Yo sabía que el cambio de escuela haría también un gran cambio en todas las cosas que toda mi vida he estudiado. En cada clase, no voy a mentir, tenía la mínima idea de lo que estaban hablando pero dentro de mi cabeza me costaba procesar y me cuesta procesar, los procedimientos y las teorías para realizar ciertas cosas. Yo nunca tuve problema con mis notas en mi anterior escuela, sin embargo aquí parece que tendré que esforzarme el doble si lo que quiero, es aprobar con buenas notas o al menos lo suficientemente altas para que no me echen y quede en mi registro escolar.

Es divertido, vine a Corea, a KISS para tratar de convencer a Min Ho de hablar con su mamá, y en cambio estoy teniendo otra vida aparte tanto escolar como social. Esto no es lo que estuve planeando pero tendré que adaptarme el tiempo suficiente para luego largarme, aunque ya no sé si tendrá mucho sentido irme a mitad de año escolar, porque si, esa es la positividad que me cargo a que Min Ho cambie de opinión y me diga que si.

Estaré aquí por siempre hasta este punto y no me agrada demasiado.

De camino a la biblioteca, le mando mil y un mensajes a mi mamá para que me responda las llamadas, debe de haberse dado cuenta que me enteré lo que hizo y por esa razón no me quiere atender. Tal vez deba buscar la caballería pesada y decirle a mi papá, quien no creo que se ponga muy feliz al enterarse que estoy viviendo con un chico, y no cualquier chico, sino mi ex pareja la cual no querer ni ver en fotos, aunque antes ellos se llevaban muy bien, una vez más no puedo evitar sorprenderme de cómo cambian las cosas.

Vuelvo a guardar mi celular dentro de mi mochila en lo que mis ojos caen en la gran entrada de la biblioteca, en cada paso que doy también la magnitud de esta no es como ninguna otra biblioteca que he visto en el pasado. Aunque no tengo que distraerme, vine aquí a estudiar y hacer las tareas que nos dejaron el primer día de clases, increíble.

Busco con la mirada algún lugar tranquilo, hasta que a la distancia veo al amigo de Min Ho sentado con unos libros sobre la mesa, al fin y al cabo mucho no iba a estudiar. Me acerco y le doy una pequeña sonrisa cuando me ve, a lo que responde de la misma manera.

—Hola Paris, si estás buscando a Min Ho definitivamente en la biblioteca no está.

Río negando con la cabeza ante sus palabras.

—No lo estoy buscando y es más que obvio que no lo haría en la biblioteca.— Digo haciendo gestos de obviedad ante la situación.— Vine aquí a estudiar pero ahora que lo mencionas, necesito información.— Me siento de golpe en la silla de enfrente dejando caer mi mochila al suelo dando mi sonrisa más inocente.

Dae levanta la cabeza de su cuaderno y su lápiz cae al costado de este.

—No sé si me gusta a dónde está yendo esto. — Dice con seriedad a lo que ruedo los ojos. — Soy team Min Ho, aunque no sepa su historia es mi amigo.

—Basta con los "teams."— Me quejo puesto a que no iba a preguntar nada de otro mundo. Dae se queda confundido.— Sólo quiero saber quien es Min Ho en esta escuela, como la gente lo percibe, que le gusta actualmente, lo que sea que me pueda ayudar y no, no lo estás traicionando, lo estás ayudando para que la persona que más le molesta, o sea yo, se vaya lo antes posible.

Mis palabras lo dejan pensando, hasta que veo un gesto que lo hace cambiar de opinión y no puedo esconder mi gran sonrisa por haber ganado.

—Está bien, te diré algunas cosas... — Mira a todos lados como si alguien que conozcamos pudiera aparecer.— No sé bien hace cuanto está separados, pero Min Ho es un chico muy seguro de sí mismo, aunque a veces como cualquiera tiene sus inseguridades, ¿No es cierto?— Asiento con la cabeza porque eso es algo que recuerdo muy bien del pelinegro.— Aquí las chicas lo ven como "popular" él sabe que es perfecto y atractivo, y que puede tener a quien quiera cuando quiera, pero simplemente es sólo eso, la imagen que da porque no anda con nadie.

—Es como un "chico malo" pero sin la personalidad de un "chico malo".

—Así es, y lo que le puedes dar, cosas que le gustan y creo que lo has notado, cosas para el cuidado de la piel, él es adicto a eso.

¡Por supuesto! ¿Cómo es que no se me había ocurrido antes? Ah, ya sé, estuve tan preocupada en ordenar el baño para quitar todas sus cosas y tener espacio para las mías que me olvidé esa parte, de regalarle cosas para convencerlo de hacer lo correcto, o más bien tocar su lado interesado.

—¡Eres el mejor! ¡Gracias!— Salto de mi asiento tomando mi mochila, de mi bolsillo saco un dulce para entregárselo a Dae en forma de agradecimiento, quien se ríe a causa de esto.— Nos estaremos viendo, iré a comprar algunas cosas antes de que sea demasiado tarde, ¡Adiós!— Lo saludo con la mano y salgo disparada, para encontrarme en el proceso a Kitty.— ¡Hola, Kitty! ¡Adiós, Kitty!

—¿A dónde vas?—Pregunta a mis espaldas pues ya avancé mucho desde que la saludé.

—A comprar algunas cosas, luego te explico.

Tal vez estoy más emocionada de lo normal con esto, porque por alguna extraña razón siento que por fin voy a lograr conseguirlo. Agradezco tener el dinero suficiente y de sobra para hacer estas compras tan descaradas porque sino, no gastaría absolutamente nada en Min Ho, pero ahora hay cosas diferentes en las que pensar.

Después de mi largo recorrido y de perderme múltiples veces en el centro de Corea, por fin logré conseguir las cosas más caras y según me dijeron "buenas" para el cuidado de la piel, por supuesto yo no desperdicié el tiempo y me compré unas cosas para mi también, porque si voy a estar en un país extranjero por el resto del año, lo que menos puedo hacer es darme regalos a mi misma.

Abro la puerta de la habitación, ahora son las seis de la tarde así que está comenzando a anochecer poco a poco. No escucho ningún ruido así que asumo que mi querido compañero aun no llega, debe estar dando vueltas haciéndose el lindo y superior a todos para recibir atención como de costumbre. Cuando estábamos juntos no era diferente, aunque en ese entonces me resultaba gracioso y lindo de ver, ahora las cosas son diferentes por lo que también mi forma de verlo.

Aprovecho que no está aquí para darme una ducha rápida, en la que me coloco una ropa más relajada pero linda por si necesito salir por alguna razón, el pijama aun no ya que es demasiado temprano como para salir. En lo que peino mi cabello, escucho la puerta principal abrirse, una pequeña sonrisa aparece en mis labios y enseguida salgo del baño para ver qué se trata de Min Ho quien se tira en el sofá, no me da una mirada muy amistosa de su parte cuando me ve, algo que me hace elevar una de mis cejas.

—¿Qué estás mirando? ¿Ya recordaste por qué te enamoraste de mí o qué?— Pregunta y me cruzo de brazos, pensando una vez más en si de verdad debo regalarle algo o seguir con esto.

—Lo único que recuerdo es que eras insoportable, mucho no has cambiado. — Por más que lo contuve, esas palabras salen de mi boca sin permiso. Por lo que doy un cambio en mi expresión y sonrío un poco, tratando de ser lo más amable posible. — En realidad, te tengo algo, un regalito.

Mi oración enciende la curiosidad y el interés en Min Ho, algo que me hace sonreír.

—¿Qué es lo que tienes?

Ante su pregunta, voy a mi habitación para tomar la pequeña bolsa bien decorada y todo, vuelvo a la sala y se la entrego. Min Ho ni se levanta del sillón para tomarlo con sospecha sin despegar sus ojos de mi rostro.

—Sé que te gustará, ábrelo.

Sin más vueltas, el pelinegro abre la bolsa con cuidado de no romperlo en el proceso, de allí saca varías cremas, serums e inclusos mascarillas. Sin siquiera estar viéndolo directo, puedo notar como la expresión de su rostro cambia por completo por una pequeña sonrisa, o más bien intentando ocultarla, se sigue haciendo el difícil.

Levanta la cabeza para verme, al mismo tiempo que se levanta y por la diferencia de altura, ahora soy yo quien tiene que levantar la cabeza para verlo mejor, una acción por parte de él que de la nada comienza a ponerme nerviosa y espero no se note.

—Tu me regalaste esto para que hable con mi mamá, no es cierto.— Min Ho entrecierra un poco sus ojos de manera sospechosa.— Esto no viene desde la bondad de tu corazón, Paris.— Comienza a usar el sarcasmo con esto.

—¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué crees qué es eso? ¿No puede ser para dar bandera blanca a nuestra pelea?— Intento sonar convincente, pero si él no lo cree, mucho menos yo. Así que me pongo seria de golpe y cruzo mis brazos.— Min Ho, por supuesto que es por eso, ¿Qué más?— Pasa por mi lado dando una risa sin ganas y lo sigo con la mirada hasta la cocina.— Sólo habla con tu mamá, no es difícil, di que somos mejores amigos y ya, bueno no exageres pero no es difícil, así podré irme y te dejaré en paz.

Como siempre has querido, pienso pero no lo digo.

—Eso sería fácil para ti, pero no lo haré.— Dice en lo que se sirve agua en un vaso sin siquiera mirarme.

Me acerco para estar en frente de él, separados por la isla de la cocina.

—¿Por qué? Es más simple de lo que crees, estás tan empecinado en molestarme, ¿No es cierto?— Apoyo mis manos sobre la isla tratando de mostrar seguridad, pero sobre todo que la furia en mi se note.

Min Ho de la nada deja de mirar su vaso para conectar sus ojos con los míos, de una manera tan intensa y seria que todo semblante de seguridad que pongo parece derrumbarse de a poco. Y como era de esperarse, el pelinegro se da cuenta de eso y una sonrisa ladina aparece en sus labios, lo que me hace rodar los ojos.

—Así es, estoy muy "empecinado" en molestarte. Has aprendido palabras nuevas, estoy orgulloso de ti, Paris.— Dice molestandome, toma el vaso con agua para volver a pasar a mi lado, toma la bolsa con las cosas que le regale y la levanta en el aire para que pueda verlas. — Muchas gracias por los regalos, estaba necesitando alguno de estos sin embargo no has logrado nada.

—Eres increíble.— Digo con cinismo.

—Lo sé, me lo han dicho muchas veces. — Sonríe, se vuelve a acercar a mi para darme un par de palmadas en la cabeza después de dejar el vaso con agua sobre la isla. — Suerte la próxima, Ris.

Intento contestar algo inteligente a su respuesta, pero la forma en la que me llama de la nada trae muchos recuerdos y simplemente me quedo helada allí en medio de la cocina en lo que escucho que él cierra la puerta de su habitación, supongo que entrando.

Parpadeo un par de veces y suelto un suspiro que sale entrecortado de mis labios, giro mi cabeza para ver la puerta de su habitación y niego con la cabeza tratando de recobrar mi postura ante todo esto, pero aquel apodo acaba de desequilibrar todo aquello que construí desde que terminamos.

Tengo que volver a acomodar todo eso dentro de mi cabeza o todo irá peor de lo que debería.

Necesito irme de Corea lo antes posible.

QUIERO AGRADECER LOS 2K DE LEIDOS EN CINCO DÍAS AAAAAA, aunque no lo crean es mucho para mi y me da mucha felicidad. Espero que les guste el nuevo capítulo <3

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