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Treintaiséis

[NARRADOR]

Aquél beso había dejado a Stiles completamente desorientado. Le temblaron las piernas cuando finalmente se separaron en busca de aire, pero se obligó a mantenerse de pie.

— Definitivamente, estoy muerto –Aseguró con la voz ronca por el beso.— Y estoy en el cielo.

Simplemente no podía creerlo, no le entraba en la cabeza de que Derek acabara de besarle estando consciente. Era algo que se le hacía tan irreal como él ganando la lotería. La idea de que alguien como Derek pudiera sentir algo por él le sonaba demasiado imaginativa.

— No estás muerto –Le dijo Derek, interrumpiendo sus pensamientos.— Y gracias a Dios que no lo estás.

Como si ya no fuera suficiente irrealidad por un día, los brazos de Derek le rodearon en un abrazo. El humano no se movió, no supo si debía hacerlo, solo se dejó abrazar mientras intentaba que su mente trabajara normalmente. De esa forma, si eso era un sueño, iba a despertar.

Supo que no era un sueño cuando, al abrazarle más fuerte, Derek apretó una parte de su espalda que, por alguna razón, le hizo sisear de dolor.

Al escucharle, el lobo se alejó como si el contacto del otro le quemara. Le observó de arriba a abajo y le hizo darse la vuelta, levantándome la camisa que llevaba puesta y abriendo los ojos horrorizado al ver la fuente del dolor.

Un moretón de buen tamaño se había comenzado a formar justo encima del riñón del ojimiel, señal de que había recibido un buen golpe.

Fue entonces cuando a Derek le entró una duda que, ahora que la tenía en mente, se sentía idiota por no haberla tenido antes.

— ¿Cómo es que exactamente evitaste morir? –Preguntó, sintiendo la garganta seca al decir la última palabra.

Stiles se dio la vuelta y el mayor pudo verle apretando los labios, evitando el contacto visual y alejándose unos pasos de Derek.

— Stiles –Dijo su nombre se forma severa mientras le cogía por los hombros.— Dime.

— Me empujaron fuera del camino de la moto –Dijo rápidamente, aún sin querer mirar fijo al lobo.

— ¿Quién te empujó?

— No puedo decirlo.

Derek iba a gruñirle por aquello, pero entonces los ojos de Stiles se encontraron con los suyos y pudo ver lo que estos reflejaban. Miedo era lo que más veía en aquellos orbes mieles, seguido por nervios que tomaron forma física como un sudor frío que comenzó a bajar por los lados de su frente.

Fue imposible para el Hale no ponerse tenso, algo le había ocurrido a Stiles y nadie más lo había presenciado, solo el chico lo sabía y no daba indicios de que fuera a decirle. Aquello le ponía aún más nervioso, porque el humano solo ocultaba cosas cuando eran realmente graves, aunque eso debería ser al revés.

Iba a sacarle la información, forzarle a hablar para saber qué había ocurrido, pero el teléfono de línea sonó y esa fue la vía de escape para el menor, el cual aprovechó para alejarse de Derek.

El lobo observó mientras Stiles iba hacia el teléfono y atendía a la llamada. Pudo escuchar la conversación claramente, era Scott diciendo que había aparecido otro cadáver y el lugar en concreto donde se encontraba con el resto de la manada. Sin pedirle opinión, Stiles le había dicho a su amigo que ya mismo irían a ayudarles.

Luego de colgar la llamada, no tuvo tiempo de siquiera abrir la boca antes de que Stiles saliera corriendo fuera del departamento. Él le siguió, deteniéndole fuera del edificio cuando le vio a punto de irse hacia el Jeep.

— Vamos en el Camaro –Le dijo, solo entonces notando que aún le sujetaba del brazo, puesto que le había cogido para detenerlo, y le soltó rápidamente.

El ojimiel asintió con la cabeza y cambió su rumbo hacia el auto negro, esperando a que Derek le quitara la alarma para abrir la puerta y meterse. Aunque al lobo le molestó que fuera a sentarse en el asiento trasero, pero no dijo nada al respecto, no queriendo avivar el fuego de un conflicto o pelea que podría ser evitado fácilmente.

Se subió al Camaro y puso la llave en el contacto, encendiendo el motor y sintiendo un cosquilleo en las manos ante las vibraciones del volante. Notaba a su lobo muy inquieto, lo cual le provocaba el sentir todo con mucha más intensidad y, aunque algunas de aquellas sensaciones aumentadas eran agradables, otras llegaban a ser realmente molestas. Un ejemplo claro fue la sirena de un coche patrulla que pasó junto a ellos a toda velocidad cuando ya se estaban acercando a la zona que había dicho el padre del humano. Incluso Stiles se tapó los oídos cuando dicho coche pasó tan cerca, mucho peor fue para el Hale.

Llegaron al lugar y Derek estacionó su auto una calle antes de la escena del crimen, ya que esta estaba cercada por la cinta de la policía.

Se bajaron del auto y fue entonces cuando un estruendoso grito les petrificó. No había sido un grito de Banshee, pero si había sido de Lydia.

Ambos corrieron hacia el lugar, cruzando la cinta policial y yendo en dirección al grito.

Toda la manada estaba allí, incluso los gemelos y Danny. Lydia estaba en el suelo cubriéndose la boca con las manos mientras era contenida por Malia y Scott. Frente a ellos, una camilla acababa de ser cargada con un cadáver, en él se encontraba una chica a la que tiempo antes Stiles había visto con Theo en aquella fiesta donde fingió besarse con Ethan. Ahora que la veía de cerca, la reconoció.

— Tracy –Jadeó su nombre casi sin poder creerlo.

La chica estaba obviamente muerta, se encontraba igual que los cadáveres anteriores. Su garganta había sido cortada y su expresión estaba congelada en una expresión de puro horror. De la herida en su cuello se veía salir un hilo de líquido negro que parecía aceite para autos.

Intentó acercarse al cuerpo,  pero unos oficiales se colocaron entre él y el cadáver, pidiéndoles a todos que fueran hacia detrás de la cinta y que luego se les pediría testificar.

Stiles, a pesar de lo dicho, se había quedado en el lugar, siendo alejado luego por Scott. Aunque volteó varias veces para ver el cadáver de la chica.

Observó al grupo de personas que se había juntado fuera de la cinta y, entre ellas, vio a la niña que horas antes había visto antes de que casi le arrollara una motocicleta. Está le saludó con un movimiento de su pálida mano antes de que un oficial se cruzara entre ellos y la chica literalmente desapareciera.

Algo raro estaba ocurriendo en el pueblo, y los cabos sueltos comenzaban a unirse.

NOTA DE LA AUTORA:

¿Qué onda con la parca? Anda stalkeando a Stiles por todos lados. Aléjate mujer, que me asustas al humano.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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