Tus mayores miedos
- ¿A dónde vas? ¿Pretendes huir? - Preguntó YoonGi al ver que JungKook parecía preparado para salir de la casa.
- No, Hyung. - Le dijo mirándole a los ojos. - Sólo voy al instituto. No tengo pensado huir. - Aseguró con firmeza.
- Quizá deberías. - Murmuró YoonGi para sí.
- ¿Qué dices, Hyung? - Preguntó el maknae creyendo que el bajo tono de voz se debía a su sordera. YoonGi hizo un ademán con la mano quitándole importancia a su comentario. - Como NamJoon-Hyung aún no ha llegado, pensé que era mejor ir al instituto y distraerme un poco antes de... - Aspiró con fuerza. - ... antes de mi castigo.
- ¿Quieres enfadarlo aún más? - Quiso saber YoonGi. - ¿Acaso no recuerdas que NamJoon te prohibió salir de casa solo? El clan de JB aún espera sorprendente en una situación vulnerable. - JungKook suspiró al recordarlo. Miró a Jin y a HoSeok. Ambos estaban dormidos. No iba a despertarles después de lo que había pasado. Tampoco a TaeHyung, claro. Y JiMin dormía aún acurrucado en la misma cama con TaeHyung. A pesar de que YoonGi le había dicho que era mejor que le dejarse descansar solo. Ahora los dos dormían abrazados el uno al otro. Pero, de hecho, quería ir al instituto, aunque fuera para pensar en otra cosa. - Yo te llevaré. - Anunció YoonGi saliendo perezosamente de la cama.
- Hyung, ¿tú puedes...? - Se dio cuenta de que no le estaba mirando, pues se estaba frotando los ojos. Se acercó y le dio golpecitos en el hombro. - Hyung. ¿Tú conduces? - Preguntó cuando le miró.
- Bueno, no suelo hacerlo. No desde el accidente. Pero en realidad no está prohibido. Legalmente sólo tengo restricciones de velocidad. - Informó. - No es como si el oído se necesitara demasiado para conducir realmente. Lo único para lo que sirve es para escuchar como otro coches te pitan. - Aseguró bostezando. - Dame un minuto y estaré listo. - Anunció arrastrando lo pies hasta el baño. JungKook miró el reloj. Aún había tiempo, así que se sentó a esperar. Como prometió, no tardó y los dos se subieron al coche. Se creó un silencio incómodo para JungKook. Igualmente, YoonGi no podía mantener una conversación con él y conducir al mismo tiempo. El oso le miró un par de veces de reojo y le notó tenso. ¿Cómo no iba a estarlo? ¿Cómo iba a fingir que no había pasado nada el día anterior? YoonGi puso la radio, claramente para su hermano menor, porque él no podía escucharla. Apoyó la mano en su pecho sin soltar el volante con la otra y le empujó suavemente contra el asiento. - Intenta calmarte un poco. Cierra los ojos y respira despacio. - Le aconsejó. - Sé que intentas aparentar estar tranquilo. Pero no necesito ser JiMin para sentir lo nervioso y asustado que estás. - Tenía razón y JungKook lo sabía. Intentó hacerle caso, no sirvió de mucho.
Cuando YoonGi detuvo el coche frente al instituto, JungKook le miró un instante. Le costó hablar, pues no sabía si quería conocer la respuesta a la pregunta que le rondaba la cabeza. Alargó la mano hasta el brazo de YoonGi para que le mirara.
- ¿Sabes cómo son los castigos de NamJoon-Hyung? - Preguntó finalmente. - Quizá estaría más tranquilo si supiera lo que me espera. No me asusta enfrentarme al dolor. - Aseguró. - La incertidumbre es lo que de verdad me está matando. - Admitió. YoonGi negó despacio con la cabeza.
- No se trata de que NamJoon tenga un castigo determinado. Él, como líder, sabe cual es tu mayor miedo y lo usará en tu contra. - Señaló. Bajó la cabeza. No quería mirarle mientras lo decía. - Ve a casa JungKook. Vuelve con tus padres. - Habló con más dolor que nunca. Y no le miraba a la cara porque no quería escuchar lo que él respondería. - Es lo que mejor te puedo aconsejar. No quiero saber que sufres sin poder hacer nada. - Parecía saber bien de lo que hablaba. Pero JungKook no quería seguir escuchándole.
- Sufriré mucho más si me alejo de vosotros. - YoonGi aún tenía la cabeza agachada, así que no conoció sus palabras.
- Nunca debimos meterte en todo esto. - Pronunció. - Debimos dejar que tuvieras una vida normal. - JungKook le agarró la muñeca un poco exasperado, y finalmente YoonGi le miró.
- Te castigó. - Acertó a decir. - ¿Qué te hizo? ¿Qué le hizo a Jin-Hyung? - Preguntó. - Necesito saberlo. Por favor.
- No servirá de nada. - Aseguró. - Mis miedos y los de Jin-Hyung no son los mismo que...
- Por favor. - Volvió a repetir interrumpiéndole. YoonGi suspiró. No quería perderle, pero ese era un pensamiento egoísta. Lo mejor para él era irse con su familia. No volver a ninguna peligrosa misión. Mantenerse fuera del visor de otros clanes. Huir de todo aquello.
- Cuando yo era pequeño, mi madre me metió en una piscina y me dejó allí. - Respondió. - Me dijo que yo debía aprender a nadar. Que los osos eran buenos nadadores. A mi madre le encantaba nadar, creo. La verdad no lo recuerdo. - No había odio. Ni mucho menos añoranza en su voz. Sólo era neutra, como siempre que él hablaba de su madre. - Yo sólo tenía ocho años. Si no hubiera sido por el socorrista me hubiera ahogado. Porque ella ni siquiera se lanzó para salvarme. - Narró. - Poco después de que NamJoon se presentara como búho y como líder, él y yo dicutimos. - El oso rió. - Ni siquiera recuerdo bien el motivo, pero sé que le desobedecí. Fue desconcertante para todos, incluso para NamJoon, que se vio obligado a hacerlo. Aun si él mismo no quería, su tótem le forzó de alguna manera. Todos cayeron de rodillas cuando su voz de líder se lo ordenó y no pudieron hacer nada para interponerse. - JungKook le escuchaba atentamente. - Me hizo ir hasta el baño, llenó la bañera hasta el borde, me hizo arrodillarme y me dijo que hundiera la cabeza en el agua. - Contó. A JungKook le temblaron las manos. Sonaba terrible. - Desde lo que ocurrió en la piscina, mi mayor miedo es morir ahogado. - Aseguró. - Sin embargo, la única orden de NamJoon que no podemos obedecer, es aquella que nos lleve a la muerte directamente. - Le confirmó. - NamJoon sabía eso, de alguna forma. Por esa razón no me hundió él la cabeza en el agua y me ordenó que lo hiciera yo. Porque él no sabría cuando sacarme del agua sin que yo me ahogase, pero yo, por su orden, me mantendría bajo el agua hasta el instante antes de ahogarme. ¿Lo comprendes? - JungKook asintió despacio, con la boca seca. - Me obligó a hacerlo una y otra vez hasta que su animal estuvo satisfecho. Estuve dos días con los pulmones encharcados y varias semanas con pesadillas en las que me ahogaba. - JungKook sintió un escalofrío. - Por suerte, NamJoon cerró la puerta y yo no grité. - Comentó. - JiMin tampoco se había manifestado por aquel entonces, así que nadie pudo advertir mi terror.
- Lo pasaste solo. - A JungKook le tembló la voz. Esa simple idea... - YoonGi negó con la cabeza.
- No. Nunca estuve solo. NamJoon estaba conmigo. - Le recordó.
- ¡NamJoon-Hyung estaba ahogándote! - Exclamó confundido.
- NamJoon es nuestro líder, pero es nuestro hermano también. - Le cogió de las manos. - Escúchame. Mantén esto en tu mente. NamJoon cuidará de ti. Sé que suena extraño. Pero, pase lo que pase, nunca te abandonará. - Aseguró. - Debes confiar en él. Quiero decir... - Sí que sonaba extraño, ni siquiera YoonGi sabíacomo esplicarlo, pero tenía sentido en cierto modo.
- Visto así no suena tal mal. - Comentó JungKook. YoonGi resopló de nuevo.
- No quería decir eso. - Le desalentó. - Esos castigos son de sometimiento, JungKook. Usa tus mayores miedo y debilidades contra ti, y te doblega. Metería a HoSeok en un armario, expondría a JiMin a algún tipo de práctica sexual. - El maknae tragó con fuerza. - TaeHyung es valiente, pero no soportaría volver al psiquiátrico. ¿Qué te haría a ti? - Le preguntó finalmente. - La respuesta a tu pregunta no la tengo yo, JungKook. La tienes tú. ¿Cuál es tu mayor miedo? - JungKook pensó, pero no encontró la respuesta. ¿Qué era lo que él más temía? No lo sabía. Él nunca había tenido miedo a las alturas, ni a la oscuridad, ni a los espacios cerrados. No se le ocurría ninguna fobia que superar. - Aún si la desconoces. - Siguió hablando YoonGi. - Él sabrá cual es. - Le advirtió. Le soltó las manos y las puso de nuevo en el volante, mirando al frente. - Volveré a recogerte cuando acaben las clases. - Anunció. - Ojalá no te encuentre aquí. Ojalá me hagas caso y vuelvas a casa con tus padres. - Con un nudo en su garganta y dolor en su pecho, era lo mejot que le podía aconsejae. - Desvincúlate de esto por completo y para siempre. Si lo haces, Seven no podrá hacerte nada. Tampoco NamJoon. Son las normas. - Confirmó YoonGi. - Estarás a salvo. - JungKook alzó la mano hasta el rostro de YoonGi y le hizo mirarle.
- ¿Sin vosotros? ¿Me estás pidiendo que renuncie a vosotros? ¿A mí familia? - Le miraba sin comprender. - Prefiero mil castigos. Mil amenazas de mil clanes, antes que perderos de nuevo. - YoonGi cerró los ojos. Aquello le llenaba de alegría, y de dolor al mismo tiempo.
- Vete ya. Llegarás tarde. - Habló reuniendo el poco temple que le quedaba.
Ese día no fue al club de pintura. Encontrarse con Roseanne sería aún peor. Pero sí fue al de atletismo. Y corrió hasta ser más rápido que sus pensamientos y sus problemas. Agotado, respiró con fuerza y se dio cuenta que ni siquiera así podía librarse del montón de ideas que se agolpaban en su cabeza. Escuchó al capitán del equipo decirle algo, pero no le entendió. Su cabeza estaba demasiado congestionada y la voz le parecía lejana. Algo parecido le había ocurrido con la voz de sus profesores. No había podido atender a ninguna clase. También fue vagamente consciente de que BamBam se había dirigido a él en uno de los intercambios. Ni siquiera sabía en cual o si había sido en más de uno. Igualmente, no podía comprenderle, tampoco podía determinar si sus palabras eran dichas en tono agresivo, burlesco o compasivo. Ni la más remota idea. No le importaba. Sencillamente se mantuvo quieto y le ignoró. El mundo a su alrededor era como una vaga sombra. Siluetas y sonidos etéreos. Lo único que escuchaba era su propia voz en su cabeza.
- No vas a huir, JungKook. Tienes miedo. Pero vas a enfrentarte a ello. Y vas a continuar junto a tus hermanos. - Se decía a sí mismo. Se lo repetía una y otra vez pero no porque no estuviese seguro de ello o porque dudara. Sino porque era lo único en lo que podía pensar. Quería estar con ellos. No soportaba la idea de huir y abandonarles. Aún si YoonGi se lo había pedido, casi en súplica. Había cometido un error y pagaría las consecuencias. Era su deber. No se separaría de ellos. Se necesitaban, los siete. Él era su protector. Jamás volvería a abandonarlos, porque sabía que nunca se lo perdonaría, porque ellos eran su hogar. Porque ahora, su corazón se sentía completo y, cuando se dio cuenta, su mente, al fin, estaba en paz.
Subió al coche con seguridad y oyó a su hermano resoplar.
- Tenía la esperanza de que no vinieras. - Confesó YoonGi
- No voy a huir. Menos de NamJoon-Hyung. - Aseguró, ahora más convencido que nunca. - Cometí un error. Pagaré las consecuencias. - YoonGi suspiró pesadamente y arrancó en coche. El viaje de vuelta a casa fue aún más silencioso y largo de lo que había sido el de ida. Se la pasó mirando a YoonGi. No podía apartar la vista de él mientras conducía. Admirando su perfecta piel. De entre todos sus hermanos, YoonGi era el que tenía la piel más blanca y más uniforme. Precía muy suave. Sus labios eran finos y muy rosados. Contrastaban bastante con su piel. Tenía la manía de pasar la lengua por ellos. Siempre estaba húmedos. JungKook pasó su lengua por los suyos, con una idea en la cabeza y sin poder apartar la mirada de él.
Al llegar a la casa, el ambiente era completamente distinto. Los gritos ya se oían desde fuera porque tendrían las ventanas abiertas. Pero, desde allí, no había forma de comprender la razón de la discursión.
- ¿Ocurre algo? - Preguntó YoonGi al ver su expresión. JungKook señaló a la casa y esperó a que su mayor le mirara de nuevo.
- Están discutiendo. - Dijo.
Fue al subir la escalera que JungKook empezó a distinguir las palabras.
- Por favor. - Jin sonaba histérico, pero su voz también era temblorosa. - No lo hagas. - Parecía estar suplicándole. - No lo entederá. Lleva muy poco tiempo en este mundo estúpido y macabro en el que estamos metidos. - JungKook se quedó clavado en la escalera. Estaban hablando de él. Respiró profundamente. YoonGi no podía saber de que hablaban, pero lo imaginó al ver la expresión del maknae. Le cogió la mano con fuerza. Se miraron. Casi podía leerle la mente. Veía el miedo en sus ojos, pero también su determinación. Iba a pedirle una vez más que escapase, pero sabía que sería inútil.
- Querría poder prometerte que voy a estar contigo sosteniendo tu mano. - Pronunció. - Pero no sé si NamJoon me lo permitirá. - JungKook le acarició la mejilla. - Lo siento. Ojalá pudiera hacer algo más. - Aseguró mientras sentía la mano de su menor acariciándole, bajando hasta sus labios, que repasó con cuidado sin que del mayor le pudiera ningún impedimento.
- Bésame. - Pidió. YoonGi se sorprendió por la repentina petición. - Déjame sentir algo más que ese castigo. - YoonGi estaba confuso. Sabía que se había acostado con TaeHyung y que había besado a HoSeok. Más bien, que HoSeok le había besado a él. No es como si él no se hubiera acostado con los demás. No podia renegar de lo que había hecho o de lo que deseaba. No es como si no hubiera pensado en cómo sería estar con él. Dio un paso hacia él y tragó con fuerza. ¿Por qué estaba de repente tan nervioso por besar a ese mocoso? Agitó un poco su cabeza y se puso de puntilla, algo un poco humillante para él, y le besó rápidamente. JungKook sonrió. - Eso no ha sido un beso. - Opinó. YoonGi sabía que tenía razón. Soltó el aire con calma. Alargó la mano hasta su nuca y atrajo al menor hasta él, dándole un beso mucho más profundo. JungKook se quedó sin aire. Esos labios húmedos no le decepcionaron. Justo antes de separarse, YoonGi lamió los de su menor.
- Eso te servirá para sentirme cerca aunque no pueda coger tu mano.
*COMENTA Y VOTA!!!!! Chan chan chan. El siguiente será el castigo sí o sí. ¿Cómo creéis que será?
Espero que os haya gustado mucho.
Para quien no se haya enterado he publicado una NUEVA HISTORIA que se llama "Uno entre cientos" y os invito a leerla. Subiré un capítulo cada lunes, para que empecéis con fuerza la semana. MUCHOS BESOS!!!
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