató el cigarro.
—Suéltalo.— Pidió sintiendo a los dos hombres detrás de él, ellos iban a ganarle si se atrevía a saltar. —Ese omega no es tuyo.
—¿es tuyo?— Preguntó el alfa encendiendo los cigarrillos. —Escuché de un omega que se escapó con un mono...
—Eso es otra historia.— Dijo a punto de colocar el cigarro entre sus labios. —Yo no sé nada al respecto.
—Como sea.— El hombre caló del cigarro y soltó el humo justo en su cara. —No me importa quien seas, pero me agradas. Tienes una cara linda como la de un omega pero no pareces tan débil y enclenque como uno, eres pequeño e interesante, chico.
—Tengo 34 años.— Aclaró.
—¿34? Pero si se ve muy tierno...— Murmuró una de las chicas que aun estaba limpiando el rostro de Jeonghan, un tipo sosteniéndolo de los brazos. —Tu también eres lindo, omega.
—Te propongo algo...— El tipo volvió a fumar y Jihoon miró el cigarro entre sus dedos. —Solo vete. Deja aquí a este omega y olvídate de esto. Incluso puedes llevarte a una de mis chicas, o un chico, lo que prefieras.
—Quiero llevármelo a él.— Apuntó a Jeonghan y el hombre negó.
—No, chico, este omega es mío ahora.— Hizo una señal y el hombre que sostenía a Jeonghan lo acercó arrastrándolo, arruinando el trabajo de las chicas. Y cuando Jeonghan por fin estuvo a su lado Jihoon lo miró. —Pensé que solo sería un beta bonito, pero realmente es un omega. Su rostro es realmente hermoso.
El hombre tomó el rostro de Jeonghan con una mano apretando con fuerza, Jihoon lo pateó. Pateó la mano del hombre quien alzó las cejas y soltó una larga risa que resultaba desagradable. Jeonghan intentó acercarse a Jihoon, pero no pudo.
—No lo toques.— Ordenó alzando el rostro. —Él no es de nadie, así que suéltalo... tampoco será tuyo.
—Realmente eres valiente, chico.— Se burló el tipo asintiendo. —Ultima oportunidad. Vete de aquí, llévate a una de mis chicas o a uno de mis hombres, no importa cual, pero no vuelvas. Es mejor ahorrarte este problema que arriesgar tu vida por él...De cualquier manera no podrás hacer nada para ayudarlo, solo estarás condenándote.
Jihoon respiró profundo mirando a Jeonghan, y este bajó la mirada por alguna razón, sus lindos ojos grises puestos en el suelo mientras que había dejado de forcejear. Quería tocarlo, quería decirle que todo estaría bien, pero el jodido hombre tenía razón. Jihoon no podía hacer nada. Aun si quería negarse y proteger a Jeonghan los hombres detrás de él podrían ganarle, podrían matarlo y podrían lastimar a Jeonghan. Estaban contra la espada y la pared.
Eran demasiados problemas.
Y lo peor era que este era su penoso intento número desconocido por salir de la virginidad. Jeonghan no era su novio, no era su amor de vida y no era su alma gemela. Era un omega que encontró de pronto, un omega que lo amenazó con revelar al mundo su "secreto" Jeonghan solo era un intento más, nada importante.
Podía regresar a casa e intentarlo de nuevo con otra persona. Podía olvidarse del problema.
Jeonghan lo miró por fin, sus ojos grises tan tristes y reales que lo hizo suspirar. Jeonghan lo sabía.
Siendo realistas, no podían hacer nada al respecto. Jihoon podía solo irse y olvidarse de todo.
—¿es demasiado idiota preguntar que harás con él?— Le preguntó al hombre mirándolo de reojo.
—Voy a cogerlo, como cualquier persona lo haría. Voy a poner mis cachorros en él y despues voy a deshacerme de ellos. Así son los lobos... No te preocupes, él también va a quererlo.
Miró a Jeonghan y reconoció el sonrojo en él. El omega bajó la mirada.
—Solo vete.— Murmuró Jeonghan. —Por favor...
—Aunque...— El hombre volvió a hablar. —Si no decides rápido podría cambiar de opinión, mis lobos han estado interesados en coger a un mono, y uno tan bonito y resistente, es... tentador.
Jeonghan negó.
—Por favor no seas tan idiota de quedarte... No vale la pena.—Murmuró el omega.
—Levántale el rostro, detesto que balbucen.—Ordenó el hombre.
El lobo que sostenía a Jeonghan lo tomó del cabello y lo jaló para obligarlo a alzar el rostro, una mueca de dolor apareciendo en Jeonghan y Jihoon tuvo que exhalar y apretar los puños. No le agradaba. Miró a Jeonghan directamente a los ojos.
—Solo vete... voy a soportarlo...— Su voz sonó tan suave que el lobo jaló más de su cabello. —Por favor...
Debía irse.
Se puso de pie con el cigarrillo consumiéndose en su mano, ni si quiera lo había puesto en su boca. Miró al omega por un par de segundos y dio un paso hacia atrás. Jeonghan cerró los ojos respirando profundo, aliviado.
Y Jihoon pateó la jodida cara del lobo que estaba lastimando a Jeonghan.
Sostuvo al omega entre sus brazos por un par de segundos que se hicieron en eternos. No podían escapar de allí, pero Jihoon había tomado su decisión.
—Tocaré para ti esa canción.— Le murmuró abrazándolo. —Solo soporta un poco...
Los lobos detrás de él lo apartaron de golpe.
Jeonghan le mostró sus adorables ojos grises.
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