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5🚨

Dustin suspiró bajo la ducha, recién habían terminado de entrenar y tenía que ver a Chase en unos minutos, sinceramente pensó que la estrategia del abogado le daría un tiempo, pero estaba extendiéndose demasiado con eso, no quería ir a un tribunal para terminar haciendo el ridículo.

Evidentemente ya era hora de retirarse de este juego de la demanda y avanzar un poco más con el terco Oficial.

—Dustin, hoy es el cumpleaños de los mellizos, así que ya sabes —avisó Kaleb enjuagándose, Dustin cerró la llave y cogió su toalla.

—Bien, iré un poco tarde, tengo planes.

—Sí, pero lleva regalos —Dustin se echó a reír gracias a la recomendación.

—Claro, Cloe dejará de hablarme si no llevo algo.

Dustin se vistió y condujo a la cafetería habitual, Chase ya estaba sentado ahí con su abogado, por su parte ni siquiera se había molestado en decirle que viniera, sólo pagó y dijo que ya tenía un trato.

No lo tenía, pero planeaba tenerlo pronto, todo dependía del terco Oficial que lo miraba como si fuese una pesadilla andante.

—Llevo esperando aquí casi una hora —Dustin se sentó.

—Lo siento, el entrenamiento se retrasó y salí a esta hora.

—Sí, sí, no me importa, sólo terminemos con esto.

—Escucha, ¿podemos hablar a solas? —hizo la pregunta señalando al abogado, Chase hizo una mueca y accedió haciéndole una señal al hombre.

Dustin dio unos toques en la mesa tratando de encontrar las palabras correctas, él siguió el movimiento con sus ojos, sabía que no era tan indiferente como decía ser.

—Creo que llegamos demasiado lejos con esto.

—¿Te parece? —resopló Chase con una sonrisa irónica—. Fuiste tú quien…

—Puedo dejarlo aquí si me acompañas esta noche.

—No me acostaré contigo.

—Compañía, sólo eso —Chase entrecerró los ojos, estaba bastante desconfiado.

—¿Y olvidarás lo de la absurda demanda?

—Sí, vas a ganar de todas formas, pero nos ahorraremos bastante tiempo y dinero.

—¿No estoy aceptando algo más?

Dustin pestañeó como si no se le hubiese ocurrido nunca la indecorosa idea, la verdad es que eso sería lo mejor que pudiese pasar, pero aún estaba llegando a la parte donde lo convencía.

—Sólo si quieres que pase —Chase negó rotundamente.

—No, gracias, ¿a dónde vamos?

—Es el cumpleaños de los hijos de mis amigos y necesito un poco de ayuda.

—¿Ayuda?

—Regalos y que la noche no sea tan larga.

—¿Quieres que te ayude a comprar los regalos?

—Sí —Chase lo señaló.

—Si me estás engañado te juro que…

—No te engaño.

—Bien, vamos a comprar esos regalos —dijo poniéndose de pie, Dustin lo miró, en serio no podía creer que hubiese funcionado, evidentemente Chase estaba desesperado por deshacerse de la demanda, tanto como para acceder a tener una cita con él.

Chase habló con su abogado, él ni siquiera estaba de pie cuando regresó.

—¿Vamos o no?

—Sí, dejemos tu auto de camino a casa.

—¿Por qué el mío?

—Iremos a casa de mis amigos, luego te llevo de vuelta —los labios de Chase se fruncieron.

—No quiero que estés cerca de mi casa.

—Mmm… prometo que seré bueno y retiraré la demanda.

Él inhaló y luego por fin se rindió.

—Bien, vamos, iremos a una tienda cercana antes de llegar a casa, creo que ahí puedes hacer las compras.

Dustin lo siguió y aparcó detrás de su auto, Chase le hizo señas para que lo siguiera, el lugar no era tan grande como el centro al que acostumbraba ir, pero probablemente habría algo que les acomodara a los niños.

—Entonces, ¿qué deberíamos buscar?

—No lo sé, por eso te traje —Chase negó.

—¿Cuántos son?

—Dos, una chica y un chico.

—Edad.

—Nueve.

—Mmm… ¿Qué les gusta?

—A Cloe le gusta pintar —Chase asintió y caminó hacia un lugar en específico, Dustin lo siguió.

—Podemos hacer algo con eso, comprar pintura, lienzos, pinceles, ¿tiene algo de esto? —Dustin miró hacia los útiles, no estaba seguro, pero no los había visto nunca.

—No, creo que sólo tiene colores.

—Entonces compra eso —Dustin escogió todo y lo miró—. ¿Qué hay del niño?

—Ah… Morgan, es… bueno, no lo sé, es un niño bastante maduro, creo que no lo he visto jugando.

—¿Qué quieres comprar entonces?

—Espera un segundo, sostén esto, le preguntaré a Kaleb —dijo pasándole las cosas, Dustin escribió, Kaleb contestó enseguida—. Barajas, dijo que Morgan quería eso.

—Bien, escoge unas y vamos.
Luego de escoger todo e incluso envolverlo con papel de regalo Dustin dejó los regalos en el asiento trasero.

—¿Estamos cerca de tu casa?

—Sí, olvida el camino luego de traerme de vuelta.

—No lo haré.

Chase negó, fueron una cuadra más lejos y dejó su auto en el garaje de una casa pequeña, luego se acercó, abrió la puerta de su auto para finalmente sentarse a su lado, Dustin pestañeó, estaba preparado para esperar al menos una hora, por lo que esto era una agradable sorpresa.

—¿Nos iremos directamente, no quieres bañarte o algo?

—¿Qué es algo, quieres que me ponga maquillaje? Ya estoy bañado —respondió Chase como si fuese idiota, Dustin sonrió.

—¿Te bañaste para verme?

—No, suelo bañarme para no estar desagradable.

—Lo que yo decía —murmuró con un encogimiento de hombros, Dustin puso el auto en marcha y se arriesgó a preguntar lo que tanto quería saber viendo los guantes negros—. ¿Tienes alguna fobia a los gérmenes?

—No.

—Para colocarme las esposas tuviste que tocarme.

—Estoy bien con eso —él lo miró de reojo.

—¿Y entonces?

—Es el contacto, depende de quien sea, como sea y donde sea, si soy yo quien lo inicia está bien.

Eso no sonaba bien, Dustin arqueó una ceja.

—La fiesta es de los niños, si hay algún problema…

—No hay problema, puedo portarme bien. ¿Nos reuniremos con tu equipo?

—Sí.

—¿Podrías evitar que me toquen o intenten darme la mano? No puedo hacer eso y suele ser incómodo.

Dustin asintió, habló con Kaleb sobre eso durante el camino, así que estaba a salvo.

—Sí, puedo ser tu caballero esta noche y protegerte de momentos incómodos.

—No olvides el motivo por el que voy contigo.

—Lo sé —Chase miró por la ventanilla.

—¿Tu equipo sabe que…?

—¿Qué salgo con hombres? —terminó con una carcajada, Chase lo miró.

—Sí, eso.

—Desde que me divorcié, y sí, están bien con eso, el antiguo Comandante, el hombre que fue a recogerme en la delegación sale con Kaleb, nuestro chico estrella, van a casarse pronto.

—¿Es en serio?

—Sí. ¿Por qué la sorpresa? —Chase se encogió de hombros.

—No lo sé, pensé que para ustedes… era… uh… difícil.

—Lo era, pero las cosas cambiaron.

—¿Desde cuándo te gustan los hombres?

Dustin hizo una mueca recordando a Anya, Dios, que malos recuerdos tenía de esa mujer, después de su regreso sólo se portó como una fulana por un par de dólares más.

Y su hermano desde pequeño siempre se había empeñado en arrebatárselo todo, eso no cambió cuando creció, era como una maldita meta que tenía para en verdad creerse que era mejor que él.

—Hace dos años le cogí fobia a las mujeres, ¿ves? Tenemos algo parecido.

—Era una pregunta seria —replicó Chase con enojo.

—Respondí con seriedad, no quería salir con mujeres y un día se me insinuó un chico, lo único que pensé fue, ¿por qué no? Y bueno, aquí estamos.

Chase se echo a reír, esta vez reía de verdad.

—Eso es una locura, tuviste que tener algún tipo de atracción antes.

—Mmm… si, besé al capitán del equipo de baloncesto en la secundaria y debo decir que fue bastante bueno —Chase giró la cabeza y lo miró con sorpresa.

—¿Sólo un beso?

Dustin sonrió lo más descaradamente que podía.

—¿Quieres todos los detalles calientes? Puedo describirlo todo para ti.

—No.

—Sólo fue un beso —admitió finalmente—. ¿Qué hay de ti?

—¿Qué? —preguntó Chase confundido por el cambio, Dustin estacionó.

—Parejas.

—No.

—Vamos, ya me hiciste hablar, no puedes dejarme así.

Chase levantó las cejas.

—Respondí, no hay tal cosa.

—¿Y antes?

—Tampoco.

—¿Qué hay del… —Chase señaló fuera, Kelly se acercaba a ellos, Dustin maldijo, para una vez que se enteraría de algo importante y lo interrumpían.

—Creo que tenemos que salir, alguien viene.

—Pero no terminamos con esta conversación —advirtió saliendo del auto, Dustin palmeó la espalda de Kelly—. ¿Cómo va todo?

—Bien, veo que hoy traes compañía —su mirada cayó en Chase, Dustin asintió.

—Es Chase, un amigo, Chase, él es Kelly, nada de saludos tiene un poco de fobia al contacto.

Kelly sonrió.

—Es un placer conocerte, ni siquiera le hemos conocido amigos a este tipo por dos años.

—No me sorprende —respondió Chase con una sonrisa haciendo reír a Kelly.

—No son nada graciosos —su gruñido hizo que ambos se detuvieran, Kelly levantó las cejas.

—Compraste regalos, ¿cierto?

—Sí.

—Vamos con los mellizos entonces —Kelly comenzó a caminar dándoles la espalda, Chase se acercó para susurrar en su oído.

—¿Por qué te lo recuerda?

—La última vez lo olvidé y Cloe no me habló por un mes a pesar de traerle una muñeca al otro día.

—Parece que es una ternura.

—Sólo con Kaleb —concedió.

—Pensé que llegarías tarde —Kaleb en la entrada estaba sorprendido de verlo tan temprano, Dustin se encogió de hombros—. ¿Es Chase?

—Sí.

—Soy Kaleb, no te preocupes, nadie intentará tocarte, Dustin nos dio el aviso, aunque los niños… —dijo mirando al patio.

—No tengo problema con los niños.

—Bien, ¿el regalo? —Dustin torció los ojos y levantó la bolsa con los regalos, Chase volvió a reírse de eso.

—Aquí.

—Vamos, los niños están en el patio.

Todos caminaron hacia allí siguiendo a Kaleb, Cloe estaba molestando a Sander con algo y Morgan jugaba con el perro.

—Niños, el tío Dustin está aquí y esta vez trajo regalos.

Cloe fue la primera en aparecer frente a él, tenía el pelo recogido con algunas cintas, estaba más largo que antes, las cintas hacían juego con la blusa y falda rosa.
Ella inspeccionó la bolsa y lo miró con los mismos ojos de Sander.

—¿Cuál es mi regalo?

—¿No vas a saludarme? —preguntó agachándose, Cloe le dio un beso en la mejilla con una rapidez alarmante y miró hacia la bolsa otra vez, obviamente quería lo importante.

—El regalo.

—Aquí tienes, feliz cumpleaños —dijo entregándole el suyo—. No hagas mucho desastre con eso, no quiero que tu abuela me maltrate.

—Es pintura —Cloe sonrió luego de sacar algunas cosas, Dustin asintió—. Gracias.

—¿Quieres que la guarde? —preguntó Kaleb acariciándole el pelo, Cloe levantó la cabeza y por fin vio a Chase.

—No, yo… ¿Uh?

—Creo que ya vi esto antes —Kelly se echó a reír viendo la cara de la niña, Cloe se refugió en los brazos de Kaleb.

—¿Qué pasa?

—¿Quién es él?

—Es Chase, amigo de tu tío Dustin —Cloe volvió a mirar, sólo un poco, Dustin ya sabía lo que pasaba, lo cual era muy divertido.

—Tiene los ojos bonitos.

—Gracias y feliz cumpleaños —Cloe escondió la cara en el cuello de Kaleb, Chase la miró.

—¿Pasó algo?

Kaleb sonrió.

—Mmm… tiene debilidad por los chicos apuestos —respondió haciendo reír a todos.

Morgan por fin se detuvo frente a él, parecía un poco tímido, así que Dustin no lo molestó.

—¿Qué hay de mi?

—Aquí tienes, felicidades —dijo tendiéndole las barajas—. ¿Te gustan?

—Sí, gracias —él fue directo con su abuelo para enseñarle las barajas.

—Y ese es Morgan, totalmente lo contrario a su hermana —Chase asintió.

—Puedo ver eso.

—Él es Sander, el padre de los mellizos, Nikita, Paul y Oskar, el pequeño es Leo.

—Mucho gusto.

—¿No fue él quien te arrestó? —Dustin lo fulminó con la mirada cuando dejó caer el pedazo de información delante de todos, mierda, sabía que pasaría tarde o temprano.

—¡Sander!

—Oh no, ¿quién va a contarlo? —Oskar se sentó esperando la noticia con interés, parecía una ama de casa esperando el chisme de la tres y alguien estaría dispuesto a regalárselo.

Sander sonrió.

—Lo haría si tuviese todos los detalles, pero vamos a saberlo todo de primera mano gracias a Chase, ¿cierto?

—Uhh…

—No les dirá nada.

—Puedo decirles que incluso intentó sobornarme —Nikita se echó a reír.

—No puedo creer que le tengas tan poco respeto a la ley.

—Eso fue un malentendido —murmuró, Sander colocó un brazo alrededor de sus hombros.

—Nuestro amigo aquí confundió al Oficial con un stripper, se insinuó, ¿cierto? —Dustin suspiró cuando Chase le siguió la corriente.

—Ujum… intentó excederse y tuve a que acusarlo de acoso sexual.

—No alimentes el chisme.

—Fue justo lo que pasó, leí los cargos, además, te vi acosarlo luego de sacarte, estuvieron a punto de arrestarte otra vez.

—Dios, como los odio —replicó.

Chase estuvo bien, más que bien, sólo los niños lo tocaron y como dijo no tuvo problema con eso, incluso se puso a jugar con los chicos y el perro. Dustin decidió sacarlo pasadas la una, condujo de vuelta y se estacionó frente a su casa.

Ya era hora de dejarlo ir, aunque en realidad quería todo lo contrario.

—Estamos de vuelta.

—No puedo decir lo mismo de ti, pero tus amigos son increíbles —Dustin hizo una mueca.

—¿Yo no lo soy?

—No, eres exasperante.

—Chase —él evitó que agarrara su mano con una eficiencia que no había visto nunca.

—No me toques.

—¿Cuál es el motivo real por el que no quieres que te toquen?

—No es de tu interés, no vamos a vernos de nuevo.

—Estoy seguro de que nos veremos otra vez.

—Entraré de una vez —dijo saliendo del auto, Dustin lo siguió mientras caminaba hacia la entrada—. ¿Por qué me sigues? No voy a dejar que entres a mi casa.

—No quiero entrar, al menos no hoy —agregó sólo por si pensaba que había perdido el interés—. Sólo te acompañaré a la puerta.

Chase apretó la mandíbula y justo cuando llegó a la entrada se giró para mirarlo.

—Bien, ya vete.

—Chase… —él miró cuando pronunció su nombre, Dustin lo acorraló contra la puerta colocando las manos contra la madera, Chase frunció el ceño entre sus brazos.

—¿Qué haces?

—Voy a besarte y es el momento para que me detengas si realmente no quieres que lo haga.

Chase no se movió o dijo algo, evitando tocarlo bajó la cabeza y unió sus labios, Chase se vio bastante sorprendido, pero no dio indicios de alejarse, así que deslizó la lengua por el labio inferior haciéndolo gemir.

Dustin aprovechó el gemido y metió la lengua en el interior, Chase no era tan diestro en los besos, pero correspondió torpemente entre gemidos, sus lenguas se enredaron por unos segundos, no los suficientes ya que Chase estaba más tenso que la cuerda de un violín a punto de romperse.

Dustin lamió sus labios luego de separarse. La mirada de Chase cayó directamente en su boca.

—Creo que podríamos explorar las posibilidades —dijo mordisqueándole el labio inferior, Chase jadeó.

—¿Qué?

—Sobre esa afirmación de que no te gustan los hombres.

—En serio eres un imbécil —la ofensa cayó junto con un rodillazo directo en la entrepierna.

Dustin se quejó y agachó tratando de matizar el golpe, Dios, ese chico no tenía piedad, no pudo levantar la mirada del suelo a pesar de escuchar el portazo.

Se había llevado un maldito golpe en las bolas, pero logró conseguir un beso, no tan intenso como esperaba, pero al menos estaba seguro de que a Chase le gustó teniendo en cuenta su reacción.

No era tan recto como decía evidentemente.

Sólo tenía que trabajar un poco y podría convencerlo.

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