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Veintisiete

[NARRADOR]

Un rato después de que llegaran al departamento, Derek se había comenzado a preocupar.

Stiles estaba sentado, o más bien hundido, en el sofá. Mirando al infinito y con los labios sellados en una mueca indescifrable. Pasaron veinte minutos en los que Stiles no se movió, no dijo nada, solo se dedicó a respirar y parpadear. Aunque seguramente no era normal que una persona parpadeara dos veces por minuto. Puede que Derek no supiera mucho de cómo parpadean los humanos, pero normalmente Stiles parpadeaba mucho.

No hablar, sumado a no moverse y a no parpadear, eran señales de que el chico de verdad había quedado afectado.

En un momento, el humano pareció finalmente salir de su trance y volteó el rostro para mirar a Derek, el cual se encontraba a menos de dos metros en diagonal a él. La expresión era la misma, impasible y por poco inexpresiva, si no fuera por el miedo reflejado en los ojos del chico, sería como quedarse viendo a un maniquí.

— Yo lo maté –Murmuró, como si acabara de razonarlo.— Él estaba muerto frente a mí.

— No fue tu culpa, solo...

— ¡Yo lo maté, Derek! –Esta vez, gritó.— ¿Por qué está vivo? ¿¡Qué diablos está pasando!?

Si el lobo antes había deseado que la expresión del chico cambiara, ahora se retractaba. Prefería ver a Stiles quieto como a una estatua que verle en el estado de pánico en el que se encontraba en aquél momento.

Se acercó, intentando cogerle por los hombros. Lo cual fue un mal movimiento porque Stiles se encontraba demasiado asustado y que se le acercara tan rápido hizo que se pegara aún más al sofá. Como queriendo atravesar el mueble para escapar.

Al verle así de asustado, como si fuera un animal herido siendo acorralado por un enorme depredador. Derek sintió que el corazón se le saltaba un latido.

Stiles no podía verse así, no debía verse así. Se suponía que luego de lo del Nogitsune todo iba a estar bien para el chico, Derek se lo había prometido, no es voz alta, pero para él seguía siendo una promesa.

Le rodeó con sus brazos y le obligó a separarse de la espalda del sofá para aprisionarle en un abrazo. En un principio, Stiles no hizo nada, luego intentó alejarse sin éxito, y finalmente aceptó el abrazo. Abrazando al pelinegro de igual forma.

Derek se sorprendió por la forma en la que Stiles se aferraba a él. Como si fuera un soporte, algo que le mantenía en la realidad, como si fuera su ancla.

Ninguno dijo nada, Derek se limitó a acariciarle la espalda mientras Stiles respiraba entrecortadamente contra su hombro. Se mantuvieron así por lo que ambos le pareció una eternidad. Tanto tiempo que el lobo consideró más cómodo sentarse a su lado que permanecer agazapado frente a él como lo estaba.

Cuando estuvieron los dos en el sofá, Stiles se hundió aún más en el abrazo. Aunque se alejó en cuanto sintió que ya había humedecido suficiente la camisa de Derek.

— Lo siento –Se disculpó mientras intentaba tragarse las lágrimas.— Te empapé todo, yo...

— Stiles –Le frenó.— Yo no dije que eso me hubiera molestado.

— Lo sé, pero es obvio que no vas a decirlo, porque yo estoy mal y sentiste pena y no vas a quejarte porque te haría sentir culpable.

— No sentí pena –Le corrigió.— Solo creí que necesitabas algo de contacto humano. Aunque no soy muy bueno con eso.

— Ayudó de todas formas –Repuso Stiles.— Ya estoy mejor, gracias.

— De nada.

Se quedaron viéndose por un minuto que se les hizo eterno. Aunque Stiles bajó la vista cuando notó que Derek se estaba inclinando hacia él.

Colocó ambas manos en sus hombros, deteniéndole. No dijo nada, no le miró a los ojos, solo frenó la inclinación del mayor. Arrepintiéndose mentalmente.

Derek estaba sorprendido, no tenía idea de por qué había hecho aquél movimiento. Aunque agradecía un poco que Stiles le hubiera detenido, porque no hubiera sabido como reaccionar luego de lo que hubiera hecho si Stiles no le frenaba.

La tensión se hizo presente cuando, dos minutos después de que Stiles le detuviera, aún no se habían movido.

— Deberías llamar a tu padre –Murmuró algo cohibido.— Para avisarle que estás bien.

El mayor se echó hacia atrás y Stiles se levantó como si tuviera un resorte incorporado en la espalda baja, yendo hacia el teléfono de la cocina y marcando el número de la comisaría.

Ambos sabían que cualquier posibilidad de hablar luego de lo que acababa de ocurrir iba a ser imposible.

Derek no quiso escuchar la conversación que Stiles fuese a tener con su padre. Se fue a su cuarto y se echó boca arriba a la cama, cubriéndose el rostro con las manos y bufando.

— ¿En qué estaba pensando? –Preguntó a la nada misma.

Por su parte, Stiles había hablado con su padre y, muy a su pesar, había mentido diciendo que estaba bien y que había pasado todo el día sin hacer nada más que ver televisión. Ahora se encontraba sentado en el piso de la cocina, sus manos cubriéndole la cara y maldiciendo en voz muy baja mientras intentaba entender ¿Qué diablos acababa de pasar?

Había llorado, había abrazado a Derek y este se había echado hacia adelante. No supo por qué lo hizo, pero de todas formas le detuvo, seguro de que eso no era algo correcto de hacer. Aunque tampoco tenía claro qué era lo que Derek iba a hacer ¿Besarle? Eso era algo muy imaginativo.

Cuando ya no encontraba más lógica en darle vueltas al asunto, se levantó y decidió comenzar a preparar la cena. Derek era el que normalmente cocinaba, pero él estaba en su cuarto y Stilea necesitaba distraerse con algo, cualquier cosa, lo que fuera que pudiera hacerle olvidar toda la mierda que le había ocurrido en el día.

Pero, obviamente, nada de lo que hiciera iba a poder distraerle por mucho. Porque él necesitaba conseguir respuestas, y solo había una persona, si se le podía llamar persona, que podía dárselas.

NOTA DE LA AUTORA:

Dios que tensión, dieron un avance y un retroceso en el mismo capítulo. Así no se puede chicos, la gente quiere Sterek, al parecer la trama no les importa.

Pero a mí si me importa la trama, así que a llorar a la iglesia. Todo va a llegar a su tiempo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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