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five



CHAPTER V. single teen mom.
( september 15th, 2023 )




Lo primero que Marc había hecho al regresar de la fecha FIFA fue planear una salida con Ben. Era su semana para tener a Ben, pero Daniela se hizo cargo con él fuera del país. No hablaba con ella sobre nada que no tuviera relación a Ben, así que siempre le resultaba incómodo tener que irlo a buscar cuando se quedaba con ella, más aún si no tenía qué según su acuerdo de custodia. Sabe que Daniela nunca se quejará al respecto; todavía puede ver la molestia en sus ojos por ello.

—¿Qué quieres que hagamos hoy, meine liebe? —pregunta Marc, abrochándole a Ben el cinturón de seguridad del asiento infantil.

Ben aprieta el peluche de Paw Patrol en sus manos. Ha estado un poco callado desde que volvió a Barcelona, no ha exigido ser llevado a un partido ni ir a casa de Frenkie a jugar con Jagger. Ben no es un niño callado en su mayoría, así que Marc está preocupado. Varios miembros del equipo han tratado de tranquilizarlo, que el comportamiento de Ben es normal por el divorcio, pero son pocos de ellos los que han vivido una separación con la madre de sus hijos. Él no se confía de los consejos que tienen para darle, no importa cuánto aprecie su esfuerzo de apoyarlo.

—¿Podemos ir al parque? —murmura Ben, con la carita enterrada en el lomo del peluche.

—¿Port Aventura?

Ben asiente y no dice más palabra. Marc suspira, le besa la mejilla y se sube al coche.

Uno de los lugares favoritos de Ben en Barcelona, además del Camp Nou, es Port Aventura. Marc lo había llevado allí por primera vez a recomendación de Busi, ya que sus hijos también amaban pasar el tiempo en el lugar. La última vez que fueron, Ben quedó fascinado con un local temático de piratas y siempre era de sus primeras exigencias si él o Daniela le daban opción de opinar qué sitio podían visitar en las salidas familiares.

Marc se traga el pensamiento de que esa última vez fue hace casi dos años, cuando lo reabrieron tras la pandemia. También fue la última vez que su matrimonio con Daniela estuvo bien. Porque después comenzaron las peleas, los silencios condenatorios, dormir en cuartos separados, cuán incapaces se volvieron de coincidir en cualquier resolución que se les ocurriera. Lo difícil que era fingir una sonrisa para Ben en las mañanas mientras su relación se desmoronaba.

Enciende la radio del coche y coloca la playlist de canciones favoritas de Ben, que parece mucho más feliz cuando estaciona en Port Aventura. Marc no está seguro de cuántas veces tuvo que dar al botón de repetir con la canción intro de Paw Patrol, pero agradece en silencio que por fin haya acabado. Lo único bueno de todo esto es que Ben sonríe cuando lo baja del coche.

—¿Vamos con los piratas, papi? —pregunta Ben.

Marc asiente mientras se coloca una gorra y gafas de sol. Era su ritual habitual en cada salida. No quiere que nada interrumpa su día perfecto con Ben y, aunque aprecia todo el amor y apoyo que le dan los fanáticos, prefiere no ser emboscado por una multitud que le pide fotos, menos si está con su hijo.

El local temático no estaba tan abarrotado como en días festivos. Marc compra los accesorios de piratas que Ben pide en el estante de la entrada: un parche para el ojo, un sombrero, una espada de plástico, una bandera negra con la calavera estampada y un garfio que, él sabe, Ben no usará. Viste a su hijo lo más rápido que puede y luego se decide a seguirlo en silencio mientras su bebé corretea de aquí para allá con mucha más energía de la que Marc se siente capaz de fingir.

Después de unos cinco minutos, Ben parece decidido a subirse a uno de los juegos, así que Marc recuesta los codos sobre la baranda que separa el juego del resto de local y mantiene los ojos en el pequeño borrón de rubio y blaugrana que es Ben tratando de subirse al tobogán con forma de caracol. Marc le toma una foto rápida para subir a Instagram. El equipo de relaciones públicas es bastante insistente en que suba fotos de ellos juntos, que trate de aparentar que la situación con su hijo no ha cambiado por el divorcio. Los futbolistas son todo sobre Dios, patria y familia.

Marc no es creyente, en su patria apenas y lo quieren y su familia se agrietó sin que lo notara. No es el mejor ejemplo de ese lema, pero relaciones públicas puede ser un verdadero dolor cuando quieren serlo. Va a subir fotos de Ben sí o sí, tal vez así logra que lo dejen en paz el resto del mes.

—¡Hey ho, capitán! —lo saluda una voz femenina. Marc mira hacia un lado solo para encontrarse el rostro sonriente de Vittoria, recostada en el barandal. Ni siquiera la notó llegar—. Lindo garfio, ¿por qué no compraste un parche para ir a juego?

—Ja, ja. —Marc se ríe sarcásticamente. Vittoria suelta una risita—. El dueño del garfio está en una pelea ahora para pasar en el túnel. —Señala hacia el juego, donde puede ver a Ben luchando por meterse al mismo tiempo que otro niño—. Fue lo primero de lo que se aburrió.

—Aw, ¿ese es tu hijo? —Vittoria mira a Ben enternecida—. Su cabello es tan rubio.

—Sí. —Marc se regodea un poco—. Lo heredó de mí.

Ella lo mira con fingido escepticismo. Marc la codea por eso.

Su relación es (o a él le gusta pensar que lo es) bastante amistosa ahora. Marc había empezado a recoger a Cesc para ir juntos a los entrenamientos, y llevarlo a casa cada sábado, ya que es el día en el que el chico no tiene clase en La Masia. A veces, Vittoria le permitía acercarla al trabajo y ya no insistía en pagarle, lo que él veía como una victoria. La rutina se rompió un poco con el parón FIFA; a Marc lo convocaron como portero titular de Alemania y a Cesc a los amistosos con la sub-17 de España en preparación del mundial en noviembre, así que no la había visto estas semanas por nada más que sus publicaciones de Instagram.

La cantidad de tiktoks de gatos haciendo bobadas que es capaz de compartir esta mujer no deja de sorprender a Marc.

—¿Cómo te fue en tus... juegos en la selección? —Vittoria frunce un poco el ceño—. Perdón, Cesc me dijo cómo se llamaban, simplemente no lo recuerdo.

—Es el parón FIFA —dice Marc—. El calendario de partidos de clubes se detiene para que jueguen las selecciones, ya sean por amistosos o eliminatorias. Ahora estamos con la Eurocopa —explica lo mejor que puede. Vittoria todavía parece un poco confundida—. La Eurocopa es... no importa. Me fue bien. —Me abuchearon por perder contra Japón, piensa, aunque no lo dice en voz alta. Es una lata de gusanos que no quiere abrir ahora—. ¿Qué haces aquí?

—Es mi día libre —dice Vittoria, volviendo la mirada al juego. Marc también lo hace, solo para ver a Ben intentando treparse en la pequeña pared de escalada—. Y mi jefe me da cien euros la hora por cuidar a su hijo menor mientras él se pasea por Ibiza con la amante. Me vendría bien algo del dinero extra, el alquiler se subió. —Una mueca de dolor recorre el rostro de Vittoria—. Eso ya es... más de lo que puedo permitirme.

Marc traga saliva. Ya se le hace normal sentir el estómago revuelto cuando piensa en Vittoria y la cantidad de trabajo que tiene solo para mantener un techo sobre su cabeza. A pesar de todas las bromas que Frenkie es capaz de pensar acerca de que Vittoria parece menor que Robert, tal idea no es algo para tomarse a la ligera. Porque ella sí es bastante joven para ser madre de un niño de dieciséis años.

¿Qué edad tenía cuando nació Cesc? ¿Viviendo en las barracas?

—¿Puedo hacerte una pregunta personal? —pregunta Marc, sin apartar los ojos de Ben, que lo ve desde lo alto del tobogán y sacude la mano hacia él. No recibe una respuesta, lo que toma como un reticente—. ¿Cómo lograste salir adelante con Cesc? Yo... me divorcié recientemente y cada vez que miro a Ben siento que me equivoqué al elegir la separación.

Vittoria parece bastante tensa cuando Marc finalmente la enfrenta. Tiene los labios presionados en una línea fina y las manos hechas puños, sujetadas en el barandal con una fuerza que le pone los nudillos blancos. Está a punto de disculparse por entrometerse hasta que ella gira el rostro a él, con una expresión triste en sus rasgos cansados.

—Lamento oír eso —murmura Vittoria, colocando su mano sobre la de él. Marc la mira fijamente, sorprendido—. ¿Te... ella te engañó?

—No, por supuesto que no —se apresura a negar—. Supongo que... lo nuestro solo murió. —Él se relame los labios, inseguro de cómo explicarlo—. Desperté un día y me di cuenta que hacia tanto tiempo que no me sentía en paz. Y esa paz fue porque ella estaba dormida, no gritándome. —Un suspiro se le escapa—. En esos días, peleábamos por cualquier tontería y yo... estaba cansado de eso. De nosotros.

¿Cómo te cansas de alguien a quien considerabas el amor de tu vida? La tranquilidad solo había llegado a él una vez que puso los papeles de divorcio sobre la mesa, y desde entonces no se iría. Marc no estaba realmente seguro de cómo sentirse respecto a esto. De que el silencio sea mejor compañía para él que la madre de su único hijo.

—Sí, esas son las más difíciles. Que no haya nada qué culpar —dice Vittoria—. No es tu culpa que ya no la amaras, Marc —asegura, aunque Marc no puede convencerse de ello—. A veces, eso solo sucede. A veces, solo tienes que seguir adelante. Hiciste lo mejor para ti al elegir el divorcio.

—No soy solo yo —refuta Marc, mirando a Ben otra vez.

Vittoria suspira.

—Las separaciones siempre son duras, aún peor si hay niños de por medio. —Ella arruga la nariz. No por primera vez, Marc siente curiosidad sobre qué demonios pasó con el padre de Cesc—. No es tan extraño a como crees que Ben parezca estresado o molesto contigo en días así, es un niño que no ha aprendido a manejar sus emociones ni a distinguirlas. Déjalo que se enoje por esto, le hará bien a largo plazo.

—¿Qué pasa si me odia? —Marc siente que el corazón se le parte en dos ante la idea de que algún día su hijo alcance ese punto—. No sé cómo podría vivir si Ben me odia por arruinarlo.

Los ojos de Vittoria se suavizan.

—Eso solo evidencia que eres buen padre —ella le asegura—. Tomaste la decisión correcta, Marc. No es sano para un niño crecer en un entorno en el que no hay amor entre sus padres, separarte fue la decisión correcta. —Vittoria da un apretón a sus manos. Marc todavía no aparta los ojos de esa—. Lo que debes intentar es que Ben comprenda que no porque vosotros os habéis separado significa que ya no lo amareis. Está en un momento vulnerable en el que aquello que él ve como su estabilidad ya no existe, es normal que se cuestione todo lo demás.

¿Lo hizo Cesc? quiso preguntarle Marc. La manera en que Vittoria hablaba le hacía sentir como si fuera desde la experiencia propia.

—¿Cómo fue con Cesc?

Vittoria suspira. Parece un poco triste de nuevo.

—Tenía quince cuando supe que estaba embarazada —confiesa ella. Marc trata de no mostrar la sorpresa que siente—. El papá de Cesc fue el primer novio que tuve, el primero con el que accedí a acostarme. Pensé que me amaba... —Vittoria suelta un resoplido irónico—. Cuando se lo conté, me dijo que era demasiado joven para ser papá y que fue culpa mía por no cuidarme. Es un poco divertido, porque también fue él quien insistió que se sentía mejor sin condón.

Ahora Marc quiere golpear al tipo. ¿Cómo se atrevía?

—Es un gilipollas.

—Sí, lo es. —Vittoria le sonríe—. Piero nunca quiso hacerse cargo de Cesc, intentó convencerme de que un aborto era la solución. Era ilegal, así que ni siquiera es que fuera medicamente seguro para mí. Él solo quería deshacerse de mi error. —Vittoria sacude la cabeza—. Terminó conmigo al darse cuenta de que no iba a hacerlo. Estaba sola, y explicárselo a Cesc fue el peor día de mi vida y lo más doloroso que he tenido que hacer. Nunca olvidaré su cara cuando descubrió por qué su papá no estaba con nosotros.

La imagen mental de Vittoria a los quince años, tras ser abandonada por su novio, mientras trata de navegar en un mundo en el que las complicaciones se le multiplicaron al tener a un bebé con ella, es suficiente para darle náuseas a Marc. Es difícil para él ser padre, teniendo una estabilidad económica que no es solo momentánea y el apoyo de múltiples personas en su vida, además de a su pareja, incluso si la relación terminó mal. Vittoria no tenía ninguna de esas cosas con Cesc y aún así logró salir adelante.

Tiene tres trabajos, piensa Marc. Toma turnos dobles que terminan en la madrugada y aún no es suficiente para pagar el alquiler completo, pero ella se mantiene de pie.

—Eres muy valiente, Vittoria —dice. Vittoria parece sorprendida—. No es nada fácil lo que tuviste que atravesar, y aún así lograste ser una buena madre para Cesc.

Vittoria suelta una risita de autodesprecio.

—Sí, soy tan buena madre que lo olvidé a medianoche en el estadio —se burla de sí misma. Marc no tiene tiempo a replicar antes de que ella continúe—. Ni siquiera pude ver su debut. Aún no he visto su debut. ¿Qué madre se pierde uno de los días más importantes en la vida de su hijo? ¿Sin compensarlo siquiera?

—Una que está luchando por mantener un techo sobre sus cabezas —dice Marc—. Sus carencias no son culpa tuya, Vittoria. Sé que Cesc no te culpa por eso. Tal vez te hayas perdido de ese, pero habrán otros de los que vas a poder ser parte y los vas a disfrutar mucho más, porque trabajaste por ellos. Para estar ahí para él.

Vittoria no parece convencida, pero sonríe débilmente a Marc, entrelazando sus dedos. Con algo de dificultad, Marc la sostiene allí y espera a que Vittoria lo mire a la cara, si así es capaz de darse cuenta lo enserio que estaba hablando él. Tiene el presentimiento de que ella va a necesitar más que una charla para creerse lo que decía, lo que no está más allá de la posibilidad para él. Es una persona bastante testaruda por naturaleza. Es alemán.

—¡Papi, papi! —grita Ben, de repente. Marc salta un poco y mira alarmado a su hijo, que tiene un puchero en los labios y los ojos cristalizados—. ¡Ese junge me robó mi espada!

A su lado, Vittoria maldice en voz baja. El niño al que Ben se refiere saca la lengua y echa a correr entre las estructuras del juego, Ben detrás de él demandando que le regrese su espada.

—¿Ese es el niño que estás cuidando? —pregunta Marc.

—Sí. —Vittoria parece dolorida—. Madre mía, tío. Los ricos no sabéis educar a vuestros hijos.

Marc intenta no ofenderse por eso.








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mterstegen1 a little of my day after the friendslys

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frenkiedejong 🤨🤨
          rl_9 🤨🤨
               illkayguendogan 🤨🤨

mikkykiemeney dejé de prestar atención por cinco segundos wtf

sergiroberto ah bueno ter🧐
          jordialbaoficial nos vamos por cinco días y suceden cositas

lamineyamal HERMANO HÉCTOR TENÍA RAZÓN NO TE LO CREO TÍO paucubarsi
          paucubarsi ahora le debo diez euros a guiu 😭
               marcguiu9 te voy a buscar cucu
          hctorforrt_ pero hermano no me echéis al agua con el capitán !!!

lamasia2.0 algún día espero tener el nivel de confianza con los chicos para entender lo que comentan

pablogavi solo una te pedía capi
          pedri me debes cincuenta euros 😝

user10 AYO? MARC TIENE NOVIA?

andreaschristensen3 gracias ter ahora quién se aguanta a frenkie
          frenkiedejong RUDE

footballgossips tenemos nueva wag a la vista?👀

toriconte 🤗💞
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barcelonafans en mis tiempos se etiquetaba al usuario para poder stalkear marc-andré

user14 bueno ya sabemos por qué se divorció de dani
          user20 los futbolistas son los peores






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