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21🚨

Dustin miró su teléfono, era la cuarta sesión de Chase con el profesional y tenía que admitir que estaba un poco nervioso. Había empezado dos semanas atrás y le habían fijado dos sesiones a la semana, Chase se estaba esforzando, por lo que incluso él se registró para tener varias citas con la psiquiatra del servicio.

Y no precisamente para hacer lo mismo que Chase.

Él también estaba jodidamente mal, el divorcio, su hermano y las cosas que estuvo haciendo sólo para mantener contento a Chase. Él no era así, no era de los que mantenía secretos, mucho menos de las personas con las que salía. Sólo se concentró en Chase y se olvidó de sí mismo.

Cabe destacar que no fue un resultado bonito. Chase estaba roto y él se dejó arrastrar por todo eso, ahora ambos tenían que avanzar de forma sana o quedarse como amigos.

Esperaba no llegar a eso.

Se detuvo frente a la clínica justo a tiempo para ver a Chase saliendo, tenía puesta una camisa negra, jean y botas, no sabía decir si estaba relajado o tenso. Él era una caja de sorpresas.

Tomó asiento a su lado y lo saludó con un simple buenas tardes, Dustin apretó el volante con fuerza, sólo esperaba que no fuese para siempre, odiaría tener este tipo de relación con Chase en la que eran formales el uno con el otro.

Fue su idea, así que al diablo, tenía que lidiar con las consecuencias, estaba haciendo esto por el bien de ambos.

—¿Cómo te fue? —Chase mordió su labio inferior.

—No estoy seguro de que esto me ayude mucho —Dustin apretó el volante y puso el auto en marcha.

—Llevas sólo cuatro sesiones, no puedes esperar que todo vaya a la velocidad de la luz, tienes que tener paciencia.

—Supongo, ¿cómo te fue a ti?

—Bien.

—Siento lo que hice, mi forma de comportarme, mantenerte en secreto y romperte el corazón.

—¿Por qué estás disculpándote ahora? —Chase suspiró y agarró su cinturón con nerviosismo.

—Porque realmente lo siento y quiero que lo sepas.

—¿Estoy formando parte de algo en tus sesiones?

—Por supuesto —dijo mirando por la ventanilla.

—Vale.

—No quería que cambiaras por mí, tu esencia, tu orgullo, todo eso te hace ser tú y me gusta la persona que eres cuando no estás conmigo —Dustin pisó el freno y lo miró con pánico.

—¿Esta es tu respuesta a…?

Chase negó y le acarició la mejilla suavemente, el toque se sintió diferente, reconfortante.

—No, sólo para hacerte saber que quiero cambiar.

—Bueno, gracias a Dios, ya me habías asustado.

—Gracias por hacer esto conmigo.

—Por nada, ya que eso está fuera de la mesa, ¿a dónde vamos?

—Necesito volver a casa —Chase se puso nervioso sólo de pensarlo, incluso lo había notado, Dustin puso el auto en marcha otra vez, necesitaba algunas respuestas sobre esa reacción.

—¿Hay algo que no dijiste?

—Hice que reabrieran el caso de mi madre.

—¿No encontraron al asesino?

—No, me quedé con sus pertenencias y por eso allanaron la casa.

—Pues no vas a quedarte ahí —gruñó asiendo el volante con fuerza.

—¿Y donde quieres que me quede? No puedo seguir en tu casa, dijimos que…

—Puedes quedarte con mi madre.

—No creo que sea una buena idea después de la última vez.

—¿Por qué? Ella te amó por completo —Abigail sólo estaba preocupada por él, no le gustó lo que tenían entre ellos y que Dustin siguiera negándose a admitir que le gustaba Chase.

Hay que ver, a las madres no se les escapa nada, supo que estaba enamorado incluso antes de que él mismo se diera cuenta a las malas.

—¿No me odia?

—No. ¿Por qué haría eso? —Chase mordió su labio inferior y luego dejó caer lo que pensaba.

—Porque le hice daño a su hijo.

—Su hijo dejó que le hicieras daño y ella lo sabe —Chase por fin cedió haciendo un ruido.

—Si ella está de acuerdo no tengo problema con alquilar un cuarto.

—No vas a… —Dustin se calló al ver la mirada de Chase, sí, bueno, era un hombre independiente, por supuesto que no querría quedarse en casa de su madre sin pagar su parte—. Está bien, lo que quieras.

—De tantas personas aquí, ¿cómo fue que terminaste enredado conmigo? Soy un montón de problemas —Dustin se echó a reír.

—Recuerdo como. Fui a pagar por algo de sexo y apareció un policía sexy para ponerme un par de esposas —Chase también tuvo que reírse luego de la respuesta.

—A que ahora te arrepientes de ser tan malo.

—Nunca —murmuró.

—Dustin…

—No es como si pudiera escoger de quien enamorarme y todos tenemos problemas, unos más profundos que otros —ambos se quedaron en silencio por lo que duró el camino, pero había un reconocimiento tácito en el aire, fue cómodo y a Dustin le gustó.

Pisó el freno y miro hacia la casa, la entrada estaba llena de rosas blancas y rojas, ese jardín era el orgullo de su madre. La madera de la casa estaba pintad de blanco y con la bandera de la nación ondeando a un lado. La casa de su infancia, de sus padres.

Fue duro marcharse.

—Llegamos.

—¿Estás seguro de que no me odia? —Dustin salió y dio la vuelta para abrirle, Chase estaba completamente preocupado.

—No te odia, pero hablaré antes con ella si eso te hace sentir mejor, vamos —Chase lo siguió, Dustin entró con el reconocimiento de que su madre aún no cerraba la maldita puerta, eso era algo que esperaba cambiar con la convivencia de Chase—. Mamá.

Abigail apareció lo más rápido que podía con una enorme sonrisa, el perro apareció detrás de ella y se quedó en una esquina vigilándolo. Definitivamente lo odiaba.

—Cariño, y, oh, es Chase —Abigail lo abrazó y luego lo repitió con Chase, él pareció un poco aliviado de su reacción—, ¿quieres algo de beber? Tengo agua, refresco, cerveza… —Dustin arqueó las cejas.

—¿Por qué tienes cerveza aquí?

—Pues por ti —dijo con un resoplido—. ¿Por qué más sería?

—No lo sé, porque estés viendo a alguien.

—Claro, no digas cosas absurdas —murmuró, luego miró a Chase nuevamente—, ¿y bien?

—Refresco.

—Dios, qué lindo —Abigail lo agarró de las mejillas como si fuese un niño y las estiró haciendo reír a Chase—. Ahora te lo traigo.

—¿Parece que te odia? —preguntó Dustin mirando por donde se había ido, Chase dejó salir el aire.

—Creo que no.

—Hablaré con ella unos minutos, ¿puedes quedarte solo?

—Sí, no es como si fuera a ir a algún lado.

—Bien, siéntate, vuelvo enseguida —Dustin caminó a la cocina, Abigail tenía una jarra de refresco sobre la encimera y agarró uno de los vasos. Realmente necesitaban hablar—. Mamá.

—¿Por qué dejaste solo al chico?

—Hablemos un momento —Abigail dejó el vaso en la superficie y lo miró, se veía un poco preocupada.

—¿Sobre qué?

—Estoy enamorado de él y quiero que las cosas salgan bien.

—¿Por qué me lo dices a mí?

—Porque te lo debía de la última vez —ella colocó una mano en su mejilla y le sonrió levemente.

—¿Ya le dijiste?

—Sí, pero Chase tiene problemas y estamos tratando de solucionarlos, también hablé con mi psiquiatra, por el momento sólo somos amigos, cuando todo pase quizás… —Abigail lo abrazó y Dustin cerró los ojos correspondiendo el abrazo, ella suspiró contra su pecho.

—Me gusta el chico y estoy feliz de que encontraras el amor, sólo espero que esto funcione para ustedes.

—Yo también, gracias.

Abigail se separó y terminó de servir el vaso de refresco, Dustin se quedaría horas sólo mirándola hacer cosas mundanas. La extrañaba.

—Ahora regresemos, debe estar ansioso —Dustin asintió.

—Por cierto, necesita quedarse en otro lugar y… bueno…

—Sí, puede quedarse conmigo —Dustin se detuvo y pestañeó, era increíble que lo conociera tan bien, Abigail le tendió el refresco a Chase y se sentó a su lado—. Entonces, Dustin me dijo que te quedarás conmigo una temporada.

—Sí, pagaré las cuentas y…

—No hace falta, podemos… —Chase negó, ni siquiera a ella la dejó salirse con la suya.

—Insisto, no voy a quedarme viviendo gratis.

—Está bien, lo que te haga sentir cómodo, ven —lo tomó de la mano y lo jaló, Chase apenas tuvo tiempo de dejar el vaso en la mesa—, te enseñaré tu habitación, era antes la de Dustin, así que puedes organizarla a tu forma.

—Gracias.

Dustin estaba feliz de que las dos personas que más quería se llevara bien, Chase parecía increíblemente contento a pesar de que Abigail lo arrastraba por todo el lugar enseñándole todo. Su madre siempre tuvo exceso de energía, así que tendría que acostumbrarse a eso.

Luego de tomar un respiro de Abigail ambos fueron a buscar la ropa de Chase, y el auto. Cuando regresaron, su madre estaba en la cocina con el perro feo a unos pasos, sobre la alfombra mirándola con atención.

Los tres cenaron en la mesa hablando de cualquier cosa y de nada, Chase escuchó con atención las historias de su madre, sobre su padre, sus hijos.

Abigail se puso a ver su novela y ellos tomaron asiento en el sofá pretendiendo ver el drama hasta que Chase colocó la cabeza sobre su hombro haciéndolo tensarse por completo. Su madre, la que pretendía ver la novela, sonrió desde su asiento.

—Gracias por hacer todo esto por mí —Dustin levantó una mano hacia él, pero la dejó en el aire cuando recordó que no podía tocarlo—. Hazlo.

Siguiendo la orden acercó su mano y acarició el cabello rojizo, la mejilla, Chase suspiró de forma audible y se acomodó aún más contra él. Dustin incluso se atrevió a dejar un beso sobre su frente y no tuvo a Chase rechazando su contacto.

Esas terapias sí que estaban dando frutos, pero dejaría que él mismo se diera cuenta.

Dustin gruñó cuando su teléfono comenzó a sonar, también tocaron la puerta. Revisó la notificación mientras Abigail iba a la puerta, Chase suspiró viendo el mensaje, iban a desplegarlo.

Su madre dejó pasar a la visita, no eran horas para visitas, pero Dustin conocía a esta persona. Anya lo miró con los ojos llorosos, incluso el niño de pelo castaño en sus brazos estaba llorando.

No podía lidiar con esto ahora mismo, tenía que irse a la base y ahora Chase estaba nervioso, Anya estaba en casa de su madre haciendo una rabieta. Empezó por lo más urgente.

—¿Qué haces aquí? No son horas de visita, mucho menos para andar con niño bajo el sereno —Anya dejó al niño en el suelo, el chico se quedó a su lado mirándola, tenía por lo menos dos años si no le fallaban los cálculos.

—Fui a tu casa, pero no estabas, me alegra encontrarte aquí —Dustin levantó las cejas, alegría no era precisamente lo que él sentía—. Dustin, por favor, necesito ayuda, Joel va a matarme.

Apretó la mandíbula mirando a la mujer frente a él, una mujer que se casó con él y lo abandonó por su hermano como si no fuera nada. Ella decidió irse con Joel, no tenía nada que ver con eso. Chase le frotó la espalda intentando transmitirle calma, gracias a Dios, porque la necesitaba.

—Por favor, el niño no tiene la culpa, es tu hijo, tienes que ayudarme —Dustin negó, no podía ser que siguiera jugando con esa carta, las cuentas no daban.

—No puedo lidiar con esto ahora mismo, necesito irme a la base —Abigail hizo una mueca, la cara de Anya cayó—. Te daré el beneficio de la duda, de todas formas, si no es mi hijo, es mi sobrino y no voy a lidiar con el hecho de que Joel le haga daño.

—Gracias —lloriqueó secándose las lágrimas. Abigail suspiró.

—Puedes quedarte en la habitación de Joel, pero le haremos pruebas al niño, necesitamos saber de quién es.

Eso estaba claro, pero Dustin no lo recalcó, Abigail desapareció en algún lado de la casa y luego regresó con una tijera, ella lo miró.

—Hazlo por mí —Dustin dejó que le cortara un mechón de pelo y se despidió de ella con un abrazo, luego se llevó a Chase al pórtico.

—¿Vas a estar bien? —Chase sonrió y colocó los brazos alrededor de su cuello, ahora lo tocaba con más soltura, sin miedo.

Confiaba en él.

—Voy a estar bien, Dustin, yo… —Dustin le dejó un pequeño beso en los labios contrario a lo que había dicho de sólo ser amigos, dos semanas fue su límite.

—Dímelo cuando regrese, ¿sí? —él sonrió de medio lado.

—Está bien, te cuidado.

—Lo tendré —Dustin se arriesgó y le rodeó la cintura con sus brazos, ni siquiera una reacción—. No te acerques a tu casa, no vayas a casa de tu padre, sigue asistiendo a las sesiones y cierra la puerta de la casa, mi madre es muy descuidada.

—Sí, ¿algo más?

—Te amo, nos vemos luego —lo besó de nuevo y luego corrió  a su auto.

Dustin miró por última vez al pórtico, Chase tenía una expresión bastante boba y lo único que pensó fue que le encantaría verlo así cada vez que tuviese que irse. Sería incluso mejor que lo recogiera en el aeropuerto.

Pero bueno, todo a su debido tiempo.

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