Te fuiste de mi vida
sin previo aviso,
como si yo no te importara nada,
me hiciste creer en una promesa
que jamás llegaría a cumplirse,
jugaste con los latidos de mi corazón
hasta que bailaron a tu ritmo,
después decidiste parar
por completo la música.

Me dejaste en silencio.

Te busqué en cada uno de mis sueños,
pero en mitad de la noche
los recuerdos me aprisionaban
y cuando lograba escapar de ellos,
me topaba con un vacío
al que no me había acostumbrado.

Traté de huir de la nostalgia,
alcé barreras a mi alrededor
y me autoconvencí
de que si tú preferiste
no luchar por mí,
¿por qué yo no podía hacerlo?

Desde entonces
vivo con los pies anclados a la tierra,
camino con cuidado
temiendo que venga otra ola
y me empuje hacia adentro.