La fama del resto no me incumbe —lo que me interesa es mi trabajo y mi familia— Geoff sabía que los fans amaban escuchar lo humilde que debería ser —¿cómo va tu matrimonio con Bridgette?— el entrevistador del programa, del after match le preguntó mirándolo a los ojos —en este momento yo y Bridgette estamos bien.—

«Bien lejos.» Geoff sabia que Bridgette lo engañaba con otro, y por supuesto, no quería saber nada de ella. Pronto anunciaría su divorcio, a los tabloides y a la misma Bridgette. Ella no tenía idea que él sabía. Geoff no podía tener esa clase de publicidad puesto que en este momento trabajaba en una serie infantil. Geoff había dejado el after match, después de haberse peleado con Chris —¿es cierto que Bridgette y los Drama Brothers están grabando un tema?— el entrevistador reviso su pequeño fichaje documentario.

«No se, pregúntale a Trent. Seguro ella y Trent se la pasan de maravilla» Geoff sonrío —pues no sabría decirte— en el tras cámaras, el director anunció que ya debía despedir a Geoff y acabar el programa —bueno Geoff ha sido un gusto tenerte en el after match— el entrevistador, un ex concursante de drama total, miró a la cámara número uno. —Esto ha sido todo por hoy, los esperamos el próximo jueves. Tendremos a Beth: de la primera; Isla del Drama, y segunda temporada; Luz, Drama, Acción. No olvide de sintonizar el programa de nuestro fiestero favorito, Geoff.—

Era el turno de Geoff —No se olviden de ver "Esperanzas y Dulces" una serie cargada de emociones, para toda la familia, las seis de la tarde por este mismo canal— Geoff y el presentador terminaron con una sonrisa. —¡corte!— grito el director.

Trent estaba en el cuarto de su suite, Bridgette había entrado a la ducha. Trent no sentía nada por ella, aunque no le parecía fea. Simplemente era algo de rutina, ella había sido una opción bastante buena si quería lanzarse al estrellato de forma rápida y segura. Los hermanos del drama habían sido olvidados por los fans, ya nadie compraba los discos. Bridgette por su parte, estaba en todo su apogeo y todo lo que ella tocara se haría oro. Bridgette había accedido a estar con él a cambio de no hablar con Geoff.

Bridgette sentía que su vida estaba vacía, pronto se retiraría de lo escenarios, con o sin Geoff. La razón por la que había decidido abandonar a su esposo no había sido otra cosa que soledad y desesperación. No es que Geoff no la amará, mas bien que él amaba más a la fama que a ella. Bridgette quería dejar ese mundo de la fama para crear una tienda de surf frente al mar y criar a sus hijos. Pero Geoff no quería eso, él quería brillar e ir de fiesta todos los días «tengo tres meses de embarazo, ya es hora de sacar mi relación a la luz».

Bridgette terminó de secarse y cambiarse. Salió del lujoso baño, Trent se había dormido entre la elegantes sabanas con filo de oro. Bridgette sonrió de lado y salió del apartamento por la puerta de ascensor, como la mayoría de los penthouses. «¿cómo tomará esto Geoff?» agarró las píldoras para dormir que Trent había dejado en lobby con el encargado del edificio. Bridgette salió del edificio, y cientos de paparazzis estaban esperándola cercado su espacio personal, había menos de un metro entre su limosina y la entrada, pero ahí estaba ella intentando llegar con vida y fingiendo que no querer ser fotografiada. Ella tranquilamente pudo haber elegido irse por la parte trasera del edificio, pero ya era hora de lanzar los rumores para que los tabloides se encarguen de especular.

Geoff estaba llegando a casa cuando su publicista los llama —¿Geoff te enteraste?— pregunta su publicista —¿de que me hablas?— el publicista se silenció un rato, —Geoff, te envié un link por mensaje. Te sugiero que lo mires tu mismo— Geoff cerró el teléfono con una despedida cordial, y asegurando que miraría el link. Pero sinceramente no estaba de humor. Él sabía lo que pasaba, ¿quién crees entonces que llamó a los paparazzis? Sin embargo aplastó el link. Salió lo que sabia, pero aún así dolió mucho. Su esposa saliendo del apartamento de Trent.

Bridgette estaba en la casa esperando a Geoff. Le diría todo, el engaño y su plan. Pronto la bomba explotaría en su cara, ya que muchos empleados los habían visto juntos, incluso muchos transeúntes los habían visto cariñosos. En el mundo de los famosos no podías fingir un engaño, porque todos te miran. Cada persona que trabaja para ti, cada fan te observa. Así que si quieres causar un escándalo tienes que dejarte ver por todos. Los paparazzis recogen las pruebas, los tabloides especulan con sus "amigos cercanos" o el clásico "fuentes confiables". Que de hecho son personas que los vieron.

Se abrió la puerta principal, Geoff entró con el stiloide en mano. El stiloide es la mejor marca de celulares que existe. Tiene señal en todo el universo, tiene otras funciones más sofisticadas como mostrar hologramas y enviar sólidos, entre stiloides.

¿Qué es esto del apartamento de Trent?— Geoff camino hasta el comedor donde estaba Bridgette —¿acaso me engañas con él?— Geoff sabia la respuesta, aún así tenía esa pequeña esperanza que todo fuera una mentira. Bridgette hizo su danza feliz, eso siempre lo animaba. Geoff la miro y giró los ojos.

Bridgette paró de golpe «esta furioso». Geoff sin decir ni una palabra se sentó a comer en la mesa, que estaba servida. Bridgette se sentó junto a él, lo tomó de la mano y tomó fuerzas de lo más profundo de su ser. —Geoff, estoy embarazada—. Geoff la miro, sin un esbozo de sonrisa o cualquier otra emoción. —¿de quién es el bebé? ¿Trent es el padre?— Geoff le pregunto decepcionado, Bridgette impactada por lo que acababa de oír. —Geoff, yo jamás te engañaría— Bridgette le juró. Ella le explicó como había ideado todo con Trent para catapultarlo a la fama. Le volvió a insistir de dejar los medios, quería tener una familia feliz, cerca del mar. Geoff la miró, se sentía feliz, él le creía. Geoff siempre le iba a creer —¿todo este drama, para decirme que estas embarazada de mi?— Geoff, masticó su comida. Quería evitar el tema que Bridgette siempre tocaba, dejar los escenarios. Tanto trabajo que le había costado estar en la cima, las mejores fiestas eran las de Hollywood «Dejar todo esto por una cabaña en la playa... ni en un millón de años.»

Bridgette atónita, no podia creer que Geoff vuelva ha hacerle lo mismo. —No hice esto para decirte que estoy embarazada, lo hice para decirte que me quiero alejar de este mundo corrompido. No quiero que mi hijo o hija crezca aquí. Yo no quiero vivir aquí, mejor dicho yo me voy contigo... o sin ti.— Geoff trago su comida y simplemente le dijo que piense bien las cosas y que se vaya a dormir, mañana arreglaran las cosas con más calma. Bridgette no quería esperar más. si esperaba más ella se le notaría la barriga y eso era sinónimo de acoso eterno. Ella se iría con su hijo a una playa remota en cuanto amanezca.

La futura madre se levanto temprano, empaco las maletas lista para irse en busca de la cabaña ideal para su hijo y para ella. A Bridgette le dolía en el alma que su esposo no quiera compartir su felicidad con ella. Tal vez Trent tenía razón, Geoff no era para ella. Si te ama, seguro lo deja todo por ti, le había dicho. «¿Será que Trent siente algo por mi? ¿Por eso decía todas esas cosas?»

Bridgette llamó a un taxi. «Si le propongo dejarlo todo por mi ¿Él lo haría? O simplemente lo dijo por darme apoyo moral, como un buen amigo». El taxi estaba afuera, o al menos eso era lo que decía el mensaje de texto. Bridgette salió con su maleta celeste pequeña y puesta unas gafas de sol. Bridgette camino por el jardín principal de la mansion, que 10 metros de longitud. Habían decenas de paparazzis tomando fotos del taxi, de la casa, de ella. Todos gritaban una misma cosa —¿Es verdad que estas embarazada?— Bridgette no entendía que pasaba, ¿quien les había dicho? —¿Quien es el padre?— Bridgette se tapaba la cara con la mano izquierda mientras arrastraba su maleta e intentaba subir al taxi.

Bridgette se encerró en el taxi, taxista le rogaba que avanzaran. Ella no respondía —¡Van a dañarme la pintura!— Bridgette sacó Stiloide e hizo que el taxista scaneara el código que se encontraba —descuente lo que quiera pero va hacer exactamente lo que le diga, sin cuestionarme— Bridgette se mostró firme, como toda la celebridad que era. El taxista se quedo callado esperando las ordenes de la rubia. «¿Quien le habría dicho a la prensa? Pudo haber sido Trent, solo quería mi fama ¿Como pudo hacerme eso? ¡Eramos amigos! No, seguramente fue la señora de la clínica, la que me dio el resultado. Ese hospitalucho de cuarta, va a saber que conmigo nadie se mete. Les voy a destruir la franquicia, tendrán que regalarme la clínica cuando acabe con ellos... ¿En que me he convertido?». Bridgette se quedo paraliza, la fama y el dinero la habían hecho un ser vengativo y despreciable. Pasaron varios minutos hasta que por fin Bridgette decidió hablar. —Avance— el taxista se viró —¿a donde?— Bridgette lo miro con desprecio —le he dicho que avance, aún no le dicho a adonde.— El taxista avanzó recto hasta que todos los paparazzis la dejaron de seguir.

Los paparazzis habían corrido siguiéndola en el taxi. Los más astutos fueron por sus autos, recogiendo en sus carros a sus compañeros caídos. El taxista manejó recto por horas hasta que los paparazzis se dieron cuenta que no iba a parar, después de todo no es la única celebridad de la cuidad. Bridgette satisfecha le dijo al taxista que regrese a su casa. El taxista hizo lo que dijo, le dijo que si necesitaba algo de él no dude en llamarla. Bridgette le agradeció sus servicios y le deseo los mejor. «Después de diez años el hombre venderá esta historia a los diarios o escribirá un libro de doscientas paginas acerca de lo sucedido». Bridgette se bajó del automóvil aún con la duda que algún paparazzi se haya quedado escondido entre los arbustos, cual león esperando a su presa. Bridgette entró a su casa, tomó un baño relajador. Frustrada porque su plan había fallado, pero no solo eso, si no que todo el mundo sabia que estaba embarazada. ¿Que iba a hacer ahora? Reviso las noticias, los tabloides hablaban su embarazo y de como... ¡Como Geoff había anunciado la noticia a los medios! «Esta me la va a pagar, lo juro».

Bridgette rara vez se veía con sus 'amigas'. Bridgette una vez a la semana se reunía con Leshawna para ponerse al día. Bridgette un día había decidido preguntar por Gwen. Leshawna no sabia que responderle. Gwen había desaparecido totalmente del radar, nadie la había visto. A Duncan se lo vio por ultima vez saliendo con Courtney, cuando esta estaba por irse a estudiar algo para ser dictadora. Bridgette algunas veces quería llamar a Courtney y preguntarle como estaba. Otras veces quería contactar a Cody y preguntarle donde había visto a Gwen. Bridgette extrañaba a sus amigas, pero algo dentro de ella le decía que lo deje todo como esta.

Bridgette se había acercado a Beth, esta trajo a Lindsay. Lindsay había tenido una pelea con Katie por Trent. Bridgette intervino, ¡y voilà! mejores amigas por siempre. Bridgette rara vez las contactaba, pero cuando lo hacia era para lo que Sadie llamaba "la super ultra fashion misión imposible, que es posible pero difícil." Las amigas se sentaban por hora conectando sus Stiloides, proyectando una pizarra de holograma. En la cual las personas conectadas podían escribir desde su Stiloides. Todas se sentaron, y la reunion empezó. Bridgette tenia todo planeado para la caída de sus amado. «Cae Geoff, y por fin podremos tener una familia clase media, normal.» Bridgette necesitaba la ayuda incondicional de las amigas para poder llevar acabo su venganza. Bridgette quería que Geoff deje de ser famoso, pero necesitaba escándalos. Bueno la verdad Bridgette no tenia idea de como vengarse, nunca lo había hecho. Ella se sentía culpable pero al mismo tiempo, estaba llena de furia. Quería que Geoff pague todo... Ni ella misma sabia que era eso que la molestaba tanto.

Las amigas empezaron a llegar. Ella había hecho bocaditos vegetarianos a base de alga y de pure de brocoli. La primera en llegar fue Lindsay, con su nuevo novio B. El tipo no pronunciaba una palabra, pero al parecer aguantaba la estupidez de Lindsay. Luego llegaron las otras, con diferentes aperitivos vegetarianos. Todas estaban emocionadas de haberse reunido, incluso Leshawna había venido con una jarra de limonada, —La única cosa que no viene de un animal, que encontré— bromeo Leshawna. Bridgette usualmente había pasado las tardes con Trent, viendo películas o hablando de la vida. De como esta se había encargado de destruirles las ilusiones que tenían en el futuro. Trent le había contado que después de Gwen el había seguido adelante, o al menos eso creía él. Un día mientras los Drama Brothers componían canciones de amor, Cody le comentó algo acerca de que Gwen estaba en la cuidad. Cody estaba desesperado por volverla a ver. Mandó a buscarla por todas partes, pero nunca la encontró. Si Cody la había encontrado, no corrió riesgos en decirle a él. Trent obviamente ya la había superado, «o al menos eso me dijo.»

Trent se levantó con un dolor de cabeza insoportable, era la depresión que lo consumía por dentro. «O tal vez sea el hecho que no he comido en tres días.» Trent se destapó y camino desnudo hasta su refrigerador, no había nada de comer más que una champaña abierta y un paquete de sandías cortadas que Bridgette había dejado por los antojos del bebe. Trent quería ser padre del bebé, siempre había querido tener un hijo pero nunca había encontrado una mujer ideal. Trent escogió la champan junto con la sandia. Trent tenia las manos llenas así que cerró la puerta con los pies. Trent había desarrollado un extraño cariño hacia Bridgette pero no lo admitía. «No la amo, simplemente la considero mucho; eso es todo. Nunca va a ser como...» .

Trent caminó hacia la cama donde se sentó como si fuera un zombi. No podia seguir pensando en Gwen, ya habían pasado muchos años desde que ella lo había botado como un perro. A pesar de todo el no la odiaba «tampoco la amo». Se tomó un sobro de la champaña mientras se levantaba de la cama, camino hasta el vestidor que quedaba en la puerta de la derecha de la cama, abrió la puerta.

Caminó hasta la repisa de zapatos que se encontraba justo enfrente mientras tomaba sorbos de la champaña. La vieja la caja de zapatos que se encontraba en un rincón lleno de polvo, pero la caja no tenía ni una partícula de polvo. Trent la abrió mientras tomaba sorbos de la bebida. Tiro todo el contenido al piso, y rebusco entre fotos un CD con una caja naranja, lo tomó junto con otro sorbo de la bebida.

Trent caminó junto con su botella y el CD, uno en cada mano, hacía el armario de los abrigos. Trent dejó las cosas en el piso sin antes darle un sorbo a la botella. Trent estiró el brazo hacia la repisa donde habían cajas viejas, había una especial. Una vieja reproductora de CDs y pen-drives, Trent sonrió de lado. Jaló la caja y ambos cayeron al piso, sacó la radio conectándola al enchufe más cercano que queda alado de su cama. Trent regresó por el CD y la botella, colocó el CD en el compartimiento respectivo y la música empezó a sonar. Era la canción que había hecho para ella «siempre ella». Se acabo la sandia que había dejado en la cama, dejo la botella en el piso porque ya se había llenado. Trent se tomó sus pastillas para dormir, puesto que tenia que levantarse temprano a grabar su nuevo disco como solista.

Antes de que Trent pudiera volver a dormir un ruido exagerado, se escuchaba en la cocina. Trent corrió hasta la cocina, cayendo al piso dos veces por culpa del alcohol en sus venas. Se abrió un portal en la cocina de Trent. Trent estaba atónito, vio un portal azul con tonalidades celestes. Unos tacones voladores salieron del misterioso portal. —¿Cerebrila? ¿Que hace aquí, después de tanto tiempo?— Trent preguntó sorprendido, aunque se sentía feliz de ver una cara conocida y al mismo tiempo querida. 

Cerebrila sonrío de lado —es hora de volver a casa—