Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6.

El ataque de los asesinos.



Faltan 19 horas para llegar a la isla, mientras tanto, Hanayama, Shiba y Shimizu estaban desayunando algo, mientras que Hanayama y Shimizu lo hacían tranquilamente, Shiba devoraba la comida de nueve estrellas del barco, un sabroso bistec con pure de papas bañado en salsa de soja.

—Shiba—habló el más viejo.—¿no te enseñaron modales en casa?

—No me quedaba mucho en casa.—contestó honesto, con su boca llena de comida.

—Me doy cuenta.—mencionó.

—¿Me puedes culpar?, ¡esto está sabroso, viejo!, hasta casi te terminás tu plato.

—Eso no significa que te conviertas en un perro en público. Estás pasando vergüenza en una cafetería.

—Ya cállate y solo déjame comer.

Shimizu bufo por lo bajo.

—Shimizu.—pronunció Hanayama.—¿Escuchaste los rumores?

El anciano asintió.

—Por supuesto.

—¿De qué hablan?—cuestionó Shiba.

—Sobre el peleador que fue derrotado y tomaron su lugar.—respondió Shimizu.

—Oh, ese perdedor.

—¿Ya sabías?

—La gente habla mucho, lo escuché por ahí. Ya sabes, rumores.

—Bueno, mejor. La cosa es que tal vez pueda sucedernos a nosotros.

Shiba soltó una risa.

—Por favor, nadie está tan loco como para ir tras nuestro jefe.—exclamó.—A excepción de cierto psíquico que se me olvido su nombre.

—Hanayama es fuerte pero no podemos confiarnos.—aclaró.

—No creo que venga un flaquito a enfrentarse a nuestro jefe.—bebió un poco de jugo de naranja.—Pero sí te refieres a que más personas harán eso, y gente muy peligrosa, yo pensé en eso.

—Por fin usas el cerebro.—burló.—Me imagino que Baki y Jack la tendrán fácil, pero Retsu y Katsumi, los veo un poco apretados en está situación.

—Los estás subestimando, anciano. Ellos son fuertes, que no se te olvide eso.

—No los subestimo.—dijo.—¿Has escuchado como ese tal “Kaneda” venció a Himuro Ryo?, así se llama el peleador que derrotó.

—Solo oí que le partió el culo.

—Kaneda, se supone, que es mucho más débil que Himuro y aún así le ganó. Seguir uso su ingenió o algo.—contó.—Si tomamos eso en cuenta, como dices, habrá más que vendrán con esas intenciones, por lo tanto tal vez ataquen en grupo.

—Hm.—bufo el Yakuza.—Si eso pasa, por más fuerte que sea nuestro jefe, si le hacen una emboscada nos uniremos a la batalla.

Shimizu tocó su katana, que estaba a un lado.

—Estoy de acuerdo.

—No quisiera ponerlos en riesgo.—espetó Kaoru.—Pero si así están las cosas, no seré arrogante, si quieren luchar junto a mí, pueden hacerlo.

—Siempre lo hemos hecho.—sonrió Shiba.—Eres nuestro jefe, puedes contar con nosotros.

—Sabemos que eres fuerte y que en el fondo no quieres depender de nuestra ayuda.—Shimizu puso su mano en su hombro.—Pero estamos aquí para tí.

—Al contrario.—dijo Hanayama.—Estoy agradecido de poder estar aquí junto a ustedes.

Las palabras de Hanayama generaron una calidez en ambos, un cariño que sólo se moldeo durante todos estos años juntos.

En ese mismo lugar, a otro extremo del sitio, se encontraban Shion Soryuin y Nogi platicando sobre lo mismo; aquel acontecimiento que se dio anoche dejó impactados a muchos miembros de compañias y algunos peleadores. La situación agitó bastante a todos, o por lo menos los que son conscientes de eso.

—No me estas pidiendo que me rinda, ¿verdad?—espetó Shion con el ceño fruncido.

Nogi rió un poco.

—Como si fueras a ser la segundona de alguien.—dijo.—Me imagino que ya escuchaste sobre los rumores de ese peleador al que le arrebataron su puesto.

—Si.

—Pues, investigue todo lo que pude sobre ese tal “Kaneda Suekichi” y no pude encontrar nada. Me asusta la idea de que alguien esté quitando puestos sistemáticamente.

Akiyama Kaede estaba ahí, a su lado se encontraba Hatsumi Sen, y la secretaria de Shion, Matsuda Tomoko. A la rubia le llamó la atención que Hatsumi no haya empezado a molestarla o intentar coquetear con ambas mujeres.

—¿Estás muy tranquilo hoy?—preguntó la mujer.

—A-ah, claro que no.—contestó nervioso Hatsumi.

Lo que sucede es que el peleador llamado Hatsumi Sen está asustado de cualquier tipo de reacción que pudiera tener Shion sí él vuelve a comportarse de tal forma delante de ella. Mucho más si se trata de su secretaria.

—Relájate, Nogi. Puedo hacer lo que sea pero nunca contraria asesinos.—dejó en claro Shion.—Bueno, no sé si ella lo haría.

La mujer de expresión seria miró a otra dama que se encontraba sentada, observando y escuchando en silencio todo lo que tenían que decir esas dos importantes personas. Con su rostro risueño, sonriendo amable y desprendiendo un aire de dulzura, Kurayoshi Rino.

—Veo que sigues siendo muy perspicaz, Shion.—dijo con un tono amable.

Kaede alzó una ceja.

—¿Ella es parte de la asociación?—cuestionó.—No tiene cara de serlo.

—Ella es Kurayoshi Rino, representante del grupo placer dorado.—contestó Hatsumi.—Últimamente su nombre es uno de los más grandes en el mundo del ocio. Y por supuesto, soy uno de sus más fieles clientes.

¿Porqué no me sorprende oír eso...?—pensó Tomoko mirando con cierto disgusto a Hatsumi.

—Uh, Rino se ve tan bien como siempre.—musito Hatsumi.—Me pregunto si ella sería mi compañera. Si saben a que me refiero.—guiño sus ojos para ambas.

—No nos lo preguntes.—se quejo Kaede.

—Eres de lo peor.—comentó Tomoko.

Rino miró a Hatsumi lo saludo con su mano y dijo:

—¡Hola, Sr. Hatsumi!, hace mucho que no lo veo.

—Ah...—Hatsumi iba a decir algo pero Shion lo miró de manera fulminante. El peleador tuvo que saludar de manera cortes y normal, con un simple:—Hola.

—Veo que sigues siendo muy ruda con el Sr. Hatsumi, Soryuin.—expresó Rino.—Necesita estar atado con una correa.

—Como sea.—interrumpió Shion.—Así que, ¿vas a cesar el fuego, Rino?

Ella tomó un sorbo de su café caliente.

—Lamentablemente, jamás considere la posibilidad de enviar asesinos.—contestó sincera.

—Si estas tan segura...—carraspeo.—... Encuentro difícil confiar en zorras.

Rino solo soltó una risilla.

—Tomaré eso como un cumplido.—dijo con cariño.—Además, no me veo en la necesidad de hacer tal cosa.

—¿Uh?

—No tengo intención de hacer eso. Como puedes ver, ya tengo a alguien en quien confiar.

Rino le apuntó a alguien, una persona que estuvo sentada ahí todo este tiempo pero que nadie se dio cuenta de su presencia hasta ahora. Hatsumi Sen estaba sorprendido, él era el más sorprendido.

¡No pude sentirlo!, ¿desde cuando está ahí?, ¡¿quién demonios es este tipo?!

Pensaba mirando a el muchacho pelinegro que solo estaba sereno en su asiento.

Mientras tanto, en el área recreativa del barco, más específicamente en la azotea, Ohma y Rihito estaban sentados tranquilamente en un banco, el rubio comía un burrito y Ohma se bebía un jugo natural.

—Oye, Ohma, ¿escuchaste sobre ese rumor?

—Si. Que alguien le quito el puesto de peleador a Himuro Ryo.

—Me sorprendió oír eso. Digo, Himuro no era un tipo cualquiera, es in artista marcial del Jeet kune do, es alguien bastante fuerte.—dijo.—Que un completo extraño aparezca y le haga eso es... No sé, deberíamos tener cuidado.

—Si tú dices.—dijo relajado.

—¿A qué viene ese tono?

—Bueno, si unos tipos quieren intentar quitarnos nuestro puesto, no vivirán para contarlo.

—¡Así se habla, Ohma!—exclamó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Concuerdo yo también.

De la nada, apareció Gouki detrás de Rihito.

—¡Ah, una momia!—vocifero del susto, recibiendo un golpe en su cabeza por Shibukawa al llamarle así.—Eh... Eres tú, Gouki.—musito adolorido.

—Maestro.—exclamó un poco alegre Ohma.

—Kaneda Suekichi me había dado cierta impresión cuando lo vi jugar shogi. No creí que vendría con esas intenciones pero no será el único.—se sentó en medio de ambos con un helado de fresa en sus manos.

—La pregunta sería, ¿cuántos harán eso? O ¿cuántos vendrán?—cuestionó Ohma.

—Eso es algo que averiguaremos.—sonrió un tanto emocionado el anciano.

—Eso es algo que no se podrá.—mencionó de repente Kushida Rin, apareciendo por detrás de ellos.

¿Ahora todo el mundo aparece por detrás o qué...?—pensó Rihito.

—Kushida Rin, veo que estás aquí.

—¿A qué te referías con que no se podrá?—preguntó Rihito.

—Bueno, hay 417 miembros de la asociación Kengan, 299 abordó, excluyendo a los que fueron eliminados en las preliminares. Y con el personal de tripulación que son 4000, dudo que sea fácil poder distinguir a un asesino. Si es que hay.

—En ese caso, mataremos a todos.—bromeó Gouki.

—Eh, no creo que eso necesario.

—Tampoco es que tengamos muchas opciones.—dijo Rihito.

—Si las tienen.—declaró.—Pueden quedarse en su habitación bien calladitos sin hacer ruido o andar en grupo.

—¡Oh, genial!, ¡en ese caso, entonces ven acompáñame a mi habitación y quédate conmigo, Rin!

—Eh, no gracias.

—Aquí vamos de nuevo.—pensó en voz alta el anciano.

—Oh, vamos,—insistió el grandulon.—no te haré nada malo. ¡Solo me harás compañía!

—Rihito, sé a lo que te refieres exactamente y no me interesa.—se le escapo uno risilla incomoda.

Me pregunto como estarán el viejo karateka y su hijo.—pensó Ohma sobre Doppo y Katsumi.

—A todo esto, ¿dónde está Yamashita?—preguntó Gouki.

—Creo que fue a comer algo.—contestó Ohma.

Por otro lado, Yamashita Kazuo estaba pidiendo algo de comida para él, sin saberlo, estaba siendo espiado por una persona.

Con que ese es el padre del jefe. ¡Kazuo Yamashita!—pensó nervioso.

Su nombre es Ohta Masahiko, es el director ejecutivo de la empresa Under Mount. Inc. Pero enrealidad, es el hijo de Yamashita Kazuo, Yamashita Kenzo, el dueño de ese sitio. Kenzo le ordenó a Masahiko que no preocupará ya que duda que su padre lo reconociera pero que le mantenga un ojo encima sólo por si acaso, ya que al final es un enemigo más de la competencia. Sin embargo Ohta estaba teniendo una muy mala idea de como es Yamashita Kazuo enrealidad.

¡Seguro detrás de esa cara inocente es un hombre cruel y despiadado!, ¡como su hijo!—empezó a temblar de terror.—¡Oh, Dios mío!, ¡ten misericordia!

Su secretaria, Motoyama Hatoru, estaba preocupada por él.

—Sr. Ohta, ¿se encontrá usted bien?

Pero no recibió respuesta. El pequeño hombre estaba demasiado asustado y metido en sus pensamientos como para escucharla.





En la habitación de Baki Hanma, el menor estaba parado de cabeza en su cama, Jack lo miró.

—Baki, se te subirá la sangre a la cabeza.

—Más bien bajará.

—Deja de hacer tonterías.—regaño.

Baki volvió a acostarse como una persona normal. Jack estaba leyendo una revista, le parecía aburrida pero era lo mejor que había por ahora. Al ver a Baki de nuevo, esté estaba en una posición algo partícular, y una posición bastante incomoda.

—¿Qué demonios...?

—Esta es la pose Jack-O.—dijo el menor.—Ora, ora.

—... Eres demasiado flexible.—bufo.—Pero te dije que dejes de comportarte como un niño.

—Solo estoy aburrido.—se sentó como un indio.—Ya quiero llegar.

Ahora que Baki mencionaba eso, Jack quiso tocar ese tema del torneo.

—¿Y qué piensas?, ¿crees que será algo entretenido?

Baki se encogió de hombros. Realmente no tenía ninguna opinión sobre ello.

—Prefiero no hacerme espectativas. Pero los tipos se ven muy rudos.

—Entiendo.

—¿Qué hay de tí?

—Solo quiero ponerle las manos encima al primero que me toque. Eso es todo.

—Ah, si...—suspiro.—Supongo que todo el mundo está pensando eso.

Jack miró a su hermano, podía notar la expresión de desinterés en su rostro, la mirada perdida, las facciones relajadas demostrando total despreocupación, la falta de energías y ganas, no había más que sólo una apatía palpitable. Él entendía el porque de esto, el hecho de que su hermano menor haya tenido la mejor pelea de su vida entera, que fue contra su padre, le quito ese interés por los combates ya que sabe que no habrá nadie más capaz de darle tales emociones como se las dio su padre esa noche cuando decidieron intercambiar golpes el uno del otro.

—No tiene porque ser como quieres.

—¿Eh?—Baki lo miro.

—Desde que peleaste contra padre, no has vuelto a tener la misma energía y motivación. Puedo imaginar como te sientes.—se cruzó de brazos, apretando su agarre.—Yo también quisiera ser capaz de tener la mejor pelea de mi vida.

—Tal vez aquí lo encuentres.—sonrió.

—Quien sabe.—dijo.—Por eso te digo que no siempre todo tiene que ser como queremos. No siempre vamos a poder pelear contra quien queramos o llegar hasta donde queramos. Y aquellos dichosos de perfeccionar el arte que han forjado quieren un reto, algo más, ponerse a prueba. A pesar de todo, no lo consiguen.—expreso.—Lo último que queda es esperanza y convicción. Por eso te pido hermano que le des tantas vueltas al asunto.

—...

Jack miró a Baki y le sonrió.

—Solo diviértete.

El de cabello castaño oscuro no pudo evitar soltar una risa floja, se levantó y salió para afuera solo para sentir el aire fresco del lugar. Caminando en el pasillo, se cruzó con unas personas del clan Kure, una de ellos estaba abrigada y ocultaba su rostro en una capucha, Baki no le presto atención a ninguno solo continuaron su camino por ambas partes, sin embargo, aquella chica abrigada se detuvo y miró al Hanma caminando tranquilamente, esto le llamó la atención a su hermano.

—¿Qué sucede, Karla?—preguntó el mayor.

—... No. Nada, no es nada.—tardó en responder.






Mientras todo parecía ir normalmente, la realidad era que algunas cosas sucedían entre las sombras de todos, algunos ya se habían dado cuenta de dichos movimientos tan extraños, cuyos amenazaban la vida de ciertos participantes y peleadores. Algunos de los que se habían dado cuenta de ello era el propio Imai Cosmo junto a Wakatsuki Takeshi, ambos estaban hablando sobre la posibilidad de conspiraciones y amenazas por culpa del cambio de reglas que se ha dado este año en el torneo. En eso, dos individuos completamente extraños se acercaron con intenciones todas menos amistosas.

En la misma situación se encontraban Mikazuchi Rei, el peleador de placer dorado, cuya representante es Kurayoshi Rino. Otro peleador llamado Inui Machizo, estaba apuntó de enfrentarse a uno de estos asesinos, con la diferencia de que esté poseía una actitud retorcida y desagradable, a diferencia de aquel que asesino al legendario Takemoto Hiyasu. Si, aquel anciano que era considerado una leyenda fue asesinado fácilmente por un joven muchacho con ropas chinas y rostro afeminado. Se acercó al representante de Takemoto, Akano Tesaki estaba asustado por la reciente derrota de su peleador, observando con sus pupilas dilatadas el cadáver en el suelo desangrabdose mientras su enorme herida chorriaba aquel líquido carmesí.

—Tu luchador a sido derrotado. Lo asesine. Ahora tu sueño para ser “presidente de la asociación” se termina.

—¡¿Q-qué es lo que quieres?!, ¡¿q-quién eres?!

—Pensé que era obvio. Quiero participar en el torneo como tu peleador. Soy mejor que esté idiota, así que ganarás y cuando lo hagas elegiras a alguien más como presidente.

—P-pe-per-

El extraño detuvo el tartamudeo de aquel hombre poniendo en un abrir y cerrar de ojos su dedo en su garganta. Sintió el tacto frío y punzante, tragando saliva en seco.

—Si te niegas,—lo miró de forma sombría.—te esperará el mismo destino.

Miró a Takemoto, tembló de miedo, volvió su vista a ese escalofriante asesino y asintió nervioso.

—Bien.













__________-----__________-111_____11-___

Feliz año nuevo.

El capítulo de hoy será corto porque se los debo, no quería dejarlos esperando mucho.

Pero bueno, que más da. Aquí está la nueva actualización, Disfrútenlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro