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Veinte

[STILES]

Luego de establecer el premio que saldría de la apuesta, Derek me llevó en el Camaro a la veterinaria. Donde Deaton nos recibió con obvio descontento porque ya casi era hora de cerrar, pero al ver mi brazo aceptó ayudarnos.

- Está dislocado -Dijo luego de revisarme.

- Te lo dije -Le presumí a Derek.- Me he hecho mierda lo suficiente en mi vida como para saber cuando me disloco algo.

Como unica respuesta, vi como Derek puso los ojos en blanco y sacó algo de su bolsillo. Que luego me di cuenta eran los 50 dolares que habíamos apostado. Sonreí y los cogí cuando me los tendió, guardándolos en mi propio bolsillo con el brazo sano.

- Vamos a tener que ponérte el brazo en su lugar. Derek, sujétale y...

Mi sonrisa desapareció al escuchar eso, me alejé del Druida de un salto y le miré con horror.

- No, no no no ¿Quieres oírlo en ingles? NOH -Negué con la cabeza.- Nadie me va a hacer eso.

- ¿De verdad te asusta que te acomoden el brazo? -Me Preguntó Derek alzando una ceja.

- Silencio chucho. No eres quién para juzgarme, tú sanas y al segundo ya no duele más -Le recordé.- Yo tengo que soportar el dolor.

Vi a Derek rodar los ojos mientras se acercaba a mí y me cogía por ambos hombros.

- No voy a hacerte daño -Me aseguró.

Me quedé en silencio por alrededor de un minuto. Wow... Derek tiene muy lindos ojos, unos hermosos ojos verdes.

- Está bien -Acepté en un murmullo.- Pero ten cuidado.

- Lo intentaré.

Pasando saliva, volvía a sentarme en la fría mesa de metal de Deaton y respiré hondo mientras Derek se colocaba junto a mi brazo torcido. Miré hacia otro lado, no queriendo ver lo que estaba por ocurrir.

- Esto no pasaría si no te estuvieras haciendo el héroe -Me recriminó.

- Claro, la próxima dejo morir a una embarazada ¿Te gusta esa idea? -Le vi negar por el rabillo del ojo.- A mí menos.

- Muy bien, voy a hacerlo -Me informó, sonando serio.- Uno... dos...

(...)

[NARRADOR]

Cuando Derek le puso el hombro en su lugar, pensó que Stiles iba a gritar o a maldecir. Pero el chico se quedó en el más preocupante silencio. Entonces, el primer gimoteo se escuchó.

- Stiles -Le nombró el lobo.- ¿Estás bien?

El humano se apresuró a levantar la vista, mirando al otro con los ojos algo cristalizados.

- Si -Dijo con la voz algo quebrada.- Estoy bien. Mejor me voy.

Stiles quiso ponerse de pie y salir corriendo, pero solo pudo hacer lo primero cuando Derek le cogió por el brazo.

- ¿Seguro que estás bien?

El humano le miró y luego miró su brazo atrapado.

- ¿Qué te importa? -Fue lo único que respondió.

El menor consiguió liberarse del agarre del otro y salió de la veterinaria sobándose el hombro que acababan de ponerle en su lugar.

- Déjale ir -Le dijo el Druida a Derek.

- No iba a ir detrás de él.

- Por supuesto que no -Ironizó el Druida.

Derek puso los ojos en blanco y también salió de la veterinaria, yendo hacia su Camaro y saliendo en dirección al Loft. Aunque luego dio vuelta en U, recordando que la mercenaria probablemente seguiría allí. Y ciertamente quería evitarla.

En cambio, se dirigió hacia la comisaría. Donde sabía que debía estar Chris Argent con la chica de la escuela, porque era obvio que ella iba a querer levantar una denuncia.

En la comisaría, se encontró al cazador Argent hablando con uno de los oficiales. El oficial Parrish, no le conocía mucho, pero Scott le había contado acerca de que el hombre era un Hellhound, criaturas con fama de sufrir de ciertas combustiones espontaneas. Lo cual ya era tema suficiente para que el Hale se mantuviera alejado de él.

Como el otro parecía tener para largo con su charla, Derek prefirió acercarse a la oficina del Sheriff. Donde la embarazada se encontraba sentada y sola.

Cuando abrió la puerta, la chica casi salta de la silla mientras se sujetaba el viente.

— Uno de ustedes va a darme un infarto –Se quejó, para luego mirar bien a Derek.— Tú no eres policía.

— No –Dijo cerrando la puerta.— Soy amigo del chico que casi muere por salvarte.

— ¿Cómo está él? Sé que es el hijo del Sheriff, no sé si debería nombrarle o... No sé que decir, he visto muchas cosas raras hoy.

La chica suspiró mientras se llevaba ambas manos al rostro y comenzaba a masajearse las sienes. Derek caminó hacia el dispensador de agua y le entregó un vaso lleno.

— Bébetela –Le pidió.— Necesitas estar calmada e hidratarte.

La chica asintió con la cabeza y cogió el vaso, bebiéndoselo con algo de rapidez. Lo cual hace que casi se ahogue y tuviera que toser.

— Gracias –Le dijo sonriendo.— ¿Tú tienes hijos? –Derek negó con la cabeza.— Vaya, hubiera apostado que si. Tienes pinta de padre.

— Tú... ¿Tienes otros hijos o...?

— Una hija –Le informó.— Este bebé será el segundo. Mi esposa está como loca arreglando todo para el cuarto de este bebé, con la cuna y esas cosas, yo no entiendo mucho de decoración. Así que ella se encarga.

Derek asintió con la cabeza, se sentó frente a ella y la miró fijamente.

— Te quedaste callado –Remarcó.— ¿Te molestó que dijera esposa?

— No, por supuesto que no –El pelinegro se apresuró a negar, dándose cuenta que su repentino silencio pudo haberse malinterpretado.— Mientras haya amor, el género no importa.

— Ya veo... –La chica sonrió mientras dejaba el vaso en el escritorio del Sheriff.— ¿Eres gay?

Antes de que Derek pudiera responder, John Stilinski se adentró en la oficina. Quedándose viéndole con el ceño ligeramente fruncido.

— Derek... –Le nombró, y el lobo se puso de pie.— ¿Qué haces aquí?

— Yo...

— Solo vino a darme un vaso de agua, señor –Respondió la chica rápidamente.— Muchas gracias, Derek. Espero verte de nuevo.

El ojiverde asintió con la cabeza y se apresuró a salir se la oficina del Sheriff, encontrándose a Chris.

— Ya hablé con el Sheriff –Le informó el cazador.— Le expliqué que es un asunto de índole sobrenatural, por lo que va a tergiversar un poco el testimonio de la chica.

— ¿El chico al que atrapaste?

— Cuando regresé con la chica, ya no estaba.

— ¿Crees que intenten atacarla de nuevo?

— ¿Te preocupa?

— Está embarazada –Se excusó.

— No lo creo, no después de ese rugido que lanzaste –La expresión de Chris cambió a una de sorpresa.— De verdad, nunca había escuchado a un lobo rugir así.

— Quería que se alejaran de ustedes, eso es todo.

— Estaban lejos de mí –Le recordó el mayor.— Querías que se alejen de Stiles.

— Obviamente –Derek puso cara de dah.— No iba a dejar que le atacaran.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Chris, aunque desapareció en cuanto el lobo alzó las cejas.

— Como sea... –Dijo carraspeando el Argent.— Es hora de que me vaya a mi casa antes de que Isaac monte una fiesta. Que tengas buena noche, Derek.

El mencionado asintió con la cabeza y también se fue hacia la salida. Para luego irse nuevamente hacia su Camaro y subirse a él, cerrando la puerta y quedándose sentado sin hacer nada por unos diez minutos.

Su móvil vibró en su bolsillo, indicando que le había llegado un mensaje. Lo sacó y se dio cuenta que era de Braeden.

"Debo irme, me surgió un trabajo. Como no llegas me iré sin despedirme en persona. Adiós".

— ¿Cómo pudo interesarme una chica así? –Se preguntó a sí mismo.

Con más ganas de ir hacia su Loft, encendió el motor y aceleró. Haciendo que las ruedas emitieran un chirrido.

Aunque nunca iba a admitir que antes de irse a su Loft, pasó por cada de Stiles. Asegurándose de que el chico había llegado a salvo y quedándose un par de minutos viéndole dormir desde la ventana.

NOTA DE LA AUTORA:

Sarah ya le sacó la ficha a Derek, estos poderes de embarazada son bien grosos. Y Derek volvió a sus labores de stalker profesional.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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