
23🚨
Dustin lanzó la granada dispersando a varios hostiles, era la última misión del despliegue. Luego de esto regresaría a casa, con su madre, con Chase, por fin podría descansar correctamente. No le había gustado nada dejar a Chase en medio de sus problemas.
Disparó y cubrió a Oskar, Dustin dio la orden de retroceder, ya tenían el paquete, sólo tenían que retirarse sin daño. Uno de los enemigos cayó, luego otro y dos más. Sonrió, su francotirador estrella estaba de vuelta, Kaleb era jodidamente bueno en lo suyo.
Jaló al hombre que llevaba y lo cubrió con su cuerpo mientras retrocedían, estaban a medio kilómetro del punto de extracción y tenían que asegurarse de que no los siguieran.
El embajador gritó cuando una bala le rozó el hombro, Dustin lo empujó y lanzó otra granada, tenían dos vehículos a unos pasos. Nikita destapó uno de ellos y subió, Paul fue al otro y los pusieron en marcha mientras disparaban.
—Carajo, apúrense —Dustin ni siquiera contestó, estaba ocupado mantenido vivo al tipo que iba con él, pero Oskar no tuvo reparo alguno.
—¿Piensas que estamos jugando? Trae tu culo aquí y yo conduzco —Paul abrió la puerta del coche y Dustin hizo que el embajador entrara, cubrió a Oskar mientras subía en el otro auto.
—Sube de una vez —Dustin se sentó en su lugar y disparó, Paul y Nikita pusieron los vehículos en marcha.
—Bravo 3, ¿cuál es tu posición?
—Treinta metros al norte, les hace camino —Dustin disparó, alguien cayó y luego otro a su lado.
—¿No van a seguirnos? —Oskar gruñó por el comunicador, Kaleb hizo un ruido desde el otro lado.
—No tienen autos, la idea de nuestro Comandante funcionó.
El auto frente a ellos se detuvo de repente, Oskar gritó algo y Kaleb salió de la maleza, tiró la red llena de ramitas a la parte de atrás y luego se sentó.
—Bravo 1 solicitando extracción —la central contestó casi unos segundos después devolviéndole el alma al cuerpo.
—Bravo 1, ya hay un helicóptero sobrevolando el terreno, estará en el punto de extracción en cinco minutos.
—Chicos, aceleren.
Dustin subió al nervioso ministro primero y luego lo hizo su equipo, fue el último verificando que todo estuviese bien. Plantó el culo en el suelo del helicóptero mirando el desierto.
Por fin iba a regresar.
Tomar otro avión, llegar a la base, ser interrogado y luego ir a casa de su madre, sólo para enterarse de que Chase estaba trabajando. Igual no haría daño, tenía que bañarse otra vez.
Luego de su baño asaltó la nevera de Abigail con ansias, ella lo miraba como si fuese un muerto de hambre y le repitió varias veces que tenían que hablar cuando se calmara.
Lo que sea, sólo quería comer.
—¿Cuándo llega Chase? — Abigail hizo una mueca.
—¿No me escuchaste?
—Carajo, llevo tres meses fuera, lo que sea que tengas que decirme puede esperar un día más —ella asintió y miró el reloj en la pared para comprobar la hora, Dustin también lo hizo, faltaban diez minutos para las ocho.
—Chase llega a las ocho.
—¿Todo bien con ustedes, qué tal la convivencia? —su madre se encogió de hombros.
—Bien, quien da trabajo es Anya, pero resolvemos.
—¿Hasta cuando se queda? —ella lo miró con pesar y pronunció su nombre, sólo con esa mirada le dieron escalofríos.
—Dustin…
—Abigail, estoy de vuelta —Dustin dejó que Chase entrara y le sonrió una vez lo tuvo en la cocina. Tenía el pelo un poco más largo, estaba con su uniforme de oficial aún. Pestañeó como si no pudiese creer lo que veía.
—Yo también.
—¿Dustin? —Chase lo miró perplejo hasta que Dustin asintió, Chase se acercó y lo abrazó logrando dejarlo pasmado—. ¿Qué haces, por qué no me abrazas de vuelta?
Dustin correspondió el abrazo y escondió la cabeza en la curvatura de su cuello, inhaló su aroma y por fin se sintió como en casa. Era una absoluta locura que un chico con el que estuvo poco menos de tres meses lo hiciera pensar así.
Actualmente era difícil recordar el tiempo en el que no lo conocía.
—Te extrañé —admitió suspirando contra su cuello, Chase tuvo un estremecimiento y lo miró con sus ojos de diferente color.
—Yo también te extrañé —Dustin escuchó a su madre decir que tenía cosas que hacer y los dejó solos, Chase frotó sus mejillas juntas—. Hay cosas que tienes que saber, mucho de lo que informarte, pero ahora sólo puedo pensar en una cosa.
—¿Qué cosa?
—Ir a tu casa y por fin hacerte el amor —susurró contra su oído, Dustin aguantó la respiración y creyó haber escuchado mal. Esto sólo pasaba en sus sueños húmedos, probablemente se había quedado dormido en medio del desierto.
—¿Qué?
—¿Me dejas? —preguntó Chase besándole el cuello—. Luego te pones al corriente de todo.
—Vamos entonces, conduce.
Chase los llevó a casa y lo atacó, de la mejor manera, con besos y caricias, a penas pasaron de la puerta. Dustin deslizó una mano por su pelo, lo besó profundamente y los separó mordiendo su labio inferior.
—¿Qué rayos te pasó mientras estuve fuera? Estás tocándome y dejando que te toque como si nada.
—Estuve asistiendo a las sesiones —admitió con un jadeo.
—¿Y qué más? —Chase agarró su mano y prácticamente lo lanzó a la cama, Dustin se quitó las botas y lo vio quitarse la camisa.
—Estuviste fuera tres meses, Dustin, tiempo suficiente para hacerme extrañarte como un loco. Lo suficiente para poder darme cuenta de que quiero esto, que no me harás daño, que no es él quien va a tocarme, eres tú.
—Jodido infierno, pues ven aquí y hazme lo que quieras —Chase sonrió y luego de quitarse las botas gateó por el colchón hasta meterse entre sus piernas.
Dustin ni siquiera lo rozó tratando de mantener el momento, su hombre se veía completamente decido y no quería que retrocediera. Chase lo ayudó a quitarse la ropa hasta dejarlo completamente desnudo, Dustin, que no tenía un pelo de vergüenza le abrió las piernas una vez más y dejó que se acomodara.
Chase lo embistió sobre su ropa e incluso eso se sintió como estar en el cielo.
—No tienes que mantener las manos fuera, estoy bien con que tú me toques, sólo tú —Dustin colocó las manos en su espalda y acarició su piel suavemente, Chase suspiró contra su cuello y siguió bajando, besando.
—Dios, no puedo creer que vaya a decir esto, pero deberíamos detenernos —Chase dejó de besarlo y lo miró.
—¿No quieres?
—Quiero, jodidamente lo hago, pero no quiero que retrocedas en la terapia.
—No pasará —afirmó, Chase suspiró—. ¿Sabes? Él me quitó casi todas mis primeras veces, nada fue bueno, pero supongo que tengo que considerarlo experiencias.
—No lo fueron —Dustin se enojaba sólo de escuchar eso, Chase le dio un beso en la frente.
—Pero tuve mi primera experiencia contigo en algo.
—¿El qué?
—Besos, no dejé que me quitara mi primer beso, ese fue contigo —sólo para demostrar lo besó, Dustin enredó una mano en su pelo ahora que podía.
—Chase…
—Y ponerla dentro de ti, esa sería mi primera vez también —susurró contra sus labios, Dustin se rindió, si él quería seguir no era nadie para irle a la contraria.
—Si estás seguro puedes seguir.
—¿En serio quieres esto?
—Sí.
Chase lo besó de nuevo y empezó a bajar dejando besos por doquier, llegó a sus pezones, lamió uno y luego lo metió en su boca. Dustin se frotó contra él, aún llevaba el pantalón, lo cual era tremendamente molesto.
—Quítate el maldito pantalón y lleguemos a lo importante.
Chase salió de encima casi al instante y luego de quitarse las prendas las dejó caer al suelo. Él lo miró, completamente desnudo, la boca se le hizo agua.
—¿Lubricante, condones? —Dustin apuntó a su gaveta. Chase agarró todo lo más rápido que podía y se metió entre sus piernas otra vez, sus erecciones se rozaron y eso fue malditamente estimulante, lo mejor.
—¿Sabes qué hacer o necesitas que te diga?
—Estoy nervioso, a estas alturas no sé ni cómo me llamo —Dustin pellizcó un pezón haciéndolo sisear levemente.
—Abre el paquete y colócate el preservativo —Chase hizo exactamente eso y luego lo miró con hambre, Dustin tuvo que recordarse las razones por las que no podía decirle simplemente que lo follara—. Ahora abre la botella de lubricante y déjalo caer en tus dedos, luego desliza los dedos en mi interior, uno por uno.
Chase hizo lo propio y deslizó el primer dedo haciéndolo maldecir, su amante se asustó y casi tiene prácticamente un ataque de pánico, hasta que le aseguró varias veces que estaba bien.
Movió su dedo dentro y fuera, tomando confianza, y luego lo arqueó hasta raspar el lugar correcto, Dustin gimió y lo abrazó con las piernas. Chase al menos se vio feliz porque estaba dándole placer.
—Eres tan bello —gimió Chase contra su piel y deslizó un segundo dedo, se sintió incómodo al principio, pero luego, mientras le rozaban la próstata llegó a la conclusión de que podía soportarlo, e incluso gustarle.
—Hazlo, quiero que por fin estés en mi interior —Chase dejó salir un tembloroso suspiro y lo besó.
—Aún no estás listo, sólo llevo dos dedos.
—Chase, obedéceme, hazlo.
Aún sin estar de acuerdo, Chase sacó sus dedos haciéndolo gemir, para su sorpresa fue por lo vacío que se sintió. Le acomodó las piernas y alineó su polla cubierta, Dustin asintió cuando pidió una última confirmación y luego empujó.
Dolió, pero no se permitió hacer siquiera una mueca, no quería asustar a Chase, él se quedó quieto mirándolo directamente, buscando algún problema, pero evidentemente no lo encontró y empezó a moverse.
—Joder…
—¿Te gusta? —Chase le mordisqueó el pecho, el cuello y la barbilla.
—Sí, no pares de moverte, bésame —colocándole las piernas alrededor de su cintura se acercó para compartir un beso increíblemente húmedo. Dustin por fin pudo abrazarlo y aferrar los dedos a su espalda.
—Se siente muy bien dentro de ti.
—¿Sí? Es bueno que te guste, estarás ahí muy seguido, acaríciame —Chase mordió su labio inferior y deslizó una mano entre ellos, acarició su erección con fuerza haciéndolo arquearse, otro beso llegó como recompensa.
—Me gusta que no seas tímido al respecto.
—Me conoces, no tengo ni un hueso tímido en el cuerpo —Chase le agarró la cintura y se impulsó con más fuerza esta vez, Dustin gimió arañándole la espalda y mordiendo sus labios.
—Y así me encantas. Sé que es pronto, pero…
—Córrete, Chase, y luego hazme venir.
Chase dio dos embestidas más y se corrió mordiéndole los labios. Salió de su interior, amarró el preservativo y lo tiró al suelo para poder concentrarse en él.
—Prometo no correrme antes la próxima vez —Dustin se echó a reír.
Chase le besó el abdomen, el ombligo y lamió la punta de su polla llevándose el líquido pre-seminal, la agarró y por fin la deslizó en su boca mientras dos dedos jugaban en su interior.
Dustin sólo necesitó unos minutos más y se dejó ir en la garganta de su compañero. Chase se lamió los labios y lo miró de forma ansiosa.
—¿Estuvo…?
—¿Bien? —terminó por él, Dustin lo jaló para acostarlo a su lado—. Más que bien, jodidamente bien, como en, quiero hacerlo hasta hartarme y soy yo, no me canso de nada que tenga que ver con sexo, así que voy a seguir aquí.
—Puedo contestarte ahora —dijo Chase de repente.
—¿El qué?
—Antes de irte dijiste que me amabas.
—Porque lo hago.
—Yo también te amo, Dustin —y Chase dejó un beso en sus labios.
Dustin se colocó sobre él y lo besó nuevamente dejando que su lengua entrara a todos los rincones y se enredara con la de Chase. Su amante lo agarró de las caderas y luego deslizó las manos por sus costados, la espalda.
Estaba dispuesto a tener otra ronda aunque le dolía un poco. Diablos, no le importaba, sólo quería celebrar que sus sentimientos eran correspondidos.
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