Cinco
[NARRADOR]
Luego del inconveniente con Malia en la entrada del instituto, las clases comenzaron con cierta normalidad, ya que varios estudiantes comenzaban a notar los repentinos cambios en la personalidad del castaño; aunque Scott lograba cubrir las sospechas diciendo que era solo la imaginación de aquellos que comenzaban a cotillear acerca de ese cambio. Había que admitir que Scott no era muy bueno inventando excusas, menos lo iba a ser ahora que lo hacían mentir bajo presión.
La primera clase del día era química con el profesor Harris, por lo cual Scott ya había comenzado a sudar frío. Era bien sabido por todos que Harris y Stiles siempre habían tenido choques de personalidad, por lo cual el haber faltado durante una semana entera, sumándole no estar poniendo atención a la clase y agregando la sonrisa socarrona que se cargaba el ojimiel mientras el profesor se quejaba de lo irresponsables que eran los adolescentes iba a provocar un evidente conflicto.
- Ya que Stilisnki se ve tan feliz -Scott se quiso suicidar cuando el profesor llamó a su amigo.- ¿Podría decirme si hizo la tarea?
- ¿Usted calificó los exámenes?
- Yo tengo otros cursos a los que dar clase, por lo que me es difícil hacerlo.
- Pues yo tengo otras asignaturas que son más importantes que esta basura que usted imparte. Así que, si no le molesta, puede dejar de hacerme preguntas idiotas y comenzar con su clase.
El profesor se quedó boquiabierto, mientras que un "Oh..." se escuchó en todo el salón acompañado de algunas risas de sus compañeros.
- Buena esa, Stiles -Escuchó Scott que murmuraba uno de sus compañeros mientras le palmeaba la espalda al mencionado.
El profesor Harris continuó con la clase, aunque en ningún momento borró su expresión de sorpresa, y lo raro fue que tampoco mandó al Nogitsune a la oficina del director, cosa que siempre hacía con Stiles.
Cuando finalmente fue la hora del almuerzo, el primero en salir corriendo de la clase fue el Nogitsune, siendo seguido por la manada. El problema fue que mientras iban hacia la cafetería le perdieron de vista entre el mar de estudiantes que rápidamente abarrotaron los pasillos.
Al llegar a la cafetería, se encontraron al castaño sentado junto con cuatro chicas del curso superior que no paraban de mirarle y reír ante cualquier cosa que dijera el chico. Al pasar junto a ellos, toda la manada se quedó mirando al ojimiel entre sorprendidos y en shock, su forma de comportarse era demasiado humana, demasiado natural, demasiado... Stiles.
Scott sacudió su cabeza al tener ese pensamiento, puesto que ese no era Stiles, ese no era su mejor amigo y hermano de otra madre, solo una criatura a la que debían encontrar la forma de expulsar del cuerpo de aquél chico para así poder recuperar al verdadero humano hiperactivo que tanto amaban. Porque todos amaban a Stiles, aunque no lo pareciera, Stiles era el pegamento que unía a los miembros de la manada, siempre era el que separaba las peleas y arreglaba los conflictos, causados sobre todo por las chicas de la manada, las cuales parecían ponerse intensas ante la más mínima chispa de conflicto.
La manada se sentó en una mesa cercana a la que ocupaba el castaño, ya que en caso de que la personalidad psicópata del Nogitsune aflorara querían estar cerca para poder intervenir e impedir que el plan se fuera por el caño.
- Esto es demasiado extraño -Murmuró Liam.- Se parece tanto a Stiles ¿Están seguros de que...?
- No es Stiles -Le interrumpió Scott.- Puede que no sea muy listo, pero si puedo diferenciar a mi hermano de una criatura asesina.
- No pudiste hacerlo la primera vez que se le metió ese bicho -Le recordó Malia.
- Tampoco tú -Cora saltó a defender al de rasgos latinos.
Las dos chicas se dedicaron miradas asesinas para luego comenzar a discutir acerca de cada cosa que se les venía a la mente y convertir el almuerzo en una batalla naval en la que toda la manada se gritaba y atacaba como si fueran enemigos.
Scott intentó hacerlos calmarse y acabó metido en la pelea, comenzando el también a gritar mientras eran observados por varios de los demás estudiantes, incluyendo al Nogitsune, el cual reía mientras saboreaba el caos que comenzaba a formarse.
(...)
Ningún miembro de la manada volvió a dirigirse la palabra en lo que quedó del horario de clases, aunque nuevamente la pelea comenzó cuando luego de clases todos se reunieron en el Loft y Malia hizo un explicito comentario entre dientes acerca de dónde Cora se podía introducir su propia opinión. Esa fue la chispa que ocasionó una discusión incluso más intensa que la de la cafetería, ya que ahora podía haber garras, gruñidos y colmillos de por medio.
- ¡Basta! -Todos se quedaron callados ante el grito de Derek.
Los adolescentes le miraron mientras el pelinegro les observaba uno a uno con sus ojos brillando de un color azul eléctrico. Detrás del lobo se encontraba el Nogitsune con su inquebrantable sonrisa socarrona.
Luego de que Derek les sermoneara acerca de por qué en ese momento deberían estar más unidos que nunca en lugar de intentar matarse y en el que los adolescentes intentaban no reír al ver como el castaño desde atrás imitaba cada movimiento y expresión de Derek, todos comenzaron a irse a sus respectivos hogares.
- ¡Que divertida reunión! -Dijo con un poco de burla el castaño.- Se nota que toda la manada se lleva super bien.
- Se llevarían mejor si no estuvieras tú aquí -Le reclamó Derek.
- Eso es verdad -El Nogitsune asintió con la cabeza.- Tu pequeña manada no es nada sin este humano, se han pasado todo el día alimentándome con su odio.
Entonces Derek reaccionó a algo que antes no había notado pero ahora le parecía obvio, dejó lo que estaba haciendo y clavó su mirada furiosa en la criatura que se encontraba a solo dos metros de él.
- Tú los estás provocando para que peleen.
- Alguien dele un premio al genio que tengo frente a mí -El ojimiel aplaudió con sarcasmo.- Tus pequeños chuchos son como un castillo de cartas, solo basta una pequeña ráfaga de aire para que se derrumben. Al hacerlo, me alimentan y me vuelven más fuerte.
Derek frunció el ceño, en parte molesto a causa de la burla con la que hablaba aquella criatura acerca de su manada, pero también estaba enfadado consigo mismo porque en parte el Nogitsune tenía razón. La manada era muy volátil, y como la analogía que había usado el demonio parásito, solo bastaba una pequeña chispa para iniciar una acalorada discusión.
- Eres un líder de mierda -Le reclamó la criatura.- ¿Y sabes qué es lo peor? Que este humano te ama.
- ¿¡QUÉ!?
Derek no recibió más respuesta, el Nogitsune se acomodó el cabello hacia arriba y se dirigió hacia las escaleras de caracol que le llevaban al cuarto del lobo, dentro del cual desapareció de la vista del ojiverde.
(...)
Esa noche Derek no pudo dormir, ni la noche siguiente, ni la siguiente a esa. Se había quedado pensando en lo que aquél zorro diabólico le había dicho, tenía bien estudiado que el Nogitsune era una criatura bromista, manipuladora, maligna y realmente buena para mentir; pero incluso la primera vez que Stiles había sido poseído por él, Derek había notado una variación en el pulso del menor. Esta vez no hubo variaciones en el pulso, ni cambios en la expresión, ni ninguno de esos tics nerviosos o exceso de palabras que Stiles tenía cuando mentía. Pero eso era porque no era Stiles, era el Nogitsune, y no estaba mintiendo.
NOTA DE LA AUTORA:
Capítulo lleno de momentos raros y declaraciones repentinas, además de muy pocas respuestas. Puto Nogitsune, mandó a Stiles al frente y reveló su más grande secreto.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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