15|Empatía.
...
Estábamos todos reunidos en círculo junto a la fogata apagada de anoche.
Andrea estaba dormida en una de esas sillas plegables. Por fin había podido conciliar el sueño, yo también tenía sueño pero no podía pensar en dormir ahora. Sabia que dormir implicaría tener más pesadillas y no solo con mis tíos y mi prima... ahora sabía que Amy aparecería en ellas.
Junto a mi se sentó Carol. Me acabo de enterar que su esposo, el idiota de Ed, también murió. Por lo que escuché, los caminantes llegaron a atacarlo a la casa de campaña de donde no había salido desde que recibió los golpes de Shane por golpear a Carol y a mi. Muy dentro de mi sentía felicidad de que ese idiota muriera, el infierno que Carol pasó había terminado.
Pero mi humanidad, me decía que no estaba bien sentirme así con la muerte de él, que aunque fuera el peor hombre que había conocido en toda la vida y que hacía sufrir a Sophia y Carol sin razón, era una muerte más.
Tome un suspiro en silencio y mire a Carol con una sonrisa triste.
—Me entere de Ed... lo lamento mucho, por Sophia y por ti. —expresé.
Ella me miró a los ojos, había un chispa en ellos, no sabía identificar de qué se trataba. Sabía que le dolía la muerte de su esposo pero sabía que ahora había... tranquilidad, eso era, esa chispa que irradiaban sus ojos era tranquilidad. Ella sabía que ya estaba segura, que su esposo nunca más volvería a golpearla y tampoco a Sophia. Que había terminado un sufrimiento para entrar en otro, el maldito fin del mundo.
—Gracias, Jane. —susurro con los peores ánimos del mundo.
Me limite a abrazarla. Ni si quiera yo sabía porqué lo hice, no soy de dar muchos abrazos y cariños. Cuando se trata de consolar a alguien, soy la persona menos indicada para hacerlo.
Estaba segura que esto del fin del mundo, cambiaría algo en mi. No sabía si sería para bien o para mal, pero sin duda lo haría.
Carol me sonrió después de separarnos del abrazo. Y yo de una manera amable le devolví la sonrisa.
Vi como Shane, Rick y mi abuelo volvian del bosque. Acordaron en cada cierto tiempo recorren los alrededores para evitar lo de anoche. Una horda cerca de nosotros que vuelva a atacar con nosotros alertas sería mejor a nunca enterarnos.
—Oigan, estuve pensando en el plan de Rick. No tenemos garantía, lo acepto. —menciono Shane poniéndose al medio del círculo generado por nosotros.
—Pero... —dije captando la atención de Shane.
—Pero confío en su instinto —menciono Shane viéndome. Después guió la mirada hacia todos —. Quienes estén de acuerdo partiremos mañana a primera hora. —anunció con una sonrisa.
Miraba como algunos murmuraba entre sí. Sabía que casi la mayoría no estaría de acuerdo pero, no pensaban irse solos. No es una opción que yo desapruebe o apruebe, por mi estaría bien cualquier decisión si implicaba que mi abuelo estuviera de acuerdo. Y por lo que veía mi abuelo estaba bien con tal decisión.
...
Ya estábamos listos para partir hacia CDC. Anoche tampoco pude dormir muy bien, hasta ahora Amy no aparecía en mis sueños. Pero mi prima sí, no dejaba de soñar lo mismo día tras día, y sentía que mi abuelo ya estaba cansado de esto, pues era el único que me despertaba en cada sueño.
—Muy bien, para los que tengan radio estaremos en el canal 40 —menciono Shane. Él y Rick estaban al mando de este viaje, por lo tanto los dos estaban frente a nosotros dándonos órdenes. —, no lo usen para conversar. Si tienen algun problema, toquen el claxon una vez, la caravana se detendrá. —explicó Shane mirándonos a todos con atención.
—Nosotros no vamos a ir —se escucho la voz de Morales. Todos centramos la atención en él. —. Tenemos familia en Birmingham, nos reuniremos con ellos. —concluyó Morales.
—¿Seguro? —cuestiono Rick.
Morales se limito a asentir. Nadie lo haría cambiar de opinión, eso era obvio. Pero pensar que se iría solo con su esposa y sus 2 hijos me ponía a pensar mucho en que podría pasar.
Rick se acercó y sacó un arma de la bolsa y unas cuantas municiones y se las entrego. Todos se despedían de ellos, pero entonces escuche un bufido junto a mi y mire a Daryl molesto, supongo por la entrega de la arma a Morales.
Sin más que pensar, empuje a Daryl algo lejos de los demás. Escuche a este quejarse por mi acción pero antes de que hablara me posicione al frente de él. Era un poco más alto por lo tanto tenía que levantar la mirada para mirarlo.
—¿Sabes qué, Dixon? Ya no encuentro otra manera de hacerte entender, pacíficamente, que me tienes harta. —murmure mientras me cruzaba de brazos.
—¿Qué? —cuestiono confundido.
—Todas las decisiones que se toman aquí te molestan, todo lo que se hace aquí te molesta. Ahora mi pregunta es —tome un suspiro —, si tanto te molesta ¿Por qué sigues aquí? —cuestione seria.
Daryl se quedó serio ante mi cuestionamiento. No me respondió al instante, yo creo que ni él tenía una respuesta.
—¿Sabes qué? no me contestes —murmure mientras miraba a otro lugar. Tome un gran suspiro y volví a mirarlo a los ojos —. Sólo trata de no ser tan expresivo y problemático. Todos tenemos problemas, todos cargamos con la muerte de seres queridos... pero eso no te da ningún derecho a hacer lo que haces, trata de tener empatía, por favor. —mencione ya en un tono fastidiado.
—¿Tengo que tener empatía con las personas que abandonaron a mi hermano en un techo? ¿Por qué ustedes no son empatícos conmigo? —cuestiono con incredulidad y seriedad.
Lo mire a los ojos. Sí, realmente Daryl solo quería encontrar a su hermano y con la salida de antes, no funciono mucho. Sabía que lo que decía tenía razón, pero no era una excusa para tratarnos como lo hacía, para hacer lo que hacía.
—Daryl —trate de sonar calmada —. Nadie está diciendo que no tengas razones para estar molesto. Sí, estuvo mal dejar a tu hermano allá a pesar de lo idiota e imbecil que es. Es tu hermano, lo entiendo. Pero los demás no tienen la culpa de nada. —murmure mirándolo a los ojos.
Pude ver cómo tensaba la mandíbula. Estaba molestó, pero yo también lo estaba. Pensé que me ignoraría y se iría como siempre lo hacía.
—¿Qué quieres que haga? ¿eh? —me miró con frustración. —¿Qué haga como que no paso nada? —dio su típico caminar hacia mi. — No, Jane, no soy como tú —me señaló con el dedo —y tampoco tengo pensado serlo. —me miró fijamente.
Lo mire con cierta confusión y frustración. No sabía a qué se refería en ser como yo.
—¿Como yo? ¿Y cómo soy, según tú? —hable cruzandome de brazos.
Él me miro serio, pero entonces solto una risa con incredulidad.
—Qué puedes estar con todos sin importar que hayas pasado. Shane, Ed, yo —apunto a los demás del grupo.—. Todos fuimos idiotas contigo y aun así nunca demostraste nada —Mire de reojo y reze porque nadie escuchara o viera. —. Es como si nada te afectará, como si todo lo que pasa te importara una mierda. —concluyó.
Lo mire y no dije nada. Él creía eso, él creía que nada me afectaba un maldito segundo. Tome un suspiro grande antes de hablar y encararlo como debí hacerlo hace mucho.
—¿Eso crees? —lo mire seria —. Que no me afecta nada... —dije con incredulidad. Daryl se quedó en silencio unos segundos, como si estuviera esperando a que yo contestara. —. Pues estás equivocado, Dixon. —y con mi dedo lo empuje por el pecho. Este se tambaleo un poco pero volvio a su postura del inicio. —Si supieras cuantas noches no he dormido por las malditas pesadillas, una muerte tras otra. —dije frustrada. —¿Sabes cuál es la diferencia? yo no uso mi dolor para herir a otros, Daryl, esa es la diferencia entre nosotros. —dije seria y algo agitada.
Por primera vez en toda la conversación, Daryl desvió la mirada. Como si mis palabras le hubieran caído como un balde de agua fría.
—No quiero hacerle daño a nadie. —murmuró.
—Entonces demuéstralo. Porque desde que te conocí, fuiste un idiota, pero se que muy dentro de ti, hay un Daryl bueno —dije buscando su mirada. —. ¿Y sabes cuándo lo supe? Cuando decidiste salvarme aquel día que estuve en el bosque en vez de dejar que me comiera esa cosa. —expresé.
Nos quedamos en silencio. Nadie dijo nada, como si los dos hubiéramos recibido un regaño de parte de nuestra madre y supiéramos que los dos teníamos culpa. Sí, yo no había sido empatíca con él y lo que sentía. Perdió a su hermano, por lo menos sabe que no esta muerto, tiene una esperanza, pero igual se que es estresante para él todo esto.
—Daryl, Jane, es hora de partir.— se escucho la voz de mi abuelo algo lejos.
—Sí, abuelo, ya vamos. —mencione mirando a mi abuelo.
Mi mirada se volvió a posar en Daryl de nuevo, quien no dudo en alejarse ante el llamado de mi abuelo. Camino hacia la camioneta donde su motocicleta ya estaba arriba, en la enorme caja trasera que tenía la camioneta.
—Iré contigo. —le dije a Daryl mientras caminaba junto a él.
—No, vete con tu abuelo. —dijo serio.
Lo mire y me gire en dirección a mi abuelo. Puse mis manos abiertas al lado de mi boca para que se escuchara mejor lo que diría.
—¡Abuelo, me iré con Daryl! —exclame. Mi abuelo se limito a asentir con una sonrisa y acto seguido entrar a la casa rodante.
Daryl paro en seco y me miró fijamente. En sus ojos no había una pizca de alegría ni tampoco de enojo, era neutro.
—Bien. —dijo mientras caminaba a la puerta del copiloto y la abría indicando que entrará.
Me acerque a él mientras lo veía con una sonrisa burlona.
—Que caballeroso. —dije burlona, tratando de calmar el ambiente.
—Solo siéntate y ya. — dijo fastidiado por mi comportamiento.
Entre a la camioneta y me senté sin decir nada más. La caravana comenzo a avanzar con direccion a la salida. Al frente de ella venía la casa rodante, donde mi abuelo venía junto a Glenn, Oliver, Jacqui y Jim; detrás venía una Van, donde solo venían T-dog y Andrea; seguido habia un auto donde venían Rick, Lori, Carol, Sophia y Carl; después éramos Daryl y yo y detrás nuestro venia Shane en su Jeep convertible.
Mire como el auto donde venia Morales y su familia dio vuelta contraria a nosotros y todos se despidieron haciendo sonar el claxon.
Esto sería algo nuevo para nosotros. Algo que nos ayudaría a cambiar, encontrar la cura en CDC, eso era lo que necesitábamos. Una esperanza para este mundo.
...
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