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Mi antiguo yo. Parte 3

- Puede que contigo pueda hacerlo. Puede ser que contigo vuelva a ser yo mismo y hacer todo lo que hacía antes. - Planteó JiMin.

- No tienes que forzarte así, Hyung.

- Es que quiero hacerlo. - Cómo podía negarse a semejante ofrecimiento. Tan tentador. Respiró profundamente. - Por favor. Quiero hacerlo contigo. Al menos... probar.

- No soy una persona con mucha paciencia. - JiMin temió que fuera a negarse. - Pero haré mi mejor intento. - Aseguró. - Iré despacio. Lo último que quiero es que tengas miedo de mí. - JiMin volvió a acercarse para besarle suavemente.

- Eso jamás podría ocurrir. - Dulce, largo y lento. Sus besos no tuviero avidez o necesidad, sólo cariño, amor, devoción y ternura. ¿Cómo podría ser de otra forma con su pequeño y adorable Hyung? Sus labios eran gruesos y jugosos. JungKook se resistió a devorarlos y se dedicó a saborearlos. Después de un rato, JungKook no sabía si debía ir un poco más allá, pero finalmente decidió arriesgarse. Era lo que JiMin quería al fin y al cabo, ¿no? No estaba muy convencido, así que prefirió avisar antes.

- Ven aquí. - Se incorporó un poco, sentándose en la cama y arrastrando a JiMin sobre él. Quizá si estaba encima no se sentía tan aprisionado y podría escapar libremente si se encontraba mal. - Déjame ver tu piel, Hyung. - Le hablaba con respeto y cuidado, para que de alguna manera supiera que él era quien tenía el control de la situación. JiMin, muy lentamente subió su camiseta. - ¿Quieres que me la quite yo también? - Asintió y JungKook obedeció. Se acariciaron. Los brazos, la espalda, el pecho. - No sabía que tuvieras los abdominales tan marcados. - Susurró repasándolos con cuidado.

- Los tuyos son incluso mejores. - Sonrió. Repasó los duros musculos de los brazos del protector y no pudo evitar morderse el labio. JungKook vio por primera vez el deseo en los ojos de JiMin.

- ¿Quieres ver más? - Le preguntó casi fingiendo inocencia. JiMin llevó la mano al botón del pantalón del menor. Dudó un poco al principio, pero no tardó en continuar. JungKook le ayudó a quitarle el pantalón y se percató de que ya no le miraba a la cara. Le cogió las manos. - ¿Estás seguro de esto, Hyung? Podemos parar si...

- Estoy bien. - Le interrumpió mirándole con una sonrisa exagerada y un poco forzada.

- Respira. - Acarició su mejilla. - Sólo soy yo.

- Llevo mucho tiempo sin... - Bajó la mirada avergonzado.

- No te preocupes, Hyung. El sexo sigue siendo igual. - Pronunció JungKook. - Yo te guío.

- Sexo... - Soltó el aire muy despacio. Llevó las manos a su propio pantalón y lo desabrochó. Se lo quitó con aún más lentitud de lo que había quitado el de JungKook. Él sólo esperó. Fue paciente por una vez en su vida, pues no se perdonaría ser de otra forma con él. A pesar de todo, él sabía mejor que nadie, que JiMin era la bondad personificada. Una bondad que había sido corrompida y mancillada por aquel hombre. JungKook cerró los puños con furia de solo pensarlo, pero debía mantener la calma, por JiMin. El pequeño, fuerte y leal joven se subió a las piernas del menor. Era la primera vez en dos años que estaba tan expuesto y tan pegado a alguien. Volvieron a besarse, a acariciarse el toso y las piernas. Comprobaba sus reacciones a cada momento para asegurarse de su estado. Parecía tranquilo. Sus manos no dudaban en colgarse de su cuello con fuerza para acercarse cada vez más a él. JungKook se recreó en su espalda baja y finalmente descendió para tocar su trasero por encima de su bóxer blanco.

- Está bien, Hyung. Lo estás haciendo bien. - Le calmó y animó. Alcanzó de los más profundo de cajón de abajo de su mesilla una pequeña botellita de lubricante. - Eres muy hermoso. - Aseguró. JiMin le miró un poco sorprendido y luego le sonrió tímido. Se besaron de nuevo. JungKook vertió, casi a ciegas, un poco del líquido en sus dedos y fue cuando se atrevió a meter la mano bajo su bóxer y acariciarle directamente. Tampoco vio ninguna reacción negativa en él. Acarició su entrada.

- Está frío. - Se quejó dando un pequeño bote.

- Yo haré que entres en calor. - Sonrió de forma más lasciva. - Respira hondo. - Aconsejó. Se lo tomaron calma. JiMin terminó apoyado en su hombro mientras JungKook se abría paso lentamente en su recto. Empezaban a excitarse mucho. El cálido aliento golpeaba en su cuello erizando su piel de pantera. Le hizo sentirse más confiado, más seguro, menos precavido. Empezó a dilatar a JiMin con más intensidad, metiendo y sacando sus dedos con habilidad. La respiración de JiMin, más alterada e irregular que antes, sólo excitaba más a JungKook.

Complacido en su cálido hombro, JiMin se sentía extasiado. No había sentido algo así desde hacía mucho tiempo. Desde hacía dos años. Desde antes de que, pocos días después de su propia manifestación, le habían secuestrado, le habían encadenado y encerrado en un lugar oscuro y sucio. Y después... aquel hombre... De pronto, recordó sus asquerosas manos sobre él. Recordó los golpes recibidos. Su áspera y sucia voz, su hedionado aliento y su lengua recorriendo su piel. Su... - Su cuerpo tembló violentamente. Lo recordaba todo. Todo lo que había intentado olvidar y que aún le alcanzaba en sus pesadillas.

- Mírame. Abre los ojos. Mírame, Hyung. - La voz apremiante, pero dulce, de JungKook le sacó de sus horribles pensamientos y le trajo de nuevo al mundo real. - Soy yo. Tranquilo. - Acarició su mejilla con absoluto cariño.

- Estoy bien. Estoy bien. - Aseguró rápidamente.

- No. No estás bien. - Contradijo. - Esto ha sido una mala idea. - Quiso separarle un poco de él, pero JiMin se aferró a sus brazos para no dejarle escapar.

- Estoy bien. - Repitió. - Sólo ha sido un momento. Estoy bien ahora. - JungKook negó nada convencido. - No volveré a cerrar los ojos. No volveré a dejar de mirarte. Así estaré bien.

- Esto no se soluciona así de fácil, JiMin. No estás bien. - Habló con dureza. El mayor se encogió un poco. - ¿Se lo contaste a alguien, Hyung? - Preguntó de repente.

- ¿Qué quieres decir? - Le miró extrañado.

- ¿Hablaste con alguien de lo que ocurrió exactamente el tipo de que te retuvieron? - El pecho de JiMin empezó a subir y bajar con fuerza. Se alejó de él, pero JungKook tiró de su brazo para cercarle de nuevo. - Cuéntamelo. - JiMin negó con nerviosismo, pero el maknae no le dejaba escapar. - No necesitas follar, Hyung. Necesitas decirlo en voz alta y admitir lo que te ocurrió.

- No. - Movió la cabeza de un lado a otro con violencia. - No quiero. Déjame ir. - Tiró de él.

- Mírame. - Sostuvo su rostro entre sus manos. - Mírame, Hyung. - Le partió el alma verle soltar las primeras lágrimas, pero no podía detenerse ahora. No después de haber ido tan lejos, no después de saber por fin que era lo que JiMin necesitaba. - No saldrá de aquí, pero debes decirlo en voz alta.

- No, por favor. - Suplicó. Le acarició con cariño.

- Lo necesitas. - Le calmó. - Confía en mí. Relájate. Respira. - JiMin parecía obedecerle poco a poco. - ¿Qué ocurrió? - Tardó en empezar a hablar, pero JungKook no le presionó más.

- Fueron varios los que entraron en la casa para secuestrarme. No... No fue una casualidad. Entraron a por mí exclusivamente. Me conocían. Desde el principio me llamaron por mi nombre, conocían mi tótem, y eso que sólo hacía unos días que me había presentado. - Explicó. JungKook escuchó atentamente. - Pero ninguno de ellos me tocó. Me llevaron allí por orden de otra persona. Aquel hombre... - JiMin bajó la mirada y sufrió un fuerte escalofrío. JungKook le abrazó un poco, sólo para que supiera que estaba junto a él. Que siempre estaría con él.

- ¿El hombre que se desnucó contra el suelo cuando forcejeando con YoonGi-Hyung se cayó por la ventana? - Quiso saber JungKook. JiMin negó.

- Ese hombre me vigilaba, pero nada más. - Aseguró.

- ¿Quieres decir que ese ser inmundo sigue vivo y coleando? ¿Suelto y en la calle? - No se permitió exaltarse, pero tenía ganas de que todo ardiera cuando vio a JiMin asentir. - ¿Qué más? - Apretó los puños.

- No quiero, Kookie...

- Ya lo sé, cachorrito. Pero es necesario. ¿Qué más? - Insistió. JiMin siguió con la cabeza baja.

- Ese hombre era mayor a los que me secuestraron. Era... Era... - Sus lágrimas empezaron a brotar sin parar. - Me encadenó, me sagraban las muñecas. Era muy doloroso y se me infectaron las heridas así que también tenía fiebre. - Aspiró con fuerza para poder continuar. - Me pegaba continuamente. Creo... Creo que le excitaba oírme gritar de dolor. Puñetazos en la cara, patadas hasta partirme las costillas, incluso latigazos. - Narró. Lloraba a pesar de seguir hablando. - Pero... eso no fue lo peor. - Aseguró. Lloró cada vez con más fuerza. - Aún puedo sentir sus manos en mi piel. Y su cuerpo... - No pudo continuar. Todo el cuerpo le temblaba por el llanto. Se abrazó y escondió su rostro entre sus piernas encogidas. - No me hagas decirlo. - Pidió.

- Déjalo salir, Hyung. - Acarició su sedoso pelo. - Todo irá bien, cariño.

- Me... Me violó, JungKook. - Lloró más y más. JungKook le abrazó con fuerza. - Ese hombre me violó. - Permanecieron un largo tiempo en esa posición.

- Ya está, cachorito. Ya estás a salvo. - Se dejó mecer entre sus brazos. - Nadie va a volver a tocarte. No voy a permitirlo.

- Lo tengo metido en la cabeza, JungKook. - Su voz había cambiado poco. Parecía más madura, pero igual de rota. - En la piel. No sé que hacer. ¿Cómo se hace para olvidar esto? - Le preguntó.

- Mírame, cariño. - Le pidió con delicadeza. - No es algo que se pueda olvidar, Hyung. Lo siento. - Aseguró. - Pero se puede superar. Y lo harás.

- ¿Cómo? - Quiso saber. JungKook se acercó a él lentamente y le besó. JiMin le correspondió. Se dio cuenta de que ese contacto tan íntimo y algo más brusco que la vez anterior, aún le producía nerviosismo. Pero era un poco distinto ahora.

- Al menos, tu piel no volverá a recordar a ese hombre. - Afirmó JungKook con agresividad contenida. - Dame permiso, Hyung. Dame permiso y haré que tu piel sólo me recuerde a mí. - ¿Eso funcionaría? Ninguno de los dos lo sabía a ciencia cierta, pero JiMin descubrió que ya no tenía miedo. No tanto, al menos. Se besaron con fuerza. JiMin sentía que iba a caer desde un acantilado. Aún no había dejado del todo de llorar.

- No me sueltes. - Suplicó. - Quédate conmigo.

- No cierres los ojos esta vez. - Dijo en respuesta. - Y cada vez que levantes la mirada, sólo yo estaré frente a ti. Prometido. - JiMin asintió y siguieron besándose. JungKook no tardó en volver a estimularle de la mejor forma. Ahora era distinto, porque JungKook tenía razón. Cada vez que le recordaba a él, cada vez que se sentía mal, JiMin levantaba la cabeza y ahí estaba JungKook. Sonriéndole, besándole, protegiéndole, queriéndole. Al principio, ninguno estaba seguro de si llegarían al final, pero cuando JiMin estaba suficientemente dilatado, JungKook se deslizó dentro de él con cuidado de no hacerle daño. Se mecieron juntos. Disfrutaron juntos. Suave, lento, casi en silencio para no despertar a los padres de JungKook, lo que lo hacía más íntimo y más excitante. JiMin, sin embargo, no dejó de comprobar que JungKook era quien estaba junto a él. Pero lo sobrellevó mejor de lo que los dos habían esperado. JiMin estuvo a poco de desmayarse al eyacular. Hacía demasido tiempo que no se sentía así y casi lo había olvidado.

- Acaba dentro. - Pidió. - Quiero sentirlo. - Reconoció. JungKook siguió embistiendo el extasiado cuerpo de su Hyung, mientras ambos se miraban a los ojos. Sin perderse de vista. Ese era el mayor alivio de JiMin y a JungKook le encantaba observar sus expresiones de deseo. Lejos de dar un alarido, JungKook dio un largo y satisfactorio suspiro al correrse. JiMin sonrió. También había olvidado como era sentir esa conexión física y mística. Tan cálido. Tan especial. Tan protegido. Sabía que no estaba recuperado del todo. Sabía que aún estaba nervioso y tenía miedo de sus propios recuerdos. Ahora sabía que nunca iba a volver a ser el de antes. Pero ya no importaba. Porque, como había dicho JungKook, no era cuestión de olvidar, sino de seguir adelante superando los malos momentos juntos. No debía querer volver al pasado, sino vivir el presente y no permitir que éste se le escapara de las manos nunca más. Ahora se sentía capaz de hacerlo.

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Espero que os haya gustado mucho este maratón!!!! Dejad muchos comentarios y prometo no retrasarme tanto la próxima vez. Un besazo!! Os quiero!!!

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