Doce
[NARRADOR]
A la manada comenzaba a preocuparle el buen ánimo que tenía Stiles últimamente. El joven humano de la manada se había convertido en la persona más alegre que jamás hubiera pisado California, sonriendo y riendo siempre que podía. Volviéndose una de las compañías más agradables que había en la escuela.
Eso había conseguido que ahora, durante los almuerzos, más chicos se sentaran con él. Entre ellos Danny e incluso Greenberg. Además, al estar Danny estaba Ethan y al estar Ethan estaba Aiden, y al estar Aiden estaba Lydia y así hasta que también la manada acababa sentada con él.
Con los que mejor se llevaba ahora era, sorprendentemente, con Ethan y Aiden. Con los cuales se reunía casi todos los días para realizar lo que quedaba de tarea o simplemente para pasar el rato. Era raro, pero para ellos funcionaba.
A pesar de este nuevo humor radiante que tenía el chico, ya no iba a las reuniones de la manada. Ni a las noches de películas, ni a las fiestas de Lydia, ni a ningún evento que involucrara a Derek. Se mantenía tan alejado que asustaba y preocupaba a varios miembros de la manada. Entre ellos Lydia, la cual por alguna razón no le dejaba ni a sol ni a sombra. Y eso ya comenzaba a molestarle.
- Te digo que estoy bien, Lyds -Repitió por quinta vez desde que habían entrado a la escuela, lo cual había sido hace menos de veinte minutos.
- No vienes a las reuniones, ni a mis fiestas -Le reclamó la pelirroja.- Ni siquiera te molestas en preguntarme lo que hemos hablado.
- No quiero entrometerte.
- Ahora sé que algo anda mal -Afirmó la Banshee.- ¿Tú, Stiles Stilinski, no quieres entrometerte?
El ojimiel se encogió de hombros, queriendo restarle importancia a la conversación y pasar a otra cosa. Algo con lo que valiera la pena no hacer la tarea que acababa de dictarles Harris.
- Está buen, hablemos de otra cosa -Lydia bufó derrotada.- Sobre lo que dijiste en el otro lado.
- Profesor -Stiles desvió la vista a Harris.- ¿Esta tarea se tiene que terminar hoy?
- Si, señor Stilinski -Asintió el profesor.- Y me la llevaré para corregirla.
Los quejidos de sus compañeros no se hicieron esperar. Y, al ver que Lydia le dejaba en paz para continuar con su tarea, el ojimiel se decidió a hacer lo mismo.
(...)
La hora pasó y cuando llegó el momento de entregar las hojas con los resultados. Todos comenzaron a ponerse de pie y a dejar sus hojas con las respuestas en el escritorio de Harris mientras salían para ir a almorzar.
Stiles también se iba a ir cuando vio que Malia aún no se había levantado de donde estaba sentada. Se acercó para observar más de cerca y vio que su hoja estaba en blanco y que ella la miraba fijamente.
- Señor Stilinski, señorita Tate -Malia alzó la mirada nerviosa cuando Harris habló.- Entreguen sus hojas y salgan por favor.
Stiles pudo escuchar como Malia suspiraba antes de ponerse de pie y abrir la boca para hablar.
- Yo...
- Lo hicimos juntos -Se apresuró a decir Stiles, mientras cogía un bolígrafo y escribía el nombre de la coyote debajo del suyo.
La chica coyote observó como el joven humano iba hacia el escritorio del profesor y le entregaba la hoja en la mano.
- Nunca dije que se pudiera hacer en parejas.
- Tampoco dijo que no se pudiera -Puntualizó Stiles.- Así que, a menos que quiera una charla con nuestros padres por no aceptarnos la tarea, debe aceptarla.
Harris apretó los dientes y dejó la hoja con las de los demás. Obviamente aceptando la tarea.
- Gracias -Murmuró Malia en un tono extrañamente tímido al pasar por detrás del ojimiel para salir del salón.
Stiles acabó de recoger sus cosas para poder salir e ir a su casillero a por los libros que necesitaba para la siguiente clase. La cual era historia con el padre de Kira, el señor Yukimura.
Mientras sacaba algunos libros y guardaba otros en su casillero, uno de los gemelos, el cual Stiles reconoció que era Aiden, se le acercó y le colocó una mano en el hombro para llamar su atención.
Si eso hubiera ocurrido un par de semanas antes, Stiles hubiera dado un salto y chocado contra la puerta de su casillero. Pero desde que había sido torturado, poseído y llevado al otro mundo, era un poco más difícil asustarle.
- Hola, gemelo maravilla -Dijo burlón mientras cerraba la puerta del casillero y con los libros en mano se volteaba a ver a Aiden.- ¿En qué puedo ayudarte?
- Mi hermano quiere que te pregunte si te interesaría venir con nosotros a un rally de motocicletas a las afueras de la ciudad.
Stiles miró por encima del hombro del gemelo, para ver a su hermano haciéndose el tonto mientras hablaba con una chica a la que Stiles no conocía. Aunque se notaba que estaba intentando conversar algo para no mirarles a ellos, era tierno.
- Claro Aiden -Asintió Stiles.- ¡Dile a tu hermano que acepto su invitación!
El ojimiel sabía que gritar de esa forma había sido algo exagerado. Pero había conseguido lo que quería, que Ethan se avergonzase por lo que él había dicho.
Aiden, por su parte, se carcajeó mientras volteaba a ver el rostro de su hermano. El cual estaba más rojo que un tomate, pero intentaba cubrirlo con sus propios libros.
- Estás loco, Stilinski -Le dijo Aiden riendo.
- Loco por ustedes, chicos -Se burló guiñándole un ojo.
El rubio se fue riendo hacia donde estaba su hermano y ambos se fueron por el pasillo para poder irse a aomorzar. Llegando a la esquina del pasillo, Stiles les perdió de vista. Por lo que se fue hacia el otro lado.
Llevaba dos horas encerrado y de verdad necesitaba un poco de sol, por lo que decidió que iba a ir al campo de Lacrosse un rato, solo para descansar. Además, no tenía hambre.
Estaba sentado en las garras, leyendo los apuntes de historia muy concentrado cuando una nube le tapó el sol. Esperen, no era una nube... Era una persona que se había colocado de pie frente a él.
- No es necesario que me sigas, Lydia -Dijo sin levantar la vista.- Ya dejé bien claro que no quiero decir nada de lo ocurrido en el otro lado.
- Vaya, es una pena -La persona que le cubría el sol le respondió, pero por la voz grave y masculina era obvio que no era Lydia.- Porque yo vengo a hablar exactamente de eso.
Stiles se quedó congelado mirando sus apuntas y las manos le temblaron mientras alzaba la vista para comprobar que, efectivamente, era un hombre el que estaba de pie frente a él. Pero no era cualquier hombre.
- ¿Qué haces aquí?
NOTA DE LA AUTORA:
Tomen suspenso en toda la cara, así ¡PLAM! Como una cachetada en el centro de la mejilla. Amo hacerles esto. Sorry not sorry.
Segunda vez que intento publicarlo y el Wattpad no me deja ¿¡Por qué Dios!? ¿¡Qué te hice!?
En fin, sin más que decirles me despido, deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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