¿Quién se cree que es? Es más que obvio que ahora busca molestarme hasta lo más mínimo, podría irme ahora mismo y dejar a mi mamá sin su sueño de trabajar con la mamá de Min Ho pero soy una hija muy buena así que todavía tengo trabajo que hacer al respecto. Todo esto me hizo dar cuenta que la única forma con la que puedo razonar bien con ese chico, es si de verdad quiero arreglar las cosas con él, lo cual actualmente está fuera de la mesa.

Intenté decirle que lo hiciera sin necesidad de tener que seguir interactuando uno con el otro, sin embargo olvidé por completo lo difícil y terco que es cuando se le mete algo en la cabeza. Ahora tengo que hacerme la idea de que volver a Los Ángeles no será mañana, tal vez ni siquiera esta semana.

Camino a pasos acelerados, hasta la que al parecer será mi departamento por más tiempo de lo esperado, abro este con velocidad y cierro la puerta detrás de mí pasando mi mano por mi cabello con cierta frustración pateando al aire en el proceso de camino a mi habitación, donde una vez más me encierro para no tener que estar en el mundo real en lo que resta del día. Esto se suponía que debía de ser simple, hablarle, que hágalo que le pedí, y listo.

Maldito Min Ho que le gusta hacerlo a su manera. La manera más molesta posible.

Estoy a punto de quitarme el vestido para meterme en mi pijama, cuando de la nada unas voces se comienzan a escuchar... ¿Dentro del apartamento? No tiene ningún sentido, dejé la puerta cerrada y esta habitación sólo es para mi. Frunzo el ceño acercándome a la puerta apoyando mi oreja para escuchar más del otro lado.

Estoy a punto de ser robada en mi primer día en KISS, ¿Acaso se puede poner peor?

—¿Qué hace tu ex aquí?— Escucho que pregunta con claridad en el silencio del lugar.

—No tengo idea, su mamá quiere trabajar con la mía y le dije que no hablaré con ella.

Min Ho.

¿Qué es esto? ¿Una especie de broma nada graciosa?

—¿Por qué las cosas terminaron tan mal entre ustedes? Siempre me dio curiosidad. — Esa es la voz de Q, en tan sólo haberlo escuchado una vez lo recuerdo a la perfección.

Soy buena con las voces y rostros, sin embargo la otra voz que habló primero no tengo idea de quién es.

—Y parece que te quedarás con la curiosidad, amigo.— Por supuesto que Min Ho no querrá decir la verdad de las cosas.— Además aprovecharé que ella está aquí para molestarla un poco, veremos cuánto resiste antes de rendirse. — Esa risa malvada no tarda en aparecer.

Ruedo los ojos apretando mi puño con fuerza con la intención de golpear la puerta pero me detengo antes de que se den cuenta de mi presencia aquí. Giro sobre mis pies con tanta rapidez que provoca que mi salida en silencio, se haya convertido en una escandalosa, gracias al gran golpe que se llevó mi rodilla con la punta de la mesa de luz al lado de la puerta, y junto con esta los quejidos e insultos de mi boca no tardaron en aparecer.

Llevo mi mano a mi boca enseguida escuchando el silencio del otro lado de la puerta.

—¿Quién anda ahí?— Pregunta Min Ho elevando la voz.

Me apresuro a apoyarme contra la puerta con fuerza, al no recibir ninguna respuesta de mi parte, lo que pensaba sucedió, después de una voz diciendo que debían de entrar, intentan abrirla pero gracias a la fuerza que ejerzo apenas y deja pasar un rayo de luz para volverla a cerrar con fuerza. Ahora si, la fuerza de tres personas es imposible de igualar, por lo que salgo corriendo para atrás para que la puerta no me golpeara al abrirse con brusquedad.

Los tres chicos en el proceso casi se caen, en lo que los miro sin tener idea de que decir, porque así es, no tengo idea de qué decir.

—¿Qué hacen aquí? Esta es mi habitación, ¿Me has perseguido? Wow...— Digo mirando en específico a Min Ho quien entrecierra los ojos un poco. — Y tú creías que yo era obsesiva contigo, parece ser al revés, ¿No lo crees?

—¿De qué hablas? Esta es mi habitación.— Responde con obviedad, a lo que yo frunzo el ceño.

—No, no lo es.

—Si, si lo es.

—No lo es.

—Si lo es.

—¡De acuerdo!— El chico que no conozco interrumpe nuestra eterna pelea. — Es probable que haya habido errores en los papeles.

—¿Y tú quién eres?— Pregunto sin más, porque si no lo hago ahora, no lo haré nunca más.

—Soy Dae, amigo de Min Ho.

¿Cómo es que tiene amigos?

—Como sea, te mostraré que esta es mi habitación y que debes irte. — Min Ho recalca esa última palabra y me guía hasta su habitación, toma un papel del escritorio para entregármelo. Efectivamente dice que es la misma habitación que la mía.— ¿Ves? Ahora toma tus cosas y ve a otro lado.

—No, tu y yo iremos a hablar con la persona encargada de esto, ahora.

—No iré a ningún lado contigo, Paris. — Elevo una de mis cejas viéndolo con intensidad, a lo que el más alto termina rodando los ojos. — Vamos antes de que me arrepienta.

Él es el primero en pasar por la puerta de su habitación, no puedo evitar sonreír de manera victoriosa. Aún tengo mi súper poder de convencimiento.

Los dos salimos del departamento en completo silencio pero con el enojo de saber qué ha pasado con nuestros compañeros reales de habitación y por qué justamente con la persona que no deseaba tener que ver cada día de mi maldito día.

Diría que algo de esto es un simple error, sin embargo sé que eso es una mentira. De igual forma quiero escucharlo de la persona que fue influenciada para lograr este cambio.

Por suerte la oficina de las residencias seguía abierta y como todos estaban en la fiesta de bienvenida sin tener ningún problema de qué preocuparse, también estaba vacía. Allí hay una mujer de unos cuarenta años más o menos tecleando en su computadora o más bien jugando a un juego, su mirada cae en nosotros y quita la pestaña del juego poniendo una con muchas letras.

Min Ho le extiende el papel mostrándole el gran error que cometieron.

—Parece ser que hubo un gran error en el sistema y nos pusieron en la misma habitación.

—Esperamos que pueda solucionarlo. — Digo con amabilidad. — Ahora. — Pongo mi cara seria.

—Denme un segundo. — Contesta la señora revisando algo en su computadora, muevo uno de mis pies con ansiedad esperando que se apurara. — No hay ningún error en el sistema, fueron asignados así sin equivocación.

Algo en sus palabras me molestan y no en el buen sentido, parece nerviosa o busca la manera en que nos fuéramos enseguida. Entrecierro mis ojos y levanto mis brazos encima de la gran pared que nos separa.

—Mi mamá te pagó, ¿No es cierto? — Pregunto sin rodeos a la mujer.

—¿Tú mamá le pagó para que estuviéramos juntos? — Min Ho habla con sorpresa, lo que me hace rodar los ojos. — Si estás obsesionada. — Lo miro de mala manera por un par de segundos, esperando que de la nada me surgieran poderes para hacerlo desaparecer de mi vista.

Vuelvo mi atención a la mujer quien ya no sabe donde meterse.

—¿De qué habla señorita? Ni siquiera sé quién es su madre.— Intenta evadirnos. — Y si me disculpa, tengo mucho trabajo que hacer aquí.

—Si no conoce a mi madre, ¿Por qué tiene una pestaña en su computadora una película en dónde mi madre es protagonista?— Señalo la computadora y la señora enseguida lo gira para que no pueda verlo, ruedo los ojos.— No me interesa nada de esto, ¿Hay alguna forma de cambiar de habitación? No viviré con él.

—Yo tampoco viviré con ella el resto del año.— Se queja a mi lado.

—Lo siento chicos, todas las habitaciones están ocupadas pero les haré saber cuando haya algún cambio en el futuro.

No, no lo hará.

Suelto un bufido y salgo de la oficina dando pasos con fuerza, que con un poco más estoy a punto de romper las plataformas de la furia que tengo. Yo sabía que mi mamá quería que la ayudara, accedí a hacer una cosa, reconciliarme con Min Ho si era necesario, ¡Pero no vivir juntos! Está tan empecinada por que nuestras mamás trabajen juntas que se olvidó que yo también tengo una vida y no tengo que ser controlada de esta manera, ya no más.

—¿Qué haremos ahora?— Pregunta el pelinegro a mi lado, habiendo olvidado su presencia por sólo unos segundos.

—Tengo la idea perfecta. — Detengo mis pasos para poder verlo y fingir una sonrisa. — Tú dormirás afuera porque no pienso compartir habitación contigo.

Min Ho se ríe pero sin gracia alguna.

—O mejor aun, tu duermes afuera y yo en la habitación que es mía.

Esto va a volver a hacerse eterno porque nos conozco a la perfección.

—Tengo otra mejor, ¿Qué tal si me dices que llamarás a tu mamá para que pueda trabajar con la mía y puedo volar felizmente a Los Ángeles y te dejo toda la habitación para ti?— Muevo mis manos de manera frenética haciendo énfasis en cada palabra porque estoy perdiendo la paciencia.— Es fácil, sólo tienes que decir que si y ya Min Ho, no es tan difícil.

Nuestros ojos se conectan en una batalla para ver quien va a ganar, al ver que se cruza de brazos me doy cuenta que la ganadora no soy yo esta vez.

—No lo haré y no me convencerás tan fácil como lo hacías antes, princesa sin alma.

—Ya lo veremos, príncipe molesto. — Imito su tono de voz en forma de burla, por supuesto que no tarda en rodar sus ojos para seguir caminando. — ¡Tendremos que compartir habitación entonces!

—¡Siempre y cuando no me molestes, Vitale!

Sólo espero despertar con mi cabello completo, o sino él se arrepentirá de haber dejado sus productos de cuidado de la piel a mi alcance.

Esta historia va a ser tan rom-com enemies to lovers que me emociona y me da risa a la vez alkjlsd

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