Cuando regresamos por fin a KISS, creo que para mi ha sido de los viajes más deprimente y hechos para pensar que alguna vez haya hecho en toda mi vida. De todas formas he reflexionado que lo mejor que puedo hacer es irme antes de que me arrepienta y termine tomando de las decisiones más estúpidas que se me es posible.

Desde que llegamos, no he salido de mi habitación en toda la mañana, no estoy preparada para verle la cara a Min Ho, aunque en algún momento tendré que hacerlo. Mientras guardo mi ropa dentro de mi maleta y desarmo todo lo que he decorado allí dentro para llevarlo conmigo devuelta a Los Ángeles, acomodo el uniforme de KISS allí y por alguna razón, estoy sintiéndome más triste de lo que pensé que estaría, más que nada porque se trata de dejar este lugar que también me dio felicidad a pesar de estrés, ansiedad y peleas con Min Ho.

Había conocido probablemente a las mejores personas que alguna vez pude conocer, amigos reales que se diferenciaban de los que me estarían esperando en Los Ángeles, aunque en cuanto llegue tendré que hacer una gran limpieza de "amigos" de los cuales estuve rodeada todo este tiempo allí. Ningún mensaje de su parte desde que llegué a Corea, así de interesados y nada importante soy para ellos, mis amigos de aquí me enseñaron la verdadera amistad entre todo el desastre y los dramas adolescentes juntos con los chismes más interesantes que la de la vida de un famoso.

Antes de darme cuenta ya me encontraba llorando una vez más, limpio las lágrimas con rapidez y me enojo conmigo misma por no ser capaz de controlar estos sentimientos. Unos golpes en la puerta de mi habitación me hacen volver a la realidad, suelto un suspiro calmándome y camino para abrirla, cuando noto que se trata de Min Ho trato de cerrar la puerta lo más posible dejando ver sólo mi cara.

—Paris, quería hablar contigo, ¿Puedo pasar?— Señala mi habitación y niego con la cabeza.

No quiero que vea nada de lo que sucede allí dentro.

—Mejor aquí afuera, no he ordenado allí.— Me hago paso entre el pequeño espacio entre la puerta y la pared para lograr salir de allí, levanto la mirada para encontrarme con la del chico. — ¿Qué es lo que querías hablar?

Min Ho levanta su dedo y frunzo el ceño confundida, en su celular comienza a marcar algo y lo coloca sobre su oído, yo aun sin entender qué es esto.

—Hola, ¿Mamá?...— Oh dios. — ¿Puedes hablar ahora? Es rápido... — En ningún momento deja de verme a los ojos, lo que me da nervios. — ¿Recuerdas que te dije que no trabajaras con la mamá de Paris? Mi ex novia, he cambiado de opinión, creo que deberías hacerlo y es una gran oportunidad para tu carrera allá en Los Ángeles... Si, si, estoy seguro, Paris y yo ya nos hemos arreglado y está perfecto... ¿Lo harás?— Min Ho asiente con la cabeza dándome a entender que ella ha aceptado al fin. — Muchas gracias, hablaremos después, nos vemos.

¿Se terminó por fin?

—Wow.

—Eres libre de irte Paris, y sin necesidad de que tu madre te odie por eso.

—Eso es lo más desinteresada que alguna vez te he hecho ver hacer. — Mi voz suena sorprendida y ni hablar de mi expresión, no quiero verme al espejo. — Gracias. — Eso creo, ¿De verdad lo agradezco?

—No es nada Ris, ¿Te veré en la última clase hoy?

—Así será.— Miento.

Sonrío un poco manteniéndome relajada, asiento con la cabeza y camina para atrás hasta que desaparece por la puerta principal del dormitorio. Me quedo allí completamente estática por su actitud, la guerra ya ha terminado y mi propósito principal por el que he venido ya se terminó, ¿Pero por qué no siento ninguna sensación de logro en este momento?

Min Ho no ha luchado por que me quedara, una vez más me está dejando ir así como así, sin él tener idea de que me voy a ir antes de lo que pensaba. Imagino que las palabras de ayer no fueron demasiado intensas como mis pensamientos, una vez más dejo que las lágrimas se adueñen de mi rostro y ahora si, ya no los contengo porque no hay necesidad de hacerlos, esa fue la señal perfecta para darme a entender que debo desaparecer, aunque seré buena y dejaré una carta que explique todo, no sólo a Min Ho sino también a mis amigos, no estoy siendo demasiado fuerte para despedirme de nadie en este momento.

Bueno, creo que es el momento, miro la hora para confirmar que todos los alumnos están en clases junto con los profesores. Pego la carta en la puerta con las palabras "Para ustedes, los amo" en lo que saco mis últimas dos maletas y un bolso, había llegado aquí con poco y ahora me iré con demasiadas cosas y no sólo materiales.

Salgo con todas mis cosas del dormitorio caminando por los pasillos de la residencia, viendo cada cosa con atención guardándolo dentro de mi cabeza para tener un recuerdo de todo esto. Una vez afuera, saco una foto mental de todo el hermoso paisaje que Corea tiene y tuve suerte de conocer, aunque haya sido a la fuerza. En la calle, detengo un taxi quien se detiene enseguida en frente de mí y me ayuda a subir las maletas dentro del maletero.

—¿A dónde señorita?— Pregunta el conductor una vez ya ambos estamos dentro del auto.

—Al aeropuerto, por favor.

Da un asentamiento con la cabeza y veo la escuela desaparecer a medida que avanzamos, junto con una presión en el pecho que se hace presente.

Mi celular suena y en la pantalla está el nombre de "Mamá."

—¡Hija!— Suena feliz del otro lado, imagino que ya recibió su gran noticia.— Muchas gracias por haberme hecho este favor.

—No fue nada mamá, lo que sea por ti. — Apoyo mi cabeza contra el respaldo conteniendo una vez más mis lágrimas.

—¿Eso significa que pronto regresaras a Los Ángeles?

—Así es, estoy yendo al aeropuerto ahora mismo, no saqué ticket así que es probable que estaré varada allí un par de horas antes de que pueda salir.

—¿Por qué regresas tan rápido? ¿Ha sucedido algo?— Pregunta estando preocupada del otro lado, conozco ese tono de voz. Así sin más, lloro una vez más, ya demasiado para un día, un sollozo se escapa de mis labios antes de que pueda detenerlo.— Paris, ¿Está todo bien? ¿Estás llorando?

Tomo aire y lo suelto con lentitud antes de contestar.

—No mamá, no te preocupes, nos estaremos viendo pronto, ya quiero volver a verte y al resto.

—Nosotros también te extrañaremos, te recibiremos en el aeropuerto en cuanto llegues, te amo Riri.

—Te amo, mamá, nos vemos.

Cuelgo la llamada antes de levantar sospechas de algo porque el sexto sentido de las mamás es muy fuerte cuando su hija se siente mal o algo le pasa, ellas siempre lo saben.

Por suerte logro calmarme una vez más en lo que resta del viaje al aeropuerto, no recordaba que quedara tan lejos pero supongo que es porque en realidad no me quiero ir tanto como pensaba.

El taxi se detiene al cabo de unos veinte minutos, una vez más me vuelve a ayudar a bajar las maletas y le pago el viaje junto con una propina por haber escuchado mi llanto, lo que habrá sido incómodo para él, así que es mi forma de decir lo siento.

Entro a las grandes instalaciones del lugar para ir directo a sacar un boleto, y lo único que consigo es uno que sale a las doce de la noche y estamos a doce del mediodía, por lo que no tengo otra opción que esperar en las salas de espera del aeropuerto hasta que sea el momento en el que tengamos que abordar. Estar aquí sola no me ayuda en nada para distraerme, al segundo cuando encuentro algo entretenido, mi cabeza comienza a disociar lo que provoca que varias personas se me queden viendo raro pensando que los estoy mirando a ellos.

No está siendo nada divertido, ¿Qué haré aquí durante doce horas de espera?

Muy bien, son las cinco de la tarde y ya comenzó a darme hambre, por lo que agarro mis cosas para evitar perder algo de esto, es mucha plata que no quiero perder por una estupidez. Me acerco a la cafetería y veo que hay una fila de gente queriendo pedir su café, suelto un suspiro frustrada y me coloco detrás de una señora que tiene un hijo de alrededor de unos tres años de edad que no deja de gritar y llorar en sus brazos mientras que ella intenta calmarlo.

No contengo mi molestia por eso y ruedo los ojos, este tipo de imagen es algo muy anticonceptivo de ver y las ganas de ser mamá se me desaparecen en cuestión de segundos. Agarro mi celular girándome por completo para darle la espalda a todo el escándalo, porque sino voy a terminar gritando yo y no estoy de humor y tampoco nadie de aquí para soportarme, todos esperamos un vuelo.

Levanto la cabeza y giro para atrás de vez en cuando para ver si había avanzado o no y hacerlo pero caminando para atrás, poco a poco más gente se coloca en frente de mí haciendo la fila tapando así la vista que tenía del lugar. A la distancia veo a un chico como si estuviera buscando algo, parece desesperado pero no es mi problema, por lo que sigo viendo al techo con poca paciencia en mi.

—¡Paris!— Escucho que gritan mi nombre y me asusto viendo en todas las direcciones.

Es allí cuando me doy cuenta que la persona desesperada, era Q.

Salgo corriendo de la fila en su dirección, ambos nos abrazamos enseguida.

—¿Qué haces aquí?— Pregunto confundida, miro por encima de su hombro y allí también se encuentra Kitty junto con Dae y Florian.— Corrección, ¿Qué hacen ustedes aquí?

—Vimos tu nota, ¿Cómo te atreves irte de esta forma?— Me regaña la pelirroja y sonrío sin mucho ánimo, sin embargo es cuando me doy cuenta de algo.

—Si ustedes están aquí, significa que...

En cuanto digo eso, Dae y Florian se separan y por detrás de ellos está Min Ho, quien se acerca con lentitud, así como yo hacía él.

—¿Por qué viniste? Me has dejado ir, ¿Recuerdas?— Murmuro sin despegar mis ojos de los suyos.

—He hecho, es verdad, y estoy seguro que es la decisión más estúpida que he hecho en toda mi maldita vida.— Min Ho se encuentra enojado, pero enojado consigo mismo.

—¿De qué hablas?

—Te he dejado ir muchísimas veces Paris por mis inseguridades y no ser suficiente para ti, y todas esas veces me he arrepentido y no he hecho nada para evitarlo, esta vez no va ser igual, por eso estoy aquí, porque estoy completamente enamorado de ti Paris, nunca he dejado de estarlo y no creo dejar de estarlo nunca en la vida, Paris es increíble lo que has hecho conmigo.

—Ojalá pudiera decir algo con respecto a esto...— Es lo único que puedo decir, estoy sin palabra alguna, Min Ho parece decepcionado por no recibir algo concreto de mi parte.— Por eso prefiero actuar.

Salto a sus brazos enseguida, juntando nuestros labios en un beso que desearía poder haber hecho desde el primer día que llegué aquí. A Min Ho lo tomo por sorpresa, sin embargo reacciona a los segundos tomándome de la cintura y respondiendo aquel suave beso entre nosotros, podría llorar ahora mismo de la emoción, de verdad creí que aquí terminaría todo aunque parece que el universo tenía otros planes.

Al separarnos, juntamos nuestras frentes y enseguida nuestros amigos comienzan a aplaudir y gritar de la emoción por nosotros. Nos abrazamos con fuerza, como si llegara el momento de que nos vamos a separar para siempre.

Aunque ahora que lo pienso bien...

—Compré un boleto a Los Ángeles, tengo que volver y digamos que regresar a KISS ahora no es una buena idea.

—Pues iré contigo.

—Espera, ¿Qué?— No puedo ocultar mi gran sonrisa cuando Min Ho dice eso. — No hablas en serio.

—Hablo muy en serio, así como no planeo dejarte ir en ninguno de los sentidos, tendremos mucho que contarnos y mucho tiempo para pasar junto y hacer que vuelva a ser lo que era, por eso quiero estar contigo.— Lleva una de sus manos a mi rostro pasando este con cuidado por mi piel y llegar un mecho de cabello detrás de mi oreja.

—Entonces eso significa que esto quedará en ambos registros académicos y nuestras mamás nos van a matar. — Digo entre risas en lo que Min Ho vuelve a abrazarme con fuerza, planta un suave beso sobre mi cabeza.

—Al menos estaremos muertos juntos, te amo Ris.

—Te amo, MinMin.

Nos damos un corto beso en los labios mientras levanto la cabeza ante la diferencia de altura, justo allí Kitty me toma del brazo.

—¿Me la prestas un segundo?— Habla con una gran sonrisa y Min Ho cede a soltarme, la pelirroja me lleva con ella a una distancia.— ¿Y qué me dices? ¿Alguna vez me equivoco cuando se trata del amor?

—Eres increíble.— Río negando con la cabeza, en ese momento giro a ver a Min Ho quien habla con nuestros amigos, por supuesto, viéndose encantador. Suelto un suspiro.— Tienes la razón y siempre la has tenido, Min Ho es mi gran amor y no quiero nada si no es con él, lo amo.

Las cosas al final me salieron de diferentes formas cuando llegué a Corea del Sur, llegué sola, enojada e indignada de estar aquí en contra de mi voluntad, ¿Y ahora? Volveré a Los Ángeles sabiendo que siempre tendré amigos aquí esperando para vernos, amigos reales, y otra cosa importante, volviendo junto con el amor de mi vida porque cuando uno sabe que es así, ya no hay manera de soltar.

Estoy feliz y con Min Ho a mi lado, los dos dejamos de jugar para decir lo que realmente sentimos y después de todo, terminó saliendo mucho mejor de lo que hubiera pensado. Si a mi yo del pasado le contaran esto ahora mismo, estoy segura que se mataría, las cosas son diferentes y nosotros somos diferentes.

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