Y la voz susurro: no dejes a media nada, concluye, concluye...

En la vida es necesario cerrar ciclos para poder avanzar y evolucionar. Cerrar para poder abrir. Soltar para poder tomar.
Aunque duelan algunas cosas hay que mirarlas de frente, encararlas, sincerarnos con ellas y poner punto final.
En las relaciones de pareja, de amigos y familiares cerrar los ciclos. Cortar la energía que se manifieste en comportamientos discordantes. Incluir a los excluidos en la estructura familiar y alinear la nueva energía de acuerdo al orden perfecto.
En el trabajo no dejar inconcluso ningún proceso. Que todo se dé a su tiempo pero que no quede pendiente ni a medias.
En nuestro crecimiento espiritual cerrar ciclos de aprendizaje, de dependencia, de subestimación, de victimización que pudieran limitar nuestra evolución.
Cerrar un ciclo habiendo internalización cualquier aprendizaje es disponernos a renovar, es replantearnos nuestro camino.
Y cuando lo cierro me digo: esto es lo que corresponde hacer para mi evolución, no me ato a nada que me limite o me esclavice. Mi evolución debe fluir de manera armonizada.

Pidamos al ángel del discernimiento nos asista en la búsqueda de encontrar nuestro camino y a los Arcángeles Jofiel y Miguel para que nos ayuden a cerrar esos ciclos aún abiertos en nuestras vidas.