08 ˖ ִֶָ࣪ ┋worst thing ever.˖ ִֶָ࣪
¿Saben qué es lo más preciado para una persona? ¡Su sueño! Nada se compara al poder dormir bien una noche completa, en donde al día siguiente no hay clases lo que significa sin madrugar como el resto de los días... Eso me gustaría estar pasando en este preciso momento pero hace unos segundos me acabo de despertar gracias a unos sonidos provenientes de la cocina, no tengo idea de qué se trata porque mis oídos no logran enfocar, aun sigo muy dormida, pero lo que sé es que me despertó y es suficiente para hacerme enojar.
De un golpe tomo asiento sobre mi cama y me quedo mirando a la nada un par de segundos, paso mi mano por mi cara subiendo hasta mi rostro con cierta frustración, de igual forma el olor a comida inunda mis fosas nasales, lo que me hace levantar de la cama hasta el baño para lavarme el rostro, cepillar mis dientes y peinar mi cabello aunque sea un poco antes de salir a pelear con Min Ho una vez más.
Tomo mi saco de color negro para ponérmelo encima del pijama, abro la puerta de mi habitación a punto de dejar caer toda mi furia contra el chico pero me quedo en silencio viéndolo allí, cocinar... Tan concentrado... En una musculosa negra y un delantal blanco. Él se da cuenta de mi presencia y se comienza a reír.
—Oh dios, te ves hermosísima en las mañanas.— Se burla, aunque sé perfectamente que me veo muy bien, no por algo me arreglé, para evitar este tipo de molestias pero al parecer no lo logré.
Me limito a mantener el silencio porque por alguna razón mi mente se puso en blanco.
Mis ojos caen sobre una canasta llena de comida y la señalo.
—¿Eso para quién es?— Pregunto volviendo mi atención a Min Ho.
—De mi mamá, regalos es igual a cariño.— Asiento con la cabeza pasando mi mano por mi cabello, estoy a punto de robarle, lo que le dicen aquí, pepero, el chico me da un golpe en la mano antes de que pueda agarrarlo.— Como no ha podido venir me lo ha enviado desde Los Ángeles.
—Tu madre está en Los Ángeles.— En vez de una pregunta, suena como una confirmación al salir de mis labios y él asiente con la cabeza aun cortando unas verduras. — Y mi mamá vive en Los Ángeles.
Min Ho levanta la mirada con total seriedad y yo sonrío.
—Sé lo que intentas y no va a funcionar.
—Tienes que dejar de ser tan terco. — Agarro una manzana de una pequeña canasta en el desastre de la mesa, hecha por el chico.
—Y tú tienes que entender cuando no es no. — Eleva ambas de sus cejas y ruedo los ojos dándole una mordida enojada a mi manzana en lo que giro para colocarme a su lado. En ese momento su celular suena y puedo notar una sonrisa en sus labios. — Oh Lulu, por fin.
La manzana que tenía dentro de mi boca queda a medio masticar por la pronunciación de ese nombre, miro la manzana en mi mano a medio comer y por alguna extraña razón mi hambre desaparece como si nunca hubiera estado allí. Me obligo a tragar lo que tengo en mi boca, casi vomitando en el proceso y trato de ver los mensajes pero no sucede ya que Min Ho lo guarda en su bolsillo con rapidez después de contestarle.
—Así que ambos pasaremos Chuseok solos, tú más que nada sin tu familia porque es una celebración de tu país.— Digo tratando de sonar lo más casual posible en lo que miro las verduras cocinarse en la sartén.— Estarás extrañando a tu mamá.
—Así es... — Contesta con tranquilidad, siento su mirada puesta en mí, sin embargo, yo prefiero seguir viendo lo entretenido que es las verduras friéndose en la sartén.— Imagino que tu también a tu familia.
Ahora si me ánimo a verlo a los ojos y se encuentra atento a cualquiera de mis movimientos.
—También, no me afecta tanto porque no estaba enterada de la festividad pero estar lejos es difícil, ¿Sabes?— Asiente con la cabeza estando totalmente de acuerdo con mis palabras. — Gracias por preguntar.
—No es nada, yo los conozco así que sé lo buenas personas que son.
Y tan sólo en ese momento, me hace recordar al Min Ho con el que yo salía en el pasado, del cual yo me había enamorado por completo.
Nuestras miradas se quedan conectadas por un par de segundos, algo que se hace demasiado eterno. Min Ho es quien desvía la mirada primero y yo giro la cabeza con rapidez con tal de fingir que nada pasó porque así fue, nada pasó. Una vez más el chico saca su celular del bolsillo para ver unos mensajes.
—Confirmado: Lulu tiene hoy a las ocho de la noche. — Anuncia en voz alta y un nudo se hace en mi estómago que trato de ahogar con toda la saliva posible.
—Imagino que le gustarán los chocolates que le compraste anoche.— Murmuro jugando con la manzana a medio comer encima de la mesa.
—En realidad...— Su voz se va desvaneciendo de a poco y giro a verle confundida.— Los chocolates eran para otra persona.
—¿Otra persona? Wow. — Mi voz tal vez suena un poco muy obvia.
¡¿Otra persona?! Es increíble.
Yo desde que terminó conmigo no he salido con nadie, absolutamente ni con la más alma que respira. Sin embargo me doy cuenta que somos dos personas distintas e imagino que una de las razones por las cuales él cortó la relación conmigo era por esto, ¿No es cierto? Se terminó de cansarse de la rutina y esas cosas.
No es que me afecte pero si, me afecta, ¡No pasó ni un año desde la separación!
—Estoy tanteando terreno antes de meterme de fondo con alguien, ¿Acaso eso está mal?— Sus ojos me analizan mucho más de lo normal y elevo una de mis cejas.
—Yo pienso que aun no has encontrado a la persona correcta.— Comento eso como si fuéramos amigos de toda la vida y no ex pareja, ¡No sé por qué simplemente no puedo cerrar la boca!
No quiero hablar de esto con él, menos ahora.
—Iré a cambiarme y cuando vuelva te ayudaré porque soy una muy buena, no pienso que te lleves todo el crédito por la comida. — Doy varios pasos para atrás y en el proceso tiro la manzana en la basura.
—Muy bien, pero harás lo que yo te digo. — Eso más que una sugerencia fue una amenaza.
—El chef eres tú, ¿No es cierto?— Sonrío de manera ladina en lo que termino por entrar a mi habitación.
Cierro la puerta y mi cara cambia por completo.
Esto definitivamente no está yendo como lo planeado, aunque ahora tengo que cambiarme e ir a ayudarlo por lo que sin más vueltas lo hago.
Durante lo que resta de la tarde nos la pasamos cocinando y en el proceso se nos une Kitty porque ella fue la idea de la fiesta así que por supuesto tenía que ser parte de todo este desastre. Por suerte, nadie volvió a tocar el tema de las citas y esas cosas porque la verdad que me hubiera desaparecido de ese lugar como si mi existencia no existiera... Palabras sabias pensadas por mi.
De igual forma a veces Kitty siempre nos daba una que otra mirada, por suerte fui la única que se notaba eso así que enseguida le golpeaba para que Min Ho no la viera porque por más tonto que se viera, él es muy rápido para entender las cosas, excepto cuando se trata de mi, por alguna extraña razón.
Una vez terminamos todo, lo llevamos al comedor en donde tuvimos que acomodar las mesas, las cosas para comer y por supuesto, poniendo buena música para el ambiente. La verdad es que yo no le tenía mucha fe a esta celebración random que dijo Kitty pero me terminé por sorprender al ver a todas las personas entrando por la puerta para ser parte, se ve que a pesar de no estar con nuestras familias, aun quisimos ser parte de todo eso incluso con diferentes culturas. Min Ho hizo un buen trabajo al mostrarnos un poco de esto, sobre todo porque yo no estoy relacionada con nada de Corea a excepción de él, pero eso se terminará en cuanto regrese a Los Ángeles.
—Esto es sorprendente. — Murmura Kitty cerca de mi al ver a toda la gente entrar y asiento con la cabeza asintiendo con la cabeza.
—Deberías ir a recibir a tus invitados. — Los señalo y enseguida disparo para la mesa de comida con tal de no tener que interactuar con nadie.
Por alguna razón mi humor no es el mejor en este momento así que prefiero verme distante a que todos me odien en esta festividad tan especial. Agarro un plato y comienzo a servirme comida antes que todos, debe ser que mi mal humor es causa del hambre y pienso curar eso de una vez por todas, estiro mi mano para agarrar algo en especifico pero choco contra la de otra persona y la retiro enseguida cuando veo de quien se trata.
—No te voy a contagiar de nada. — Dice Min Ho agarrando de igual forma lo que dejé ir.
—Nunca se sabe, mejor prevenir, ¿Sabes?— Contesto forzando una sonrisa con tal de molestarlo. — Te quedó todo muy bien aquí, hacía tiempo que no te veía cocinar.
—Ha pasado tiempo, ¿No es cierto?— Asiente con la cabeza en lo que avanzamos para que el resto de la fila, que se formó detrás de nosotros, pudiera seguir agarrando la comida.— Aun recuerdo cuando te hacía el desayuno y te asustabas por el ruido que hacían las tazas cada vez que lo colocaba a tu lado.
Me quedo mirando un par de segundos elevando una de mis cejas.
—Digamos que tú tampoco eras el más discreto para las sorpresas, ¿Recuerdas cuando en nuestro primer San Valentín me querías regalar una joya muy linda pero lo guardaste en el lugar más obvio del mundo?
—En el tarro de tus, mis galletas favoritas. — Decimos los dos al mismo tiempo entre risas y asentimos.
—Tengo buenos movimientos pero ese no fue uno de los mejores...— Su mirada conecta con la mía.— Es que estaba tan nervioso y tu estabas entrando a tu casa que fue lo primero que se me ocurrió hacer.
—¿Por qué estabas tan nervioso? Amé esa joya, de hecho... — Levanto la manga de mi blusa para dejar ver la joya colgada justo en la pulsera donde agrego dijes especiales para mi.— Aun lo tengo, no es como que pueda sacarlo.
En realidad nunca quise sacarlo, fue uno de los regalos más hermosos que alguien me había dado en toda mi vida. A pesar de que se arruinó la sorpresa en ese momento, tuvo de los gestos más lindos al dármelo, fingiendo que no lo había visto antes, en un picnic que nos armó en el Central Park con la comida más rica que él había podido preparar.
Sus ojos parecen brillar cuando le muestro aquello y no es demasiado bueno escondiendo que de verdad se emocionó por eso.
Está a punto de decir algo pero la persona que menos tolero en todo el lugar, decide aparecer.
—Hola, Min Ho. — Maddie le dice poniéndose a su lado haciéndose la linda y la más coqueta posible.
Ruedo los ojos y carraspeo un poco dando varios pasos para atrás.
—Iré a buscar una mesa antes de que se llenen las mesas, los dejo solo.
—Gracias, Paris. — Agradece la pelirroja con una gran sonrisa.
Fuerzo una sonrisa y desaparezco de la escena tomando asiento en la primera silla en la primera mesa dejando mi plato en frente de mi. No sé qué tiene ella, no lo hace con mala intención pero algo en ella no me genera para nada bueno, supongo es porque estoy loca.
Todos poco a poco comienzan a tomar asiento en las mesas con sus respectivas comidas, siendo para mi desgracia que Min Ho se sienta a mi lado, lo cual me da gracias porque parece que escapó de Maddie, Kitty es quien se levanta a dar un discurso en el que todos levantamos nuestros vasos. Mi mente está en otro lado y sólo reacciono cuando empieza el brindis, las voces de todos se atropellan unas con las otras indicando que es el momento de comer y por supuesto que no pienso quedarme atrás.
Kitty se encuentra feliz porque a todos les encanta su puré de papas lo cual no es errado porque es riquísimo.
—Bueno, iré a cumplir mi destino. — Anuncia Min Ho una vez termina su comida y se aleja de la mesa.
—No puedo esperar a leerlo mañana.— Le contesta Q y enseguida me doy cuenta de que se trata.
Lulu.
El hambre en mi desaparece una vez más, agarro el vaso con jugo y doy un gran sorbo, pero en realidad me serviría una buena bebida alcohólica.
—Kitty, yo también me voy a ir, tengo sueño.— Anuncio por lo bajo para que sólo ella pudiera escucharme y me mira con decepción mientras me levanto de mi asiento.
—No puedes irte.
—Todo está yendo muy bien, confía en que seguirá así.— Le doy una sonrisa reconfortante a su vez que aprieto su hombro pasando a su lado para salir del comedor.
El aire fresco me pega en el rostro y suelto un suspiro de alivio, tengo que bajar la comida porque he comido demasiado a pesar de las horribles noticias de Min Ho viéndose con otra chica. Esa noticia sigue cayendo mal pero no es como que quiero volver con ese chico, ni en mil años planeo hacerlo y yo siempre supe que volver aquí terminaría en algo malo.
¡Malo para mí!
Doy un par de vueltas y de paso me compro un helado en una heladería que se encuentra abierta a estas horas, imagino que no tiene a nadie con quien festejar al juzgar por su cara y su mal trato lo dice todo, no tengo que ser bruja. De igual forma no me arruinó la noche porque un helado arregla todos mis problemas.
A la media hora me llega un mensaje al celular de Min Ho, frunzo el ceño y veo sus mensajes, todos en mayúsculas y alterados: "PARIS, VEN AQUÍ, ES UNA EMERGENCIA, KITTY ARRUINÓ TODO." Y abajo de este se encuentra se encuentra la ubicación donde está, no tengo idea de que se trata pero apuro mis pasos para ir en busca de él.
A medida que avanzo, me acerco cada vez más y la distancia en la ubicación disminuye. Bajo las escaleras dando mis últimos pasos y cuando literalmente estoy encima del punto, no veo para nada a Min Ho, hasta que detrás de mí escucho un "pss" proveniente de los arbustos.
Es Min Ho o es un viejo que me quiere coquetear.
—¿Sabes qué le puso Kitty a ese puré de papas?— Su voz suena de golpe en la noche y en la oscuridad y lo veo justo detrás de los arbustos, asustado y avergonzado.
—Mucho queso... leche...— Cada vez que digo eso en voz alta una sonrisa aparece en mis labios, pero él parece querer asesinarme. — ¿Has vuelto a tus orígenes de hacerte encima? Ese niño sigue en ti, Min Ho.
Justo detrás de mí aparece un auto oscuro.
—Es Lulu, ¡Haz algo! Ella no puede verme así o sus fans lo arruinarán todo.— Me suplica y lo miro ladeando mi cabeza.
—No soy tan buena persona, Min Ho.
—Por favor, Ris.— Se ve que me habla en serio, así que ruedo los ojos.
No puedo resistirme.
Escucho detrás de mí la puerta del auto abrirse y cerrarse, lo que me hace girar sobre mis pies para ver a una de las chicas más lindas que he visto en mi vida.
—¡Min Ho!— Ella grita su nombre, luego sus ojos caen en mi.— ¿Y tú quién eres? ¿Dónde está Min Ho?
—¿Yo? Oh no soy nadie, sólo la primera cita de Min Ho, recién acabamos de vernos y no sabes, de las mejores en mi vida... Él no está aquí porque tuvo una emergencia.— Tal vez estoy exagerando un poco pero Lulu no tiene que saberlo, al contrario, se ve interesada por mis palabras.— Probablemente no lo vuelva a ver y yo no sea la misma de siempre después de esta cita, me ha cambiado la vida por completo y es de los chicos más perfectos y sexys de la escuela...— Estoy tratando de no reír a carcajadas por cada cosa que digo.— ¿Acaso pensabas que iba a ser todo para ti? ¡Nah! Estas equivocada.
Lulu coloca sus manos en forma de jarra viéndome de arriba hasta abajo.
—No hay manera de que yo sea la segunda.— En su tono parece no agradarle la idea de Min Ho saliendo con alguien antes que ella. Al parecer mi plan funcionó.— Le avisas que a la próxima me agende más temprano y libere toda su agenda porque luego de una noche conmigo, no querrá estar con nadie más.
Wow ella es muy segura.
—Por supuesto que se lo diré.— Asiento con la cabeza dando una sonrisa.
Ella gira sobre sus pies entrando devuelta al auto, la veo alejarse en la calle.
—¡Eres una genia!— La voz de MIn Ho detrás es mi me asusta, había olvidado que él sigue ahí.
—Tendrás que pagarlo, demasiado. — Mi voz sale más seria de lo normal, ni siquiera lo miro cuando le alejo del lugar.
No tengo idea de cómo él volverá al dormitorio pero esta vez no pienso ayudarlo, acabo de hacer, tal vez la cosa más en contra de mis principios de mi vida. Probablemente Min Ho estará feliz porque ni lo nota pero hacerme hacer eso, fue de las peores cosas que me ha hecho.
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro