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Treintaicuatro

[NARRADOR]

El rugido de los motores, el chirrido de las llantas y los gritos de las personas le estaban aturdiendo. La carrera había comenzado y, la verdad, es que no le tenían confianza a aquél lugar.

La pista de carreras era en realidad un terreno aplanado en lo que tenía todas las puntas de ser un cementerio de autos.

Las motocicletas pasaban tan cerca que cortaban el aire y les volaban el cabello y las gorras.

A su lado, Danny prácticamente rezaba para que a los gemelos no les pasara nada. Puesto que algunas curvas se veían realmente peligrosa e iban a gran velocidad.

Junto a Stiles, un chico con muchos tatuajes fumaba un cigarro de dudosa procedencia, cuyo oloroso humo estaba comenzando a marear al humano.

Sintiendo nauseas a causa de aquél humo, se alejó de la multitud en busca de aire fresco. Yendo hacia una parte de aquel cementerio de autos en la que no había nadie.

Se sentó en la parte de atrás de lo que alguna vez había sido una camioneta 4x4, ahora siendo solo un cúmulo de chapas oxidadas, y se quedó allí hasta que el mareo desapareció.

Consiguió coger algunas rocas del suelo y comenzó a arrojarlas hacia los demás cadáveres de coches, intentando romper los cristales de las ventanas sin conseguirlo porque las rocas eran muy pequeñas como para siquiera provocar algún daño en el vidrio.

Habia lanzado su última roca cuando vio una silueta pasar por detrás del auto al que se la había lanzado. Curioso y aburrido, fue a ver de quién se trataba, probablemente una pareja que se había alejado para tener intimidad o algunos fumadores. Aún con esas opciones, quiso ir a ver.

Rodeó el carro que se encontraba frente a él solo para encontrarse que allí no había nadie, solo él y su alocada mente que le había hecho ver cualquier cosa. O eso había pensado hasta que se dio la vuelta para poder regresar.

— Deberías ir con tus amigos.

Casi se va de culo al suelo al voltear y encontrarse con aquella niña, la niña del otro lado, aquella que tanto le habia acogonado.

— ¿Qué haces aquí? –Preguntó intentando sonar intimidante, sin conseguirlo.

— Vuelve con tus amigos –Repitió con vos severa aquella niña.— Te lo digo en serio, vuelve con las demás personas o lo lamentarás.

— ¿Me estás amenazando?

— Te estoy advirtiendo –Repuso sin cambiar su semblante serio.— Los humanos no deberían ser capaces de verme en el mundo terrenal hasta que les llega la hora. Así que o tu momento está cerca o eres más raro de lo que creía.

— ¿Por qué viniste?

— Mi trabajo me trajo aquí –Respondió con obviedad.— Ahora vete, que estás en mi camino.

Stiles no sabía hasta que punto quería estar en el camino de la muerte, pero también quería saber por quien había venido ella. No tenía por él en realidad, sino por sus amigos.

— Ni se te ocurre interferir en mi trabajo –Advirtió la parca con una mirada aterradora antes de pasar a su lado y alejarse hasta que la perdió de vista detrás de un carro.

Nervioso por aquellas palabras, Stiles quiso ir corriendo hacia donde se encontraban los gemelos. Pero antes de que pudiera caminar el tramo que le separaba de donde estaba la carrera, vio como un motociclista perdía el control de su vehículo, se salía de la pista e iba directo hacia él.

Sin llegar a hacer casi nada, se fue hacia atrás y se cubrió el rostro con los brazos en un intento por proteger su cabeza de lo que iba a hacer un impacto doloroso y probablemente mortal.

El golpe no vino de frente como se lo había esperado, sino de lado y pocos segundos antes de que la motocicleta impactara contra él. Stiles se destapó el rostro pocos segundos después de que su peso y el de quien le había salvado impactará contra el suelo. Casi le da algo al ver de quién se trataba.

Quiso gritar al ver el rostro del ahora alfa tan cerca de sí, pero el chico le cubrió la boca con una mano mientras murmuraba un shh...

Stiles le empujo lejos y se puso de pie mientras cogía un trozo de metal que planeaba usar como arma en caso de que el quimera tramada algo. No iba a temblarle el pulso a la hora de destruirme la cabeza a golpes.

— ¿Así me agradeces el salvarte, Stiles? –Preguntó fingiendo una voz dolida.— Deberías mejorar tus modales.

— Voy a mejorar tu cara a golpes si no cierras la boca, Raeken –Le gruñó.— ¿Qué diablos haces aquí?

— Solo pasaba por la zona y te vi a punto de ser dejado como un tapete, por eso decidí dejarte sano y salvo –Dijo con tranquilidad.— Aunque el conductor quedó un poco herido.

Solo entonces a Stiles se le ocurrió mirar hacia donde la moto había impactado y se quedó petrificado al ver aquella escena.

El conductor habia quedado con medio cuerpo dentro del capó de un viejo auto, en su pecjo, un trozo de metal sobresaliente se había incrustado y había pasado de lado a lado, dejándole muerto casi en el acto.

— La muerte tiene unas formas graciosas de hacer su trabajo –murmuró Theo a sus espaldas con una voz divertida.

Stiles quiso darse vuelta y partirle aquél trozo de metal en la cabeza, pero para cuando salió de aquél shock, la presencia de Theo había sido reemplazada por la de las demás personas que, obviamente, venían a ver lo que había ocurrido.

El ojimiel se fue alejando del cadáver y la multitud cuando estos comenzaron a sacar sus móviles. Algunos para llamar a emergencias y otros para irrespetuosamente tomar fotos de la escena.

Danny y los gemelos llegaron corriendo junto a él con expresiones de puro horror y preocupación, las cuales se calmaron apenas al verle. Fue Danny quien por poco y le tira al suelo al abrazarle.

— ¿Estás bien? –Le preguntó Aiden mientras llegaba a su lado seguido de su hermano.

— Si –Asintió Stiles.— ¿Qué ocurrió?

— Lydia nos llamó suplicando que te alejaramos de las motocicletas –Explicó Ethan.— Dijo que te vio morir siendo arrollado por una de ellas.

El humano intercaló miradas entre los gemelos y Danny, el cual ya había dejado de abrazarle. Stiles no podía creerlo ¿De verdad había estado a punto de morir?

NOTA DE LA AUTORA:

Theo vuelve a aparecer y, como siempre, nada bueno ocurre cuando él está cerca, y esta vez no iba a ser la excepción.

Perdonen que no subí el capítulo ayer, pero tenía asistir a una fiesta de cumpleaños y no tuve tiempo de siquiera pensar en el capítulo.

En fin, sin mas excisas y sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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