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|▪Epílogo▪|

|▪Epílogo▪|

Advertencia/Nota: Posibles espoilers de la serie del MCU "Luke Cage"/Consumo explícito de drogas/Posibles espoilers de la serie del MCU "Loki".

Victoria bufó, apoyando los codos en su escritorio y recargando la cabeza entre sus manos con pesadez

Millones. Millones y millones de dólares de las cuentas de Stark Industries habían sido vaciados en menos de cuarenta y ocho horas, con una velocidad que superó cualquier derroche de dinero que los hermanos Stark pudieran haber tenido en años anteriores, y con una constancia que se mantuvo a través de los meses posteriores al incidente. Ya estaban en los primeros días de noviembre y Victoria estaba a punto de volverse loca.

No había dormido desde que Loki y Thor se marcharon del planeta, de manera prácticamente impune y quitándoles el Teseracto. Victoria se ahogaba con su rabia de tan solo recordarlo, ya que el asunto se sentía inclusive personal. Howard había encontrado ese objeto en las profundidades del océano mientras buscaba a su adorado Rogers, de alguna manera, Tory sentía como si le hubiese pertenecido, y ahora se lo habían quitado, así como la posibilidad de matar al dios asgardiano que casi los convierte en esclavos. Victoria sentía que, más que salvada, la raza humana había sido humillada.

Todo lo que estuviera relacionado con los Vengadores ya había comenzando a darle grandes problemas. Obviando el hecho de que habían acabado exitosamente con la invasión chitauri, a ninguno de los fenómenos se les había ocurrido que pelearon en un campo infestado de civiles que fueron aplastados como cucarachas. Para cuándo habían terminado de comer shawarma en lo que quedaba de la quinta avenida, Victoria ya había dado la orden de que se comenzaran a crear las organizaciones benéficas que ayudarían a Iron Man y a Stark Industries a verse como los filántropos de la época. Lo último que necesitaba era que Tony estuviese en el ojo público por formar parte del grupo que dejó muertos a la mitad de los civiles de New York, por lo que Victoria invirtió sumas catastróficas de dinero en donaciones para los gastos funerarios de los muertos, la atención médica de los heridos, la reconstrucción de las edificaciones destruidas y, por supuesto, la publicidad de la campaña filantrópica que no dejaba lugar a dudas de que Iron Man era el promotor de toda esa bondad y responsabilidad social. Tony estuvo de acuerdo aún incluso cuando se enteró de las organizaciones luego de que Victoria ya las estuviera formando, y aunque sabía que la única razón por la que lo hacía era para evitarse problemas con la prensa y para ayudar a la imagen de Iron Man, le hizo sentir bien que su hermana participará de esa forma.

No era normal que Victoria se preocupara por algo que no fuera su propia vida o su círculo más cercano de personas, ya que el bienestar común rara vez superaba sus intereses personales. Esa era quizás la mayor similitud que tenía con Howard, algo de lo que Steve Rogers no pareció ser capaz de darse cuenta, porque al despedirse de ella la última vez, su mirada continuaba teniendo aquel destello de curiosidad hacia su persona que se diferenciaba mucho del talante inquisidor y amenazante con el que la miró Danvers la última vez que la vio.

Victoria se había sentido tremendamente afortunada de que las cosas hubiesen terminado relativamente bien, y consideraba que una de las mejores cosas del desenlace de la invasión fue el hecho de que no hubo necesidad de contactarse con Danvers y hacerla venir a la Tierra. Habría pagado el triple de lo que estaba donando con tal de no tenerla cerca, porque aunque no fuera a confesarlo ni bajo tortura, Tory no podía soportar su cercanía ni la forma en que su presencia la hacia sentir.

Su intolerancia hacia ella era incluso equiparable a la animadversión que sentía por Steve Rogers. Su odio hacia él era solamente superado por su envidia, y aunque tratara de convencerse de que había medio millón de asuntos más importantes que él, no podía sacárselo de su mente ni un minuto del día.

Estaba en todas partes; en la televisión, en los dibujos de los niños, en la publicidad, en la boca de la gente, en documentales, en fotos, pero especialmente, estaba en su cabeza. 

Sujeto de prueba número diez, listo para iniciar—

Unas manos enguantadas, con aroma a agua oxigenada y químicos se alejaban de su visión luego de haber asegurado la faja de goma entre sus dientes.

Administren dendrotoxina X en el torrente sanguíneo y esperen la señal—

Tory sólo podía ver las brillantes luces blancas encima de ella cuando sintió el primer pinchazo. La aguja gruesa como un lápiz se enterró en la vena de su brazo y el líquido se mezcló con su sangre. Sus pupilas se dilataron casi al instante, su visión se volvió algo borrosa, su cuerpo se sintió más entumecido, su respiración más lenta y sus extremidades ya no le respondieron, aunque no podría haberse movido debido a las ataduras en sus muñecas y tobillos.

La frecuencia cardíaca ha sido reducida, los reflejos han sido anulados, estamos listos para proceder. Sesión experimental número quince, sustancia GH12, prototipo del suero número tres. Comiencen—

Su ojos entrecerrados se abrieron grandes cuando las agujas se abrieron paso entre su piel, suficientemente profundo para que está no se cerrará o intentara rechazar la intromisión, como solía suceder. Sus pupilas dilatadas y su mirada perdida apenas le dejaban ver las luces blancas que se volvían borrosas. Sus manos y pies se retorcieron y su cabeza se echó hacia atrás, con los dientes clavados en el trozo de goma cuando el primer correntazo de dolor atacó su espina dorsal, haciendo que su espalda se arqueara y ahogara un grito.

—¿Victoria?

La nombrada se sobresaltó de repente, y su mirada perdida fue reemplazada por una expresión de leve molestia. Tory arrugó a penas la frente y negó suavemente con la cabeza, llevando dos de sus dedos al puente de su nariz.

—¿Te encuentras bien?—pregunto John, mirándola extrañado. No era la primera vez en los últimos meses que la encontraba de ese modo, y aunque inicialmente adjudicó aquello al hecho de que Tory había estado inmensamente ocupada últimamente, la situación ya comenzaba a parecerle preocupante.

Victoria no era la Victoria de siempre desde que regresó de aquel supuesto viaje a Thaití. John no sabía a dónde había ido en realidad, solo sabía que debía decirles a todos que su destino había sido un país centroamericano en donde tenía asuntos que tratar que no eran de incumbencia de nadie más. No hizo preguntas al respecto, sabiendo que eventualmente Victoria compartiría esa información con él cuando fuera necesario.

—Solo estoy cansada.—respondió Tory calmadamente, acomodándose su cabello con delicadeza. Sus manos delgadas volvieron a posarse sobre el escritorio. Con todo el trabajo que había tenido en los últimos meses, Victoria había estado llevando una dieta muy mala, o mejor dicho, peor de la usual. Normalmente, su vida ajetreada y la resistencia del suero hacían que se olvidará de comer, pero desde su pequeño viaje con Fury, parecía habérsele cerrado su estómago, algo que no pasó desapercibido por John—¿Cómo estás tú?

—Hambriento.—respondió John, enseñándole una bolsa de plástico que había estado colgando de su mano derecha y que Tory ni siquiera había notado—Traje ensalada, pan de semillas y aguacate. Y el pollo frito es para mí.

—¿Que sería de mí si no te tuviera a ti?—mascullo Tory esbozando una suave sonrisa mientras John sacaba la comida de su empaque. Debió haber manejado al menos veinte minutos de ida y vuelta para traerle alimento del único restaurante de comida rápida que tenía algo que no tuviese carne, o lo que fuera que contuvieran las hamburguesas que comía Tony—¿Tienes noticias para mí?

—Christine Everhart agendó una cita para una entrevista.—anunció con tranquilidad, observando de reojo la nueva mueca en el rostro de su jefa. Victoria no parecía muy de humor para hablar con ningún periodista, y mucho menos con alguna autoridad del senado. Los problemas legales que traería el uso de la armadura Iron Man, otra vez, ya podían verse llegar por el horizonte, pero por el momento, John debía encargarse de las prioridades más personales de Victoria, las cuales estaban muy, muy alejadas de la filantropía—Pero pasando a las buenas noticias, Everett me consiguió más información sobre el asunto de Seagate.

—Así que...—musito la doctora Connors, hablando con su tranquilidad usual. La ronda estaba compuesta por ella y otros siete reclusos que conformaban el mismo grupo de terapia—Algunos reclusos creen que se está experimentando con algunas personas en Seagate.

—Sí, Jimmy Quinnto dijo que le iban a reducir la condena si pasaba por algunos experimentos.—explicó Reggie, consciente del escepticismo de su terapeuta. Reincidente en Seagate y alejado totalmente de su familia, el ahora conocido como Squeabbles siempre le había parecido el más sensato del grupo—¿Acaso mentía?

—Por supuesto.—respondió Reva con obviedad—Probablemente llegó a un acuerdo, o quizás testificó.

—¿Jimmy Quinnto?¿Un soplón?—inquirió Reggie con evidente incredulidad—Nah, imposible.

—No está aquí.—señaló uno de los compañeros de grupo, uniéndose a la conversación. Si bien al parecer todos estaban de acuerdo, Reggie había sido el primero en exponerlo—Y nadie supo que haya muerto, así que...

—Sé que ustedes creen que porque Seagate es de propiedad privada hay casos secretos que ocurren en este lugar, pero no existen.—interrumpió la doctora, echándole una ojeada a todo el grupo mientras hablaba—Piensen en todas las historias que han oído sobre Seagate, de fantasmas, de agentes de la CIA tratando de entrar, de millonarios ocultos en calabozos y otros que los manejan, que Tupac todavía vive en una isla.

—Entonces solo se fue.—soltó Reggie con sarcasmo y evidente incredulidad.

—Es muy probable que Reggie se haya ido.—respondió la doctora Connors, encogiéndose de hombros.

—El único problema es, que usted trabaja para Seagate.—ahora fue el turno de Carl para hablar, consiguiendo que la atención de Reva incrementará sobre él. Carl Lucas había sido un caso interesante, y había costado mucho tiempo para que comenzará a hablar en sus terapias, aunque siempre que lo hiciera sus aportes no fueran exactamente personales. Más bien se concentraba más en presionar a Reva para que ella dejara de presionarlo a él. Y aunque actuará desinteresado al respecto, la doctora Connors ya había sido consciente de su inocencia. Sólo que no sabía qué clase de trampa le habían tendido para terminar ahí—Entonces, si es cierto, ¿por qué lo admitirías?

—Buen punto.—concedió Reva, inclinándose sutilmente hacia adelante y mirándolo directamente a los ojos—Te doy mi palabra, Carl, no se están haciendo experimentos aquí.

Se formó un breve silencio en donde Reva y Carl se miraron mutuamente, hasta que fueron interrumpidos por la voz de Reggie.

—Vaya...—comentó con genuina sorpresa, volteándose hacia Carl—Desde que ha estado viniendo aquí, no la había oídos dar su palabra jovencito.

—Seagate, claro, ¿podrías recordarme por qué Hammer está ahí en vez de estar en un ataúd?—murmuró Victoria vagamente, metiéndose a la boca un trozo de pan. Se sentía tan amenazada y paranoica últimamente que por un momento consideró la opción de que Justin apareciera muerto en su celda, pero la voz de John interrumpió su imaginación.

—Porque resultó que no es tan inútil como creímos.—señaló calmadamente, mientras sus dedos sujetaban elegantemente su enorme trozo de pollo. Solo Jonathan Van Dyme podía comer comida rápida con aquella elegancia innata de su persona. No se parecía ni un poco a la naturaleza brusca e impulsiva que denotaba Hank Pym—Resulta que consiguió cierta información con respecto a los movimientos internos de Seagate, especialmente las andanzas de Noah Burstein, al parecer es un secreto a voces que realiza experimentos con reclusos. Everett dice que uno de ellos salió hace poco y sospechan que hizo un trato para ser sujeto de prueba.

—¿Si Everett tiene fe en este asunto de Burstein, por qué la CIA no se mete a investigar?—inquirió Victoria alzando una ceja, mientras su tenedor de plástico pinchaba un tomate de su ensalada—No pienso entrometerme con espías rondando cerca, ya tengo de sobra con los Vengadores.

—La CIA ya descartó el caso hace un buen tiempo, Everett sólo me mantiene informado como un favor.—explicó John, limpiándose los dedos con una servilleta. Había liquidado su ala de pollo en cuestión de segundos y sin que Victoria pudiese advertir la mínima muestra de glotonería—De todas formas, yo creo que podemos sacar provecho de la ubicación de Hammer, sólo para comprobar si es real o no. 

—En eso tienes razón.—convino Victoria con expresión pensativa. Una prisión en medio de una isla, rodeada de agua, con máxima seguridad y bajo el ala de un gobierno corrupto, le parecía un lugar ideal para cometer todo tipo de barbaridades. Y la creación de super humanos posiblemente podía encabezar la lista—Continua vigilando a Burstein, cualquier cosa que pueda ofrecer, quiero tenerla. 

—Por supuesto.—resolvió John de inmediato—¿Que más debo hacer?

—Cubrirme por hoy, debo hacer mi mudanza.—respondió Victoria emitiendo un profundo suspiro de cansancio, evidenciando que la idea no le resultaba nada atractiva, pero que evidentemente no tenía otra opción—Si Romanoff llega a poner sus manos sobre mis archivos, voy a dispararle de verdad.


Las carpetas de documentos cayeron dentro de las cajas emitiendo un leve sonido sordo que fue ahogado por el ritmo de la música. El estribillo del saxofón, firme y seductor, hizo que las caderas de Victoria se movieran en un vaivén marcado que subió y bajó hasta que la melodía continuó normalmente, haciendo que esta vez fueran sus brazos también los que se movieran, deslizando en el camino el resto de las carpetas y los cuadernos en otra caja que estaba en una silla pegada a su extensa mesa de trabajo.

Esta noche la música parece tan ruidosa•
•Me gustaría que pudiéramos perdernos en esta multitud•

La voz de George Michael la acompaño por todo el taller, mientras meneaba el cuerpo entero de manera suave y lenta, acoplandonse a su ritmo al mismo tiempo que guardaba sus cosas en cajas y observaba que los datos de las acciones de su taller estuviesen siendo bajados del sistema, para llevárselos consigo.

•Tal vez sea mejor de esta manera•

Victoria meneó los hombros suavemente y tarareo la canción sonoramente mientras sellaba las cajas de la mesa con cinta adhesiva.

Nos lastimaríamos el uno al otro con las cosas que queremos decir

Cerró los ojos por un momento, colocando una mano en el pecho y tomando aire para cantar su parte favorita.

Podríamos haber sido tan buenos juntos, podríamos haber vivido para siempre...—su voz alcanzó un timbre considerablemente aceptable y para continuar su interpretación aferró sus manos a la caja y dió un giró sobre sus pies con una elegancia y delicadeza que fue desplazada cuando se sobresaltó y dejó caer la caja al suelo, haciendo que Bruce se sobresaltara también. La canción siguió sonando aún cuando Bruce miró hacia los costados, nervioso, mientras Victoria lo miraba con los ojos muy abiertos, con sus mejillas comenzando a tomar un color carmín difícil de ver en su rostro.

Victoria maldijo por dentro.

Tal como su privacidad, la torre Stark había sido violada, ultrajada e invadida hacía muy poco tiempo, y ahí estaba la mayor muestra de ello. Una de las mejores grandes ideas de Tony (solo superada por su acto de meterse en un agujero de gusano con un misil en la espalda) había sido convertir el santuario de los Stark, el lugar más sagrado e importante de todos sus proyectos y ambiciones, en un nido de fenómenos. O como el prefería llamarlo, "la torre Vengadores". Victoria tuvo náuseas incluso antes de ver la enorme "A" que Tony construyó exclusivamente para que reemplazar su apellido en la parte más alta de la torre, pero se abstuvo de vomitar para poner manos a la obra y vaciar por completo la torre de todo rastro de sus proyectos, máquinas, e información sobre sus fábricas. Prácticamente se estaba borrando así misma de su propia torre, pero aunque quisiera eliminar todos sus datos de allí, el hecho de que fuera la Directora de Stark Industries la ligaría a la torre de todos modos. No era la primera ni sería la última vez que tuviese que ceder de esa forma ante Tony, aunque había sido más bien una renuncia. Tony peleó con uñas y dientes para que Tory no mudará todas sus cosas de la torre, argumentando que seguía siendo un lugar para ella y que la presencia de los vengadores no tenía que significar su intervención en sus asuntos, pero mientras decía todo ese discurso, Victoria ya había estado sacando las cajas.

Victoria se negaba rotundamente a permitir que su taller se viese frecuentado por la presencia de un par de agentes de S.H.I.E.L.D, un monstruo verde rabioso y el señor perfección Rogers. Estaba tan preocupada pensando en la posible invasión a sus proyectos, datos e investigaciones que simplemente comenzó la mudanza al ritmo de la música, olvidándose completamente de que alguien podía descubrir su modus operandi en el taller, o mejor dicho, el hecho de que cantaba y bailaba incluso cuando lustraba un rifle o ajustaba el calibre de un misil. Victoria frunció el ceño al darse cuenta de que ahora Banner no solo sabía que escribía fórmulas nucleares con glitter sino que cantaba canciones románticas bailándole a la nada.

—Lo siento, lo siento...—se apresuró a decir, abandonando su lugar en donde había estado recostado por el marco de la entrada al taller del último piso. Victoria se acomodo el cabello y se cruzó de brazos, disimulando, adoptando su usual seriedad—No estaba espiando, Tony me mandó a...

—No importa, Doctor Banner, haga lo que tenga que hacer.—contestó Victoria de inmediato, forzando una sonrisa y apretando los labios, luchando con su estómago para poder tragarse su vergüenza sin vomitarla—Ya me iba.

—Lo siento.—insistió Bruce, especialmente cuando se dió cuenta de que la situación le había resultado un poco divertida, lo suficiente para tener que contener su sonrisa—No sabía que estabas, eh, ¿mudandote?

—Digamos que estoy reasignando la ubicación de mi taller.—respondió Victoria tranquilamente, tomando entre sus brazos dos cajas apiladas y levantandolas del suelo, fingiendo un poco de dificultad al hacerlo—Considero conveniente dejar toda la torre a disposición de ustedes.

Victoria tendría que lavarse la boca luego de tantas mentiras.

—No creo que eso sea necesario, pero, de todos modos, Tony dijo que no cambiarias de opinión.—confesó Bruce con una sonrisa nerviosa, acercándose a ella con los brazos extendidos—Deja que te ayude.

—No se preocupe, doctor Banner, yo...

—Bruce.—corrigió aquel, tomando una de las cajas y sujetándola firmemente entre sus brazos. Victoria lo miro de reojo con los ojos entrecerrados y se dió media vuelta—Dime Bruce.

—Gracias por la ayuda, doctor Banner.—respondió calmadamente, caminando hacia la salida con el sonar de sus tacones marcando el ritmo del trayecto.

—No hay problema.—respondió Bruce, esbozando una pequeña sonrisa—Me gusta como cantas...

Las mejillas de Victoria volvieron a encenderse como un par de luces navideñas.

—Cállate, Bruce.

Victoria bufó mientras apresuraba sus pies. Necesitaba unas vacaciones de tanto S.H.I.E.L.D, monstruos y vengadores. Necesitaba un alto a tanto estrés, filantropía forzada y proyecto Thaití. Necesitaba dejar de pensar en asgardianos. Necesitaba quitarse de la mente a Steve Rogers. Necesitaba un respiro. Necesitaba Madripoor.

—...se metió a un maldito agujero de gusano, carajo, literalmente es lo peor que me pudo haber hecho.—se quejó Victoria mientras achinaba los ojos bajo las parpadeantes luces rojas y azules para poder enrrollar delicadamente un billete de cien dólares, dándole una perfecta forma cilíndrica—Qué más me gustaría que deshacerme de todos esos fenómenos, no hacen más que causarme problemas, grandes problemas...

—Y eso que a penas van comenzando.—comentó Daniela con cierto tono de advertencia en su voz, a lo cual Victoria soltó un bufido mientras negaba con la cabeza, sabiendo que las palabras contrarias estaban cargadas de razón—Para cuando cumplan un año como grupo, te habrán hecho donar el suficiente dinero para acabar con el hambre en América, la maldita ONU les hará unas estatuas y el Senador Stern te chupará todas tus cuentas.

—Ni lo digas, Dani, me dañarás la salud.—espetó Victoria con molestia, mientras se agachaba su cabeza y colocaba uno de los extremos del billete enrollado justo en una de sus fosas nasales, alineándolo perfectamente con el inicio de la raya trazada con polvo blanco.

—Aún así, con tal de que Tony no vuelva a casi morir en un agujero de gusano, prepárate para soltar muchos millones.—aconsejó Dani, tomando el vaso que le extendió Ras mientras que la música retumbaba en cada rincón del club y eclipsaba el leve sonido de inhalación de Tory—De todos modos, valdrá la pena si él está bien, así que creo que podrás tolerarlo mejor con el tiempo.

—Oye, reina de las nieves, comparte algo.—se burló Ras esbozando una leve sonrisa, mientras que Tory levantaba la cabeza, echando su cabellera hacia atrás, con los bucles de su cabello cayendo tras su espalda desnuda. Victoria esbozó una sonrisa divertida mientras limpiaba el borde de su nariz—Mira esa sonrisa, alguien necesitaba unas vacaciones.

—Se lo dije desde que la vi en Mónaco partiéndole la cara a este ruso gigante, ¿cómo era su nombre?—dudó Dani arrugando a penas su frente, con sus finos dedos adornados con anillos de oro sosteniendo delicadamente un cigarro de marihuana—El que tenía problemas con Howard.

—Ivan Vanko, pero dile cadáver, es lo mismo.—contestó Victoria encogiéndose de hombros y haciendo que los tres esbozaran unas sonrisas maliciosas en sus caras. El ambiente de complicidad fue roto por el sonido de succión proveniente de la nariz de Ras—¿Saben, chicos? Obviando el hecho de que este asunto de Iron Man prácticamente salvó a Tony, ya era suficiente riesgo cuando peleaba con terroristas o con enemigos de Howard, ¿por qué ahora tiene que meterse con alienígenas?¿cuál es su problema?¿planea causarme un infarto?

—Creo que su problema es que ser Iron Man es lo que quiere para su vida.—comentó Rasper cruzándose de brazos, adoptando un tono un poco más serio que antes. Victoria alzó una ceja hacia él—Mira, Tory, no estoy diciendo que lo haga para que te asustes o porque realmente quiera explorar agujeros negros con un misil en su espalda, pero creo que esta bien para él mientras pueda hacer cosas buenas, ya sabes....

—Exacto, yo creo que Tony realmente se siente bien ayudando a las personas, es decir, ya hizo mucho desde que inventó a Iron Man y, esta es la parte en donde digo algo que no te gusta, ¿estas lista?—preguntó Dani con cautela, achinando sus ojos ligeramente enrojecidos, mientras Victoria hacia lo propio hacia ella de manera inquisidora, con los brazos cruzados sobre su pecho. Los pómulos de su rostro brillaban con el reflejo de las luces sobre el glitter que estaba armoniosamente colocado en su piel—Honestamente, creo que a pesar de todas las complicaciones que esto trae para ti, Tony hace estas cosas de héroes porque lo hace sentir bien, y sabemos que lo que tú quieres es que se sienta bien.

—¿Cómo se va a sentir bien después de entrar a un agujero negro?—inquirió Victoria frunciendo el ceño y llevando una mano a su frente. Tory emitió un profundo suspiro de agotamiento, y el breve silencio de su parte hizo que Ras y Dani comprendieran que había algo más en la lista de cosas que estaban atormentando a Tory, por lo que esperaron pacientemente a que continuara—Escuchen, no sé exactamente lo que Tony vio ahí, pero sea lo que haya sido, es...enorme. Es mucho más grande que cualquier cosa que hayamos visto antes, y lo sé, porque se quedó en su cabeza. 

—Y tú crees que es algo que no olvidará en mucho tiempo...—masculló Dani de manera comprensiva, viendo la expresión de aflicción en el rostro contrario.

—Pues claro que no lo olvidará.—murmuró en respuesta, soltando un bufido de molestia—Especialmente porque no dejaré de reclamárselo, maldita sea, jamás volveré a dejar que haga eso.

—Si, tal vez la parte del agujero negro no es la mejor decisión que haya tomado.—reconoció Ras calmadamente, mientras aflojaba su corbata. Los tatuajes en sus manos de vez en cuando eran iluminados por las cambiantes luces—Pero a lo que vamos es que la razón por la que hizo eso, por más patética que nos resulte, creo que es importante para él, nadie entra a un agujero negro sólo porque sí...

—El punto es...—espetó Dani, adoptando también un semblante serio mientras que Victoria sólo podía fijarse en el corazón dibujado en su escote con labial y el cigarro de marihuana en su mano derecha—Sabemos muy bien que quieres protegerlo, y siendo honesta dudo que haya alguien que pueda lastimarlo estando tú presente, y aunque esa no es una razón para que Tony deliberadamente tome su armadura y luche contra aliens, él realmente parece ser muy feliz siendo un héroe...y quizás debas ir acostumbrándote a la idea.

—Dani tiene razón...—canturreó Ras empinándose otro vaso de vodka y vaciando el contenido en menos de cinco segundos. Victoria soltó otro bufido de molestia.

—Todos quieren que Tony sea feliz, ¿acaso soy la única que se preocupa por él?—se quejó frunciendo el ceño, haciendo que Dani soltara una risita y le extendiera su cigarro. Molesta y todo, Victoria no rechazó el ofrecimiento—¿No ven que se junta con asgardianos?¡No hay nada peor que eso!

—Al menos los asgardianos no le dan drogas...

—Le dan palizas y traumas, Ras, es lo mismo.

—Dicen por ahí que ese tal Thor pega más fuerte que Rogers, ¿es verdad?—inquirió Dani con sus grandes ojos brillando de curiosidad—Con esos brazos que tiene, de un sólo golpe lo regresa a los años 40's.

—Ya quisiera.—soltó Victoria dándole una calada al cigarro. Lo retuvo unos momentos y dejó que el humo escapara por su nariz, imaginando brevemente tal maravilloso escenario de Thor mandando a volar a Rogers de una patada. Lo enmarcaría y lo colgaría en su oficina—No sé que tan duro pegue Thor, pero su hermanito tiene mucha fuerza, lo suficiente al menos para que me haya sacudido como un saco de boxeo.

—¿Loki te dio pelea?—inquirió Ras impresionado.

—La loca...—se burló Daniela mientras servía su vaso y lo llenaba con vodka—Dime que tomaste sus lindos cabellos y lo arrastraste por toda la torre.

—Como si fuera tan sencillo, Dani, es asgardiano.—le recordó Victoria, desviando brevemente la mirada al recordar el primer puñetazo que casi le apaga todas las luces de su consciencia. Aquella cerró los ojos por un momento y negó con la cabeza—Son una peste, incluso peor que los kree, todavía no he descubierto una forma de deshacerme de ellos...y además, mi estado físico no es exactamente propicio para buscarle pelea a un dios...no fue muy listo de mi parte hacerlo, me dio una paliza.

—¿A qué te refieres? Eres la mujer más hábil que conozco.—señaló Rasper, apretando suavemente su hombro de forma cariñosa—Ese pequeño ególatra bastardo no debió haberse esperado que una humana le diera pelea, apuesto que lo dejaste con miedo.

—Él me dejó con miedo, Ras, era un maldito dios, estuvo muy cerca de ganarnos.—confesó Victoria, algo que dejó un poco sorprendidos a Ras y a Dani, haciendo que se estremecieran. Si había algo o alguien que pudiese generar en Victoria el más superficial de los temores, entonces el asunto se tornaba realmente serio. No era sencillo asustar a Victoria Stark—Y por si no fuera suficiente me vio hacer...todo.

—¿Se lo dijo a alguien?—preguntó Dani alarmada—¿Se lo dijo a Thor?

—Sí, se lo gritó a todo S.H.I.E.L.D, pero nadie le creyó.—contestó Victoria encogiéndose de hombros, dándole otra calada a su cigarro. Le daba escalofríos tan sólo recordar la manera en que le temblaron los huesos cuando todas las miradas de los agentes se posaron sobre ella. Las palabras de Loki tal vez fueron tomadas como un arrebato de locura, pero eso no quitaba que Loki había conseguido hacer que la presión arterial de Victoria saltara por los aires—Aunque hubiese podido matarlo, sólo habría empeorado las cosas; Thor quizás está molesto con Loki pero si matamos a su hermano, se habría lanzado contra nosotros. Es imprudente, impulsivo, demasiado emocional...y mucho más fuerte que yo.

—Tory, no te angusties tan pronto, puede que sea el dios del trueno pero tú eres inmortal.—le recordó Dani en un intento de darle ánimos, estirando su mano por encima de la pequeña mesa de cristal y apretando cariñosamente una de sus rodillas—Y además eres una genia, encontrarás la forma de que matar asgardianos sea tan fácil como poner veneno para ratas en una esquina.

—Porque ya estás en campaña para eso, ¿verdad?—inquirió Ras alzando una ceja. Victoria lo miró con obviedad, haciendo que aquel sonriera divertido—Mi linda diabla, siempre pensando en barbaridades, ¿cómo te ayudamos?

—Necesito armas, Ras.—declaró Victoria con firmeza, vaciando su vaso de vodka de un solo trago y pasándolo como si se tratase de agua mineral. Su intensa mirada podía cortar el aire que respiraban y la oscuridad en sus ojos pareció hacerse más profunda conforme se sacudía su ambición—Necesito armas que reduzcan la vitalidad de un asgardiano a cero.

—Tory, no creo que haya en este planeta algo que pueda matar a un asgardiano tan fácilmente.—comentó Dani, dejando el cigarro de marihuana sobre su cenicero y llevando su mano a su barbilla en expresión pensativa—Al menos no algo que pueda matar a dioses de Asgard como tú quieres.

—Las armas de aquí no, y las armas kree tampoco me servirán.—admitió Victoria cruzándose de brazos.

—¿Estás segura?—inquirió Ras, también adoptando una posición pensativa—¿No podrías hacerle unos ajustes a las que ya tienes?

—No lo creo, no sería suficiente.—negó Tory tranquilamente. A pesar de su creciente necesidad por obtener un método para matar asgardianos, ya había descartado la posibilidad de que las armas kree le fuesen de utilidad—Si los kree pudieran matar a los asgardianos hace mucho tiempo que lo hubieran hecho, sus armas ya son obsoletas hasta para mí.

—Bueno, quizás no haya armas kree que puedas usar.—convino Ras calmadamente, con un ligero destello malicioso en sus ojos—Pero armas chitauri, sin embargo...

Los labios rojos de Victoria se curvaron en una sonrisa.

—Es peligrosa.—la declaración se hizo presente en un murmullo no carente de seguridad. Un breve silencio separó aquellas palabras de las nuevas—Su ambición es demasiada, y su naturaleza es despiadada...

Silencio, nuevamente. Aunque el ambiente de la estancia era sobrenaturalmente pacífico, el nerviosismo de Mordo podía ser palpando en el aire, como una corriente irregular que amenazaba con la tranquilidad del recinto. Sin embargo, Ancestral permaneció indiferente a su estado de alerta, pero no por eso ignoraba sus palabras. Mordo esperó pacientemente, contemplando cada movimiento perfecto y equilibrado que Ancestral hacia cuando, despreocupadamente, preparaba su té de hierbas de la tarde. A penas levanto la mirada cuando escucho el leve suspiro de frustración que escapó de los labios de su aprendiz.

—Te preocupa.—apreció aquella obviedad con una tranquilidad que le provocó a Mordo un tirón en el estómago.

—Es peligrosa...y despiadada.—volvió a repetir con seguridad, provocando que, para su sorpresa, Ancestral asintiera lentamente.

—Lo es.—reconoció sin titubeos, haciendo que Mordo sintiera una pequeña punzada de alivio al constatar que su maestra realmente comprendía su inquietud. No esperaba que se lo tomara como un reclamo carente de respeto por su autoridad, pero realmente quería expresar, de la forma más adecuada, lo nervioso que se sentía. Después de todo, ¿no había sido a él a quien Ancestral le había confiado toda aquella abrumadora información del incidente? Tenía que haber una buena razón para ello, y jamás lo habría hecho si no estuviera dispuesta a escuchar alguna de sus opiniones al respecto—Y se pondrá mucho peor, seguramente.

Mordo cerró los ojos por un momento, estremeciéndose. Ancestral comenzó a servir el té tranquilamente.

—Comenzó desde hace mucho, de todas formas, sólo que no lo había entendido hasta ahora.—admitió, haciendo que Mordo la observara con sorpresa. Dejó la tetera suavemente en su sitio, y el vapor caliente del té de hierbas comenzó a subir desde la superficie de la taza. Mordo, paciente pero inquieto, la miró expectante, esperando que continuara, pero respeto su expresión pensativa—Tiene un importante interés hacia el poder.

—Quiere tenerlo a toda costa.

—Y siempre sabe dónde encontrarlo.—señaló Ancestral, estableciendo un breve contacto visual que indicaba una nueva seriedad en su hablar, aunque su rostro se mostrara inalterable como siempre—Cuando me vio, su mente quedó en blanco. Lo único que intentó hacer, fue tocar el ojo de Agamotto.

—¿Que?—inquirió Mordo de inmediato, con una expresión de clara preocupación—¿Por qué?

—No lo sabe.—aseguró calmadamente, aunque un pequeño atisbo de curiosidad destello fugazmente en sus ojos—De todos modos tampoco lo recuerda. No es la primera vez que ocurre, por supuesto, así que he llegado a la conclusión de que puede percibir el poder.

—Bueno, es inteligente.—señaló Mordo con un leve encogimiento de hombros—Es de esperarse que sepa reconocer lo poderoso.

—No lo sabe.—volvió a decir Ancestral, dejándolo más confundido. La mujer esbozó una imperceptible sonrisa divertida ante la expresión de Mordo—No lo piensa, no es consciente de ello, pero lo percibe. Cómo los animales perciben los terremotos, o como la naturaleza percibe los cambios. Ella percibe el poder, pero no se da cuenta de ello, y de todos modos tampoco lo comprende. Le asusta, pero le atrae, y no puede controlarlo.

—¿Cómo lo hace?—inquirió Mordo, confundido—¿Por qué lo hace?

Ancestral hizo un leve arqueamiento en sus finas cejas.

—Eso todavía no lo sé.—confesó calmadamente, subiendo la taza hasta la altura de su rostro y sintiendo el aroma de las hierbas colarse por su nariz—Pero los motivos, por el momento, me resultan indiferentes. Lo único de lo que tengo absoluta certeza es de que continuara buscando el poder que desea.

—Eso es lo peligroso.—insistió Mordo, volviendo a demostrar la inquietud en su mirada, contemplando a su vez la tranquilidad de Ancestral. Comprendía, por supuesto, que Victoria no era ningún riesgo para Ancestral, y que si así lo deseara, podía acabar con ella en un instante, sin que aquella pudiese ocasionarle un mínimo daño a la Hechicera Suprema. No había punto de comparación y su capacidad destructiva era una insignificancia ante incluso el más leve de los poderes de Ancestral. No era un peligro para ella, pero lo era para todos los demás—¿Que tal si lo consigue?

Lo hará.—contestó Ancestral, con una repentina seguridad que pudo diferenciarse de sus anteriores declaraciones, haciendo que Mordo abriera grande sus ojos. Ancestral no parecía tener lugar a dudas en cuanto a sus palabras, y eso hizo que volviera a estremecerse—Y pagará el precio.

—¿Eso la detendrá?—inquirió Mordo, con una punzada de fé.

—Eso veremos.

| E S C E N A  P O S T — C R É D I T O S |

Loki corrió por los pasillos, mirando hacia los lados, cerciorándose de que nadie lo estuviese siguiendo. El descuido de Mobius le había sido de ayuda para quitárselo de encima, pero desconocía el rango de tiempo que tenía antes de que esté regresara y se diera cuenta de que ya no estaba. Estaba tratando de calcularlo mientras huía cuando dobló por un pasillo y se detuvo abruptamente, dando un salto en su sitio al verla. Su rostro no tardó ni un segundo en contraerse en una mueca de disgusto.

—¿¡Qué haces aquí!?—inquirió de inmediato, y la expresión de su rostro sólo acentuó sus intenciones ya demostradas con su postura amenazante. Estaba completamente listo para atacar, sin vacilaciones y sin caer en ninguno de sus trucos, ni siquiera en la supuesta indiferencia que demostró al girar su cabeza levemente para mirarlo.

A penas una mirada de leve confusión cruzó por los ojos avellana que lo observaron de arriba a abajo sin mucha determinación. Su quietud y la calma de su talante eran un poco diferentes a los que Loki recordaba de tan sólo unas horas atrás.

—¿Que haces tú aquí?—preguntó suavemente, más con la intención de dar una respuesta que de recibir una. Extrañamente, Victoria estaba demostrando una ridícula indiferencia hacia él, como si no le importase en lo más mínimo su presencia. 

—Yo pregunté primero, Victoria.—contestó Loki de mala gana, habiéndose olvidado por completo de su huida. Lo único que le importaba en ese momento era comprender la situación que los había llevado a encontrarse otra vez, sólo para después, proceder a acabar con ella de una vez. Su porte imponente y amenazante no pareció darle una mínima reacción de peligro, al contrario, su rostro demostró una leve sorpresa.

—¿Cómo sabes mi nombre?—dudó, inclinando a penas su cabeza, con un atisbo de curiosidad que pasó fugazmente en la oscuridad de sus ojos. Loki arrugó la frente, todavía más confundido.

—Tú me lo dijiste.—contestó con obviedad y con algo de molestia provocada con el sólo recuerdo de la altanería contraria—Me advertiste que sería mejor que lo recordara.

—Yo jamás te he visto.—aseguró tranquilamente, y por su expresión fría e indiferente, carente por completo de aquella ferocidad con la que horas atrás había querido tomar sus cuernos y enterrárselos en la garganta, Loki comenzó a dudar de que Victoria estuviese jugando—En verdad no sé quién eres.

—Esto es extraño...—masculló Loki, achinando sus ojos hacia ella de manera inquisitiva—¿Segura que no recuerdas? Soy Loki, príncipe heredero de Asgard y Jotunheim.

—Suena como algo que recordaría.—contestó algo confundida, mirándolo de arriba a abajo nuevamente. Estaba completamente segura de que jamás había visto a ese hombre—Yo soy Victoria Stark.

—Ya lo sé.—le recordó Loki con obviedad—¿Entonces no recuerdas conocerme?

—Nunca te he visto.—negó Victoria nuevamente, esta vez, observando que ambos tenían los mismos trajes de color beige junto a aquel molesto collar en el cuello—De todos modos, ¿por qué estás aquí?

—Robe algo muy poderoso, y eso no les gustó.—resumió Loki con simpleza—¿Y tú?

La frialdad de su expresión fue interrumpida por una casi imperceptible sonrisa de satisfacción.

—Maté a Jean Grey.


[N/A: Holaa, ¿que tal? Ahora sí el epílogo de esta historia, que aunque no es el fin, es el cierre de la fase uno, me encantaría leer sus opiniones de la historia en general, sobre que les pareció la trama y el personaje de Victoria. Es mi primera vez escribiendo un antihéroe, y me ayudaría mucho saber sus opiniones y obtener sus críticas para mejorar en ello ✨💞¿qué piensan de Tory y de su accionar?¿por qué piensan que tiene estas actitudes con respecto al deseo de poder?¿o por qué Ancestral la está vigilando? Por qué sí, le está echando el ojo xd en esta escena post-créditos de la serie de Loki, él no se encuentra con nuestra Tory sino con una variante que se metió en problemas (pertenece al universo de X-Men de las películas de Fox) Como ven hay muchas cosas mezcladas pero a medida que avance la historia tomaran sentido, tengan en cuenta que Tory ha vivido mucho y además de ello tiene una ambición desmedida, así que la veremos de un lado a otro, apareciendo en varias series del UCM, espero que le den una oportunidad a la historia 💞✨ Muchas gracias por su apoyo en este nuevo proyecto, espero que les haya gustado 💞✨]

[Por cierto, la divina de LilianWolfix  fue super amable y realizó un análisis de la historia en su libro de análisis, también tiene un libro de recomendaciones multi-fandom y me gustaría recomendarlo porque tiene buenas historias💞✨] 

[A este epílogo le sigue un one-shot que no es necesario de leer para comprender la segunda temporada, pero que ayuda a comprender muchas cosas del pasado de Tory. Está visto desde la perspectiva de Peggy Cárter y su percepción de Victoria, así que estará interesante, aunque reitero que no es súper necesario que lo lean XD]

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