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Veintiuno

[NARRADOR]

Al día siguiente de su heróica actuación, Stiles fue regañado por su padre. Ya que él no estaba de acuerdo con que su hijo se hubiera puesto en peligro, menos lo estuvo al enterarse de que era por un asunto sobrenatural.

— La chica necesitaba ayuda, papá –Se excusó Stiles.

— Si, pues pudo llamar a alguien más.

— No había nadie más.

— ¿Y qué hacías solo en la escuela, de todas formas?

— Me quedé dormido en la biblioteca –Le explicó.— Me despertaron esos tres tipos arrastrando a la pobre chica.

John permaneció en silencio, aunque aún así tenía una expresión severa.

— ¿Qué pasó con el tipo al que Chris noqueó? –Stiles quiso cambiar de tema.

— Se escapó –Le informó, por lo que Stiles frunció el ceño.— Por eso quiero pedirte que tengas cuidado y que dejes de hacerte el héroe.

— Lo intentaré –Dijo Stiles.— Lo prometo.

John pareció un poco más tranquilo ante la promesa de su hijo, el cual intentaba sonar lo más creible posible. Era obvio que lo iba a intentar, pero de ahí a cumplirlo había un abismo de diferencia.

— Iré a almorzar a casa de Chris Argent hoy –Le avisó a su padre.

— ¿Qué podrías querer hacer tú con...?

— Iré a ver a Isaac –Aclaró antes de que su padre acabara de preguntar.

El Sheriff soltó un pequeño oh para luego asentir con la cabeza.

— Cuídate.

— ¿En serio? –El humano sonaba sorprendido.

— ¿Qué?

— ¿Solo eso? No vas a decirme vuelve antes de tal hora o cuidado con lo que haces ¿Solo cuídate?

— Hace tiempo que has dejado de obedecerme cuando te digo esas cosas, así que supongo es un gasto innecesario de tiempo.

El menor de los Stilinski se rascó la nuca, sintiéndose mal por lo dicho.

— No te sientas culpable, tienes buenas notas y ya estás en edad para hacer lo que te venga en gana –Aclaró su padre.— Mientras no vayas por ahí drogándote, bebiendo o cometiendo algún delito, está bien para mí.

— Hablando de delitos... –Stiles sonrió nervioso.— ¿Allanamiento cuenta?

— Si contara para ti, tendría que enviarte a un reformatorio –Le recordó.— Solo mantente en tus delitos menores ¿Okey?

— Está bien –Asintió el ojimiel.— Nos vemos más tarde, pops.

Despidiéndose de su padre, Stiles salió de su hogar y se dirigió al Jeep. Emprendiendo camino al hogar del Argent.

Chris ahora vivía en un departamento ¿La razón? Ni él ni Isaac soportaban habitar la casa anterior. Algo entendible, puesto que los recuerdos que había en aquella casa eran algo que seguramente les dolía.

Algunos no soportan los recuerdos, a otros nos mantienen estancados.

Esa era una frase que alguna vez había escuchado decir a su padre, y bien podría gritar un Amén cada vez que escuchaba esa frase. Porque era la pura realidad, y conocía a varios que eran ejemplos de ello.

Él y Isaac eran dos buenos ejemplos. Isaac no podía ni ver la vieja casa en la que había vivido Allison, el amor de su adolescencia. Stiles no podía ni pensar en vender la casa en la que había vivido con su madre. Antes se cortaba ambas piernas con una cierra oxidada.

Pensando en eso, llegó al edificio departamental. Llegando a divisar un Camaro estacionado frente a el lugar.

Bufo con cansancio y estacionó frente a aquél vehículo que le indicaba la presencia de alguien a quien, en ese momento, no deseaba ver.

A pesar de aquél pensamiento, subió las tres escaleras y llamó a la puerta con tranquilidad. Ni siquiera se molestó en fingir sorpresa cuando Chris le abrió y detrás de él vio a Derek.

— Hola Stiles –Le saludó el cazador.— Pasa, por favor.

Asintiendo con la cabeza, se adentró en el departamento. Observando todo con fingido interés, solo para no fijarse en Derek.

— Muy bonito lugar, Chris –Elogió.— Me gusta lo que hiciste con las paredes.

Escuchó el carraspeo de garganta del otro como si le estuviera diciendo hola, aquí estoy.

— Oh... Hola Derek –Le saludó.— ¿Qué haces aquí?

— Vine a pedirle ayuda a Chris –Le aclaró el pelinegro.— Intento encontrar una razón lógica para que los que te atacaron atacaran a la embarazada.

— Sarah –Le corrigió Stiles.— Se llama Sarah. Y ese ataque no tiene nada que ver con los otros.

— ¿Cómo estás tan seguro? –Preguntó Chris.

— Porque estuve allí –Respondió el menor con obviedad.— Iban a matarla con sus garras, las otras mujeres fallecieron por un corte limpio en la garganta. Además, las mataron a todas después de que parieran.

— Pudieron cambiar de patrón.

— ¿Por qué cambiar de repente un patrón tan estrecho? –Stiles defendía su punto.— Si fuera yo, solo cambiaría el patrón si me descubrieran. Y de esos tipos no hay ni pista.

Chris y Derek se miraron por un par de segundos. Derek buscaba que el otro le diera la razón o le defendiera en algo al menos. Pero no había forma, la hipótesis de Stiles era muy solida y bien especulada.

— ¡Stiles!

Antes de que el ojimiel reaccionase, ya tenía a Isaac abrazándole con fuerza. Provocándole dolor en el brazo, aunque no quiso mencionarlo.

— Hola Isaac –Dijo casi sin aire mientras le palmeaba la espalda.— ¿Cómo te fue en el examen?

— ¡Aprobé! –Stiles había hecho la pregunta para que el otro le soltase. Pero en lugar de eso, le abrazó con más fuerza.— Y todo gracias a ti, eres el mejor.

— Isaac –Para suerte de Stiles, Chris le rescató.— Creo que Stiles podría sentirse más alagado si le dejaras respirar.

Poniendo expresión de cachorro regañado, Isaac le soltó. Momento en el que Stiles inhaló fuertemente en busca de aire, se había puesto hasta pálido por la asfixia.

— Ven, tienes que ayudarme con biología.

El rubio le arrastró hacia una de las habitaciones. La cual, por como estaba decorada, era obvio que era la de Isaac.

— Puedes hablar aquí –Le dijo mientras cogía un par de libros y apuntes.— Está insonorizada.

— ¿Por qué me arrastraste así?

— Es que... Derek olía a incomodidad –Admitió.— Y odio ese olor, es amargo. Así que me pregunté ¿Qué puede ser la fuente de esa incomodidad? Y tú me pareciste la mejor opción.

— ¿Dices que le incomodo? –Preguntó el ojimiel alzando una ceja.— Deja las bromas, ricitos de oro.

— No me llames así –Refunfuñó el rubio.

Stiles se sentó en el suelo frente a Isaac y comenzó a leer los apuntes en silencio. Aunque aquél silencio no duró mucho cuando Isaac volvió a hablar.

— ¿Cómo está tu brazo? –Preguntó el de rizos.

— Adolorido, pero en su lugar –Dijo encogiéndose de hombros.— ¿Te dijo Chris?

El beta negó con la cabeza.

— Me dijo Derek –Aclaró.

— Parece que has estado hablando mucho con él.

— Si, creo que intenta que tengamos alguna clase de amistad o algo así –El rubio se rascó la nuca.— Como fue mi alfa y eso...

El ojimiel asintió con la cabeza, indicando que entendía y volviendo a concentrarse en los apuntes.

— También me dijo que te mantenta vigilado.

A la mierda los apuntes, Stiles levantó tan rápido la cabeza que su cuello hizo ruido y, por la cara de enfadi que puso, asustó a Isaac.

— ¿Te dijo que hicieras qué?

NOTA DE LA AUTORA:

Stiles, todo bien con que te enojes, pero con mi rulitos Lahey no. Osea, el nene es sensible.

Lo subo cuatro minutos antes de que se acabe el día, pero lo subo. Sepan disculpar, pero hoy estuve en la escuela hasta las 21:30 por el asunto del módulo de la ONU.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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