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30

Toda la habitación olía a Jeonghan, estaba fria así que no era incómodo y de cualquier manera el olor de Jeonghan era un tanto agradable, así que no le molestaba del todo. Se acercó a la cama y miró al lobo dormir sobre ella, se había hecho un ovillo y mantenía los ojos cerrados junto con una respiración tranquila, su cabello rubio alborotado alrededor y su pie un poco más sonrosada de lo normal. Se preguntó si en realidad estaba dormido.

—Hey.— Lo llamó. —Vete a tu casa, tu sirviente te espera.— Jeonghan no respondió. —No me hagas lanzarte agua encima. O tirarte de la cama.

—Golpéame si quieres. No importa.— Murmuró el omega sin abrir los ojos.

—¿sabes? Realmente me ejército, no golpeo suave.— Jeonghan abrió un ojo y levantó su camisa mostrándole el costado de su torso, como si lo invitara a golpear allí. Suspiró. —No te golpearé.

—Lo sé.— Jeonghan se sentó sobre la cama mirándolo fijamente, sus ojos grises brillando un poco más que otros días. —No quiero irme.

—No me importa. Vete.

—Tendré sexo contigo.

—No estoy de humor. Puedes volver cuando realmente quieras tener sexo, ahora solo buscas una excusa para quedarte.

Jeonghan suspiró viéndose cansado y Jihoon hizo lo mismo. Las luces neones apenas los iluminaba. El omega extendió la mano y lo tomó obligándolo a sentarse, Jihoon solo cayó en la cama y esperó a que se fuera, o esperó lo que sea que Jeonghan estaba tramando, porque tan pronto estuvieron cerca Jeonghan se inclinó para besarlo. No se negó.

Jihoon podría ser inexperto y torpe con las relaciones sexuales, pero no con las personas, Jeonghan solo intentaba convencerlo para quedarse, sin embargo Jihoon lo dejó besarlo porque al final no cedería, lo mandaría de vuelta a casa en cuento se sintiera satisfecho y dormiría tranquilamente hasta la mañana. No tenía problemas en esa situación.

Jeonghan colocó todo su peso y Jihoon tuvo que dejarse caer en la cama, en realidad podía soportarlo, pero quiso recostarse y solo dejar de pensar un momento. Cuando el omega dejó de besarlo Jihoon mantuvo su mirada en el techo y dejó caer sus brazos sin interés, Jeonghan tendría que irse en ese momento, porque no le iba a pedir quedarse.

El omega lo besó en la mejilla, sus delgadas manos puestas debajo de la ropa de Jihoon, tocando su estómago, eran cálidas así que no le molestaba. Otro besó llegó aterrizando en su mandíbula, y otro en su cuello. Jihoon suspiró alzando un brazo para tocar la espalda del omega y detenerlo, pero no lo hizo, mantuvo su mano cerca. Jeonghan subió su camisa con ambas manos y el frio de la habitación le erizó la piel.

Sus manos eran cálidas y ahora estaban sobre su pecho, tocando con firmeza y sosteniéndose para no caer, los besos bajaron hasta ese lugar y su pecho dejó de moverse; simplemente contuvo la respiración. El omega no le dio importancia y se impulsó un poco regresando a su cuello y hombros, sintió un extraño cosquilleo cuando Jeonghan chupó duro sobre su clavícula.

Respiró profundo cuando la atención del omega regresó a su pecho y sus manos bajaron hasta su pantalón. Intentó desabotonarlo. Su respiración volvió de manera agresiva y su mano estuvo a punto de detenerlo, pero no debía, si quería hacer algo... si quería avanzar y no acobardarse entonces debía dejarlo seguir, ignorando cualquier sensación incomoda dentro de él, tenía que dejarlo y olvidarse de ello. Se obligó a si mismo a no tocar a Jeonghan y dejarlo en paz.

Cuando el botón estuvo resulto su corazón se aceleró de una forma tan ridícula y exagerada que fue lo único que pudo escuchar. Su ritmo cardiaco no podía ser normal a ese punto. Estaba mal, quería detenerse y alejarse, pero se obligó a mantenerse quieto mirando un punto blanco en las luces neón. Si podía soportar esto entonces sería más fácil, todo terminaría.

Sintió las manos de Jeonghan sobre sus caderas y comenzó a temblar. No estaba bien, pero no se movió.

Tenía que hacerlo.

Solo soportó.

—No te está gustando.— La voz de Jeonghan lo sacó de su cabeza y sus ojos por fin se movieron. Parpadeó sintiendo resequedad y miró al omega. —No te gusta...

Jeonghan se quitó de encima y dio varios pasos atrás.

—¿eso que importa?— Se sentó en la cama. Estaba molesto porque Jeonghan se había detenido. No, estaba aliviado. Realmente estaba aliviado. —Lo estaba soportando.

—Tú no deberías soportarlo.— Jeonghan desvió su mirada. —Debería sentirse bien... No te estabas sintiendo bien.

—Eso no importa.

—Claro que importa.— El omega se cruzó de brazos, o se abrazó a si mismo, sus dedos apretando la piel de sus brazos. —No...No debería ser así...

—No importa como sea.— Habló con fastidio, pero Jeonghan negó.

—¿Por qué no me pediste que parara? Lo hubiera hecho.— La voz salió delgada y temblorosa, a punto de caerse. —Si me lo hubieras pedido...

—No quería que pararas.

—Querías que lo hiciera, estabas temblando...

—Sí, estaba temblando porque soy una mierda respecto al sexo, pero no quería que pararas. Me hubiera obligado hasta el jodido final si no te hubieras detenido.— Escupió cada palabra mirando a Jeonghan, No estaba molesto antes, pero ahora sí, y es que Jeonghan se negaba a mirarlo a los ojos. —Todo estaba yendo bien...

—No estaba yendo bien.

—¡Estaba yendo jodidamente bien hasta que te detuviste!— Gritó sin saber porque. —¡Hubiera soportado! ¡¿Qué carajos importa si me vuelvo un cobarde o dejo de querer hacerlo?! ¡Estaba obligándome perfectamente bien hasta que te detuviste! ¡Lo estaba soportando bien y lo jodiste por alguna estúpida razón!

—No querías que siguiera.— Murmuró Jeonghan. —Solo estabas obligándote a seguir... pero no lo querías. No debería ser así.

—Me importa una mierda como debería ser. Si yo no te pedí que te detuvieras...

—¡Me detuve porque no querías seguir!

—¡Nadie te pidió que te detuvieras!

—¡Tú lo hiciste!

—No dije ni una jodida palabra, no puedes culparme de esto.

—¡Querías que me detuviera y yo lo sabía! ¿Cómo demonios iba a seguir aun sabiendo que no lo querías? ¡¿Por qué seguiría despues de verte sufrir por ello?!— Jeonghan gritó dolorosamente, su garganta raspándose al igual que sus palabras. Se abrazaba con tanta fuerza que había comenzado a lastimarse. —¡Debiste pedirme que parara! ¡Sabías que querías parar y te quedaste jodidamente callado! ¡¿Por qué no me lo pediste?!

—¡porque estoy cansado de esta mierda! ¡Tengo 34 jodidos años y aún no sé qué carajos está mal conmigo! ¡Me iba a obligar porque estoy cansado de esa mierda!

Jeonghan dejó de responder por varios segundos.

—Tú no querías...—Murmuró.

—¡¿a quién mierda le importa si no quería hacerlo?!

—¡A mí me importa!— Gritó con el montón de lágrimas cayendo por sus mejillas, como si estuvieran esperando cualquier momento para salir. —¡No debiste obligarte! ¡Si no querías hacerlo entonces yo me hubiera detenido! ¡Lo hubiera intentado en otro momento o de otra forma! Pero no así... Hacerlo de esa forma... sabiendo que no querías... es cruel... Es doloroso.

Ah. Su cabeza quedó en blanco cuando vio a Jeonghan llorar. Estuvo mal, y lo reconocía, estuvo mal porque Jeonghan no merecía eso, porque Jihoon fue un idiota que no supo medir sus acciones. Estuvo mal porque quería parar y se obligó a ignorarse. Bien. ¿Qué mierda estaba haciendo? Ahora no solo era triste, era aterrador lo que estaba dispuesto a hacer. No era esa clase de persona, no era la clase de persona que torturaba a otras para lograr su objetivo.

Respiró profundo y extendió su brazo pidiéndole a Jeonghan que se acercara. Ninguno habló, pero el omega dio tres temblorosos pasos antes de caer de rodillas al suelo justo frente suyo. Jihoon lo abrazó ocultando el rostro del omega en su pecho, y Jeonghan comenzó a llorar, lloró apretando los puños porque no quería tocarlo. Jihoon acaricio su espalda y besó su cabeza intentando calmarlo.

—Deja de llorar...— Murmuró solo para comprobar que su voz seguía allí. —Jeonghan....— No obtuvo respuesta. —Está bien. No hiciste nada malo... No es tu culpa.— Beso de nuevo su cabeza dejando sus labios allí, respirando su aroma por un largo rato.

Buscó con su mano la de Jeonghan y la tomó obligándolo a entrelazarla con la suya, tenía marcas rojas que parecían doler.

Cerró los ojos.

Esperaba que el horrible sentimiento dentro de él fuera únicamente culpa. Deseaba que fuera así.

Pero no lo era.

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