ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7 [̶E̶R̶R̶O̶R̶]̶
—¡¿Qué... —exclamó el mayor molesto intentando empujar a aquellos guardias que intentaban alejarlo.
—Por favor, aléjese.
Hank comenzó a forcejear con aquellos androides que no le permitían el paso. Alzó la mirada para así ver a su compañero, que solamente miraba algo preocupado y confundido la situación.
—Teniente...
—¡Connor mueve tu trasero de ahí!
Pero ya fue muy tarde al momento de que uno de los guardias, tocó su cuello haciendo que el androide fuera bajando su mirada. Y Hank, solo pudo ver como los ojos de su compañero, se iban apagando hasta verse opacos en donde luego se cerraron, dando a entender de que ya lo habían apagado.
—¡Connor!
Su corazón latía con fuerza en aquel momento, no sabía si se trataba por los nervios y la impotencia de aquel momento o si era por otra cosa. Pero simplemente no podía dejar de luchar e intentar llegar a él. Su compañero, quien odió con toda su alma en un momento sin justificación, pero que ahora, se trataba de alguien importante en su vida.
Connor quien con su insoportable presencia hizo que fuera soportable, que hizo que todos los días lo esperara para que ambos fueran a los lugares que solían ir para "patruyar" y comer. Cuando iban a una escena para nuevamente intentar capturar a un divergente. Todos aquellos recuerdos inexplicablemente regresaron a su mente, sumándole más la necesidad de... estar de nuevo a su lado.
—Rápido, métanlo en la cápsula.
En aquel momento, una cápsula de vidrio fue traída hasta el lugar. Y entre los guardias restantes, ingresaron en el, al androide.
En un descuido, Hank golpeó el abdomen de uno de los guardias, logrando que lo suelte. Como pudo, rápidamente avanzó hasta la cápsula.
Llegó tarde al momento en que esta se cerró, aprisionando a su compañero que yacía dormido en aquel lugar.
No oía nada a su alrededor y solamente se limitó a observar su rostro inexpresivo. No podía dejar de pensar de que solamente parecía estar dormido, aunque fuera un androide.
Llevó su mano hasta el cristal, apoyándolo en él. Haciendo un tacto en el frío vidrio que lo separaba de él. Por un momento, un dolor comenzó a incrementar en su pecho cuando fue separado de la cápsula, rompiendo el contacto.
—¡Esperen, maldición! —volvió a forcejear— ¡Connor!
Solo tenía su vista en él, ni siquiera prestaba atención al representante de la compañía que iba citando los cargos que tendría por su comportamiento en ese momento. No le interesaba nada.
Solo podía oír su respiración agitada, que luchaba por salir de su garganta gracias a la presión que ahora mismo se encontraba ahogándolo. Más aún, que ahora se lo estaban llevando.
Lejos de él.
Estaba nuevamente ahí sentado en la cocina, en su lúgubre casa.
Con la cabeza sintiéndola llena de remordimientos y pesares que hacían peso en él, agarró la botella de vodka y cargó una vez más la bebida en el vaso para nuevamente ahogarse en él.
El líquido una vez más fue quemándole la garganta, logrando que el mayor hiciera una mueca leve en el rostro. Al beberlo por completo, dejó el vaso en la mesa con fuerza.
Todo estaba en completo silencio, cosa que permitió a los recuerdos volver en su mente a pesar de sus intentos para estar ebrio y evitarlos.
Su mirada estaba baja en sus manos, los cuales observó con detenimiento y recordó la sensación de haber tocado la mano del castaño. ¿Qué era ese sentimiento?
Connor era un androide y él un humano. Pero jamás podría comparar el calor que Connor le transmitió con aquel tacto de sus manos, calor que el ya había perdido hace tiempo. Y que ahora sólo seguía en aquel lugar tan deplorable de siempre, ahora que él ya no estaba a su lado.
Se preguntaba ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué todas aquellas personas importantes para él... se iban?
Soltó una leve carcajada amarga por todas aquellas preguntas inútiles que se estaba haciendo, ¿Qué sentido tenía hacerlas?
Miró un poco más al costado, en una de las esquinas de la mesa.
Su arma.
Ahora mismo, el alcohol parecía haberse ido y solamente podía escuchar su respiración pausada y tranquila.
¿Por qué seguía? ¿Para qué lo hacía?
No tenía a su hijo, su trabajo y ahora... a Connor...
Con lentitud, fue estirando su arma hasta tomarla en sus manos y traerla hasta él.
Revisó las balas y estaba totalmente cargada.
Ahora no tenía pensado jugar a la suerte y solo llevó la pistola a su boca.
.
.
.
Con lentitud, fue caminando por las frías calles que iban hacia CiberLife. Se acomodó mejor el abrigo para ocultar su identidad y seguir hasta por fin llegar a su destino. Hoy, según la información que había conseguido. Los divergentes harían un golpe, para así liberar a los androides que se encontraban en la compañía.
Y que mejor momento que ese.
Caos por todos lados, esa era la única cosa que podía ver. Androides destrozados por doquier, tirados cual basura en el suelo. No pudo evitar hacer una mueca al pensar de que Connor podría haber terminado de esa manera.
Siguió corriendo en las instalaciones para intentar encontrar a su compañero, si, lo que estaba haciendo ahora mismo era algo suicida. Pero ¿Qué más da? Ya no tenía nada que perder en ese momento y solo quería volver a verlo... volver a estar a su lado. Fue por esa razón que no acabó con su vida, deseaba verlo.
Aunque sea, una sola vez.
Frenó en seco al verlo ahí, nuevamente dentro de esa cápsula. Estaba algo agitado de haber corrido y escapado de los guardias que perseguían a los intrusos del lugar. Aunque en el fondo aún se podía oír la lucha entre los androides y humanos.
Los gritos, los disparos, los cuerpos que caían al suelo ya sin vida.
Caminó con lentitud y con los nervios a flor de piel hasta su compañero.
Miró por todos los lados de la cápsula queriendo encontrar una manera de liberarlo, hasta que vio un botón y no dudó en presionarlo.
La cápsula lentamente comenzó a abrir la puerta de vidrio que los separaba y rápidamente lo tomó para evitar que caiga al suelo.
Con cuidado, se sentó en el suelo mientras que lo tenía en sus brazos, observando su rostro con lentitud.
Dudó por unos segundos, no sabía qué hacer y porqué había hecho todo aquello. Y por fin, todo lo que había guardado para él, comenzó a salir. Cerró sus ojos cuantos estos comenzaron a arderle, sabiendo que estaba apunto... de llorar.
—Maldita sea Connor... —susurró a lo bajo— despierta si no quieres que te de un balazo en el trasero...
Pero no pasó nada, no recibió ninguna respuesta por parte de su compañero. Por lo que solamente lo hizo desmoronarse por completo.
—¡Por aquí!
Alzó la mirada notando a un grupo de divergentes que habían entrado en la sala, probablemente escapando de los militares que intentaban matarlos.
—Maldita sea...
—Hank...
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo en ese instante. Bajó la mirada creyendo que tal vez había sido su imaginación.
Pero no era así.
Lo observó directamente a los ojos mientras que una leve sonrisa se formaba en sus labios.
—Estoy aquí contigo...
El mayor, llevó nuevamente su mano a la de su compañero, entrelazando sus dedos con seguridad.
—¡Fuego!
Así, en aquella habitación el sonido de múltiples disparos se pudo oír, sus cuerpos que cayeron juntos y sus manos que jamás se soltaron.
Disfrutando por última vez... el tacto de cada uno.
Fin.
Separador hecho por: Queen_Strxwberry
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