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8🚨

Chase bostezó, gracias al cielo su día estuvo bastante aburrido y sólo quedaban unos minutos para terminar el turno, Danny terminó de masticar su emparedado y lo miró.

—Olvidé preguntarte por la demanda —Chase sonrió mirando al frente.

—Terminó —Danny abrió los ojos sorprendido por lo que escuchaba.

—¿Ya no hay demanda?

—No, recapacitó.

—Eso es bueno —saliendo del auto arrojó el plástico del emparedado en un bote de basura al lado, estaban a punto de subir a marcar la salida.

—¿Qué hay de tu esposa?

—Las hormonas la tienen gritando y llorando cada cinco minutos, aparte de eso todo bien.

—¿Será chica o chico?

—Quiere dejarlo como una sorpresa, tengo los nervios de punta —gruñó Danny subiendo las escaleras tras él, Chase marcó su salida sin inconvenientes.

—¿Qué hay de los nombres?

—Estamos en eso.

—Por favor, no vayan a ponerle nombres raros, en tu familia hay cada nombre.

—Serán normales —concedió con una carcajada mientras se alejaba.

Chase subió a su auto y vio el identificador de llamadas, su padre estaba bastante insistente y no podía seguir evitándolo, se colocó el auricular y comenzó a conducir mientras tomaba la llamada.

—¿Papá?

Estás evitándome y necesitamos hablar, lo sabes. ¿Puedes venir hoy?—Chase apretó la mandíbula, sí que lo sabía, tenía el recordatorio viviendo cerca de su padre.

—¿Está contigo?

No, estoy solo.

—Bien, estaré ahí en veinte minutos.

Chase colgó y durante todo el camino pensó en una excusa válida para decirle a su padre, desgraciadamente no la encontró y aún mientras subía los escalones de la entrada estaba pensando.

—Papá, ¿cómo estás?

—Preocupado por el arranque que tuviste hace unos días —respondió Jerry dejándolo pasar, Chase se sentó, su padre tomó asiento frente a él.

—Lo siento.

—¿Vas a explicarme que sucede?

—No me llevo bien con Sam y preferiría que no estuviese cerca de mí a partir de ahora.

—El motivo —Chase no le daría algo como eso, en cambio se puso de pie y colocó una mano en su hombro, era mejor si ignoraba ese motivo, su padre abrió los ojos con sorpresa ante el toque y luego se cubrió el rostro con las manos, hacía unos diez años que no lo tocaba.

Su padre era un santo, desde que empezó con el problema tuvo una paciencia increíble.

—Papá, está bien, no hay nada de lo que tengas que preocuparte, gracias.

—Sabes que te amo y cualquier problema, puedes contar conmigo, para lo que sea —recalcó, Chase sonrió.

—Sí, gracias, también te quiero.

—¿No quieres quedarte?

—No, lo siento, estoy cansado, ¿otro día?

—Claro, descansa.

Chase no quería quedarse debido a que Sam estaba cerca, evitaría incluso los encuentros accidentales con ese hombre. Luego de llegar a casa se dio un baño e hizo la cena, comió y encendió el televisor para poner alguna película hasta que los toques lo interrumpieron.

Chase abrió la puerta llevándose una gran sorpresa.

—¿Qué haces aquí otra vez? —Chase fulminó a Dustin con la mirada, él simplemente se encogió de hombros.

—Mmm… porque quiero estar aquí.

—¿Y qué quieres?

—¿Salimos? — Chase miró hacia el auto que apuntaba y negó, era un hombre estúpidamente terco.

—No, vete a casa.

—Esperaré aquí —Chase apretó la mandíbula, Dustin era un hombre obstinado, pero una vez se diera cuenta de que no cedería finalmente terminaría retirándose.

—No esperes, no abriré la puerta de nuevo —advirtió dando un portazo.

Chase puso una película, pero su atención estaba en la puerta, estaba seguro de que se marcharía tarde o temprano, lo más probable es que ya se hubiese ido. Una vez terminó se puso de pie y abrió la puerta, sólo comprobaría, no estaría ahí.

—Pero qué… —exclamó viendo a Dustin sentado en el suelo, él suspiró, su aliento salió blanco debido al frío, bueno, ahora se sentía como un maldito imbécil—. ¿Por qué no te fuiste a casa?

—Dije que esperaría.

—Y yo que no abriría la puerta.

—Te equivocaste.

—Entra —Dustin se puso de pie más rápido de lo que pudo ver cuando abrió la puerta para él y se frotó las manos una vez estuvo dentro.

—Por poco haces que me congele.

—Ese es tu problema, no te dije que esperaras.

Dustin se giró y dejó de intentar calentar sus manos, sus ojos prometían muchas cosas, ninguna buena.

—¿Puedes decirme que sí de una vez por todas? No quiero tener que congelar mis bolas todos los días, pero si tengo que hacerlo ahí me verás.

Chase tragó, nadie más que él estaba cansado de negarse, pero lo hacía por un buen motivo.

—¿Luego qué? —Dustin sonrió.

—Viene la parte divertida, en la cama, comedor, mesa, donde quieras.

—No puedo y lo sabes —Dustin dio un paso hacia él, Chase no se movió.

—Dijiste que estaba bien si comenzabas tú el contacto.

—No ese tipo de toque y eres un hombre —murmuró con exasperación, Dustin achicó los ojos.

—¿Qué problema hay con eso?  No eres homofóbico y ambos lo sabemos.

—No lo soy, ese no es mi problema.

—¿Cuál es?

En realidad eran varios, no sabía si soportaría su contacto debido a lo que había pasado, si su familia se enterara de esto no reaccionarían bien, tendría problemas en el trabajo. Nadie lo entendería.

—Mi trabajo, en el tuyo están bien con esto, pero no puedo decir lo mismo de mis compañeros —Dustin lo miró fijamente.

—¿Quieres que me meta en un armario en el que nunca estuve?

—No te pido…

—Acepto —la respuesta de Dustin lo sorprendió—. No quiero ir por el parque tomados de la mano, tampoco me hace falta besarte en público, quiero sexo, Chase, no te pido una relación rosa.

—¿En serio estás dispuesto a mantenerlo en secreto?

—Si es lo que quieres está bien para mí, lo que te funcione —Chase apretó los labios, no estaba convencido de esta locura para nada—. Trabajo con información clasificada, guardar secretos es lo mío, así que puedo hacerlo.

—¿Cuánto suelen durarte estas relaciones?

—Hasta que tú quieras, es tu decisión. 

—¿Sueles ser exclusivo o…? —Chase ni siquiera terminó la frase.

—Exclusivo, no soy el patán que piensas, pero si tú quieres podemos cambiar eso.

—¿Aceptarás todo lo que yo diga?

—Sí —Chase alzó las cejas.

—¿Dónde te deja eso?

—¿Debajo de ti? —preguntó Dustin no muy seguro—. Al menos eso espero, no sigas haciéndome esperar. ¿Lo haremos o no?

Dustin se acercó un poco más, esta vez Chase tuvo que retroceder.

—Necesito paciencia, no puedo tocarte de la forma que quieres de un día para otro —un suspiro se escuchó en su sala de estar, Dustin retrocedió.

—Bien, yo decidí meterme en esto, no voy a quejarme, iremos a tu ritmo.

—Eso no quiere decir que haya que esperar sentados.

—¿Qué?

—A mi habitación —no tuvo que repetirlo, Dustin fue enseguida al lugar que señaló, y miró alrededor familiarizándose con todo.

—¿Qué piensas hacer?

—Podemos jugar un poco, romper el hielo.

—Dime que vamos a quitarnos la ropa para la labor —Dustin lo miró de arriba abajo. Dios, le encantaba esa mirada, la forma en que lo hacía sentir, tan seguro de sí mismo, poderoso.

—Sí, jugaremos ligeros de ropa y bajo mis órdenes. ¿Te molesta eso?

—Estoy bien mientras no me salgas con cosas extrañas.

—¿Cómo qué? —preguntó Chase tomando asiento en el sillón orejón de su habitación, el contrario se encogió de hombros.

—No lo sé, cuando lleguemos a eso te lo digo, estoy bien con las órdenes.

—Quítate las botas y sube —ordenó señalando a la cama, Dustin obedeció y luego lo miró esperando lo siguiente—. Apóyate en las rodillas y quítate la chaqueta.

—Me gusta este juego —dejó caer mientras se apoyaba en las rodillas y seguía la orden, la chaqueta quedó justo en la orilla de la cama, Chase lamió sus labios viendo los brazos y antebrazos cubiertos de tatuajes.

—¿Si? A mí también, la camisa.

Dustin la dejó caer al suelo dejándole ver los duros músculos también cubiertos con tatuajes, no, los tatuajes cubriendo las cicatrices en su piel, las chapillas cayendo justo en el medio de su pecho completaban la vista.

Chase tragó intentando concentrarse en otra cosa que no fuesen los duros músculos, los abdominales, el ombligo, y el camino que se dirigía hasta el borde de su pantalón, era un hombre malditamente perfecto.

—¿Cuánto tiempo tienen las cicatrices?

—Dos años, no hablaremos de eso, ¿cierto?

—¿Ahora? —Chase arqueó una ceja—. No, ahora no es el momento.

—¿Podrías sacarte la camisa? No es divertido si sólo yo estoy jugando — Dustin se quejó mirándolo directamente, Chase sonrió, quería ver que tanto haría para conseguir eso, Dustin era un hombre muy orgulloso.

—¿Lo pides por favor?

Dustin levantó las cejas, sus ojos eran un claro “¿Crees que no puedo hacerlo?”

—¿Podrías sacarte la camisa? Por favor —agregó sumisamente, Chase suspiró, Dios, este hombre podría volverlo loco si se lo propusiera.

—Ya que lo pediste correctamente —Chase se quitó la camisa y la dejó caer al suelo, Dustin lamió sus labios, ni siquiera tenía que tocarlo, sus ojos eran caricia más que suficiente.

—Eres tan sexy.

Chase sonrió. ¿Acaso no se había visto en un maldito espejo?

—Desabrocha tu pantalón y quítalo —Dustin lo desabotonó sin quitarle los ojos de encima, el sonido de la cremallera prácticamente hizo eco en el silencioso cuarto.

Chase no pudo seguir mirándolo a los ojos cuando sólo se quedó en ropa interior, tenía más tatuajes en los muslos cubriendo otras cicatrices, la tela del bóxer blanco estaba reteniendo la erección a duras penas. 

—¿Te gusta lo que ves?

—Puedes estar seguro de que estoy interesado, nunca me había pasado esto.

—¿El qué?

—El interés que tengo en ti desde que rayaste mi vaso de café —Dustin se echó a reír.

—Sabía que te había atrapado desde entonces.

Chase levantó las cejas.

—La ropa interior —la ropa interior de Dustin tenían un punto de humedad que estaba desconcentrándolo, Chase quería verlo completamente desnudo.

—¿Estás seguro?

—Fue una orden Dustin, la ropa interior —Dustin quitó el bóxer dejándole ver su tensa polla, eran por lo menos nueve pulgadas, estaba roja y llorosa, Chase encajó las uñas en el material del sillón—. Quiero tocarte y hacer todo lo que deseas, pero no puedo.

—Podemos esperar —la voz de Dustin sonaba más calmada de cómo parecía estar, estaba desesperado por bajar esa dolorosa erección.

—No tengo lubricante, así que utiliza tu saliva para acariciarte.

Dustin sonrió y escupió en su mano, él acarició lentamente casi haciéndole sentir la caricia, joder, Chase estaba completamente molesto en sus pantalones de dormir, era una maldita casa de campaña y Dustin estaba muy al corriente de eso.

—¿Por qué no tienes lubricante? —Chase respiró cuando rodeó la punta con el pulgar y extendió la humedad hacia el tronco—. Es bueno cuando tienes que encargarte tú solo de la situación.

Chase lamió sus labios.

—No hizo falta hasta ahora, compraré mañana, te ves… —Chase gimió tocando el bulto en su pantalón, Dustin sonrió con suficiencia.

—¿Eso quiere decir que te gusta lo que ves?

—Sí, mucho.

—Enséñame —sus ojos cayeron en la mano que estaba agarrando su erección por encima del pantalón, Chase se levantó levemente y bajó el pantalón junto a la ropa interior, la mano en la erección de Dustin se movió con más fuerza.

—Es bonita.

Chase levantó las cejas, no le había gustado nada el comentario, eran casi del mismo tamaño, Dustin parecía ser un poco más grande, pero no había demasiada diferencia respecto a eso.

—¿Qué clase de cumplido es ese?

—No te ofendas —Dustin siguió acariciándose—. ¿Quieres que te diga lo que realmente pienso?

—Ujum…

—En realidad quiero ir hacia allí y ponerla en mi boca, pero…

—En algún momento —murmuró, Dustin sonrió.

—Debidamente anotado.

—Acaríciate más fuerte —Dustin obedeció, pero la mirada fue directamente a su polla demandando algo de acción.

—¿No harás nada con eso?

—¿Quieres que haga algo?

—Definitivamente —gruñó deslizando el dedo pulgar por la punta, Chase estaba tomando nota para cuando pudiese darle el placer personalmente, él escupió en su mano y acarició su erección, Dustin jadeó—. Joder, justo cuando pensé que no podías ser más sexy.

—¿De verdad nunca has…?

—¿Recibido? —Dustin gimió con los ojos entrecerrados, Chase hizo un ruido sin dejar de tocarse—. No.

—Pero, ¿quieres? —Dustin volvió a  mirar hacia su erección y sonrió levemente.

—Sí, ahora quiero tenerla dentro de mí.

—¿Dónde eres sensible?

—Aquí —acarició el glande con su dedo pulgar nuevamente, Chase sonrió.

—Sí, estoy seguro de que eres sensible ahí, ¿dónde más?

—Las orejas, que jueguen con mi cuello también me enciende.

—¿Cuánto te falta para correrte?

—Mmm… uh… no mucho.

—Has lo que sueles hacer y córrete —Dustin se acarició con más fuerza por unos segundos más y se dejó ir con un ronco gemido, Chase mordió su labio inferior—. Dios, ni siquiera sé cómo puedo quedarme sentado aquí mientras te tengo desnudo en mi cama.

Dustin se echó a reír mirando su mano manchada con la evidencia.

—Yo tampoco, el baño.

Chase señaló y se acotejó el pantalón mientras Dustin recogía su ropa e iba directo hacia allí, no demoró más de diez minutos en salir completamente vestido de su baño, una total pena.

—¿Por qué no acabaste? —obviamente estaba mirando el bulto en su pantalón, negó.

—Estoy bien.

—Eso me hace sentir un poco mal.

—No te sientas mal, considéralo mi castigo por no poder ponerte la mano encima, ¿quieres quedarte a dormir o te vas a casa?

—¿Vas a dejar que duerma contigo? —Dustin apoyó las manos en los brazos del asiento.

—Puedes dormir en mi cama, yo me quedaré en el sofá.

—Entonces me voy a casa, no dejaré que duermas en el sofá.

—¿Estás seguro?

—Sí, vamos lento, mírame —Chase levantó la cabeza, estaban tan cerca, Dustin suspiró—. ¿Puedo besarte?

—Mientras sólo sea eso.

Dustin bajó y juntó sus labios, Chase ni siquiera estaba muy seguro de que hacer, nunca permitió este contacto, así que dejó que el más experimentado dirigiera las cosas, él se separó lamiéndose los labios una vez estuvo satisfecho.

—Sé que valdrá la pena, así que voy a esperar.

—¿Y si te decepciono?

Dustin se echó a reír.

—Me tienes a base de sueños, besos y lo que acabamos de hacer, aún no me tocas y estoy a tus pies, nada va a decepcionarme, si quieres seguir viéndome masturbar en tu habitación lo seguiré haciendo para ti.

—Recuerda…

—Mantenerlo en secreto —terminó por él.

—Que descanses.

—¿Luego de lo que vi? Una vez no será suficiente, mírame —pidió Dustin de nuevo, Chase obedeció y recibió otro lento beso que casi le hace rogar quedarse toda la noche con él, Dustin por fin se separó y arregló su chaqueta —. Sueña conmigo, porque definitivamente voy a soñar contigo.

Chase tocó sus labios una vez estuvo solo, definitivamente acabaría decepcionándolo, sólo había recibido besos de Dustin y en realidad sería su primera vez de esa forma con alguien. Dustin tenía experiencia, si llegara a enterarse de su ignorancia en la cama hasta ahí llegarían las cosas.

Bueno, probablemente perdería el interés incluso antes de enterarse de eso.

Dustin no parecía ser de los que se quedaban con alguien por mucho tiempo.

Chase disfrutaría de lo que sea que pudiese obtener, aunque estaba seguro de que cometía un error cediendo a todo esto.

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