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2🚨

Chase bebió de su café y miró la etiqueta, ahora cada vez que veía uno de los estúpidos vasos plásticos recordaba al idiota que había arrestado tres días atrás, toda esa arrogancia era molesta como el infierno.

Y el tipo no sabía cuando retirarse, por suerte todo había terminado ahí.

—Nos vemos de nuevo —mencionó alguien tomando asiento frente a él sin siquiera pedirle permiso, Chase dejó el vaso sobre la mesa y arqueó una ceja mirando al mismo tipo problemático en el que acababa de pensar.

El pelo castaño estaba extremadamente corto, ojos azules, nariz un poco torcida, probablemente recibió varios golpes. Sí, definitivamente el mismo hombre que creyó que no vería de nuevo.

—Por si no lo notaste la mesa está ocupada —Dustin sonrió como si fuese bastante obvio.

—Me senté aquí precisamente porque lo noté, ¿es el final de tu turno?

—Sí —tomó otro sorbo, los ojos de Dustin miraron el vaso plástico y se desviaron a sus manos cubiertas lo que hizo que se sintiera incómodo, este hombre lograba hacerle sentir como si estuviese invadiendo su espacio personal sin siquiera acercarse.

—¿Deberías estar tomando café? Luego no podrás dormir.

—¿Y por qué te interesa eso? —él se encogió de hombros.

—En realidad para mí es más conveniente si no duermes, podríamos hacer algo más.

—¿Te perdiste la parte en la que dije que no me gustaban los hombres?

O cualquiera para variar.

—No, creo que tú te perdiste la parte en la que digo que soy muy insistente —Chase arqueó una ceja.

—Eso no pasó.

—Acabo de decirlo —era molesto, terriblemente molesto y tenía la sensación de que sólo empeoraría.

—Dime que no esperabas por aquí para verme.

—Entonces no te lo diré.

Chase volvió a tomar su café y lo miró de arriba abajo, Dustin tenía una camisa gris, encima de ella una chaqueta negra de cuero, no se veía delicado como acostumbraba a ver a los chicos de su clase.

Bueno, sólo tenía referencias de los chicos que solían venderse en las calles, esos podían ponerse un vestido de mujer y pasaban totalmente, sin embargo, este hombre era diferente sin contar que incluso era más alto que él.

—No pareces…

—¿Gay? —Chase asintió—. Esos son estereotipos muy pasados de moda, pero para tu información soy bisexual —Chase sonrió de medio lado desconfiado de sus palabras, Dustin lamió sus labios con algo que parecía interés—. Pero ahora estoy más concentrado en los hombres.

—Sí, vale, gracias por la información, pero no me interesa.

—¿Eres homofóbico?

—No te di un golpe en el momento en el que me tocaste, sí que no. Cada cual puede acostarse con quien quiera, no es mi problema. 

—Mmm…

—¿Aún aquí? —replicó levantando las cejas, Dustin se apoyó en la mesa y sonrió.

—¿Quieres que te acompañe a casa?

—Estoy seguro de que no hace falta que me protejas, sé hacerlo perfectamente.

—No estaba pensando precisamente en protegerte cuando lo sugerí, pero…

—Deja de molestarme, ¿quieres?

—No hagamos las cosas de esta forma —Chase negó.

—¿Qué cosas?

—Podemos llevarnos bien.

—¿Recuerdas lo del acoso? —un suspiro dramático se escapó de los labios de Dustin.

—¿Cómo olvidarlo? Terminé tras las rejas más tarde.

—Bueno, si no quieres terminar ahí no vuelvas a acercarte a mí —con ese último gruñido tomó el café y se puso de pie, ya había tenido suficiente del idiota, Chase dio dos pasos lejos cuando Dustin volvió a llamarlo.

—Chase.

—¿Qué? —preguntó girándose, Dustin miró hacia abajo, Chase reconoció lo que hacía, le miraba el trasero descaradamente.

—Esa noche lo noté, tienes un buen culo —Chase abrió los ojos con incredulidad, no podía creer que se atreviera a decirlo en voz alta con todas las personas alrededor, la cafetería se quedó en silencio mientras los miraban.

Dustin se puso de pie con una sonrisa.

No tenía pizca de vergüenza.

—Tú…

—Nos vemos luego.

Y simplemente con eso se marchó antes que él dejándolo con todas esas miradas sobre su persona.

Cabrón imbécil, ese tipo le daría problemas.

Chase salió de la cafetería bajo la atenta mirada de todos, subió al auto y condujo a casa de su padre, hoy tendrían una reunión familiar, o lo que sea que fuese.
No le gustaban este tipo de eventos, pero estaba obligado a ir, todos lo estaban.

—Chase, tiempo sin verte —su hermano mayor fue quien abrió la puerta para él, tenía los ojos azules de su padre.

Michael no había heredado los ojos distintos de su madre o el cabello rojizo, él ni siquiera se parecía a ella cuando Chase era más que idéntico.

—Sí, de la última vez hace una semana.

—Oh, sorpresa —dijo de pronto cerrando la puerta detrás de él, Chase arqueó una ceja.

—¿Qué pasa?

—El tío está aquí, ahora habla con papá, ve hacia allí, va a estar feliz de verte, siempre fuiste el favorito.

Después del asesinato de su madre cuando tenía once años, Jerry necesitó ayuda para cuidarlos a ambos, por lo que llamó a su tío, este fue de gran ayuda, pero también fue parte de un gran problema.

Chase tragó con nerviosismo, ahora esto estaba resultando ser peor de lo normal, no veía a ese hombre desde los quince y no era agradable.

—Ah, no, recordé que…

—¿Vas a irte? —Michael le hizo ojos de cachorro haciendo que fuese difícil negarse—. Sabes que papá se sentirá muy mal si…

—Bien, me quedo.

Chase caminó hacia allí con el corazón latiéndole a un ritmo disparatado, algunas tías estaban ahí, primos y su padre junto a Sam, sus piernas temblaron haciendo que cada paso fuese un esfuerzo mayor, el pecho se le estrujó como si alguien estuviese pisándolo.

Apretó la mandíbula y se detuvo frente a ellos, su padre sonrió enseguida.

—Chase.

—Hola, papá, ¿cómo estás?

—Bien, ¿cómo te va? —Jerry se veía ansioso por abrazarlo como siempre, tenía los ojos azules que había heredado su hermano y el pelo castaño, tan distintos que Chase dudaba ser su hijo a veces.

Jerry se mantuvo al margen, no intentó tocarlo, Chase no soportaba el contacto físico desde los doce o trece años, usaba los guantes por esa razón, era poco el contacto que podía tolerar.

No tenía problema si era él quien lo comenzaba como ocurría durante sus arrestos, pero no si los demás intentaban tocarlo.

—Sin problemas.

—¿No vas a saludar a tu tío? —la sonrisa torcida de Sam le puso los pelos de punta, Chase hizo puños con las manos, golpearlo estaba mal, sólo tenía que retirarse.

—Sí, hola.

—Chase, estás más grande que la última vez que te vi.

—Normal, la última vez tenía quince ¿recuerdas? —él sonrió y elevó su mano, Chase apretó la mandíbula mirando la maldita mano como si fuese a convertirse en algo filoso de un momento a otro.

—¿Ni siquiera vas a estrechar la mano de tu tío? —su padre la bajó y miró a Sam.

—¿No recuerdas lo que te dije?

—Oh, lo siento, olvidé tu fobia.

—Lo siento, papá, tengo que irme, es el trabajo —dijo Chase sacando el teléfono y dando un paso atrás, su padre asintió.

—Ten cuidado.

Chase salió a toda velocidad de ahí, ni siquiera como pudo llegar fuera sin estrellarse contra el suelo, estaba mareado y sudando a mares, su estómago convulsionó y terminó vomitando todo el maldito café detrás de un contenedor.

Su estómago se contrajo e intentó hacer que vomitara de nuevo, por suerte ya no había nada que devolver.

—¿Estás bien, sobrino? —Chase se giró, el mismo cabello castaño canoso que recordaba, los ojos azules de su padre, mierda, que se pareciera a su padre lo hacía enojar muchísimo.

—Bien, completamente bien, ya me iba, creo que fue demasiado café —murmuró limpiándose con un pañuelo, Sam levantó una ceja.

—¿De verdad vas a saludarme de esa forma?

—No te acerques —el gruñido fue amenazante cuando lo vio dando un paso en su dirección, Chase arrojó el pañuelo en el contenedor de basura y lo miró —. Escucha, Sam, era pequeño y tenías influencia sobre mí, pero ya no, si das un paso más cerca, juro por Dios que voy a matarte.

Sam resopló con una sonrisa como si cada una de sus palabras fuesen absurdas, se acercó otra vez haciéndolo entrar en pánico, Chase no se lo mostraría, simplemente lo fulminó con la mirada.

—¿Qué forma de hablarle a tu tío es esa?

—Da un paso atrás.

—Sólo vine a ver si estabas bien, parecías un poco nervioso ahí dentro.

—Te lo advierto, retrocede —Sam hizo lo contrario, estaba tan cerca que Chase estaba comenzando a hiperventilar.

—No seas tan frío, tenemos muchos recuerdos juntos.

—Que maldito asco me das —una vez levantó su puño, Sam por fin retrocedió —. Te lo dije, ya no soy ese niño y nunca lo dije por mi padre, así que retrocede.

—Bien, pero no terminamos aquí, voy a vivir cerca y nos veremos seguido.

Chase se apoyó en la pared en cuanto se quedó solo, su respiración volvió a la normalidad gradualmente, al carajo con ese tipo, lo odiaba con locura y ahora estaba de vuelta.

Luego de regresar a su auto suspiró, sólo tenía que mantenerse alejado y no pasaría nada. Chase se dio un baño a penas llegó a casa y fue directo a la cama, ni siquiera tenía hambre, su estómago aún estaba sensible.

Se giró tratando de acomodarse, el vaso plástico sobre la mesa de noche le llamó la atención, el número y nombre de Dustin estaban escritos ahí.

Chase no lo soportaba, pero no se había deshecho del estúpido vaso.

Suspiró y se giró mirando al techo, luego de ver a Sam de nuevo no podría dormir, sólo pensar en él le quitaba el sueño, verlo era peor.

Chase se levantó en cuanto su alarma sonó, se dio un baño y luego de comerse el desayuno manejó a la comisaría.

—¿No dormiste? Te ves terrible —se quejó Danny apenas salió de su auto tendiéndole un café, Chase lo cogió y tomó un sorbo.

—Mala noche, tuve una reunión familiar muy desagradable.

—Bueno, todos tenemos eso de vez en cuando —su compañero hizo una mueca.

—¿Qué, tienes reuniones familiares incómodas? —preguntó con una carcajada mientras caminaban a la patrulla, Danny estaba casado con una chica muy agradable y sus padres eran un amor, por lo que era un poco difícil de creer.

Danny se encogió de hombros, mientras colocaba la gorra sobre su pelo rubio.

—Sólo cuando me reúno con mis suegros, me odian por llevarme a su hija.

—Por Dios.

—¿Ves?

—Vamos, espero que hoy no llamen para algo importante, estoy cansado —dijo entrando a su lugar, Danny se sentó frente al volante.

—No te preocupes, puedes dormir mientras esperamos.

—Gracias.

—Por cierto, hay algo para ti —Danny le tendió un sobre café que sacó de su bolsillo, Chase miró con desconfianza.

—¿Para mí?

—Sí, creo que tienes problemas, un abogado lo entregó.

—Déjame ver eso —arrebatándole el sobre y rompiéndolo por fin vio lo que era.

Problemas, mas de los que tenía.

Chase apretó la mandíbula, el supuesto abogado de Dustin estaba acusándolo formalmente, iban a demandarlo y lo esperarían más tarde en la cafetería donde solía ir.

—¿Y bien?

—Juro que voy a matar a ese infeliz —ante el gruñido exasperado Danny arqueó las cejas.

—¿Qué es?

—El idiota del acoso —Danny se echó a reír.

—¿En serio?

—Sí, luego me ocuparé de esto.

Chase pudo dormir un poco junto a Danny, él se mantuvo ocupado con su teléfono mientras esperaban alguna llamada, eso sucedió una hora más tarde cuando avisaron de algún homicida al que había que perseguir, lo demás fueron delitos menores.

Luego de regresar a su auto condujo a la cafetería, aún no había nadie ahí por lo que tuvo que esperar media hora, Dustin llegó y se sentó, a su lado un hombre joven con traje tomó asiento.

Chase dejó el papel solicitando su presencia sobre la mesa, los miró como si fuesen unos estúpidos.

—¿De qué se trata esto? —el trajeado subió sus espejuelos y lo miró.

—Es una demanda.

—Sí, lo noté, pero el motivo —Dustin se apoyó en la mesa y colocó su mejilla contra la mano mirándolo como si le hubiese ganado, quería reír, pero estaba aguantándolo terriblemente bien.

—Creo que vamos a vernos mucho a partir de ahora.

—¿Qué crees que haces? —gruñó fulminándolo con la mirada, el abogado se aclaró la garganta dirigiendo su atención hacia él.

—Mi cliente afirma que usted se hizo pasar por un stripper para tener cargos contra él.

—Espera, ¿cuándo hice eso? —Dustin se encogió de hombros.

—No te presentaste al entrar.

—Porque no me dejaste y eso no es… —Dustin arqueó una ceja y negó como si estuviese mintiendo.

—No mientas, sólo querías arrestar a alguien y resulta que me atrapaste como a un tonto.

—Esto es una estupidez, aunque fuese verdad, eso no quita que estuviste ahí para… —gruñó poniéndose de pie, Dustin lo miró fijamente.

—Siéntate o te juro que además de sacarte de la fuerza por este incidente tendrás que pagarme un montón de dinero.

—Pensé que no podías ser una peor persona —Chase tomó asiento nuevamente, Dustin se lamió los labios y lo miró descaradamente.

—Puedo ser incluso peor cuando quiero algo.

—¿Y qué es lo que quieres? —Dustin negó y fingió timidez.

—Es muy pronto para hablar sobre eso.

—Deja las bromas.

—Me retiro por hoy, aquí está el aviso de la demanda —el abogado dejó un documento sobre la mesa, Chase lo tomó y lo vio irse.

—No, espere...

—Creo que vas a tener que contratar un abogado o…

—¿O?

—Podríamos llegar a un acuerdo —Chase hizo una mueca, sabía que este imbécil sólo le daría problemas.

—¿Vas a pedir que me acueste contigo? Porque yo…

—Oficial —dijo Dustin seriamente como si hubiese cometido un error—. ¿También quiere agregar acoso a la demanda? Nunca hablé sobre eso.

—Entonces, ¿qué?

—No quiero sacar eso de la mesa, pero…

—Déjalo, no voy a escuchar tus ridículas ofertas.

—¿Ridículas? —repitió Dustin con confusión, Chase levantó las cejas.

—Sí, hasta ahora de tu boca no ha salido nada útil desde que te conocí y hoy no será la excepción —Dustin se acercó y miró directamente a sus labios, la mirada prometía cosas de las que Chase no quería saber.

—Acércate un poco a mi boca y podrías descubrir que tan útil puede ser.

—A eso me refiero, aléjate de mí Dustin, no tengo idea de qué te traes, pero no te gustará lo que encuentres —Dustin tragó mirándolo con una intensidad alarmante, este tipo era increíble y no en el mejor sentido de la palabra.

—¿Hay algo que debería saber?

—Sigue intentando joderme y vas a descubrirlo —Chase dio un golpe en la mesa, Dustin mordió su labio inferior dejándolo completamente rojo.

—Eres tan jodidamente sexy así de enojado.

—Imbécil, voy a buscar un abogado y veremos cómo termina esto —llevándose el maldito papel Chase se levantó y comenzó a caminar lejos de él, por supuesto que Dustin no pudo dejarlo tener la última palabra.

—Sigue dándome la espalda, no me canso de mirarte el culo.

—Es lo único que vas a poder hacer —devolvió mirándolo de reojo.

Eso fue un completo error, Dustin sonrió, lo había atrapado por completo en su intercambio, como si Chase también estuviese jugando a esto que él se había empeñado.

Genial.

Estaba resultando ser un dolor de cabeza, pero ahora que le había seguido la corriente no iba a deshacerse de él con mucha facilidad.

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