Cincuentaidos
[NARRADOR]
Stiles había conseguido dormir por unas reparadoras seis horas. Ahora, con sus energías recuperadas, se sentía capaz de cualquier cosa, como si se hubiera tomado cinco tazas de café. Salió de la habitación cuando ya eran cerca de las cinco de la tarde, salió solo con sus pantalones de pijama, caminando hacia la cocina sin darse cuenta de la mirada de Derek, quien hasta el momento había estado leyendo tranquilamente, clavada en su espalda. Aunque, más bien, estaba mirando su trasero.
— Te llamó Isaac –Le contó en voz alta el Hale cuando le veía desaparecer en la cocina.— Dijo que tiene que devolverte unos apuntes que le prestaste antes de las vacaciones.
— Ah si –Respondió el humano desde la cocina, se escuchó como abría el refrigerador.— Ya me había olvidado de que se los presté.
El humano regresó a la sala con una botella de agua de la que estaba bebiendo tranquilamente. Derek no dejaba de mirarle.
— ¿Qué lees? –Le preguntó, haciendo que regresara la realidad y dejara de centrarse solo en el cuerpo del menor.
— Deaton me prestó algunos libros –Le contó.— Quiero averiguar lo más que pueda sobre esos doctores.
Mientras volvía a coger el libro para distraerse, vio al humano bufar y rodar los ojos. Intentó fingir que no le notó acercarse, queriendo ver qué era lo que el chico planeaba, frunció el ceño cuando el libro le fue arrebatado de las manos con rapidez.
— Aburrido –Se quejó Stiles, arrojando el libro hacia el otro sofá.
Alzó la vista para reclamarle, pero al hacerlo una mano se posó en su barbilla e hizo contacto visual directo con el menor, el cual no tardó mucho en juntar sus labios con los del Hale. Fue un beso corto, Derek quiso profundizarlo, pero el chico se alejó de él con una sonrisa divertida, manteniéndose cerca, como si se burlara de la cercanía.
— Ahora es cuando me dices que te deje en paz porque estás ocupado leyendo –Le dijo, como si tuvieran un guión.— Anda, dilo.
Derek miró los ojos de Stiles, luego sus rosados labios, y luego regresó a sus ojos, aquellos los cuales aún no podía definir si eran color café o color miel oscura, siempre defendía de la luz.
— Al diablo con el libro –Dijo sin pensar, su mano fue inconscientemente a la nuca de Stiles y sus labios estaban unidos de nuevo. No le era necesario pensar en ese momento.
Stiles se agachó un poco más, poniéndose encima de Derek en el sofá sin querer romper el beso. Aquellos momentos eran raros y escasos, y siempre eran seguidos de momentos incómodos que le hacían desear que se lo tragara la tierra. Pero su mente estaba muy ocupada en asuntos que por el momento le resultaban más relevantes como para ponerse a pensar en lo que ocurriría después, la parte racional de su cerebro no se apagaba muy seguido, pero cuando se encontraba así, con los labios de Derek sobre los suyos, sintiendo su barba rasparle y sus asientos chocando, era como si pasara a ser otra persona, como si pasara a pensar como cualquier adolescente hormonal lo hacía, con la cabeza de abajo.
Y hablando de aquella zona de su cuerpo, no se había dado cuenta de cuando esta comenzó a frotarse contra la de Derek, era como si su pelvis tuviera mente propia y solo quisiera moverse en contra de la pelvis del lobo. Pensaba detener aquél movimiento hasta que Derek soltó un fuerte jadeo que le dejó en blanco de nuevo, haciendo que lo único que quisiera fuese volver a besar a Derek.
Las cosas pasaron sin que se diera cuenta, de repente su espalda estaba chocando contra una superficie suave, un colchón, solo tuvo que mirar hacia la izquierda para ver que ahora se encontraban en la habitación del Hale, aunque cuando lo hizo este aprovechó para atacar su cuello.
Gimió al sentirle lamer un camino desde su clavícula hasta el lóbulo de su oreja, el cual fue atrapado entre sus labios y succionado. Sus manos fueron a desabrocharle la camisa para así poder recorrer el pecho del mayor. Aquellas caricias parecían estarle gustando mucho a Derek, y a Stiles le encantaba escuchar los sonidos de placer que soltaba.
Se quedó sin aire y sin fuerzas cuando la mano del Hale se metió en sus pantalones. La fricción que se provocó con su erecto miembro hizo que su cuerpo se volviera gelatina, aunque aquello no duró mucho, puesto que como llegó, la mano le abandonó. Miró hacia arriba, a Derek, quien parecía estar teniendo una lucha interna.
— ¿Qué pasa? –Le preguntó, temiendo haber hecho algo mal.
Vio al Hale apretar los labios, eso no era bueno, sabía que a Derek le costaba usar las palabras, pero de eso a que no supiera expresarse era un mar de diferencia.
— Lydia me contó –Dijo de repente, Stiles alzó una ceja, no entendiéndole en un primer momento.— Me contó que esos tipos, los hombres de Kate, te hicieron algo, pero me dijo que no iba a decirme qué porque debería hablarlo contigo. Acaso ellos...
Stiles podía ver el miedo en los ojos de Derek, miedo a lo que le respondiera. Sabía de qué le hablaba y luego iba a ir a hablar seriamente con Lydia sobre ir por ahí contando los secretos de las personas, pero ahora debía concentrarse en Derek.
— No me violaron –Dijo, queriendo que su seguridad y el acompasado latido de su corazón fueran suficiente prueba de que decía la verdad.— No lo hicieron.
Vio a Derek suspirar aliviado, pudo sentir como su peso se volvía un poco menos tenso en la cama mientras suspiraba.
— Temía que lo hubieran hecho –Le escuchó admitir.— No me hubiera alcanzado la vida para torturar a esos tipos.
— Ow... que romántico, Sourwolf –Dijo con algo de burla.
Notó que una de sus piernas se encontraba entre las de Derek y la levantó, su rodilla chocando contra el bulto del mayor y haciendo que este suspirara. Se mordió el labio al sentirle, Derek parecía tener un buen equipo allí abajo.
— Ahora dejémonos de cursilerías –Pidió mientras sus manos recorrían los hombros del mayor.— Sigamos con lo que hacíamos.
Derek no necesitó que le dijeran nada más para volver a besarle.
NOTA DE LA AUTORA:
No se asusten, sigo viva, no morí, solo tuve un bloqueo y muchas cosas que hacer, lo siento. Les dejo un poco de suculencia para que me perdonen.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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