6|Atrapados
Me desperté sudando. El motivo es el mismo. Esa maldita pesadilla me esta quitando el sueño. Por más que quiero olvidarlo, no puedo. Esta vez fue diferente, nadie me gritaba, nadie me llamaba, solo podía sentir las manos de alguien en mis tobillos jalandome lejos de mi prima. El motivo por el cual desperté fue mi desesperación, tanto que terminé gritando y con esto despertando.
Me ocurrirá lo mismo que con la muerte de mis padres. Durante 3 años teniendo pesadillas, soñando día tras día, recordando su causa de muerte, ese accidente que acabo con la vida de los 2 en el instante.
Al despertar, mire a mis lados y no me encontré con las chicas. Tal vez Andrea esté alistando todo para irse y Amy ayudándola. Me levante de la cama y comencé a acomodar mi cabello y limpiar mi cara.
Salí de la casa rodante mientras frotaba mis ojos tratando de despertar bien. La luz del Sol me cegó un poco pero me pude recuperar al instante. Al salir me encontré con todos reunidos en el centro del campamento. Mire a las hermanas rubias y al lado se encontraba mi abuelo. Me acerque a ellos mientras Shane se encontraba hablando.
—Es la hora de que vayan a Atlanta. Todos les deseamos suerte y agradecemos su valentía de arriesgar su vida por su grupo. —habló Shane con voz firme
Tome a mi abuelo del brazo como solía hacerlo cuando era más pequeña. Miraba como Amy se despedía de Andrea. Morales era despedido por su esposa e hijos. Jacqui era despedida por Lori y las demás mujeres que se quedaban aquí. Daryl despedía a su hermano al parecer, ¿él era Merle?. Aun lado mío, T-dog era despedido por mi abuelo y Shane. Y finalmente pose mi mirada en los dos individuos que sobraban: Glenn y Oliver. Estos tenian la mirada agachada y se encontraban algo incómodos. Nadie se despedía de ellos. Todos se enfocaban en los demás.
Sin pensarlo dos veces, solté el brazo de mi abuelo y me acerque a los dos individuos.
—¿Cómo están? —les pregunte con una sonrisa.
Estos dos levantaron la mirada. De nuevo, mis ojos se encontraron con los de Glenn. Nos quedamos unos cuantos segundos así hasta que Glenn fue el primero en apartar la vista. Los dos salimos de nuestro trance de contacto visual.
—Estamos bien. —habló Glenn mientras su mirada rondaba por el lugar y rascaba su nuca con nerviosismo.
Suspire y ahora puse mi mirada en Oliver. Le di una sonrisa.
—¿Cuándo volverán? —le pregunté.
—Antes de que anochezca. —contestó con voz firme.
Mi mirada volvió hacia Glenn.
—Se que llevamos poco tiempo conociéndonos, pero—me quede en silencio. No estaba segura de si decirlo o no. Tome un gran suspiro mientras mi mirada se encontraba perdida. —... tienen que prometer que regresaran con bien. —mis ojos se posaron nuevamente en Glenn.
Este elevo la mirada, se encontraba algo confundido. Y lo comprendo, yo, una chica que no tenían ni 2 días de conocer, les pedía prometer volver con bien. Pero, realmente me habían empezado a caer bien. Y si tenia suerte, serían mis primeros amigos. Y yo no iba a permitir que unos caminantes mataran a mis futuros amigos.
—Sí, regresaremos con bien. —dijo Oliver con una sonrisa.
Mi mirada se volvió hacia Oliver y le di una sonrisa. Abrazarlos no era una opción ahora, me resigne a solo levantar los pulgares con una sonrisa forzada. Me comencé a alejar de ellos poco a poco. Realmente la idea de abrazarlos seguía en mi mente, quería hacerlo pero no sabía como reaccionarian. ¡Al carajo con lo que piensen!. Me di la media vuelta y me acerque a los dos tomándolos por los hombros, nos uní en un abrazo a los tres y después solo me aleje como si no hubiera pasado nada. Sentía mi cara arder de la vergüenza, pero de la vergüenza no se vive.
Me comencé a acercar hacia Andrea y Amy, las dos se abrazaban con amor, Amy parecia que queria llorar, yo solo miraba la acción. Las rubias se separaron e inmediatamente Andrea me miro a mi, me dio una sonrisa y finalmente nos juntamos en un abrazo cálido.
—Cuídate mucho, Andrea. Aún faltan muchas más conversaciones como la de anoche. —le susurre cerca del oído. Andrea sólo se limito a soltar una risa.
Nos separamos después de un rato. Amy se acercó de nuevo a abrazarla, entendía tanto ese amor que se tenían, así era yo con mi prima.
—Mucho cariño, ¡Ya hay que largarnos! —grito el hermano de Daryl. Mi mirada se poso en el individuo, lo miraba de mala manera.
—Si pueden dejarlo allá y que no vuelva nunca más, sería genial. —sugirió Amy. Volví a posar mi mirada en ella.
—Amy. —dijo en forma de regaño mi abuelo. ¡Genial!, ya no era a la única que regañaba. Mire como Amy se encogió de hombros algo avergonzada al saber que mi abuelo había escuchado.
—¿Y él quién es? —pregunte curiosa. Sólo quería confirmar que fuera quien yo creía.
—Es Merle, es un idiota de hombre. —respondió Andrea mirando al individuo con algo de asco.
—Oye, Senos Dulces. ¡Es hora de irnos! —se acercó Merle a nuestro lado y vio a Andrea.
Voltee a mirarlo con asco, se creía muy "galán" y era todo un patán, idiota y ahora que lo recuerdo, era el maldito racista del otro día. Este me volteo a ver y pasó sus ojos de mi cabeza a mis pies. Este si me dio asco que me viera.
—¿Se te perdió algo, idiota? —le pregunté de manera seria y algo molesta. Este me miró con una sonrisa arrogante.
—¿Tú también eres hermana de Senos Dulces? —me pregunto con la misma sonrisa idiota.
—No, pero soy su amiga. Y si te vuelves a dirigir a ella de esa manera te juro que te arrepentirás. —me acerque de manera amenazante y ahora si molesta completamente.
Este me siguió mirando con esos mismos ojos y esa sonrisa arrogante. Suspire fastidiada. Me di la media vuelta para alejarme pero Merle tomó mi brazo y trato de jalarme, en ese momento llegó alguien que nunca imagine que llegara a mi rescate, Daryl. Ahí estaba él tomando el brazo de Merle con fuerza.
—Sueltala. —fue lo único que tuvo que decir para que Merle soltara mi brazo.
—Hermanito, no me digas que, ¿Te gusta esta niñita y por eso vienes a salvarla? —dijo Merle con una sonrisa arrogante mientras miraba a Daryl.
—Ya lárgate, Merle. —habló Daryl mientras empujaba a Merle con los otros que irían a Atlanta. Merle se fue y me acerque a Daryl.
—Yo podía controlarlo. —susurre cerca de Daryl.
—¿Así como controlas tu asma? Sí, como no. —habló Daryl sarcásticamente para al final irse, no permitiéndome hablar de regreso.
Finalmente, todos se fueron. Amy y yo veíamos como el carro donde iban todos se alejaba. Yo me fui a la casa rodante.
Me volví a acostar pero esta vez no me dormí. Me quedé mirando hacia la nada. En este momento estaría con mi prima en la escuela, probablemente desayunando o tomando esa molesta clase con la maestra de Matemáticas o la clase con el profesor Smith. Pero en fin, estoy aquí, sola y sin clases. Tenía que hacer algo para distraerme antes de que mis pensamientos me matarán.
Me levante y me quite mi pijama que me había puesto la noche anterior. Salí en busca de poder distraerme. Me acerque a la que era la cocina del campamento. Los platos y algunas ollas estaban sucias. Siempre odiaba tener que lavarlas, pero es lo único que me podrá sacar un poco de este mundo.
Me dispuse a lavarlos, no eran muchos, pero marcaría un poco la diferencia si los lavaba. Después de unos cuantos minutos termine de lavarlos. Me senté en una silla mientras veía a las mujeres a lo lejos lavar la ropa.
Alguien se sentó a mi lado, cuando gire mi cabeza me encontré con Amy. Mirando hacia la misma dirección que yo miraba hace unos minutos. Ninguna habló, sólo disfrutamos de la compañía de la otra, esperando por la llegada de nuestras personas.
Después de un rato comenzamos a conversar un poco. Amy me contaba como era su vida antes de todo esto. Y yo, yo sólo escuchaba. Aún no estaba preparada del todo para hablar abiertamente de mi vida. Estuvimos así como por 3 horas.
Finalmente se escucho la radio, oí hablar a un hombre. Amy se acercó apresurada, supongo que pensaba que era nuestro grupo. Pero no, esa voz no me era conocida.
—¿Alguien me escucha? —preguntaron por la radio. Amy tomó el radio en su mano.
—Sí, hola. —dijo Amy a través de la radio.
—¿Me escuchan? —pregunto de nuevo la voz.
—No muy bien, cambio. —contestó Amy. Todos empezaron a reunirse a nuestro lado.
—Me dirijo hacia Atlanta por la autopista 85, si alguien me escucha, por favor conteste. —se escucho algo entrecortado por la radio.
—Estamos a las afueras de la Ciudad —no sé escucho nada más que ese característico sonido que las radio hacen cuando no hay señal. —.¿Hola?... ¿Hola?, no pudo escucharme —Amy me miró algo angustiada y desesperada.
—Inténtalo de nuevo. —sugirió mi abuelo. Le quite el radio a Amy.
—¿Hola? ¿Puede escucharnos? —no recibí ninguna respuesta. —, Carajo. —susurre frustrada. Pude sentir la mirada de mi abuelo pero no dijo nada.
—Ven, hijo, tú sabes como funciona esta cosa. —habló mi abuelo mientras Shane se acercaba a nosotros. Quito el radio de mi mano antes de hablar.
—¡Hola, hola! ¿La persona que llamo esta todavía ahí? —no hubo una respuesta nuevamente. —Habla el agente Shane Walsh a la persona no identificada, por favor conteste. —siguió sin escucharse nada. Suspire frustrada al igual que Shane. —No está. —habló resignado.
—Hay otros, no estamos solos. —comentó Lori.
—Ya lo sabíamos, por eso dejamos el radio encendido. —expresó Shane algo frustrado.
—No sirvió de mucho. —menciono Lori.
Yo me fui de nuevo a mi lugar en la "cocina". Comenzó una pequeña pelea entre Shane y Lori. Yo estaba bastante cansada como para escucharlos pelear.
¿Había más personas vivas? Eso me daba un poco de esperanza de saber que por lo menos no eramos los únicos vivos en la ciudad.
Decidí volver a la casa rodante. Me dispuse a leer uno de esos libros que traje cuando empaque mis cosas. El libro habla sobre temas de suspenso. Yo amaba el Suspenso, y pensar que ahora lo estaba pasando en la vida real, ya no me causaba mucha gracia. Ya llevaba la mitad del libro cuando de repente escuché de nuevo el radio.
—Hola campamento... ¿Alguien me oye? —se escucho algo entrecortado probablemente por la interferencia. Salí a paso apresurado fuera de la casa rodante. Mire como todos se reunían de nuevo y mi abuelo era el que subía ahora a la casa rodante. —Campamento base, habla T-dog ¿Alguien me oye? —¿T-dog?, eso significaba que los chicos estaban con él y por lo que veo, están a salvo.
—Hola, hola. Tenemos mala recepción, repitan, repitan. —habló mi abuelo cuando tomó la radio.
—¿Son ellos? —pregunto Lori.
—Estamos en problemas... —la señal se fue por unos segundos y luego volvió. —Estamos atrapados en el centro comercial. —mire a Shane tocar su cara con desesperación ante la situación.
—¿Dijo que están atrapados? —cuestiono Shane con algo de confusión.
—Hay caminantes por todos lados... —volvió a irse la señal. —y cientos de ellos, estamos rodeados. —suspire desesperada al escuchar aquello y lleve mis manos a mi cara, ocultandola.
—T-dog, repite eso último, repitelo. —habló mi abuelo.
Quite las manos de mi cara cuando ya no estaba en canal la radio. Amy se encontraba asustada y Shane rascaba su nuca con frustración.
—Dijo que están en el centro comercial. —habló Lori a Shane. Me acerque a un lado de ella.
—Yo también lo escuche. —dije viendo también a Shane. Mi abuelo trataba de que tuviéramos señal otra vez.
—Ni lo sueñen. No vamos a ir a buscarlos, tampoco arriesgaremos el grupo. Todos ya lo saben. —dijo Shane elevando un poco la voz.
—¿Entonces vamos a dejarla allí? —pregunto Amy acercándose a nosotros y mirando a Shane.
—Oye Amy, se que no es fácil. —comenzó Shane, pero lo interrumpí.
—Ellos se ofrecieron a ir, para ayudarnos a todos. —dije algo molesta mientras me acercaba un poco más a Shane.
—Lo sé, ¿Sabían los riesgos, no? —me miró más frustrado que antes, sabía que estaba controlando ese enojo. —Si están atrapados los perdimos. Tenemos que lidiar con eso, no hay nada que hacer. —dijo finalmente.
—Andrea es mi hermana, imbécil. —exclamó Amy algo molesta antes de irse.
Mire a Shane, quien seguía tratando de controlar su enojo. Suspire frustrada y salí detrás de Amy. La entendía perfectamente, su hermana estaba atrapada en un centro comercial y esas palabras que Shane dijo no ayudaban de mucho.
—¡Amy! —grite cuando ya no podía alcanzarla.
Finalmente aumente mi paso y cuando me acerque la mire detrás de una casa de campaña llorando. No sabía como consolar este tipo de cosas, así que solo me acerque a su lado y me senté. Mi mano se recargo en su espalda, como si quisiera reconfortarla.
—Ellos van a volver. Yo sé que van a volver. —dije firme. Amy me miró, asintió y se acercó a abrazarme, yo le devolví el abrazo.
Ellos prometieron que volverían y yo les creía. Todos en ese pequeño grupo eran fuertes y a pesar de que estuviera el idiota de Merle, él también lo era.
Estuvimos un buen rato así, pensaba en Andrea, en Jacqui, en Oliver y... en Glenn. Estaba segura que volverían, pero no sabía como lo harían. Si seguía sobrepensando de nuevo, mi mente explotaría junto a mis pulmones. Me levante de golpe y mire a Amy.
—¿Por qué no caminamos un poco? —cuestione con una sonrisa.
Amy me sonrió y se paro de su lugar. Mientras caminábamos, comenzó a secar sus lágrimas, yo la miraba, sabía lo que sentía en este momento.
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