El pequeño estanque en el jardín dejaba ver a los coloridos peces en la superficie, las hojas y las demás plantas relucían un hermoso color verde mientras que los demás insectos y animales eran el complemento ideal. Cuando era pequeño Jeonghan solía buscar ranas para mostrárselas a Hoshi cuando este aun estaba en los brazos de su madre, entonces el pequeño soltaba un grito de asombro y la rana saltaba y se iba. Ahora Jeonghan no buscaba ranas, pero Hoshi colocaba su mano sobre la superficie del agua y los peces nadaban alrededor.

Colocó su mano de la misma manera que Hoshi y los animales se acercaron con curiosidad. Antes tenían prohibido hacer eso, pero ahora ¿Quién los iba a detener? Hoshi soltó una pequeña risa cuando un pez pasó debajo de su palma y Jeonghan sonrió complacido. Escuchar la risa de su hermano menor de nuevo era suficiente para alegrar su día.

—Ese tiene tu cara.— Jeonghan señaló uno de los peces que tenía tres manchas en forma de líneas sobre su cuerpo. Hoshi soltó un quejido.

—No se parece a mi cara...— Mencionó con un puchero inclinándose para ver. —Le falta mi nariz.

—Con los ojos es suficiente para saber que es tu cara.— Se burló. —¿deberíamos cocinar al pez?

—¡No cocinaras un pez con mi cara!

—Te dije que tenía tu cara.

Hoshi comenzó a reírse entre dientes y Jeonghan hizo lo mismo. Su hermano se apartó por fin poniéndose de pie. Ahora que Minghao se había ido Hoshi pasaba más tiempo con él, cuando salía del trabajo lo buscaba, cuando no tenía nada que hacer o durante las noches, cuando no quería dormir solo él siempre lo buscaba, y era como tener de nuevo a un hermanito pegado a su pierna. Le gustaba, porque ya no tenía que ocultar a Minghao o mentirle a su hermano.

Antes él y Hoshi pasaban todo su tiempo juntos, Jeonghan solía jugar con él todo el tiempo e incluso cuando Hoshi no sabía caminar Jeonghan lo cargaba para llevarlo a todos lados. Pero cuando su celo se presentó los apartaron casi por completo, sus padres creyeron que Jeonghan tenía que comenzar a crecer y que Hoshi tenía que salir de entre los brazos de su hermano. Así que los juegos terminaron y comenzó la tediosa vida como omega. Y cuando Hoshi se presentó como un alfa el trabajo comenzó a abrumarlo.

Jeonghan antes tenía que buscar una excusa para siempre estar con su hermano, ya fuera ayudarlo a buscar a su omega o siendo un pseudo-asistente.

—Joven Jeonghan.— La voz del lobo de servicio lo hizo perder cualquier emoción. Se levantó apartándose del estanque y giró encontrándose con el lobo que llevaba al cachorro mayor de la mano, este comenzó a correr hacia él.

—¡Ya! ¡Ven con tu tio!— Hoshi gritó llamando al cachorro que de inmediato corrió hacia él. Casi saltó a sus brazos y Hoshi lo atrapó. —¿Dónde has estado? Casi no te veo, cada que cierro los ojos estás más grande.

El niño respondió entre risas y balbuceos algo que Jeonghan no entendió, quizás le dijo que Joshua lo llevaba a su trabajo, porque era la verdad. Joshua llevaba al mayor al trabajo para que nadie más tuviera que cuidar de él, y se suponía que Jeonghan tenía que cuidar al otro, solo que ahora no recordaba donde lo había dejado.

—¿Dónde está el otro?— Le preguntó al lobo de servicio.

—¿el otro cachorro?— Asintió. —La señora Kwon está cuidándolo.

¿su madre? Rodó los ojos observando como el cachorro más grande le había quitado la atención de su hermano menor. Todo se arruinaba cuando ellos aparecían, a Jeonghan le daba nauseas verlos felices y correr alrededor, le daba nauseas saber que ellos estaba divirtiéndose y riendo la mayor parte del día. ¿Por qué no podían ser como otros cachorros? Ellos eran consentidos por su familia, porque eran los primeros cachorros de la línea directa, aunque probablemente eran menos importantes que el cachorro de Hoshi, pero este no estaba con ellos.

—¡Casi cumplirás cuatro años! ¿Emocionado?— Hoshi lo alzó.

—¡Sip!

Jeonghan bajó la mirada cruzándose de brazos ¿cuatro años? ¿Había pasado tanto tiempo? ¿Entonces el otro que edad tenía? ¿Seguía siendo un bebé? ¿Tendría un año? Si, probablemente ya habría cumplido un año recientemente, pero Jeonghan no podía recordar ninguna fiesta o celebración.

—¿Jihan ya tiene un año?— Le preguntó al lobo de servicio quien asintió. —¿desde cuándo? ¿Hicieron alguna celebración?— El lobo negó.

—No pudo celebrarse, fue cuando usted... Cuando el pequeño Jihan estuvo en el hospital por un golpe de calor.

Oh. Así que había sido esa vez.

—¿y porque está tan pequeño?— Preguntó sin mirar.

—Porque no lo cuidas.— Respondió Hoshi aun alzando al otro cachorro. —Intentaste lastimarlo muchas veces, incluso durante la gestación ¿no recuerdas?

—Ah... que triste. Tan fuerte como para sobrevivir pero tan débil como para vivir.

Tanto el lobo como Hoshi lo miraron con preocupación y desagrado. No le importó.

...

Quienes no podamos ver el soundcheck y quienes esperamos el caratland... distraigamonos con Touch. O con alguna otra historia, me pone demasiado triste no poder ver el SoundCheck. No se ni cuanto dura, jaja...ay