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Treinta

[NARRADOR]

Stiles en ese momento deseaba con todo su ser que se lo tragase la tierra y que le escupiera al otro lado del mundo ¿Cómo podía habersele escapado semejante cosa? Con todo el progreso que había hecho en agradarle a Derek y ahora zas todo a la basura.

El mayor no decía nada, y eso era peor para Stiles, porque en ese momento rezaría para que Derek fuera quien iniciara el dialogo. Aceptaba cualquier cosa, que le gritase, que le pidiese que se vaya. Cualquier cosa, pero necesitaba que Derek le dijera algo, el silencio le estaba matando.

Como si algún tipo de divinidad escuchara sus plegarias, llamaron a la puerta y Stiles, sin preocuparse por el hecho de estar sin camiseta y con la poca ropa que llevaba puesta mojada, se dio media vuelta y salió casi corriendo del baño para ir a abrir la puerta.

Se encontró a Malia, Scott y Kira, los cuales al verle en aquél estado se sorprendieron.

Stiles se apresuró a esconder los brazos para que no vieran todas las heridas, se sentía como un adolescente suicida que no quería que nadie viera sus cortadas. Y sabía que si veían sus heridas iban a creer que había intentado matarse o algo por el estilo y, por el momento, no se le antojaba tener a la manada siguiéndole a todos lados como un grupo de chuchos a los que les había arrojado un trozo de pan.

Les invitó a pasar y se fue corriendo a la habitación al ver que Kira evitaba mirar hacia abajo porque, obviamente, sus pantalones estaban mojados y hacían que se le notara un poco su virilidad.

Escuchó a Derek salir del baño y se empezó a secar y vestir mientras paraba la oreja para escuchar lo que Scott iba a decirle a Derek.

No se podía creer que lo que le había salvado de vivir el momento más incómodo de su vida fuera una simple invitación a una fiesta. Pero agradecía a todas las divinidades que al alfa verdadero le hubiera comenzado a funcionar su única neurona y hubiera pensado en invitarles.

Se terminó de vestir y salió casi disparado, era la excusa perfecta para evitar estar a solas con Derek.

— Yo voy –Dijo casi apenas y salió del cuarto.— Me vendría bien salir a beber.

Scott le miró con una sonrisa de niño pequeña y luego los tres que acababan de llegar miraron a Derek, el cual bufó resignado ante las miradas.

— Está bien –Suspiró el mayor.— También iré.

Kira y Malia chocaron los cinco mientras que Scott se ponía junto a Stiles y pasaba un brazo por encima de sus hombros. Al humano le sorprendió que el alfa verdadero se alejara de su novia y fuera a abrazarle estando dicha chica presente, incluso le dieron ganas de decir aleluya ante el repentino gente, pero prefirió permanecer en silencio y sonreír. Evitando el contacto visual con Derek.

(...)

Dicha fiesta a la que querían llevarles se realizaba en una discoteca, por lo que tuvieron que creyeron que iban a tener que usar sus identificaciones falsas para entrar, cosa que Stiles lamentó porque no la había llevado.

Su sorpresa fue grata cuando, al ver a Derek, el hombre de la puerta les dejó entrar sin decirles nada. Probablemente creyendo que si un hombre como el mayor venía con chicos, estos también serían mayores de edad. Aunque bueno, no era así.

Entraron, se sentaron en la barra a beber una cerveza cada uno y casi al instante perdieron a Scott y Kira, los cuales se alejaron para ir a bailar al centro de la pista. Malia intentó arrastrar a Derek una vez y al no conseguielo comenzó a jalonear a Stiles, el cual consiguió que le dejara en paz con la excusa de que no se sentía bien.

Pasaron los minutos, Stiles ya iba por la segunda cerveza y Derek, a su lado, ni siquiera se había acabado la primera. El barman se acercó y puso otra cerveza frente a Stiles.

— Eh... disculpe –Le llamó el humano.— Yo no pedí otra.

— Te la han invitado, chico –Le dijo sonriente el barman.— Aquél chico de allí.

Derek observó disimuladamente a Stiles mientras alzaba la vista y comenzaba a buscar entre esa masa de gente a las personas que el barman le señalaba. Una sonrisa se dibujó en el rostro del chico cuando al parecer vio de quién se trataba.

— Ya vuelvo, guardame el lugar –Le dijo a Derek mientras se iba en aquella dirección con la cerveza en la mano.

El pelinegro intentaba ver entre el cúmulo de gente y las luces parpadeantes que le provocaban migraña. Intentaba divisar con quién hablaba Stiles, pero en uno de los destellos enceguecedores le perdió de vista y ya no le ubicaba.

Diez minutos después, Stiles regresó con una sonrisa boba y la cerveza bebida. Ya en su aroma se notaba un toque de ebriedad, en su forma de tambalearse al caminar también, pero lo disimulaba un poco.

Se volvió a sentar junto a Derek y le miró riendo.

— Ese Greenberg –Dijo negando con la cabeza.— Nunca creí encontrármelo aquí ¿Te vas a beber eso?

El pelinegro miró hacia donde Stiles señalaba, su cerveza a medio beber. Negó con la cabeza y se la tendió, observando como el chico la cogía y se la bebía de una sola vez.

Stiles volvió a dejar el vaso vacío en la barra y le sonrió a Derek.

— Creo que le estoy agarrando el gusto a beber –Admitió mirando el vaso vacío.— Aunque sé cuando detenerme, y yo ya no doy para más.

Como los asientos eran de los que giraban, Stiles se dio la vuelta girando para poder ver hacia la pista de baile. Donde una chica pelirroja miraba en su dirección.

— Esa chica te está mirando –Le dijo a Derek mientras le hacía dar la vuelta.

Intentó señalar de forma en la que la fémina en cuestión no se diera cuenta, de esa forma Derek pudo comprobar que si, la chica le estaba mirando. Cuando hubo contacto visual, ella le guiñó un ojo.

— Es bonita –Dijo sonriendo.— Deberías ir a hablar con ella.

— No me apetece –Dijo Derek, volviendo a voltearse hacia la barra.— Bebamos una ronda más, yo invito.

— Tú mandas Sourwolf –Stiles igualmente se volteó, haciéndole una seña al barman.— ¿Por qué bebemos tanto?

— No lo sé –Admitió encogiédose de hombros.

— Pues bebamos por buena voluntad –Dijo riendo.

El ojiverde asintió con la cabeza y miró por el rabillo del ojo a la pelirroja, la cual ya hablaba con otro tío. Pidió las cervezas y decidió olvidarse de aquella mujer, concentrándose en lo que le decía Stiles.

NOTA DE LA AUTORA:

Alguien arriba debe querer mucho a Stiles como para salvarle de esa forma. Sino iba a ser un momento muy incómodo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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