
4|Atlanta.
Mire a Daryl quien estaba igual de confundido que yo al mirar a todos discutiendo.
Me acerque a Amy de manera sigilosa, como si ya fuera parte de la conversación. Seguían hablando pero no entendía nada. Finalmente me acerque más Amy.
—¿Qué estamos discutiendo? —susurre a Amy mientras mi mirada seguía al frente tratando de entender la conversación.
Amy me miró por unos segundos algo confundida, supongo que por mi presencia de manera repentina y hablo.
—Están hablando sobre quiénes irán por suministros a la Ciudad. —menciono Amy para volver a poner la vista en todos los individuos.
Asentí como si hubiera entendido un poco más y centre mi vista en Shane, que al parecer, era el que estaba a cargo.
—Bueno, entonces ya esta decidido. Andrea, Merle, T-dog, Jacqui, Glenn, Oliver y Morales irán a Atlanta por suministros. Partirán mañana por la mañana. —dijo Shane de manera decidida. El grupo se comenzó a dispersar al finalizar la mini "junta".
¿Andrea? Lo espere de todos, menos de ella. Si ella iría yo también quería ir, no sé escuchaba tan mal el hecho de ir por suministros. También iría Glenn y Oliver y los dos me cayeron muy bien. Jacqui también iría y era otra persona de la que dudaba mucho que se postulara para ir. Pero ¿Quiénes son Merle, T-dog y Morales?, no lo sé, pero yo quería ir.
Me acerque hacia donde estaba Shane esperando convencerlo.
—Shane. —dije cuando estuve bastante cerca del individuo.
—No iras, tu abuelo me lo prohibió y tampoco pienso poner en riesgo a alguien más. —menciono Shane mientras caminaba ignorando mi presencia. Era como si hubiera leído mis pensamientos.
—Pero Shane... —fui interrumpida por Shane nuevamente. Este paro en seco y me miró directamente a los ojos con algo de frustración antes de hablar.
—Ya dije que no, son muchas las personas que irán, no pienso exponer una vida más. Aquí hay muchas cosas en las que puedes ayudar. — dijo Shane mientras posaba sus manos alrededor de la cintura.
Suspire con algo de fastidio y me aleje de Shane para comenzar a buscar a mi abuelo. Tenía que pedirle permiso. Sabía que Shane me dejaría ir si mi abuelo aceptaba. El problema aquí era convencer a mi abuelo para que me dejara ir con ellos.
Camine hacia la casa rodante, probablemente mi abuelo se encontraba ahí. Al entrar a la casa vi a Amy y Andrea, pero no a mi abuelo.
—Hola. —mire a las chicas con una sonrisa algo forzada, estaba tratando de ocultar mi pequeño enojo, el problema no era con ellas.
—¡Hola, Jane! —dijo Andrea con una sonrisa, pero esta se desvaneció al instante de mirarme. Capaz ella había notado mi frustración en la mirada y es que para mi siempre ha sido imposible ocultar mis emociones. En mi cara eran muy notorias. —¿Ocurre algo? —me pregunto, estaba algo confundida.
—Ah... ¿Saben dónde está mi abuelo? —cuestione evitando la pregunta de Andrea.
—Creo que estaba mirando una falla del motor de la casa rodante. —menciono Amy, también se veía confundida.
—Gracias. —mencione. Andrea y Amy me miraron con una sonrisa de lado antes de que yo me fuera.
Salí de la casa rodante y me acerque a la parte de enfrente de la casa rodante, esperando encontrarme con mi abuelo. Mientras me acercaba, lograba ver el singular gorro de mi abuelo.
—Abuelo... —dije de manera seria cuando llegue al lado de él.
Mi seriedad se convirtió en sorpresa cuando vi que Oliver, El Guapo y el asiático nervioso y de hermosa sonrisa se encontraban al lado de mi abuelo. Y fue ahí que volví a sentir la mirada del asiático, Glenn. Lo mire a los ojos, estaba nerviosa ¿por qué?. Aclaré mi garganta con algo de nerviosismo. Desvíe mi mirada hacia mi abuelo, tratando de que mis ojos no se cruzarán con ese chico, otra vez.
—Abuelo, necesito hablar contigo. —dije mirando de reojo al asiático. El nerviosismo seguía en mi y no sabía porqué.
—¿No vas a saludar primero, Jane? —dijo mi abuelo. Sabía perfectamente que esto era un regaño. Volví a darle una mirada rápida a El Guapo y a El Sonrisa Bonita.
—Perdón... —mire a mi abuelo unos segundos más antes de volver a poner mi mirada en los dos individuos que acompañaban, lamentablemente, esta pequeña discusión. —Hola. —sonreí de manera algo incomoda.
—¡Hola! —dijeron al unísono.
Mi mirada se volvió a cruzar con la del asiático. Esta vez si le sonreí, pero de manera nerviosa, otra vez, ¿qué carajo me pasa?. Él me devolvió la sonrisa, esa hermosa sonrisa, también se notaba nervioso, tanto que termino desviando la mirada hacia el motor de la casa rodante, como si estuviera buscando algo en el. Finalmente, mire a El Guapo, Oliver. Le sonreí con algo más de confianza, él hizo lo mismo, mientras su mirada cruzaba de mi cabeza a mis pies. No entendía porqué, pero no me incomodaba. Nuevamente, mi mirada se centro en mi abuelo.
—¿Entonces si podemos hablar ahora? —pregunte de manera algo seria, pero no grosera.
—No me vas a hacer cambiar de opinión, hija. —habló mi abuelo mientras centraba su mirada en el motor y tomaba una llave inglesa. ¿Por qué todos están leyendo mis pensamientos últimamente?
Suspire tratando de no sacar mi enojo. No iba a hacerlo enfrente del El Guapo y El Sonrisa Bonita. Cerre los ojos e hice una mueca. Tenía que convencer a mi abuelo, yo quería ir. Abrí los ojos con algo de decisión en mi mirada.
—Pero, abuelo, Andrea irá. —insistí. Sí, trataba de convencerlo con que alguien más, que conocemos, iría.
—Jane, hija, no pienso discutir esto, no quiero que vayas y mucho menos si va Merle, no te quiero cerca de él. —aclaró mi abuelo mientras comenzaba a mirar el motor, como si también estuviera buscando algo en el.
—¿Quién carajo es Merle? —agregue confundida y algo frustrada.
—Jane —mi abuelo poso su mirada en mi algo molesto Sabía que no le gustaba que dijera ni una sola palabra altisonante, pero esta vez era requerida. Soltó un suspiro algo pesado antes de hablar. —. Es un muchacho que es muy grosero y vulgar. No me voy a permitir que estés cerca de él. —advirtió mi abuelo para seguir mirando el motor de la casa rodante.
Suspire también con algo de pesadez. Sabía que convencer a mi abuelo, ya no se iba a poder. Estaba resignada. Finalmente mire el motor por unos segundos también.
—Son las bujías. Se quemaron. Por eso es que la casa rodante está gastando gasolina más de lo que debería y su potencia ha bajado considerablemente. Necesita un cambio de ellas. —afirme mirando a mi abuelo con algo de seriedad.
Mi abuelo me miró por unos segundos y comenzó a sacar una de las bujias del motor. Comenzó a checarla y finalmente se dio cuenta que estaba quemada. Sonreí con algo de orgullo al ver que mis clases de mecánica habían servido de algo.
—¿Y dónde conseguiremos repuestos de bujias? —pregunto Oliver mientras se recargaba un poco mirando el motor.
—Pensé que nunca serviría, pero hace tiempo, en el portaequipaje de la casa rodante guarde unas cuantas cosas. Bujias nuevas, filtro de aceite, balatas, liquido de frenos, aceite, anticongelante, entre otras cosas importantes. —mire a mi abuelo con una sonrisa algo incomoda. Sabría que no sería un regaño, pero por alguna extraña razón lo sentía así.
Mi abuelo me miró unos segundos a los ojos, tenía algo de seriedad. Finalmente salió una sonrisa de su boca, se miraba orgulloso y agradecido de ello. Tocó mi hombro antes de ir a la parte trasera de la casa rodante dejándome sola con Oliver y Glenn. Mire a los dos y una sonrisa incomoda salió de mis labios.
—Nunca habia conocido una chica que supiera de mecánica. Me humillaste bastante. —habló Oliver con una sonrisa mientras me miraba fijamente.
Lo único que pude hacer fue reírme con algo de vergüenza. Nunca me habían dado un alago y mucho menos un chico.
—No, hablo en serio. ¿Aprendiste de tu abuelo? —cuestiono Oliver. El chico quería sacar plática y yo no sabia que hacer.
—Ah... mmm —no sé que carajo estoy haciendo, pero lo que si se, es que, no luzco genial haciendolo. —. Aprendí un poco de mi abuelo, pero realmente sé porque tomé talleres en mecánica. —dije con una sonrisa después de todo. Mira Jane, quien diria, si sabes hablar.
—Oh, eso es genial. ¿Entonces sabes arreglar cualquier tipo de motor? —pregunto Oliver.
—Sí, v4, v6, v8 y sé un poco del v12. —dije mirando a Oliver.
—¡Wow! Yo muy apenas se cambiar una llanta. —afirmó Oliver con una pequeña risa.
—La última vez que lo hizo, casi morimos por su culpa. —habló Glenn entredientes.
Lo mire y reí un poco ante lo dicho. Glenn me miró y también soltó una pequeña risa. Oliver se encontraba algo serio al ver como nos reíamos de ello.
—Bueno, ¿Pero qué motor tiene más fallas en tu opinión? —dijo Oliver tratando de evitar que las risas aumentarán. Deje la risa de un lado y hable.
—Cada motor tiene sus fallas. Pero si me preguntas, el v4 resulta con mayores fallas. Los usuarios con este tipo de motor, creen que tiene la potencia necesaria como para correr junto a un v6 o v8. Y muchas veces si resulta así, solo hay que saber como manejar ese tipo de motores, porque al "exprimirle" toda la fuerza, el motor se sobrecarga de más y es cuando empieza a fallar. Se le conoce como fundirlo o desvielarlo. Es por eso que resultan más batallosos. —hable mirando a Oliver.
—¿Te gustan los autos deportivos? —pregunto Glenn de la nada.
—Sí, me encantan los deportivos y los clásicos. Es una de las razones por las que entre a esos talleres. —dije con una sonrisa. Me sentía bien en saber un tema y poder conversarlo, con gente verdadera e interesada.
—¿Y alguna vez manejaste un deportivo? —cuestiono Oliver ahora.
—Un día llevaron uno al taller que estaba asistiendo, pero no tenia licencia de conducir. Sé manejar, pero mi abuelo nunca dejó que sacara la licencia hasta que cumpliera la mayoría de edad. Era un Dodge Challenger. —dije algo desanimada
Los dos me miraron como empatizando la situación. Finalmente volví a sentir como tocaban mi hombro.
—Las encontre. Muchas gracias, hija. —dijo mi abuelo con una sonrisa.
—No hay de que —mire a mi abuelo con una sonrisa también. —. Bueno, los dejo para que sigan aprendiendo. Cualquier cosa estaré en la casa rodante. —sonreí viendo a todos los presentes y me fui del lugar.
Oliver y Glenn me cayeron muy bien. Se ven muy amigables y el hecho de hablar un rato con ellos, me ayudo bastante. Nunca habia conversado con hombres y al parecer, no se sentia tan mal.
Me dirigí a la casa rodante y ahí dure unas cuantas horas.
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