11. |El Arma X y el Soldado del Invierno|
Capítulo 11. | El Arma X y el Soldado del Invierno |
Ambientación: Capitán América: El soldado del invierno.
Advertencias: Ninguna.
Hill no pudo moverse.
Después de años y años de experiencia militar, enfrentando todo tipo de situaciones y habiendo siendo testigo de todo tipo de fenómenos, María se había quedado paralizada. Observó estupefacta como Victoria abandonaba el auto y el sonido de sus tacones pisando los vidrios rotos de los espejos se escuchó lejano. Miró hacia adelante para vislumbrar la silueta de su atacante que se asomaba a través del agujero de bala en el cristal que estaba justo enfrente de su cabeza.
Todavía no podía procesar lo que acababa de ver y su estado de shock no le dejo emitir ni una palabra cuando vio como Victoria se alejaba. Era como si no existiera.
Pero no era la única que sentía eso, porque aún en su estado de profunda impresión, María se dio cuenta de que, por unos eternos minutos, ninguno de los dos se atacó.
[El instinto es una cosa tan curiosa]
Victoria se detuvo a menos de dos metros de distancia. Ni siquiera se había dado cuenta del momento en que había llegado, justo frente a él, sin haber recibido ningún otro disparo, porque aunque aquel hombre tenía una máscara que cubría sus ojos, Victoria sabía que la estaba observando.
[Nosotros no nos conocíamos]
Por unos segundos, pareció que no había nada en el mundo además de ambos. El soldado experimentó la presencia de Victoria como una sensación de frío subiendo por su columna, y Victoria sintió una tensión en los huesos que podría haberlos hecho crujir.
[No necesitábamos conocernos para saberlo]
El hombre levantó su arma y Victoria se la pateó con tanta fuerza que su mano metálica se desprendió de ella al instante. El estruendo del arma cayendo al piso hizo que Hill se sobresaltara, a penas un segundo de impresión y entonces los vio enzarzados el uno contra el otro sin saber en qué momento habían empezado.
[Que debíamos encontrarnos]
Victoria esquivó dos veces los golpes de su atacante, el acero rozando su piel le dio un escalofrío que la hizo reaccionar devolviéndole un golpe en su rostro, intentó patearlo pero aquel la esquivó y atrapó su siguiente golpe, jalándola haca él y dándole un rodillazo en el estómago seguido de dos golpes en su rostro que la hicieron retroceder. Victoria sintió como el brazo metálico se ceñía fuertemente alrededor de su cuello cuando la tomó por detrás, pero aquella le dio un codazo en el rostro que aflojó su agarre y sujetó su brazo metálico tirando de él y haciéndole una llave que lo arrojó al suelo tan fácilmente que hizo parecer al peso del hombre como el de una pluma. El soldado a penas había tocado el suelo cuando Victoria se dejó caer sobre él con las rodillas en su pecho, haciéndolo gritar y perder el aliento, para luego comenzar a golpearlo. El hombre se quedó anonadado por la forma en que la fuerza de esas manos delgadas hacían crujir los huesos de su cara debajo de la máscara, pero reaccionó intentando devolverle sus golpes. Aquel tomó impulso haciendo que Victoria se desestabilizara, pero esta fue más rápida y logró quitarle un cuchillo que tenía en su cinturón. Intentó clavárselo en medio de los ojos pero el soldado la bloqueó con su antebrazo y sujetó su mano fuertemente para evitar que el cuchillo siguiera avanzando. El hombre no podía levantarse, la fuerza del cuerpo contrario no se lo permitía y esto era algo que jamás le había sucedido. Su brazo de metal se mantenía firme, pero su otro brazo temblaba tratando de frenar el ataque mientras que Victoria presionaba con fuerza.
Y fue sólo en ese momento, cuando ambos estaban cara a cara, que se percataron de que estaban mirándose a los ojos. En algún momento, los golpes de Victoria habían destrozado la máscara y habían dejado el rostro de un hombre al descubierto. Hill contuvo el aliento desde el auto viendo cómo, por un momento, habían dejado de pelear. Fue entonces cuando supieron por qué se habían encontrado.
[Lo supimos con tan solo mirarnos...que debíamos asesinarnos]
El soldado no pudo reaccionar a tiempo cuando Victoria desvío la punta del cuchillo y lo tomo por sorpresa, clavándoselo fuertemente en la piel de su pecho, a centímetros de la unión con el brazo de metal. Su grito de dolor hizo que Hill se sobresaltara en su asiento.
Steve bloqueo de inmediato el primer ataque que recibió de un bastón eléctrico por parte del agente que estaba frente a él. De pronto todos los ocupantes del ascensor unieron fuerzas para retenerlo. Uno de ellos detuvo el ascensor mientras el resto se amotinaba alrededor de Steve, con uno de ellos intentando estrangularlo. Steve apretó los dientes para contener los quejidos que le provocaban las descargas eléctricas de los bastones en su cuerpo. Reaccionó rápidamente y pateo la pierna de uno de sus atacantes, logrando quebrársela, y defendiéndose del siguiente con un puñetazo que bastó para tirarlo al suelo. Le dio un cabezazo al hombre que lo sujetaba por detrás y tomó su brazo para hacerle una llave que lo lanzó hacia adelante. A penas lo hizo se encontró con una patada en la cara por parte de Rumlock, quién de inmediato lo atacó con su bastón. Steve se liberó cuando uso su brazo para bloquear el golpe de otro agente y lo lanzó contra la cámara del ascensor, por donde estaba siendo visto por los agentes que habían ordenado su ataque. Continuó defendiéndose de los agentes que quedaban en pie hasta que sólo quedó frente a Rumlock.
—Oye, cálmate...—jadeó aquel, manteniéndose en una posición defensiva con dos bastones electrificados en sus manos—Solo quiero decirte, cap, ¡que no es personal!
Se lanzó sobre Steve de inmediato, aquel consiguió sujetar uno de sus brazos pero no evitó que Rumlock logrará darle otra descarga. Steve golpeó en el rostro, le dio un rodillazo y lo levantó del suelo para hacerlo chocar contra el techo del ascensor. Rumlock cayó al suelo inconsciente junto con los demás agentes.
—Se sintió muy personal...—jadeó Steve frunciendo el ceño. El capitán volvió a tomar su escudo y quitó el bloqueo del ascensor. A penas lo hizo, la puerta se abrió y se encontró con todo un escuadrón de SHIELD apuntándolo con rifles de alta precisión.
—¡Suelta el escudo y sube las manos!
El agente al mando no había terminado de decirlo cuando Steve atravesó el cristal del ascensor, arrojándose hacia el vacío.
En un brusco movimiento impulsado por el dolor, el soldado jaló el cabello de Victoria lanzándola hacia un costado. Intentó tirarse sobre ella pero las piernas de Victoria lo patearon hacia atrás, haciéndolo caer al suelo. Victoria se levantó de un salto y lo golpeó en la cara cuando intentó ponerse de pie, haciendo que retrocediera, sujetó su cabello y le dio un par de rodillazos en su cabeza, pero el soldado atrapó una de sus piernas y la levantó del suelo para arrojarla contra la baranda del puente. Las barras metálicas hicieron un chirrido cuando se doblaron por el impacto de su cuerpo, quebrándose levemente. Victoria se deslizó por el hueco entre sus piernas cuando aquel se había tirado sobre ella otra vez, y al quedar tras de él pateo una de sus piernas haciéndolo tropezar. Victoria se trepó a su espalda intentando estrangularlo, su brazo delgado presionando con la fuerza de diez hombres le cortó la respiración de inmediato. El brazo de metal se estiró para sujetarla pero Victoria lo aprovechó y le arrancó el cuchillo del pecho, haciéndolo soltar un grito. La calle del puente se tiñó de un chorro de sangre que salpicó por todas partes.
Victoria levanto el cuchillo para clavárselo en la cabeza pero no pudo cumplir con sus intenciones antes de que ambos fueran embestidos violentamente por el auto.
El soldado salió volando hacia adelante, y el impacto de su cuerpo termino por destrozar las barandas del puente, haciéndolo caer al río que corría por debajo de ellos. Victoria terminó sobre el capot del auto, notoriamente aplastado bajo el peso de su cuerpo y con las luces delanteras y el parachoques destruidos.
Por un momento Victoria escuchó un ligero pitido en sus oídos, similar a las veces en que una bomba había explotado a su lado. Su pecho subía y bajaba por la adrenalina, y junto a ese zumbido que se desvanecía podía oír el latido de su propio corazón. La furia inexplicable y el instinto asesino continuaban corriendo violentamente por sus venas, pero tuvo que hacer un gran esfuerzo por regresar a la realidad.
A María le temblaban las manos a pesar de que estaban fuertemente agarradas al volante del auto. Su pie lenta y temblorosamente se alejó del acelerador, y contuvo la respiración cuando Victoria, después de unos extraños segundos, se bajó del capot. A través del vidrio quebrado pudo ver cómo daba la vuelta, con su costoso vestido desgarrado y cubierto de sangre. El sonido de sus tacones fue lo único que rompió aquel tétrico silencio.
Victoria abrió la puerta y se sentó en el asiento del copiloto otra vez, al cerrar la puerta se oyó un chirrido del metal dañado, pero ni siquiera eso pudo hacer que María se moviera ni un centímetro. Victoria soltó un suspiro agotador.
—Que intenso.—comentó, como si nada. Su mirada se posó en el perfil de María—¿Viste todo eso?
Sus ojos de inmediato se posaron sobre la mano derecha de Victoria, que todavía sostenía firmemente aquel cuchillo bañado de sangre. Lo sostenía tan fuerte que era muy probable que si continuaba haciéndolo el mango se doblará bajo la presión de sus delgados dedos. La mirada de Victoria la hizo sentir como si ya tuviera el cuchillo en su corazón.
—-No.
Victoria continuó mirándola por unos horribles segundos, hasta que finalmente una suave sonrisa se fue formando en sus labios ensangrentados. María se convenció de inmediato de que estaba frente a lo más cercano al diablo que existía.
—Fury tenía razón.—murmuró Victoria calmadamente—Eres una chica muy lista.
María no contestó. Solo pudo volver a respirar cuando Victoria lanzó el cuchillo por la ventana y subió sus pies al tablero del auto.
—Llévame con él de una vez.—ordenó, y de inmediato escuchó el sonido del auto volviendo a encenderse—Tenemos mucho trabajo que hacer...
Victoria miró por la ventana mientras el auto comenzaba a moverse a toda velocidad. Sabía que María no volvería a emitir una sola palabra porque podía notar la forma en que le aterraba tan solo voltear a mirarla. Hay diferentes maneras de reaccionar ante una situación extrema. Podría haber utilizado esos momentos de silencio para analizar su situación y comenzar a pensar cuál sería su forma de actuar, para planear meticulosamente sus acciones y evaluar todas las posibilidades de lo que no sabía o de lo que podría esperar. Pero no pudo. Y durante todo el camino, solo pudo recordar todas las veces que peleó para SHIELD.
Las veces que mató y aniquiló las vidas de cientos de agentes de HYDRA, y recordó que en ninguna de esas ocasiones lo había visto a él. Jamás.
Hasta ahora.
Y Victoria estaba convencida de que había una razón.
Steve se acercó a la máquina expendedora y sintió que algo se enredaba en su estómago cuando se dio cuenta de que la fila de golosinas donde había escondido la memoria portátil estaba completamente vacía. El pánico duró a penas unos segundos hasta que el reflejo de Romanoff en el cristal le devolvió algo de tranquilidad.
Aunque no del todo.
Natasha se sorprendió cuando Steve se volteó y la empujó hacia una de las salas con cierta brusquedad impropia de Rogers.
—¿Donde está?—inquirió con molestia, estrechándola contra la pared.
—A salvo.
—¡No basta!
—¿De donde la sacaste?
—¿Por qué tendría que decírtelo?
—Fury te la dio, ¿por qué?
—¿Que hay en ella?
—¡No lo sé!
—¡No mientas!—bramó Steve, sacudiéndola levemente.
—Yo no lo sé todo, solo finjo que lo sé.—contestó Natasha de mala gana. La furiosa mirada de Steve hizo que por primera vez en mucho tiempo Natasha sintiera un poco de incomodidad—Sé quién mató a Fury ...
Steve aflojó el agarre que mantenía sobre sus brazos y prestó su atención en ella.
—Muchos en la comunidad de inteligencia piensan que no existe, pero los que sí, lo llaman el soldado del invierno.—explicó Natasha seriamente—Se le han acreditado dos docenas de asesinatos en los últimos cincuenta años. Hace cinco años escolté a un ingeniero nuclear fuera de Irán, dispararon a mis neumáticos y caímos por un barranco. A penas pudimos salir, pero vi al soldado del invierno. Yo protegí a mi ingeniero así que le disparó a través de mí.
Natasha se subió su playera, enseñándole a Steve una cicatriz protuberante que estaba a un costado de su abdomen.
—Bala soviética, sin estriado.—comentó Natasha—Adiós a los bikinis.
—Apuesto a que se te ven horribles.
—Es inútil perseguirlo, lo sé, lo intenté.—continuó Natasha con cierta decepción en el tono de su voz. Se sacó la memoria portátil del bolsillo y se la enseñó a Steve—Quizás sea solo un cuento.
—Averiguemos de que trata ese cuento.
—Que basurero es este...
Hill abrió la reja que estaba oculta entre las plantas que se trepaban por las paredes mohosas de un puente antiguo. El lugar estaba desolado y lleno de naturaleza salvaje en medio de una carretera. Caminaron por un pasillo oscuro que se asemejaba al de una alcantarilla y desde el otro extremo Victoria pudo ver cómo Streiten se acercaba a paso rápido.
—¿Estás herida?—preguntó, dirigiéndose a María. Aquella no tuvo que contestar para que Streiten supiera que no estaba herida, pero que si estaba notoriamente nerviosa, por no decir que aterrada. Encontró la razón fácilmente con tan solo mirar sangre sobre el cuerpo de Victoria. Streiten miro a Victoria y luego volvió a mirar a Hill. Abrió la boca para decir algo pero Victoria lo interrumpió.
—Arreglaremos ese asunto luego.—dijo firmemente, sosteniendo sus tacones con una de sus manos y su bolso en la otra—Streiten, tenemos que hablar.
Streiten asintió.
—Ve con Fury, iremos en un momento.—indicó, volteándose hacía Hill. Aquella se limito a dar un asentimiento con su cabeza y darse media vuelta, alejándose a paso rápido. Streiten volvió a voltearse y comenzó a guiar a Victoria—Ella le dirá a Fury lo que vio.
—Déjala.—contestó Victoria de mala gana, atravesando la cortina de plástico que los separaba de una pequeña e improvisada sala de atención médica—Entonces Fury no se sorprenderá cuando entre ahí y le rompa el cuello.
—¿Tenemos que ser tan drásticos?—inquirió Streiten, para nada convencido con la idea. Matar no era algo que consideras como opción en ningún caso, pero replicar contra una decisión de Victoria tampoco era algo que se considerase muy inteligente.
—Tú dímelo.—respondió Victoria, dejando caer su bolso sobre una superficie de madera vieja y descuidada—El hombre que intentó matar a Fury nos encontró de camino aquí, atacó el auto y me atacó a mí.
—Lo supuse.—murmuró Streiten, observando las desgarraduras de su costoso vestido—¿Peleaste con él?
—Sí.
—Y lo mataste.
—No.
Streiten se mostró genuinamente sorprendido por ello. Y luego, extremadamente preocupado.
—Hill intervino y lo lanzó por un puente, tengo que reconocer que tiene agallas.—explicó Victoria mientras se arrancaba un trozo de tela que le colgaba del hombro—El problema es que pude haberlo hecho.
—¿Pudiste haberlo matado?—inquirió Streiten. Victoria asintió mientras caminaba de un lado a otro—¿Y ese es el problema?
—Sí, es un gran problema.—contestó Victoria cruzando los brazos sobre su pecho—Ese hombre del brazo de metal es fuerte, como dijo Rogers. Pero no lo suficiente para mí, realmente no me hizo daño aunque intentó hacerlo.
—La percepción de la fuerza que tiene un súper soldado como Rogers no debe ser tomada a la ligera.—aseveró el doctor, adoptando una expresión pensativa—¿Por qué Rogers dice que es fuerte pero tú dices que no lo suficiente?
—Porque ese hombre tiene un suero, no sé cuál de todas las variantes pero definitivamente no es la que yo tengo.—masculló Victoria sentándose sobre una superficie de madera—Es tecnología vieja. Ni siquiera se asemeja a los super soldados que describió Coulson en sus últimas misiones, este hombre es fuerte y hábil pero es obsoleto.
—Creo que sé hacía donde va todo esto...—murmuró Streiten cruzándose de brazos. Victoria alzó una ceja, realmente no esperaba que lo comprendiera tan rápidamente. Quizás eso sólo apoyaba su preocupante teoría.
—Es algo inverosímil, ¿no crees?—sugirió Victoria seriamente—HYDRA se infiltra por décadas en SHIELD, aprende todo sobre ellos, tiene acceso a su tecnología y sus recursos. Ha estado diez pasos por delante de ustedes durante quien sabe cuánto tiempo y de pronto, cuando las cosas estallan, envían a su mejor arma y resulta ser...
—Insuficiente.—contestó Streiten—No tiene mucho sentido, además, luchaste contra lo que quedaba de HYDRA por al menos una década, ¿por qué nunca lo enviaron por ti?
—Han estado en SHIELD desde entonces, ¿no?—dudó Victoria—Tal vez sabían que si lo enviaban yo lo mataría.
—Tal vez lo sabían, pero en ese caso, no hicieron nada al respecto.—dijo Streiten, todavía más confundido—Lo supieron durante años y aún así no intentaron mejorar su arma, eso tiene menos sentido todavía.
—O quizás tiene más.—espetó Victoria seriamente—Los hellicarries del Proyecto Insight todavía no están en el cielo. Hay solo dos razones por las que delatas a tu mejor arma antes de que tus planes se concreten. La primera es que estás en desventaja, y la segunda...es que tienes algo mejor esperando. Y aceptémoslo, los únicos en desventaja somos nosotros.
—¿Estás insinuando lo que estoy pensando...?—susurró Streiten, como si sus palabras estuvieran prohibidas y tuviera que decirlas en voz baja. Victoria podía ver la expresión de terror en sus ojos. Streiten jamás había querido que existiera algo remotamente parecido al Arma X, el proyecto del que se había arrepentido toda su vida—No podría ser posible...
—Dímelo tú.—contestó Victoria mirándolo fijamente. Streiten sintió un escalofrío subiendo por su columna ante esa mirada tan oscura—Hace mucho tiempo, cuando me viste por primera vez y Howard te dio el permiso de estudiarme, me dijiste que era un milagro de la naturaleza. Luego me volviste el arma perfecta, y me dijiste que no había nadie en el mundo que pudiese compararse conmigo. Quiero saber, si ahora mismo puedes mirarme y decirme lo mismo.
Streiten sintió que se le hacía un nudo en su estómago.
—Prométeme que todavía piensas que nunca hubo nadie como yo.—pidió Victoria. La intensidad de su mirada y la frialdad en la expresión de su rostro hizo que Streiten olvidará tomar aliento—Porque si es así, si HYDRA tenía bajo su poder un súper humano como ese hombre, entonces jamás lo enviaron por mí. Y de repente, ahora sí. ¿De dónde sale toda esa confianza?¿Ellos se volvieron más fuertes o yo me volví más débil?
—Pueden haber avanzado, pero no lo suficiente.—contestó Streiten con vehemencia—No puede haber nadie como tú, de lo contrario, ya lo habrían enviado. Jamás se hubieran arriesgado.
—Los rusos dicen, confía pero verifica.—respondió Victoria calmadamente—Tú y yo nos quitaremos esa molesta duda cuando me encargue de acabarlos de una vez.
—¿Quieres ir contra HYDRA?
—Contra HYDRA y, por supuesto, contra SHIELD.—sentenció Victoria, haciendo que Streiten se sorprendiera—Debí haberlo hecho hace veinte años, cuando me fui y creí tontamente que SHIELD ya no sería un problema para mí. Debería haber cortado el problema de raíz, pero lo voy a reparar.
—¿Piensas hacer que SHIELD caiga también?—exclamó Streiten impactado—¿Y se lo vas a decir a Fury, así nada más? Jamás lo aceptará.
—Ninguno de nosotros se lo va a mencionar.—aseguró Victoria tajantemente, haciendo que Streiten tragara con dificultad—Tómalo como la confidencialidad entre doctor y paciente.
—Esa confidencialidad me ha traído problemas desde que tu padre me sacó de la universidad y me metió en SHIELD.—contestó Streiten de mala gana—Usar mi profesionalismo en mi contra es algo que aprendiste de él.
—La educación viene desde casa.—respondió Victoria encogiéndose de hombres y bajándose de la mesa—Piensa en el bienestar de Nick, ya tiene suficientes problemas.
La mano de Victoria paseó deslizándose por la mesa hasta que sus dedos tocaron el mango de un pequeño bisturí.
—Tuvo un día difícil.—comentó Victoria empuñando el bisturí y alejándose de Streiten—Y ahora está a apunto de despedirse de Hill.
[Enterré a Howard hace como veinte años. Era tan poderosa y tan fría. Tan joven y tan ingenua, que pensé que mi lugar en SHIELD quedó enterrado a su lado, y que se iría junto a él. Hay cosas de tu pasado que puedes dejar atrás, pero hay otras que siempre te perseguirán. HYDRA estaba devuelta, más fuerte de lo que nunca había sido, y yo sabía que tenía cierta responsabilidad en eso. Una parte de mí siempre me lo había dicho, que debía haber destruido SHIELD el mismo día en que me fui. Pero aún estaba a tiempo para repararlo. Nadie saldría ileso mientras yo estuviera aquí]
[N/A: ¡Hola! Espero que les haya gustado este capítulo💕 Estuve esperando mucho tiempo para que Victoria y James se encontrarán, y como ella menciona, es algo que tenía que pasar. Me gustaría mucho leer sus opiniones💕. Victoria está enojada y es evidente que tiene pensado atropellar todo a su paso, se siente traicionada y además tiene está extraña duda de si existe un soldado como ella, ¿creen que lo haya o solo es su paranoia?¿por qué piensan que Victoria y James sienten que debían encontrarse?¿por qué piensan que Victoria odia tanto a SHIELD y por qué motivo los abandonó? Me encantaría leer sus teorías, espero que hayan disfrutado de este capítulo💞]
[N/A 2: Para los próximos capítulos considero importante aclarar que la historia transcurre en una época en donde el MCU todavía no conocía el concepto de mutante, por lo que ni victoria ni Streiten comprenden la razón de su inmortalidad. Streiten presentará sus propias teorías a lo largo de la historia y esto es importante porque nadie entiende por qué Victoria es inmortal y eso la hizo tan especial]
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