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capítulo ⋆˚✿˖ cero
(❤︎) despedida ꒰ა ˚₊ ✧

˚    ✦   .  . ⭐️  ˚ .     🌈.

Alina miró su antigua casa que ahora estaba completamente vacía. Realmente iba a extrañar el hogar donde había crecido pero todo era por el bien de su familia. A su madre le habían ofrecido ser la jefa de un pequeño hospital, sin embargo, era en un pequeño pueblo a mitad de la nada. Fue algo que Lilith había pensado durante un tiempo pero al final decidieron que aceptaría el trabajo, era realmente una gran oportunidad para la familia de tres.

—¡Alina! Es hora de irnos —escuchó la voz de su padre dese el exterior.

Alina miró una última vez su antigua habitación y por fin se dio media vuelta para salir. Una sonrisa se extendió por sus labios al ver a Scott, su novio y a su lado estaba Annie, su mejor amiga. La chica corrió a abrazar a su novio y darle un rápido beso en los labios, se alejó de él y abrazó a su mejor amiga con fuerza.

—Los voy a extrañar muchísimo —dijo Alina, dando un par de pasos atrás— no se olviden de mandarme correos, ¿de acuerdo?

Scott sonrió con cariño y le extendió una cajita de cartón con un lazo amarillo.

—Oye, no estes triste. Te hablaré todos los días y en las vacaciones de invierno iré a visitarte, ¿de acuerdo?

Alina tomó el obsequio con una gran sonrisa y rápidamente lo abrió para encontrarse con una bonita pulsera de listón blanco con cuentas negras y un dije de estrella. La chica se apresuró a ponérselo y volvió a abrazar a su novio.

—Muchas gracias, Scott. Es muy bonito —dijo con suavidad mientras lo miraba a los ojos. Realmente lo iba a extrañar muchísimo.

—Cuídate, ¿bien? —esta vez habló Annie, ya tenía lágrimas acumuladas en sus ojos— nos volveremos a ver antes de que te des cuenta. Y no te atrevas a hacer una nueva mejor amiga porque yo soy la única.

Alina fue contagiada por las lágrimas de su mejor amiga y volvió a abrazarla con fuerza.

—Jamás se me ocurriría buscar una nueva mejor amiga.

Caelum metió una última maleta al auto y miró a los más jóvenes con una suave sonrisa.

—Muy bien, es hora de irnos. Recogeremos a tu madre en el hospital.

Alina asintió y abrazó una última vez los otros dos antes de subir al auto. Mientras el auto avanzaba, Alina se asomó y se despidió con la mano. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras se despedía. Era difícil decir adiós.

Caelum observó a su hija por el espejo retrovisor y sonrió con comprensión. Quería decir algo pero no estaba seguro de si su hija necesitaba palabras o simplemente un momento en silencio para poner en orden sus pensamientos.

—Antes de entrar a la carretera podemos pasar por uno de esos batidos que te gustan, ¿de acuerdo? Para que lo bebas durante el camino.

Alina limpio sus lágrimas con las manos y sonrió con tristeza.

—Si, eso me gustaría mucho. Gracias, papá.

El resto del camino se mantuvo en silencio hasta el hospital donde Lilith trabajaba. La mujer ya lo estaba esperando en la entrada trasera con una caja llena de sus pertenencias del consultorio y Caelum se apresuró a bajar del auto para guardar la caja.

Con los tres en el auto, emprendieron su camino a Forks.

☀️🐻

Alina se había quedado dormida luego de algunas horas de viaje. La música de la radio sonaba suavemente mientras avanzaban y pronto perdieron de vista las grandes ciudades para entrar a un paisaje lleno de árboles y naturaleza pura.

Era un viaje de aproximadamente veinte horas desde California hasta Forks. Al menos sin hacer ninguna parada. Alina despertó luego de seis horas de sueño y se concentró en el exterior y lo bonito que era.

Era la primera vez que se mudaba y aún resultaba extraño y un poco triste pero se mantenía con la mente positiva.

Cuando llegaron a su destino, eran alrededor de las nueve de la mañana. Alina salió del auto y estiró todo su cuerpo. Había sido muy incómodo estar todo el tiempo sentada en la parte de atrás, sobretodo porque tenía que compartir el asiento con más cajas de la mudanza. Pero tan pronto como salió, sintió que se le congelaban los huesos. El clima era muy diferente a su antiguo hogar.

—Bienvenida a tu nuevo hogar —le había dicho su padre con una sonrisa.

Alina le regresó la sonrisa y miró su nueva casa. Era una estructura blanca con la pintura desgastada por el tiempo, el techo era de lozas azules pero era notable que faltaban unas cuantas. Además de eso, era bonita. Acogedora.

Alina dio un paso al frente pero en cuanto lo hizo, sintió mucho frío en su pie y se dio cuenta de que había pisado un charco bastante profundo. Alina suspiró profundamente tratando de no sentirse irritada mientras se adentraba a la casa con un pie completamente mojado.

La casa estaba aún vacía pero se veía... bien. Luego de algunos arreglos seguro que quedaba como nueva, además, su padre era un fanático por reparar cosas y aquella casa era como un paraíso para él.

La chica entonces subió las escaleras, dejando la huella de su pie mientras avanzaba. Se detuvo en el pasillo del piso de arriba y rápidamente identificó la que sería su habitación. Era simple pero bonita, le faltaba una buena capa de pintura y tal vez después de poner los muebles, ya no se sentiría tan fría.

Alina se adentró aún más e intentó encender la luz, pero se dio cuenta de que no había energía. Con un último suspiro regresó a la planta baja y ayudó a sus padres a bajar las cosas del auto.

Iba a ser un camino largo hasta que lograra adaptarse pero iba a ser posible, Alina siempre veía el lado positivo de las cosas y esta vez no sería la excepción.

Ayudó a su padre a bajar cajas mientras su madre las acomodaba en la que sería la sala de estar. Debían darse prisa antes de que comenzara a llover con mayor fuerza.

—Revisé el generador de electricidad pero faltan algunos fusibles. Iré a comprarlos mañana temprano ya que aún tenemos cosas que hacer por aquí. Quisiera acomodar las cajas en la habitación que les corresponde y armar las camas para poder tener un lugar donde descansar. La luz puede esperar hasta mañana.

Alina sonrió, quitándose su tenis y calceta mojada mientras sacaba sus botas de lluvia. No quería arriesgarse a mojarse de nuevo.

—Está bien, papá. Te ayudaré con lo que necesites.

Caelum sonrió agradecido.

—Gracias, cariño. Tu ayuda siempre es bienvenida.

—Prepararé algo de comer que no necesite la estufa —dijo Lilith, buscando en una caja de plástico donde habían guardado algunos comestibles— les llamaré cuando esté listo.

Caelum y Alina se encargaron de llevar cajas de un lado a otro y se concentraron en las cosas más necesarias. Primero las camas y luego lo demás.

Fue un largo día lea la familia de tres pero juntos lo lograron. El siguiente reto de Alina, sería la escuela... pero al menos aún tenía las vacaciones de verano por delante antes de tener que enfrentarse a eso.

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