7|Regreso
Caminamos hacía el bosque, sabia que encontraría a Daryl por algún lugar, sólo tenía que saber donde.
Solte un grito al sentir que una flecha se clavo a un lado del árbol donde estaba parada. Mire hacia el frente y vi a Daryl acercarse.
—¿Estás loco? —pregunte confundida y algo molesta.
—Tú eres la loca aquí, ¿Cómo se te ocurre venir al bosque como si nada? Yo solo apunte a la amenaza. —dijo Daryl sacando la flecha del árbol.
Suspire algo resignada a la pelea y mire a Amy.
—Él siempre es así. —susurre.
—Te puedo escuchar muy bien, niñita. —dijo algo molesto Daryl mientras caminaba hacia alguna parte.
Amy y yo soltamos unas risitas mientras lo seguíamos.
—Queremos ayudarte a cazar la comida. —dije mientras íbamos detrás de él.
—No, gracias. Ahora vuelvan al campamento. —habló Daryl sin prestarnos atención.
—¿Por qué no? —pregunte mientras seguíamos persiguiendolo.
—Porque en vez de ayudarme van a estorbar. Mejor vayan a lavar ropa o a echar chisme. Ya saben, cosas de mujeres. —menciono Daryl mirando entre los árboles.
—Dejar de ser un idiota machista. —dije seria.
Daryl paro en seco y se dio la vuelta acercándose a mi algo amenazante.
—No me digas asi de nuevo... —me miró a los ojos con algo de seriedad, me aparte un poco. —Estoy cuidandolas. Ninguna sabe usar un maldito cuchillo para defenderse —miró a Amy. Después guió su vista a mi de nuevo. —, además tú tienes asma. No voy a arriesgarme a que te desmayes a mitad del bosque. —se dio la vuelta y siguió caminando. —Vayan de nuevo al campamento antes de que de verdad me enoje. —dijo sin mirarnos.
—Uy, que miedo... —dije burlona. Se escucho el suspiro fastidiado de Daryl y como paro en seco. Sin pensarlo, tome la mano de Amy y corrimos de nuevo al campamento.
Cuando estuvimos a salvo soltamos una carcajada.
—Eso fue gracioso. —dijo Amy tratando de recuperar el aire.
Asentí con diversión. Daryl tenía razón, lo único que podríamos hacer ahora era echar chisme o lavar ropa. Mi día de lavar ropa seria mañana en la mañana, pues se secaria más rápido. Ayudar ahora no serviría de mucho. Aunque aún de mi mente no se iba el hecho de que ese comentario fue muy machista, pero acertado. Existen más formas de decirlo sin que se escuche tan mal.
A lo lejos se escucho la alarma de un auto. Amy y yo nos miramos y nos acercamos hacia la casa rodante. Mire como mi abuelo se subió a la casa rodante y con sus binoculares miraba hacia aquella dirección.
—¡Shane! —exclamó mi abuelo desde arriba.
—Cuéntame Dale. —Shane se acercó desde abajo.
—No sé ve bien. —dijo mi abuelo mientras seguía mirando por los binoculares.
—¿Son ellos? ¿Volvieron? —pregunto algo ansiosa y feliz Amy.
—Es un auto robado supongo. —dijo mi abuelo.
A distinguir por el sonido del motor que se escuchaba entre las montañas podía decir que se trataba de un V8, un Challenger al parecer.
Finalmente el auto se acercó y me di cuenta que mi hipótesis fue cierta. Era un Challenger Rojo. El carro se estacionó frente a nosotros y del lado del copiloto bajo Oliver y segundos después bajo Glenn del lado del piloto. Salió una pequeña sonrisa de mis labios al ver que se encontraban bien.
—Maldición, apaga esa porquería. —habló mi abuelo mientras bajaba de la casa rodante.
—No sé como. —dijo algo confundido Glenn.
Amy salió corriendo hacia Glenn.
—Levanta la capota, por favor. —dijo Shane algo estresado.
—¿Dónde está mi hermana, Andrea? ¿Está bien? Dime que no le paso nada. —pregunto Amy muy ansiosa.
—Levanta la maldita capota. —repitió Shane y no una ni dos veces. Fueron varias y se estaba empezando a molestar.
De tanto que Glenn no hacia caso por tratar de escuchar a Shane que estaba molestó y Amy hablando mucho y no lo dejaba moverse; Oliver corrió al lado del piloto y abrió la capota.
Shane estaba apunto de cortar todos los cables.
—No, no hagas eso. Así no—dije acercándome de a poco.
—Tengo que hacerlo. ¿Tú que vas a saber? —dijo Shane estaba algo ya molesto.
—Pues se más que tú. —dije algo molesta.
—Eres mujer y este es un carro, no el maquillaje que usas. —dijo Shane mirándome con incredulidad
Lo mire algo molesta, me acerque y desconecte un cable que daba a la pila haciendo que el ruido cesará. Todos tomaron un suspiro de alivio al ya no escuchar nada. Shane me miró algo sorprendido por mi acción y apenado al ver que yo si sabía más que él en realidad.
—Glenn. —dijo Amy insistiendo por Andrea y Glenn ya estaba desesperado.
—Ella está bien, todos están bien... bueno Merle no esta tan bien. —dijo Glenn mirándonos a todos. Lo mire con algo de confusión en mi rostro. ¿Acaso el idiota racista de Merle había muerto?
—¿Cómo vienes hasta aquí haciendo tanto ruido? ¿Quieres que los Zombies lleguen hasta nosotros? —habló Shane mientras posaba sus manos alrededor de su cintura y lo miraba algo molesto.
—Creo que estamos bien. —dije tratando de calmar el ambiente. Mi abuelo asintió hacía mi comentario.
Shane me miró a mi con incredulidad y molestia. Después miro a mi abuelo con la misma cara. Tomó un suspiro grande y pasó su mano por la cara con algo de pesadez.
—Creo que fue una estupidez. —dijo Shane molesto mirando a Glenn.
—Bueno, la alarma hizo eco en todas las montañas es difícil encontrar la fuente —expresó mi abuelo. Shane lo miro con una cara seria, pero aún se veía más molestia en ella. —. No quiero discutir solo digo eso —alzó los hombros mientras dirigía su mirada a Glenn. —. La próxima vez podrías pensar las cosas con más cuidado, ¿no te parece? —habló mi abuelo en forma de regaño a Glenn.
—Lo siento —Glenn agacho la mirada algo arrepentido. Después la alzó y miró a los presentes. —... Tengo un auto bonito. —afirmó como si de eso dependiera la discusión.
Mi abuelo solo lo vio y termino dándole la razón ya resignado. Se escucho llegar un nuevo auto, o mejor dicho camion. La primera en bajar fue Andrea, Amy corrió y la abrazo. Acto seguido bajo Morales, Jacqui, T-dog. Algo que llamó mi atención fue como Lori se llevaba a Carl a otro lado mientras esté la seguía, en su cara se veía que se forzaba a no llorar. No entendia mucho el por qué pasó eso.
Yo me acerque a Glenn y Oliver.
—Volvieron. —dije con una pequeña sonrisa mientras los veía de frente.
—Hicimos una promesa, ¿no? —habló Glenn con la mirada perdida en el suelo. Segundos más tarde, la levanto y me miró unos segundos, finalmente sonrió con calidez. Le devolví la sonrisa.
—Pensé que estaban atrapados en el centro comercial... —hable y como si Shane leyera mis pensamientos habló.
—¿Cómo hicieron para salir de ahí? —pregunto Shane posando su mirada en nosotros.
—Un amigo nuevo. —respondió Glenn. Me recargue en la puerta del auto. Quedé en medio de Oliver y Glenn.
—Sí, un tipo loco que llegó a la ciudad —dijo Morales mientras abrazaba a su familia. —.Oye, chico helicoptero, ven a saludar —grito mirando hacia la puerta del camión. —. Es policía como tú. —miro a Shane.
Todos dirigimos la mirada hacia el camión. Bajo un hombre blanco de ojos de color y algo atractivo a mi parecer. Miro hacia al frente encontrándose con la mirada de todos, pero sus ojos se detuvieron en frente y de repente escuché la voz de Carl gritando "Papá" y abrazar al hombre blanco. Finalmente se unió en un abrazo junto a Lori igual. ¿Cómo que Shane no era él papá de Carl?
...
Rick, el hombre blanco, se encontraba platicandonos como había levantado del coma y se encontró con este mundo nuevo. Se encontraba abrazando a Carl y Lori, Shane se veía algo serio mientras veía aquella acción. Yo me encontraba sentada junto a mi abuelo y a un lado mío estaban Andrea y Amy. Frente a mi estaban Glenn, Oliver, T-dog y la familia de Morales. Todos estábamos atentos escuchando al nuevo mientras la fogata nos calentaba un poco el cuerpo.
Se escucho un ruido proveniente de la familia que siempre se aislaba, los Peletier. Gire mi cabeza hacia ellos y mire como el idiota de Ed había agregado una nueva rama a su fogata.
—Oye, Ed ¿Por qué tiraste esa rama? —pregunto Shane algo calmado.
—Hace frío, amigo. —dijo Ed sin ningún gesto de arrepentimiento.
—El frío no cambia las reglas. Hay que mantener el fuego bajo para que no nos vean desde lejos ¿no es así? —trato de hacerlo cambiar de opinión.
—Dije que hace frío, métete en lo tuyo ¿Quieres? —respondió Ed.
Yo ya resignada por su comportamiento me levante de mi asiento y Shane también lo hizo al mismo tiempo. Comenzó a caminar hacia ellos y antes de llegar me detuvo con su brazo. Suspire con pesadez y me volví a sentar mientras miraba como Shane conversaba algo con Ed. Finalmente Carol se levantó de su asiento y quito la rama que anteriormente habían agregado y Shane la piso. Se acercó a preguntarle algo a Carol y Sophia.
—Gracias por cooperar, Ed. —dijo Shane mientras se sentaba de nuevo en su lugar. Se quedó un silencio que sólo duró unos cuantos segundos.
—¿Han pensado en Daryl Dixon? No le gustará saber que dejaron a su hermano allá. —habló mi abuelo, suspire con pesadez y me recargue en su hombro como si de una niña pequeña se tratase. Mi abuelo solo se limito a rodearme con su brazo.
—Yo se lo diré, perdí las llaves, es mi culpa. —declaró T-dog.
—Yo lo espose, fue mi culpa. —habló Rick.
—Amigos no es una competencia —se escucho la voz del coreano. —. No quiero ser racista, pero preferiría que se lo diga un blanco. —murmuró Glenn. Reí por lo bajo, Merle era un racista idiota, pero Glenn solo era un idiota de los que caen bien.
—Podríamos mentir. —sugirió Amy.
—O decir la verdad. —comenté. Andrea asintió a mi comentario.
—Merle estaba descontrolado. Había que hacer algo o nos mataría a todos. Rick hizo lo que había que hacer. Y si Merle quedó allá no es culpa de nadie.—murmuró Andrea.
—¿Y le diremos eso a Daryl? No creo que surga una discusión muy racional después de eso —comento mi abuelo. Tenia razon, con Daryl nada de eso serviría. —. ¿Tú que crees? Seamos inteligentes y estemos preparados para cuando vuelva de su cacería. —dijo mi abuelo.
...
Ya todos estaban dormidos. Yo simplemente no podía, llevaba varios días sin dormir bien, la imagen de mis tíos y mi prima llenos de sangre no salían de mi mente. Y cuando podía conciliar el sueño finalmente, soñaba con la misma pesadilla que me hacía despertar con sudor y ansiedad.
Salí de la casa rodante y para evitar que me pasara alguna tragedia, subí al techo de ésta. Cuando llegue arriba grande fue la sorpresa al encontrarme con el idiota de Shane. Él sintió también mi presencia y me vio. Estaba dispuesta a irme cuando escuche su voz.
—No te vayas, quédate. —fue lo que alcanzo a decir Shane antes de que bajará.
Pare en seco y suspire resignada. No quedaba de otra, así que me acerque a su lado donde había una silla plegable. Me senté junto a él y mire al frente sin decir nada.
—Hace frío, ponte esto. —habló Shane mientras se quitaba el sueter que portaba y me lo daba.
Negué con la cabeza repetidas veces.
—No, gracias así estoy bien. —respondí de la manera más seca posible.
Hizo caso omiso a mi comentario y me puso el suéter por encima de los hombros y me tapo lo más que pudo. Suspire con pesadez.
—Gracias. —dije mientras seguía mirando al frente.
Nos quedamos un rato en silencio. Él había sido un idiota conmigo todo el día, por eso no quería estar aquí junto a él.
—Perdón. —dijo Shane rompiendo el silencio.
Lo mire de reojo sin ninguna expresión en mi cara.
—¿Qué? —cuestione con extrañeza.
—Perdón, fui un idiota al asumir que no sabias nada por ser mujer... —se quedó en silencio por algunos segundos. —Sabes mucho más que yo. Me sorprendiste. —soltó una risita mientras sentía su mirada en mi.
—Gracias —dije seria, segundos después gire mi mirada hacia él. —. No lo vuelvas a hacer nunca más o te dejaré el ojo hinchado de un golpe. —dije ahora yo soltando una risita haciendo que Shane hiciera lo mismo.
—¿Tú tampoco puedes dormir? —me pregunto después de un silencio.
—No, el insomnio y las pesadillas me ganan. —dije mientras me ponía el sueter de la manera correcta.
—¿Pesadillas? —pregunto Shane mirándome.
—Desde que el mundo se fue al carajo, y mi prima y tíos... —me quede en silencio cuando me di cuenta que había hablado de más —Tengo varios días sin dormir, es todo. —dije mientras me acomodaba en mi asiento.
—¿Tu prima y tus tíos? ¿Qué pasó con ellos? —cuestiono mientras sentía su mirada en mi.
—Es algo de lo que no quisiera hablar ahora —nos quedamos en silencio y sabia que Shane respetaba el hecho de no querer hablar de ello. —. ¿Y tú por qué no puedes dormir? —cuestione mirándolo de frente. La mirada de Shane se perdió por un segundo en la nada, después me miró y sonrió.
—Es algo que no quisiera hablar ahora. —respondió de la misma manera que yo lo hice.
Los dos suspiramos al mismo tiempo y nos quedamos de nuevo en silencio.
—¿Tú crees que esto termine en algún momento? ¿Qué haya esperanza? —cuestione.
—No, tendremos que aprender a vivir así. Si somos realistas, esto no es como un virus más. Esto se a expandido demasiado. —respondió Shane mirándome.
Suspire con pesadez. El hecho de tener que vivir así siempre, no era una muy buena idea para mi. No haber vivido todo lo que tuve que vivir y solo aprender a sobrevivir, era algo que tendría que ser parte de mi vida para siempre.
—Dejemos de hablar cosas tristes. Mejor cuéntame de ti. —expresó Shane mientras me miraba a los ojos.
—¿De mi? ¿Qué quieres saber? —dije viéndolo también a los ojos con una sonrisa.
—No sé, cuéntame qué hacías antes de esto. —habló Shane con una pequeña sonrisa.
—Era estudiante. Mi vida no era tan interesante, nunca salí de fiesta, tampoco trabaje en ningún lado. —dije entre risas mirando a Shane.
—¿Y tenias pareja? —pregunto y yo negué con la cabeza. —¿Pero ya habías tenido pareja antes? —volví a negar pero esta vez riendo un poco. —¿Tu padre era muy estricto entonces? —cuestiono con una sonrisa de lado. Mi sonrisa se desvaneció y gire mi cabeza hacia otro lado.
—No, creo que no. —dije algo más seria.
—¿Y ni siquiera un primer beso? —siguió cuestionando Shane. Lo mire y negué con la cabeza con una pequeña sonrisa posandose de nuevo en mis labios. —Eso si que es extraño para una chica de tu edad. —dijo entre una risa que me contagio.
—Nunca conviví con algún chico. —dije ocasionando que Shane se sorprendiera más de lo que ya estaba.
—Tú si que eres la verdadera niña de casa. —me miró con una sonrisa. Solté una risa por lo bajo. —Tus padres si que eran muy protectores. —dijo Shane, suspire antes de hablar.
—Mi abuelo, mis padres no. —dije con la mirada perdida en la nada.
—¿Por qué tu abuelo y no tus padres? —cuestionó Shane.
—Mis padres murieron cuando tenía 8 años... —dije tratando de no hacer contacto visual con Shane. De reojo mire como su cara se tornaba seria y pasaba una mano por su cara.
—Carajo, lo siento mucho. —habló avergonzado.
—No pasa nada —dije con una sonrisa de lado. —. Ahora tu cuéntame de ti. ¿Tenías pareja antes de todo esto? —cambié el tema. Realmente quería saber si Carl era su hijo, pero realmente era imposible eso, Carl era idéntico al hombre atractivo, Rick.
—Sí, pero terminamos una semana antes de que empezará esta mierda. —respondió Shane.
—¿Qué edad tenía la chica? —pregunte con curiosidad.
—22 años. —respondió con una sonrisa de lado.
—Carajo, ¿Qué edad tienes? —pregunte sorprendida.
—30 años. —dijo con una risita. Lo mire sorprendida.
—8 años de diferencia. Nunca había visto una pareja que se llevara tanto. —reí suave.
—Y te sorprenderías más si te digo que anduve con una chica de 18 años. —confesó con una sonrisa de lado. Lo mire sorprendida.
—¿Con una chica de mi edad? Eso sí que no me lo creo. Aún ni era legal. —expresé.
—En México ya era legal. —respondió con risas lo que tambien me hizo reir. —¿Cómo que tienes 18 años? —se percato de mí dato adicional. Reí suave.
—En un mes cumplo los 18 años. Así que podría decirse que sí. —respondí.
—Tienes las cuentas de los días, me gusta. —reímos los dos al mismo tiempo.
De un momento a otro nos quedamos viéndonos a los ojos. La tensión del momento se sentía, solo podía escuchar las hojas de los árboles mecerse con el viento y nuestras respiraciones calmadas. La mirada de Shane bajo a mis labios y cuando menos lo pensé ya se encontraba muy cerca mío, podía sentir su calor corporal. Cuando trato de acercarse más para querer hacer lo que yo creia, yo moví la cabeza hacia otro lado evitandolo.
Aclaré mi garganta y sentí como Shane se alejo poco a poco.
—Es hora de irme. —me levante de la silla y comencé a quitarme el sueter.
—No, no quedatelo. Te puedes enfermar si te lo quitas ahora. —habló insistiendo.
Asentí y me abrigue bien antes de darme la vuelta para irme.
—Qué descanses. —dije antes de bajar por las escaleras.
Entre a la casa rodante y mire como mi abuelo y las chicas seguían dormidos. Me metí en mi cama, sin antes quitarme el sueter de Shane y dejarlo a un lado. ¿Por qué carajo Shane quería besarme?
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