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Cap 13. Error.

Abro los ojos lentamente y lo primero que veo es el techo. Giro mi cabeza en dirección a la ventana y veo que todavía es de noche. Estiro mi brazo y busco el móvil sin apartar la vista de la ventana. Lo desenchufo y lo pongo delante de mi cara. Al desbloquearlo la luz me ciega y cierro los ojos al instante. Después de unos segundos los vuelvo a abrir y rápidamente bajo el brillo de la pantalla. Cuando enfoco la vista veo que son las 6:30. La última vez que vi el reloj eran las 5, solo he dormido una hora y media.

Tiro el móvil en alguna parte de mi cama y me tapo la cara con la almohada. Bufo y me la quito. Me siento encima de la cama y asimilo que ya no me voy a dormir más. Me levanto y salgo de mi habitación intentando no hacer ruido. Bajo las escaleras poco a poco, escalón a escalón. Cuando llego abajo suspiro soltando el aire que retenía en mis pulmones ante la tensión de no hacer ruido. Abro la puerta de la cocina y enciendo la luz. Antes no he tenido que encender ninguna luz, ya que gracias a los ventanales de la casa entra la claridad de la luz de la luna.

Abro la nevera y miro cada rincón en busca de algo de comer. Mi mirada se para en el cajón de las frutas. Me encanta la fruta. Deslizo el cajón y veo que hay una gran variedad. Al ver tanta fruta se enciende en mí una bombilla. Ya sé que voy a desayunar. Cojo un plátano, una manzana, una pera y unas 5 fresas. Las dejo en la encimera y vuelvo a deslizar el cajón para cerrarlo y después cierro la nevera. Saco un cuchillo del cajón y un plato hondo del armarito de arriba. Lavo la fruta en el fregadero y la troceo encima de una bandejita de madera. Cuando ya tengo toda la fruta cortada la mezclo y la coloco en el plato. De otro armarito saco el sobre de azúcar y con una cucharita, que he cogido cuando cogí el cuchillo, hecho un poco encima de la fruta. Guardo el azúcar y dejo los cubiertos en el fregadero. Cojo mi plato y lo dejo encima de la mesa. Vuelvo a la nevera pero esta vez por algo de beber. Como siempre, leche. Me la vierto en una taza y la vuelvo a guardar en la nevera. Dejo la taza al lado del plato y me siento en la silla.

Mientras como el silencio me invade y solo se escucha el sonido del tenedor pinchando la fruta. Por mi cabeza solo pasa un pensamiento. Ross. La imagen del beso aparece cada vez que cierro los ojos y las sensaciones que sentí no desaparecen de mi mente.

Saco mi móvil del bolsillo y miro la hora, 7:30. He tardado una hora más o menos en hacerme el desayuno y comerlo. Dentro de media hora, seguramente, mis padres ya se despierten. Recojo el plato, la taza y el tenedor y los dejo en el fregadero junto con el cuchillo y la cucharita.

Salgo de la cocina y me voy al comedor. Me tiro en el sofá, es de las pocas veces que puedo estirarme en él, ya que Nick siempre ocupa casi todo el espacio y solo puedo sentarme. Muchas veces he intentado tirarlo, pero tiene más fuerza que yo.

Enciendo la televisión y le bajo la voz para no despertar a nadie antes de tiempo. Pongo Netflix y busco algo que ver. Después de estar unos minutos lo encuentro, High School Musical 3. No me creo que esté en Netflix, pero lo está así rápidamente le doy al Play y la película comienza.

-¿Qué haces despierta?- dice mi madre desde el marco del arco.

-Me he desvelado y tenía hambre, ya que no cené así que he bajado a desayunar algo. Y como me aburría me he puesto una película- le digo dedicándole una leve sonrisa.

-Entonces, ¿ya has desayunado?

-Sí.

-¿Qué has desayunado?- me pregunta.

-Un vaso de leche y un plato de frutas.

-Saludable, esa es mi chica- me dice y yo sonrío.

-Bueno me voy a mi habitación- le digo y salgo de la película para después apagar la televisión. Me levanto y cuando estoy en el marco del arco, que separa la entrada del comedor, mi madre me llama.

-Lau- dice y me giro a mirarla.- Intenta dormir un poco más todavía es pronto.

-Lo intentaré- miento, no lo voy a intentar sería malgastar el tiempo. Le dedico la última sonrisa y salgo completamente del comedor.

Subo las escaleras y sujeto el pomo de mi puerta en mi mano derecha, pero antes de abrir giro mi cabeza hacia la izquierda y fijo mi mirada en la puerta de Ross. Me quedo unos segundos mirándola y luego vuelvo la vista a la mía. Abro y cierro la puerta con pestillo.

Me recuesto en el sofá y mi plan principal es leer. Me acabo de empezar un nuevo libro, el anterior me lo acabé ayer en un intento de que me entrara sueño, el cual fracasó. Ahora estoy con Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. Cuando empiezo a leer mis pensamientos vuelven al beso de ayer. Por culpa de eso no me concentro en la lectura y no sé lo que estoy leyendo. Decido dejar de leer, ya que para no enterarme mejor lo dejo para otro momento. Dejo el libro debajo del sofá donde están los demás.

Me levanto y voy a donde está mi mesita de noche. Me agacho hasta quedar a la altura de esta y abro el cajón. De él saco un pequeño altavoz, que es más o menos como mi mano de grande. Cierro el cajón y vuelvo a recostarme en el sofá.

Conecto el móvil al altavoz vía Bluetooth. Dejo el altavoz en mi estómago y busco algo de música en una app de mi móvil. Después de buscar durante unos minutos encuentro ya la canción que me encanta. Miro la hora y veo que son las 8:30. Mis padres, seguramente, estarán despiertos, pero los chicos no por lo que bajo el volumen hasta que queda a tres rayas. Le doy al Play y la canción empieza a sonar por el altavoz.

-'Cause all of me
Loves all of you
Love your curves and all your edges
All your perfect imperfections
Give your all to me
I'll give my all to you
You're my end and my beginning
Even when I lose I'm winning
'Cause I give you all, all of me
And you give me all, all of you- escucho atentamente la canción mientras miro las vista de la ciudad desde mi ventana.

No sé cuanto tiempo ha pasado o cuantas canciones he escuchado, pero sé que llevo aquí mínimo dos horas. El sonido de mi móvil, recibiendo un mensaje, me saca de mis pensamientos. Cojo el móvil y lo desbloqueo. Abro WhatApp y veo que es Abby.

Abby: Esta tarde voy a tu casa

Abby: Quiero todos los detalles

Abby: 😊

Sus mensajes me confunden. ¿Contarle los detalles sobre qué?

Lau: Contarte los detalles de qué?🤨

Abby: Pues de que va a ser tonta, de tu cita con Josh

¡Dios! Mi cita con Josh. Se me había olvidado.

Abby: Estoy ahí a las 16:30

Lau: Vale

Abby: Luego hablamos❤️

Lau: Chao❤️

Miro la pantalla de móvil antes de bloquearlo y la hora marca 11:30. Antes había dicho que llevaba como mínimo dos horas, pues en verdad llevo unas tres aproximadamente. Seguramente los chicos ya estén despiertos. Bloqueo el móvil y me concentro en la música que sigue sonando por el altavoz.

-Si yo tuviera la llave de tus ojos cerrados
Si yo pudiera inventar cada recuerdo, cada abrazo
Si hoy encuentro respuestas y descubro la cura
Al final de la historia no habrá guerras, ni armaduras- canto levemente.

<<Toc-Toc>> Dejo de cantar al instante.

-¿Quién es?

-Luke- dice desde detrás de la puerta.

-Quiero estar sola, Luke.

-Va Lau, solo tengo una hora. He venido a pasar este rato contigo- me dice y sé que está haciendo carita de súplica desde detrás de la puerta.

Bufo y me levanto para ir a la puerta. Quito el pestillo y la abro levemente. Me giro al instante y vuelvo a caminar hacia el sofá. Escucho como Luke entra a mi habitación a mis espaldas y como cierra la puerta tras él.

Me vuelvo a recostar en el sofá volviendo a apoyar el altavoz en mi estómago. Bajo el volumen de la música hasta que casi no se oye. Luke se sienta en frente mío y siento su mirada en mí, pero la mía está en la ventana.

-¿Estás bien?- me pregunta.

-Sí- digo flojo e intento sonreír pero fracaso.

-Me da a mí que eso no es cierto- me dice y me coge del mentón y gira mi cabeza para que le mire.- ¿Qué te pasa?

Bufo y cierro mis ojos durante unos segundos.-Es complicado- le digo.

-¿Tan mal fue la cita?

-¿Qué? No, no es eso.

-¿Entonces la cita fue bien?- dice arqueando una ceja.

-Sí, fue genial.

-¿Entonces?- pregunta y se le nota la confusión.

-Ross- digo muy bajo mientras agacho la cabeza.

-¿Qué has dicho? No te he escuchado- normal lo he dicho muy bajo.

-Ross- digo un poco más alto.

-¿Qué pasa con él?- me pregunta aún sin entender.

-Cierra con pestillo.

-¿Por?

-Tú hazlo- le digo y él se levanta. Se acerca a la puerta y le pone el pestillo. Una vez hecho se vuelve a sentar al frente mío.

-¿Qué pasa con Ross?

-Ayer... bueno... emm...

-Arranca ya Lau, me pones nervioso- dice exasperado.

-Nos besamos- digo rápidamente.

-¡¿Qué?! ¿Otra vez?- dice con los ojos muy abiertos.

-Sí- digo suave y bajando la cabeza.

-¿Cómo ha pasado?

-Pues...- suspiro intentando calmarme para que las palabras salga bien.- Ayer mis padres salieron y Nick tenía una cita. Nick volvía a las 21 y mis padres no dijeron hora. Cuando se fueron Ross y yo nos pusimos a ver un par de pelis. Cuando las acabamos pusimos unos episodios de Modern Familiy. Cuando íbamos por el tercero me empezó a entrar sueño y apoye la cabeza en el pecho de Ross y él me abrazó con su brazo. Levanté la cabeza para verlo y él me estaba mirando. Estábamos muy cerca y bueno una cosa llegó a la otra y nos besamos. Hasta que nos interrumpió Nick.

-¿Nick os pillo?- pregunta sorprendido.

-No, nos separamos a tiempo- digo y él suelta un suspiro de alivio.- Lo peor es que este fue más "intenso" por así decirlo- digo haciendo comillas en la palabra intenso.

-¿Por? No me digas que hubo lengua- dice y yo asiento con la cabeza y mirando abajo.- Lau, mírame- dice y yo elevo la vista hacia él.- Esto ya no es un simple impulso por la cercanía, esto es más que eso.

-¿A qué te refieres?- le pregunto arqueando una ceja.

-A que a Ross le gustas- dice y yo abro mucho los ojos.- Y seguro que a ti también te gusta él.

-¡¿Qué?!- grito.- ¡No, no me gusta Ross, ni yo a él!

-¿Segura?

-Sí- digo en mi tono normal.

-Vale como tú digas, pero luego no te quejes cuando te diga 'Te lo dije'- me dice y se levanta.- Yo me voy yendo que se me hace tarde.

-¿Ya ha pasado la hora?- pregunto.

-Sí- dice y me da un beso en la mejilla. Cuando llega a mi puerta quita el pestillo y se gira a mirarme.- Adiós Laurita, y piensa un poco.

-¿Qué te crees que no lo he hecho?

-Pues no lo has hecho bien- me dice y sale de mi habitación cerrando la puerta.

Vuelvo la mirada a la ventana y me pongo a pensar en lo que me ha dicho Luke. ¿Qué yo le gusto a Ross? No, eso no puede ser, es mi mejor amigo solo eso.

¿Segura que es solo eso?- dice mi conciencia.

Sí- le respondo.- ¿No?

¿A mí qué me preguntas?

Eres una parte de mí deberías saberlo.

Exactamente, porque soy una parte de ti sé lo mismo que tú.

¿Crees que le gusto a Ross?

Sí.

No, no puede ser.

¿Por qué?

Porque somos mejores amigos y nos hemos criado juntos.

¿Y?

Y... y... que no le puedo gustar. Además, él está con Abby.

Si tú lo dices.

Sí, lo digo porque es verdad.

Vale, vale, como digas.

El ruido de mi estómago me saca de mis pensamientos. Miro la hora en el móvil, 12:50. Todavía me falta una hora y cuarto, como mínimo, para comer. Pero yo no voy a aguantar. Decido ir a la cocina a por algo de comer. Cuando estoy en la puerta me paro en seco. Sé que si salgo me arriesgo a encontrarme a Ross y tener un momento incómodo o peor aún, que quiera hablar, no estoy mentalmente preparada para eso.

Hago un esfuerzo y salgo. Bajo las escaleras corriendo y entro en la cocina. Para mi suerte no hay nadie. Abro el armario de la comida y cojo unas galletas de chocolate. Cierro el armario y salgo de la cocina. Como antes, vuelvo a correr escaleras arriba. Abro la puerta de mi habitación y la cierro con el pie. Me siento en el sofá y me pongo a comer.

Cuando ya he saciado mi hambre dejo la caja de galletas en el suelo y me tumbo en el sofá. A los pocos minutos noto que mis parpados pesan y sé que me estoy durmiendo. No hago nada para evitarlo, ya que lo necesito, por la noche no he dormido casi nada. Poco a poco voy cerrando más y más los ojos hasta que el color negro se apodera de mí.

-Lau, cariño- oigo la voz de mi madre y siento que alguien me acaricia el pelo.

-Mmm- digo y me remuevo en el sofá.

-Es hora de comer- me dice susurrando.

-No tengo hambre. Déjame dormir, he dormido mal esta noche, lo necesito- le digo bajo.

-Vale- dice no muy convencida. Dejo de sentir la mano acariciándome y a los segundos oigo el sonido de mi puerta cerrarse.

Abro mis ojos con algo de dificultad pero lo consigo. Me los froto con las manos y consigo enfocar mejor. Me recuesto en el sofá y cojo el móvil para saber la hora, 15. Me queda una hora y media hasta que Abby venga. ¿Cómo le voy a mirar a la cara después de lo que paso ayer con Ross? No puedo. En un momento de desesperación cojo el teléfono y marco el número de Abby.

-Hola, Lau- dice Abby, alegre, desde el otro lado de la línea.

-Hola- digo intentando sonar alegre pero fracaso.

-¿Pasa algo?- me pregunta.

-Mejor no vengas a casa esta tarde- le digo.

-¿Por?

-Es que no he dormido muy bien y quiero echarme una siesta.

-Oh- dice con algo de disgusto.- Pero me cuentas lo de la cita con Josh mañana a la hora del patio sí o sí.

-Sííí- digo alargando la palabra.- Bueno te cuelgo que quiero dormir.

-Descansa. Chao- se despide.

-Chao- digo y cuelgo.

Me vuelvo a tumbar y cierro los ojos para caer en un profundo sueño.

Me despierta el ruido de la puerta. Me recuesto en el sofá mientras digo:

-Adelante- seguramente es mi madre para ver si me ha entrado hambre.

-Hola- rápidamente levanto la mirada hacia él.

-Ross- digo y me levanto del sofá.- ¿No deberías estar comiendo?

-Lau son las 18- dice y es cuando me doy cuenta de que llevo durmiendo tres horas.

-Oh- es lo único que sale de mi boca.

-Tenemos que hablar- dice.

-No- digo acercándome a él.- No hay nada de que hablar- digo mientras intento echarlo de la habitación, pero no tengo fuerza por lo que no lo consigo. Entra completamente y cierra con pestillo mientras yo continuo mi intento de echarlo cosa que es inútil, ya que la puerta está cerrada.- Ross, no tenemos nada de lo que hablar- digo mientras me doy la vuelta y camino hacia el sofá.

-¿Y del beso qué?- al decir eso me paro en seco antes de llegar al sofá.

-¿Qué beso?- digo sin darme la vuelta.

-Oh, venga, ahora no te hagas la loca. Sabes muy bien de lo que te hablo, Laura.

-No me llames así, odio cuando me llamas así, significa que estás enfadado conmigo.

-No estoy enfadado, pero sí un poco molesto por hacerte la loca.

-Ross, no quiero hablar del beso.

-¿Ahora sí sabes de la existencia del beso?- me dice molesto.

-Ross, ese beso...- digo, pero me quedo en silencio antes de acabar la frase.

-¿Ese beso qué, Lau?

-Ross, vete, no quiero hablar de eso- digo y todavía estoy parada de espaldas a él.

-¡No! ¡No me voy a ir de aquí hasta que hablemos del beso!- dice elevando la voz.

-¡Ross, ese beso...!- digo elevando mi voz igual que él.

-¡¿Ese beso qué, Lau?!- dice todavía con la voz elevada.

-¡ESE BESO FUE UN ERROR!- grito aún más alto y girándome a verle.

-¡NO! ¡ESE BESO NO HA SIDO NINGÚN ERROR!- dice al momento, gritando como yo.

-¿Qué?- digo casi en susurro y con nuestras miradas unidas.

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