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4🚨

Ese Dustin era el hombre más exasperante que había conocido nunca y tendrían que reunirse otra vez en la tarde, Chase torció los ojos mientras marcaba su salida. Seguía pensando en ese tonto, el maldito acoso estaba acabando con sus nervios.

Condujo a casa de su padre y estacionó, no quería estar cerca de este lugar debido a Sam, pero no podía evitar a su padre por siempre.

Con un suspiro tocó, no fue Jerry quien abrió la puerta para él, Sam estaba frente a él con su sonrisa más grande, Chase apretó la mandíbula, no se había preparado psicológicamente para esto.

No podía ver hoy a este hombre.

—Querido Chase, tu padre está en la cocina —tragó y tratando de estar lo más alejado de él caminó directamente hacia allí, su padre sonrió en cuanto lo vio.

—Chase, ¿todo bien?

—Sí, papá —Chase miró hacia la entrada asegurándose de que Sam no estuviese cerca—. ¿Por qué el tío está aquí?

—Oh, dijo que estaba aburrido y apareció por aquí —su padre removió algo en una cacerola distraídamente.

Chase tragó, no le gustaban nada estas visitas.

—¿Le dijiste que vendría?

—Eso creo, ¿pasa algo? —preguntó su padre apagando la estufa y mirándolo, una gota de sudor bajó desde su cuero cabelludo, no, nada estaba bien, no lo estaría mientras ese hombre siguiera vivo y en la casa de su padre.

—No, todo está bien.

—Chase… —cualquier cosa que iba a decir su padre Sam logró interrumpirla apareciendo en la cocina sin aviso.

—Chase, deja que tu padre termine aquí y hazme compañía.

—Chase… —Chase decidió ir, su padre ya se veía preocupado y no quería que eso empeorara.

—Esperaré en la sala de estar, no te demores demasiado ¿vale? Tengo una reunión más tarde.

—Ahora voy para allá —murmuró con un asentimiento.

Chase inhaló tratando de calmarse, Sam lo miró de arriba abajo cruzándose de brazos.

—Te ves mejor que la última vez —Chase arqueó las cejas.

—Deja de venir a  la casa de mi padre.

—Es mi hermano menor, tengo derecho a visitarlo cuando quiera.

Dando un paso al frente lo fulminó con la mirada, la forma de decirlo no le gustó, demasiado mórbida.

—Espero que no le hayas tocado un maldito pelo a mi padre cuando era pequeño —Sam se echó a reír.

—¿Estás insinuando lo que creo?

—Sí —él negó dejando que su cabeza descansara un poco de los malos pensamientos.

—No le hice nada a tu padre.

—Bien.

La sonrisa de Sam se ensanchó, sus ojos se llenaron de algo que Chase reconocía como lujuria.

—Sin embargo, a tu hermano…

—Jodido imbécil, te juro que si me entero de que le hiciste algo a Michael voy a matarte.

—¿Qué crees que le hice? En algún momento creo que pasó algo, pero tú eras mi favorito, sigues siéndolo —Chase le golpeó la mejilla lo más fuerte que podía, Sam cayó al suelo agarrándose el lugar—. ¡Ugh!

—¿Qué rayos pasó? —su padre se agachó junto a Sam revisando lo que le había hecho, tenía sangre en la boca, bien, se lo merecía, Chase se limpió los guantes en la ropa, necesitaba irse de una vez.

—Creo que se hace tarde para mi cita.

—Tenemos que hablar, lo sabes ¿cierto?

Apretó la mandíbula viendo a su padre.

—Sí, estoy seguro de que tenemos que hablar, volveré a pisar esta casa cuando le prohíbas la entrada a esta basura —gruñó apuntando a Sam.

—Sam es tu tío —Jerry lo vio con la mayor sorpresa que podía reunir, él se encogió de hombros.

—No vendré mientras siga alrededor.

—Espera…

—Llámame —dijo finalmente.

Chase condujo directamente a la cafetería, todavía quedaban dos horas para la cita, pero necesitaba un poco de tranquilidad antes de tener la estúpida reunión, pidió un café y se quedó mirándolo por un momento.

Mierda, Sam estaba haciendo que perdiera la compostura, si seguía así su padre se enteraría de eso, todos lo sabrían y no quería, era tan humillante. 

—Sabía que vendrías temprano, te quejas de mis llegadas, pero tú eres el problema llegando a esta hora —Chase suspiró viendo al hombre frente a él tomar asiento sin siquiera pedir permiso.

—Dustin…

—El único, ¿estás bien? —preguntó Dustin apoyándose en la madera y acercándose un poco para verlo, Chase respiró, en realidad no, no estaba nada bien.

—¿Por qué, me veo mal?

—Mmm… un poco pálido quizás. ¿Qué sucedió?

—¿Por qué sería eso de tu interés? —sólo un encogimiento de hombros.

—No es agradable verte así.

—¿Cómo, pálido?

Dustin negó y volvió a repasarlo con la mirada.

—No, perturbado, como si alguien te hubiese cortado las alas —Chase torció los ojos.

—Sólo sabes decir tonterías.

—Estás nervioso, ¿es por mí?

—Definitivamente no.

—Creo que eso me hace un poco feliz, pero me preocupa que alguien lograra ponerte así de mal —Chase se quedó mirándolo, este hombre era un completo descarado.

—Así que te preocupa.

—Contrario a lo que piensas, me preocupo por ti.

—Sí, creo que eso sería una gran sorpresa —bebió de su café mirándolo sin creer una palabra, los ojos de Dustin cayeron en su mano.

—¿En algún momento te los quitas? —Dustin estaba demasiado curioso por sus guantes, Chase hizo una mueca.

—No te importa.

—En mi sueño…

Dustin dejó el café en la mesa con fuerza, estaba sorprendido de que no ocurriese ningún accidente, derramar el café era lo único que le faltaba para completar su mal día.

—Era un puto sueño, Dustin, no era real, de eso se tratan los sueños —Dustin lamió sus labios, eso era un gesto nervioso o quería que le prestase atención a ese lugar, probablemente era la segunda ya que lo estaba consiguiendo.

—¿Sabes lo que hacías?

—Creo que me dijiste algo en la reunión anterior —replicó con hastío.

—Estabas en mi baño, de rodillas mientras me chupabas la polla —Chase trató de ocultar su rostro cuando algunas personas cerca los miraron anonadados. Dios, este hombre estaba loco.

—Eres…

—¿Qué, fue demasiado para ti? —la risa satisfecha del infeliz no tenía comparación, Chase lo fulminó con la mirada—. Tu lengua estaba haciendo maravillas conmigo y tus ojos… —el gemido hizo que su pantalón se tensara. Oh, mierda, estaba reaccionando a él y esto no era precisamente una buena noticia—. Joder, me mirabas tan lindo que no pude soportarlo y follé tu boca hasta correrme. 

—Voy a demandarte por acoso —luego del gruñido Dustin se apoyó en la mesa nuevamente y se acercó a él como si fuese a contarle algún secreto, Chase apretó la mandíbula esperando otro comentario fuera de tono.

—Chase, te gusta mi atención o ya hubieses hecho algo al respecto, acéptalo de una vez —negó.

—Sólo sabes decir estupideces.

—Dejando de lado mi sueño —dijo incorporándose en su asiento, Chase se relajó un poco, sólo hasta que abrió la boca otra vez—. ¿Sabes todo lo que quiero hacerte?

—Déjalo de una vez —la gente alrededor estaba atenta a la conversación, parecían interesados en Dustin, bueno, no le sorprendía, el tipo era atractivo, Chase negó al pensar en eso y Dustin sonrió.

—Es una lástima que no me dejes tocarte sino ahora mismo estaría tratando de convencerte tocándote debajo de la mesa.

—Tú…

—Te frotaría el tobillo y haría esperar por mi contacto.

—Eres un poco arrogante —Dustin mordió su labio inferior, joder, su pantalón era molesto y los gestos, junto a las palabras de Dustin no estaban ayudando.

—Deslizaría mi pie a lo largo de tus piernas lentamente y entre ellas —agregó haciéndolo apretar la mandíbula—. Al menos así podría explorar que tan grande la tienes, aunque creo que estás bien, muy bien en realidad. 

—No puedes estar hablando en serio.

—Si me dejaras tocarte…

—Olvídalo —gruñó, los ojos de Dustin parecían un poco extraños, las pupilas totalmente dilatadas.

—Te diría lo sexy que eres al oído —la voz baja que estaba utilizando era un susurro peligroso y estaba de alguna forma consiguiendo envolverlo. Dustin sonrió cuando captó que su mirada estaba directamente en su boca, sólo para poder entender lo que decía—. Besaría esos labios que me traen mal desde que puse los ojos en ti, deslizaría la lengua en el interior hasta hartarme y sabérmelo todo de memoria, tu sabor, como gimes…

—Dustin, deja de hablar —Chase apretó los puños para evitar bajar su mano y arreglar el problema en su pantalón, Dios, estaba incómodo y este hombre estaba llevándolo al límite. Dustin no se detuvo, él lo miró fijamente mientras seguía con su oración.

—Los mordería hasta dejarlos hinchados y completamente rojos.

—¿Vas a callarte algún día?

—Quisiera dejarte marcas en el cuello, evidencia de nuestra noche, saber que tan sensible eres si chupo tus pezones.

—Deja las groserías —Chase tragó, lo mismo pasó con las personas al pendiente de la escandalosa conversación, algunas chicas estaban enrojecidas mientras los miraban de reojo.

—Besarte el abdomen, chupar cada porción de piel hasta llegar a tu pelvis, meter tu polla hasta el fondo de mi garganta, ¿no te gustaría eso? —Chase escuchó el jadeo de la mujer detrás de Dustin, él miró hacia la ventana.

—Eres…

—Si pudieras ver tu rostro ahora mismo, Dios, estás tan emocionado por mis palabras que tenerte sobre una cama debe ser increíble, mis dedos dentro de ti —Chase lo fulminó con la mirada.

—No vas a poner nada dentro de mí.

—¿Cuál es la otra opción? —preguntó apoyando la mejilla en su mano, Chase arqueó una ceja.

—También tengo manos y una polla totalmente funcional.

Dustin sonrió como nunca lo había hecho, Chase maldijo, Dios, había caído totalmente.

—Oh, ahora estamos hablando sobre cosas interesantes, así que quieres follarme.

—Yo no dije eso.

—Apuesto a que sí, si no quieres que yo esté dentro de ti eso sólo quiere decir que quieres que sea al revés.

—Dustin… —Dustin lamió sus labios, sus ojos se veían más interesados en la cuestión si es que era posible.

—Estoy seguro de que podemos hacer algo al respecto, nunca he probado estar abajo, pero no debe ser tan malo.

—¿Estás escuchándote? —gruñó en voz baja aproximándose a él, Dustin también se acercó aprovechando el momento, su boca se torció en una sonrisa.

—¿Qué, no quisieras ver mi expresión mientras tengo tus dedos en mi interior?

—Dios, hay gente alrededor.

—No me importa —dijo con una risa—. ¿Qué hay de deslizar tu polla dentro de mí?

Chase tragó y se removió en su asiento, tenía una erección más que molesta y esto no ayudaba, imaginar a Dustin con sus dedos dentro, follándolo, joder, estaba cayendo totalmente en sus redes.

Dustin deslizó la lengua por su labio inferior, Chase tuvo que seguirla hasta que volvió a perderse otra vez en el interior de su boca.

Carajo, ahora sólo pensaba en chuparla, sus pensamientos estaban caóticos y totalmente equivocados.

—Debe ser muy apretado, ya sabes, primera vez y todo eso, podría lloriquear un poco para ti si eso es lo que te va.

—¿Tu lloriqueando?

—Lo que quieras —murmuró.

—Sólo quiero que te calles.

—Conozco formas más útiles de callarme que ordenármelo, ahora soy de los que dan órdenes, vas a tener que trabajar un poco conmigo.

—¿Por qué pasar tanto trabajo sólo para un polvo?

—¿Planeas que sea sólo uno? —Chase arqueó una ceja ante la sorpresa en el tono de Dustin—. Creo que no vamos a tener suficiente una vez estemos ahí, estoy seguro de que no vamos a cansarnos de eso.

—No tienes remedio.

—Dime, ¿qué tan duro estás ahora mismo? —Chase resopló.

—No estoy…

—Mentiroso, no cabes en tus malditos pantalones y has estado removiéndote incómodo, contrario a lo que piensas no soy un idiota, sólo escucharme te puso así, imagina hacerlo.

—Hasta aquí llega nuestra conversación, tengamos la reunión otro día — sentenció fulminándolo con la mirada.

Dustin se puso de pie obedeciendo sus palabras por una vez en su vida, no sin antes decir lo que quería.

—Me iré primero para dejar que te calmes un poco, pero…

—¿Pero qué? —Dustin se apoyó en el respaldo de su asiento y la esquina de la mesa teniendo cuidado de no tocarlo accidentalmente y se acercó a su oído.

—Cuando llegues a casa y te metas bajo la ducha vas a pensar en mí, extendido en tu cama imaginando todo lo que quieres hacer conmigo, ya puse eso en tu cabeza y no saldrá de ahí.

Chase apretó la mandíbula mientras lo veía irse, Dustin parecía muy satisfecho con lo que había logrado y no pudo evitar mirarle el culo, su pene dio una sacudida.

Dios santo, miró hacia abajo, esa maldita cosa traicionera estaba a toda marcha y sólo por un montón de palabras que no significaban nada para él.

Luego de salir lo más disimulado posible condujo a casa, a pesar del tiempo que le tomó llegar seguía igual de excitado, joder, ese viejo estaba acabando con él, esto no solía pasarle.

No pasaba y punto, eso era todo.

Chase se metió bajo la ducha fría, no porque fuese recomendación de ese idiota, en verdad necesitaba esto y probablemente todo desaparecería, maldijo cuando su polla parecía estar burlándose de él.

Mierda.

Chase agarró el gel de baño y lo extendió a lo largo de su falo, sólo necesitaba aliviarse, no iba a pensar en las tonterías que le dijo Dustin, en su boca lamiendo cada centímetro de su piel, chupándole la polla, probablemente lograría callarlo efectivamente de esa forma.

Tenía que admitir que sería un buen espectáculo verlo de rodillas en esa situación o lloriqueando por tenerlo en su interior de una vez.

Sólo estaba así de mal por la manipulación de Dustin, no le gustaban los hombres, o las mujeres para variar, su deseo sexual era nulo, pero este hombre hacía cosas extrañas con él.

Chase gimió aferrándose a los azulejos y miró la evidencia de su corrida en su mano, maldijo, ese tipo estaba jugando con él, manipulándolo a estos niveles, colocando imágenes extrañas en su mente.

Carajo, se había masturbado pensando en Dustin.

Rayos… Dustin era sinónimo de problemas, era un hombre y si se enteraban en su trabajo de esta situación no volverían a verlo de la misma manera.

Muchos tuvieron que irse por cosas como estas.

Incluso eso era el menor de sus problemas actualmente.

Sí, Chase definitivamente no podía caer en las redes de ese hombre o todo estaría jodido.

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