Once
[NARRADOR]
Stiles se puso de pie lentamente, observando como en las paredes del hoyo en el que estaba sobresalían raíces y algún que otro hueso cuya especie era desconocida para él, y la verdad era que no quería enterarse si eran huesos humanos.
Con mucha dificultad, Stiles comenzó a trepar para poder salir de allí. Estando a punto de caer en más de una ocasión, pero sin detenerse porque sinceramente no soportaba estar en un espacio tan reducido.
Cuando finalmente consiguió salir del pozo, el suelo volvió a temblar y el agujero se cerró por completo, césped comenzó a crecer en donde antes había estado aquél pozo. Quedando todo como si no hubiera pasado nada.
Stiles observó hacia todos lados. Estaba en el bosque, pero sinceramente no se ubicaba ni media de donde estaba. En pocas palabras, seguía perdido.
Aún estando perdido y solo, estaba tan feliz que podría ponerse a llorar de la alegría. Porque él era quien estaba bajo el control de su cuerpo y la voz del Nogitsune no sonaba en ningún recoveco de su mente. Para él, en ese momento, esa era la verdadera felicidad.
Aunque la sensación de paz que le inundaba en el momento no duró mucho cuando recordó que en el "Otro mundo" no había estado solo. Por lo que comenzó a mirar hacia todos lados en busca de sus amigos.
- ¿Scott? -Preguntó en un hilo de voz.- ¿Lydia? ¿Derek?
Un segundo temblor le hizo ponerse rígido, ya que por poco y se cae al suelo. Por suerte, pudo sentir claramente de dónde había venido aquél temblor, por lo que se dirigió corriendo hacia donde creía estaba el núcleo de aquél pequeño terremoto.
Allí, de pie a pocos metros de dónde había salido él, se encontraban Scott, Lydia y Derek. Este último le miraba como si al humano le hubiera salido una segunda cabeza.
- ¿¡Stiles!?
Lydia fue la primera en salir corriendo hacia él y abrazarle, aunque el abrazo no duró mucho cuando se separó y se quedó viéndole fijamente. Examinándole de pies a cabeza con la mirada.
- Tranquila, Lyds -Intentó calmarla mientras la cogía por los hombros.- Soy yo.
Los ojos de la pelirroja se volvieron acuosos antes de que rodeara su cuello con los brazos y le presionara en un abrazo que probablemente le iba a quebrar una costilla si apretaba un poco más. Scott se les unió a los pocos segundos, abrazándoles a ambos como si se los fueran a arrancar de los brazos.
Stiles miró por encima del hombro de su amigo y observó a Derek. Al darse cuenta de que el mayor también le miraba, desvió la vista de nuevo y hundió el rostro en el cuello del alfa verdadero. El cual le abrazó con aún más fuerza, de verdad iban a acabar aplastándole.
- Chicos, también los amo -Comenzó a decir mientras intentaba hacerse un poco de espacio.- Pero, por favor, déjenme algo de aire.
Al ver que, ciertamente, le estaban dejando sin aire, ambos le soltaron. Aunque Scott se quedó sujetandole por los hombros mientras le miraba fijo.
- ¿Ahora qué? -Preguntó.- ¿Vas a llorar o algo? Porque tienes cara de que vas a llorar, Scotty.
(...)
[STILES]
Vi como mi mejor amigo reía, cuando de repente él y Lydia se quedaron mirando por encima de mi hombro. Me volteé y vi lo que ellos se habían quedado viendo, era la manada.
Malia corrió hacia mí y se me colgó, besándome de tal forma en la que nuestros dientes chocaron. Fue el peor beso de mi vida.
La alejé de mí, puede que yo no hubiera tenido el control en su momento, pero la había escuchado claramente cuando dijo que ella no iba a querer ayudarme. Y eso no se me iba a olvidar por un simple beso.
Malia se me quedó viendo cuando la hice a un lado y me acerqué a mi padre, el cual había llegado con la manada, para abrazarle. Otra vez en la que casi me quiebran varias costillas.
Cuando mi padre me soltó, fueron el resto de la manada los que se lanzaron a abrazarme. Siendo Kira la primera, seguida de Liam y Mason, el cual siempre nos acompañaba a todos lados desde que se había enterado de que su mejor amigo era un Hombre lobo.
Cuando finalmente todos me dejaron ir, noté que Derek había intentado acercarse. Pero me dediqué a ignorarle olímpicamente y a conseguir que mi padre me llevara a casa. Ya habían sido suficientes emociones para el resto de mi vida, de verdad necesitaba un buen descanso, todos lo necesitabamos. Pero creo que tengo el derecho de considerarme uno de los que más lo necesitan.
Cuando llegué a casa, Melissa vino y nuevamente, casi pierdo un par de costillas cuando me abrazó mientras sollozaba lo mucho que me había extrañado y me decía que me quería mucho, entre otras cosas que no le entendí porque de verdad tenía un llanto potente.
Luego de que ella dejara de llorar y se fuera en busca de Scott, finalmente pude irme a mi cuarto. Para al instante tirarme de espaldas en la cama, como un peso muerto, para luego comenzar a mover las piernas y los brazos aleatoreamente. Disfrutando de haber recuperado el control sobre mi propio cuerpo, Dios, que lindones controlar mis propios movimientos. Es lo mejor que existe en el mundo.
Me detuve cuando, literamente, ya me dolían los músculos de tanto moverme. Lo cual pasó más o menos una hora y media después, por lo que simplemente me quedé tendido en mi cama. Mirando el techo hasta que la idea de dormir se me hizo increíblemente tentadora.
Con la poca fuerza que le quedaba a mi exhausto y adolorido cuerpo, me quité las convers, me cubrí con las mantas y me quedé de lado mirando hacia la ventana. Hasta que finalmente el sueño me ganó y, sin siquiera tener que tomarme el Aderall, caí rendido en los brazos del buen Mofeo.
Mañana sería otro día, el primero después de muchos que no iba a pasar encerrado dentro de mi propia mente.
NOTA DE LA AUTORA:
Stiles está feliz. Pero luego de la tortura del Nogitsune, viene la tortura de la vida normal de un adolescente que reveló sin más su interés amoroso. Así que el sufrimiento aún no acaba.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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