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6🚨

Chase tocó sus labios recordando el beso que había compartido con Dustin, joder, eso fue tan increíble que no podía sacarlo de su cabeza, estaba en una maldita encrucijada respecto a ese hombre.

En realidad no existía tal cosa.

Dustin en serio había retirado la demanda y llevaba tres días sin aparecer frente a él. ¿Debería molestarle eso cuando era lo que más quería?

Por supuesto que no, ya no tenía toda esa atención molesta sobre su persona, así que estaba bastante conforme.

Chase miró la pantalla de su teléfono, era la tercera llamada de su padre en el día de hoy e igual que hizo con las anteriores dejó que se perdiera, no estaba listo para hablar con él, ni siquiera sabía que podría decirle.

Su teléfono volvió a sonar, esta vez era su hermano, la tomó mientras miraba a la pared. 

—¿Si?

¿Por qué no contestas las llamadas de papá? Está preocupado.

Chase suspiró.

—Sólo di que estoy bien, luego hablaré con él.

No sé qué pasa, pero…

—Todo está bien, Michael —nada estaba bien, pero preocupar a su familia era algo inaceptable.

Lo que digas, pero si hay algún problema

—Sé que tú y papá están ahí para mí —terminó.

, por cierto. ¿Tienes algo que hacer esta noche?

—Mmm… no.

¿Salimos?

—¿A dónde vamos a salir y por qué quieres salir conmigo cuando tienes novia?

Necesito conseguir una, me temo que estoy soltero otra vez.

Chase torció los ojos, lo cual quería decir que iría a un bar.

—No voy a ir a un club, sabes…

Tengo amigos y entraremos por detrás, nada de personas en tu espacio personal y tendremos un lugar para nosotros.

—Ve tú solo —replicó.

¿Podrías dejar de pensar por un minuto y comportarte como alguien de tu edad? Necesitas salir con alguien y yo necesito ver a mi hermano menor, sólo vayamos un rato, no va…

—Está bien, envíame la dirección —interrumpió antes de que su hermano empezara a regañarlo, no terminarían nunca si llegaban a eso.

Michael colgó y enseguida envió la dirección, Chase se dio un baño, hizo una mueca mirando hacia su armario, escogería algo normal, no se quedaría mucho tiempo, así que se puso un jean, una camisa blanca, la chaqueta y los guantes, terminaría rápido y volvería a casa.

Su hermano no podría darle la perorata otra vez respecto a lo de ir a fiestas.

Chase estacionó su auto cerca y caminó al punto de encuentro, Michael hizo una señal a penas lo vio.

—Vamos, quizás lo que necesitas es hacer cosas de tu edad —dijo abriendo la puerta para él, Chase se quejó. 

—No creo que sea eso.

Como dijo su hermano el camino fue seguro, nada de personas cerca de esa puerta o el camino a las mesas, Michael tomó asiento y apoyó los brazos al respaldo del sofá.

—¿Ves? Nada de contacto, a veces puedo ser un buen hermano mayor.

—Eres un buen hermano mayor —Chase lo dijo tomando asiento, no quería que pensara lo contrario, Michael negó.

—No te pongas sentimental conmigo.

—Sólo había visitado estos lugares para hacer redadas —Chase miró hacia la pista de baile, justo en uno de estos había conocido a Dustin.

Típico, ni siquiera ahora podía sacárselo de la cabeza.

—¿Y qué tal la experiencia?

—No puedo decir que estar aquí arriba me hace parte de la experiencia —Michael se echó a reír y se levantó para ir por las bebidas, luego de unos minutos colocó un trago frente a él.

—Aquí tienes —él tomó asiento y bebió de su vaso—. Entonces, golpeaste al tío. ¿Hablamos de eso?

Chase agarró su vaso y miró el líquido ámbar.

—¿Este era tu plan, sacarme de mi comodidad para que estuviese lo suficientemente nervioso para contestar?

—No, sólo quería traerte, ¿nadie te llama la atención? —preguntó mirando hacia la pista de baile, Chase suspiró.

—Sabes que no puedo.

—Estoy seguro de que es tu cabeza haciéndote jugar malas pasadas.

Ojalá ese fuese el motivo. Chase hizo una señal hacia una chica mirándolos, estaba tomando un Martini sentada en la barra.

—Creo que alguien está interesada en ti.

—Oh.

—Baja, estoy bien aquí —su hermano preguntó si estaba seguro de eso y Chase asintió, no lo dejaría de castigo aquí con él hablando de cosas sin importancia, Michael bajó directamente con la chica.

Chase por fin probó su trago con la sensación de la mirada de alguien sobre él, quien quiera que fuese podía dirigir su atención a otro lado, no estaba disponible.

Escupió la bebida en su boca y tosió cuando miró al otro lado del balcón, Dios bendito, sus pulmones estaban colapsando y esa mirada aún no salía de él.

¿Cuál era la posibilidad de que terminara en el mismo lugar donde estaba Dustin?

Algunos le decían destino, en estas circunstancias era preferible llamarlo mala suerte.

Él negó desde el otro lado del balcón, Chase se limpió con una servilleta y la dejó en la mesa.
Dustin no estaba solo en su lugar. ¿Por qué lo estaría? Ellos no eran absolutamente nada, no le debía fidelidad.

El acompañante pelinegro de Dustin se acercó a su cuello y mordisqueó el lugar, Dustin agarró la parte posterior de su cuello y dijo algo, quizás fue un gemido, Chase no estaba seguro, pero la mirada no se había alejado de él ni siquiera por un segundo, lo cual debía agregar, era caliente como el infierno.

Dustin agarró al chico del cabello y metió la lengua en su boca, el beso que compartieron fue extremadamente morboso incluso desde su lado del balcón. La mirada de Dustin no cambió, siguió sobre él y eso estaba poniéndolo nervioso, esa no era la palabra adecuada para describirlo.

Estaba excitado.

Chase bebió de su tragó, no iba a quitarle la vista de encima, se sentiría como un perdedor si alejaba la vista, Dustin se separó y lamió sus labios, la lengua recorrió el labio inferior con más lentitud de la necesaria, provocándolo.

—Chase —dijo su hermano del otro lado, a pesar de la presencia de su hermano no quitó la vista del otro lado.

Dios. ¿Qué estaba pasando con él?

Dustin se alejó luego del beso con él, bueno, en realidad luego del rodillazo en sus parte nobles y eso era justo lo que quería, no podía poner a su cabeza a trabajar sobre el hecho de que estaba confundido.

Tenía que admitirlo. Le gustaba la atención que le daba Dustin, desde el momento en que lo vio se hizo excitante y eso era francamente perturbador.

Era como si estuviesen en medio de la selva, depredador y presa, Chase estaba resultando ser la presa en todo esto.

Dustin dijo algo al oído del hombre sin dejar de mirar hacia él, en cuestión de segundos se puso de pie y Dustin no tardó en seguirlo, la última mirada que le ofreció era una invitación abierta a cualquier cosa que fuesen a hacer.

—Chase, es temprano y sé que te traje, pero… —la voz de Michael sonaba bastante nerviosa, Chase asintió sin prestarle atención.

—Sí, ve y disfruta, me iré en unos minutos —su mirada siguió a Dustin mientras se alejaba con el pelinegro y salían por la puerta trasera.

Chase no pudo quedarse más tiempo en su asiento.

Se puso de pie y evitando a la muchedumbre caminó hacia allí, tomó la manilla de la puerta pensando si en realidad era una buena idea salir y toparse con algo que probablemente no quería ver.

Decidió arriesgarse y finalmente salir, la frialdad lo recibió y el maullido de un gato hizo eco en el oscuro callejón.

Chase respiró con fuerza viendo a Dustin apoyado en una de las paredes de ladrillo del callejón, con sus piernas abiertas, los pantalones abajo y al pelinegro arrodillado a sus pies. A pesar de las sombras pudo ver la cabeza de Dustin arquearse hacia atrás como si en verdad estuviese disfrutando del placer que le daba ese hombre con su boca.

Chase apretó la mandíbula, sabía perfectamente que estaba haciendo algo incorrecto al espiar, pero no podía dar la espalda e irse.

Algo estaba molestándolo y no sabía precisar qué exactamente.

A pesar de la molestia su traicionero pene estaba reaccionando al estímulo visual.

Por si no fuera suficiente los ojos de Dustin se abrieron y todo pareció empeorar, estaba completamente duro y no precisamente por imaginar que ese hombre lo tenía en su boca.
Sus miradas chocaron, Chase no pudo obligarse a salir de ahí o alejar la mirada, Dustin movió su mano derecha para dirigir la cabeza del chico mientras movía sus caderas sin quitarle los ojos de encima.

Chase apretó los puños y sintió su respiración acelerarse, quería hacerse cargo de la dolorosa erección con urgencia, la mirada de Dustin cayó en su pantalón mientras seguía moviéndose y consiguiendo justamente lo que quería de la garganta de su compañero.

No podía quitarle los ojos de encima, si aún tenía dudas de la atracción hacia él era hora de dejarlas ir, ese hombre había conseguido despertar su apetito sexual.

Dustin bajó la mirada hacia la mano agarrando el cabello de su compañero sexual, quería tener esa mano sobre él, acariciando cada centímetro de su piel, agarrándolo a él de esa forma.

Dios, pensar en eso era estúpido cuando no dejaría que Dustin se acercara lo suficiente o lo tocara siquiera, no podía dejar que las cosas fuesen más lejos, no con él, no con un hombre.

Sin embargo, a pesar del pensamiento, de que se dijera a sí mismo que debía irse, sus pies no escuchaban a su cerebro y, en vez de marcharse, continuó viendo sin perder detalle alguno.

Dustin seguía usando la boca del chico, pero toda su atención estaba sobre él y eso presionaba cada uno de sus botones.

Joder, era un maldito pervertido. Ese hombre le había hecho esto.

Dustin cerró los ojos y dejó salir un gruñido que no pudo escuchar, pero imaginárselo fue suficiente para hacer que casi se corriera en su pantalón.

Sus manos se aferraron con fuerza al largo cabello y luego se contrajo contra él viniéndose inmediatamente en su garganta.
Chase jadeó, a pesar de que el espectáculo había finalizado no se movió ni un ápice, Dustin abrió los ojos, arregló su pantalón y el hombre finalmente se puso de pie.

Él le dijo algo al oído y asintió, luego se alejó no sin antes darle una mirada cómplice. Chase suspiró una vez estuvieron completamente solos en el oscuro callejón en una posición más que incómoda, al menos para él.

—No sabía que te iba lo de mirar, si hubiese tenido la información antes habría hecho algo al respecto —mencionó acercándose, Chase arqueó una ceja y dio un paso atrás cuando Dustin estuvo demasiado cerca.

—No me va eso.

—Ni siquiera sabes lo que te va, chaval, me dijiste que no te iban los hombres y mira esa erección por verme corriéndome —los ojos de Dustin bajaron a su cremallera, Chase mantuvo a raya el reflejo de cubrirse.

—No es por…

—¿Qué? —preguntó colocando las manos en la pared—. Desde mi lado no parecía que quisieras la mamada, más bien parecía que querías estar de rodillas chupándome la polla.

Chase apretó los labios.

—¿No te están esperando?

—Sí, me esperan, al menos él no me golpea después de besarlo.

—No debiste…

—¿Qué? —preguntó otra vez acercándose aún más.

Chase respiró agitadamente, Dustin no había intentado tocarlo, sus manos estaban a ambos lados de su cabeza y lo miraba con tanta intensidad que tenía miedo de entrar en combustión espontánea.

Chase pasó la lengua por sus labios mientras el nerviosismo lo acechaba, los ojos de Dustin cayeron directamente ahí.

—Esta vez voy a pedir permiso y esperaré una respuesta real, así que no puedes golpearme luego. ¿Puedo besarte?

—Yo… uh…

—No voy a preguntarlo de nuevo —Dustin alzó las cejas, algo en su mirada era diferente, Chase tragó, probablemente si decía que no hasta ahí llegarían las cosas y era lo más sensato. Lo normal sería negarse para que se fuera de una vez.

Finalmente hizo las paces consigo mismo, quería ese beso, quería un beso igual o mucho mejor al que había compartido con este hombre.

—Sí.

—¿Sí, qué? —Chase jadeó, su pecho bajó y subió otra vez intentando hacer que llegara un poco de aire a sus pulmones.

—Dios, Dustin, bésame de una vez.

Dustin sonrió deliberadamente e inclinó su cabeza hacia abajo, pasó la lengua por su labio inferior de forma juguetona y Chase suspiró esperando más, él mordió con fuerza arrancándole un gruñido.

—Creo que encontramos otra cosa que te gusta —murmuró contra su boca, su aliento contra él lo tenía al borde sin un solo toque.

Sin pensarlo dos veces, Dustin regresó a su labor y esta vez, Chase abrió la boca dejándole hacer lo que quisiera, quería agarrarlo de las mejillas o el pelo para acelerar las cosas, pero no estaba seguro de poder tocarlo.

Dustin empujó la lengua entre sus labios haciéndolo estremecer, joder, nunca había sentido esto, nunca había dejado que…

El hombre contra él gruñó cuando sus lenguas se enredaron, Chase no estaba muy seguro de qué hacer, pero el calor de su boca estaba volviéndolo completamente loco.
Dustin enrolló sus lenguas ansiosamente, nada de vacilación o timidez, sin poder evitarlo gimió por la invasión y falta de aire.

—Me encantaría quedarme, pero tengo a alguien más que dispuesto a darme lo que quiero, requiero un poco de mimos luego del maltrato —Chase lo fulminó con la mirada—. No me mires así, utilizaré sabiamente la erección que acabas de provocarme.

—Vete al infierno —gruñó, Dustin dejó salir un suspiro.

—Pide que me quede contigo y seré todo tuyo.

Era una oferta tentadora, más que eso, pero Chase no iba a darle lo que quería, no iba a dejar que lo tocara, no le daría sexo, justamente lo que Dustin anhelaba.

—Puedes unirte a nosotros y mirarnos si eso es lo que te gusta.

Chase apretó los labios.

—Puedes irte, eso no pasará.

—Cederás en algún momento, es cuestión de tiempo —Dustin por fin se alejó, Chase mordió su labio inferior con fuerza mientras lo veía alejarse.

Por el bien de ambos lo mejor era que no cediera a algo que no podía permitirse, ya había quedado más que claro que lo quería, pero tenerlo era mucho más difícil de lo que parecía.

¿Cómo iba a satisfacerlo si el contacto hacía que tuviera ataques de pánico, si lo asqueaba al punto de querer devolver todo el contenido de su estómago?

Él era un maldito problema y era mejor no someter a Dustin a eso.

No terminaría bien.

Además, no estaba dispuesto a irse de la fuerza por algo tan estúpido como enrollarse con un hombre.

Ni siquiera duraría.

Así que no valía la pena.

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